06
Estaban todos reunidos como la última vez, salvo que en esta ocasión esperaban con poca paciencia al invitado de honor, que se estaba retrasando. Namjoon no dejaba de sonreír triunfal al intuir que SeokJin no llegaría, si esto sucedía entonces él podría tomarlo a su favor en la resolución final.
—Kwon hemos esperado lo suficiente—dijo un hombre de mediana edad con un semblante que no demostraba más que molestia por la pérdida de tiempo.
—Él llegará—dijo con seguridad—. Debemos tener en cuenta que el palacio de las rosas se encuentra a una distancia considerable.
—No lo suficiente—dijo Vernon mirando sus uñas, a él realmente no le importaba la reunión sino el drama que giraba en torno a esta—. Deberíamos de hacerle caso al rey, tal vez su alteza a olvidado después de años su papel el el reino.
—Opino lo mismo —suspiró DongHae—. Es muy extraño que ni siquiera lo veamos en los eventos especiales, creo que le ha dado la espalda por completo a sus responsabilidades.
—Bueno eso tiene mucho que ver con que mi primo no le deje salir de las tierras privadas ¿Verdad Namjoon?
El nombrado vio con odio a su primo Kim Seungri quien era su enemigo por naturaleza, ya que al ser el siguiente en la linea de sucesión, si no tenía un heredero, le daba cierta libertad para cuestionar su vida y que a sus treinta años no tenga un heredero formal.
—Eso no es algo que te deba importar primo—sonrió ladino—. Yo soy el rey y sé bien por qué hago las cosas. Como pueden ver mi esposo no esta aquí, quiero creer que esta muy ocupado cuidando de mi hija, que no se ha tomado el tiempo necesario para acudir a esta reunión. Deberíamos dar por terminado todo y seguir.
—No creo que sea digno hablar de la princesa, si quieres quitarle sus privilegios, esposo mío.
Todos se volvieron a la puerta donde entraba el rey a quien en mucho tiempo no habían visto, quedaron como siempre, impresionados por la belleza de este, con el cabello negro reluciente peinado hacía atrás y un traje blanco con detalles en rosa camino impetuoso por la sala hasta tomar asiento al lado del rey quien se mantuvo serio.
—Lamento enormemente la tardanza—suspiró sonriendo como disculpa—. Pero me fue complicado venir hasta aquí, extrañamente el camino estaba cerrado por algunos guardias que desconocían mi misión esta tarde—miró de soslayo a Namjoon quien no se molestó en regresarle la mirada—. Afortunadamente estoy aquí listo para escucharles y sobre todo, para hablar.
—No tiene que pedir disculpas mi señor—dijo Leeteuk con una inclinación—. Como sabe el consejo ha llamado su presencia por un tema de crucial importancia para el reino—suspiró dramáticamente—. El rey ha expresado sus deseos de disolver el matrimonio que ambos comparten después de doce años ¿Estaba enterado de esto?
Namjoon observó como SeokJin ponía su mascara de inocencia. —Lo sabía duque, yo estaba muy consciente de lo que mi esposo planeaba hacer, ya que hace dos semanas llegó al palacio de las Rosas hablando de esto, sin embargo, jamás me dio la razón exacta por la cual quiera separarse de mí, no entiendo sus intenciones y debo decir que me preocupan.
—Namjoon ¿Qué tienes que decir? ¿Cuáles son tus argumentos? —preguntó JiYong con la cabeza en alto, feliz de ver ahí a SeokJin luchando por lo que le corresponde.
—Señores del consejo—comenzó Namjoon con voz seria y formal—. Todos en esta sala están al tanto del distanciamiento que hemos sufrido su alteza y yo en estos últimos años, me atrevo a decir con total seguridad que entre nosotros ya no existe nada más que cordialidad por nuestra hija, sin embargo, no puedo ignorar mis deberes como rey, este reino necesita un heredero y mi esposo no esta en condiciones de dármelo, es por esto que pido la disolución del matrimonio para poder casarme con mi concubina Kim Jisoo que está en espera de un hijo mío, es una mujer de veintidós años con la plenitud de la vida y la salud, que bien puede darme hijos sanos y varones—sonrió mirando a SeokJin quien empuñaba las manos de coraje—. Mi esposo ha cumplido con su deber en el tiempo que estuvimos juntos, pero ahora creo que lo mejor es que ambos sigamos nuestras vidas por separado, claro que mi hija la princesa Kim Tzuyu seguirá contando con los mismos privilegios que tiene hasta ahora y mi esposo puede quedarse en el palacio de las Rosas gozando de todas las comodidades.
Los presentes se miraron entre sí analizando las palabras del rey. DongHae asintió con la mano en la barbilla. —Mi señor—dijo mirando a SeokJin—. ¿Qué tiene que decir ante lo expuesto?
SeokJin suspiró con fingida tristeza haciendo que los corazones de los presentes se contrajeran de pena. —¿Qué podría decir yo mi señor? Todo lo que ha expuesto mi esposo el rey es indudablemente cierto, pero no es mi culpa, ustedes mejor que yo saben la humillación que me ha tocado llevar en los hombros estos cinco años en donde me despojaron de mi vida en el castillo—miró a Namjoon quien negó—. ¿Me va a negar mi señor que fue usted el que me pidió que me fuera para traer aquí a su primera concubina? Nunca había sido tratado con tanta injusticia, pero callé, porque sé que mi deber es servir a mi rey y hacerlo feliz, me fui de aquí junto a mi hija que en ese entonces permanecía en mi vientre, la he criado y amado solo. Siempre añoré un día más con su alteza, pero cuando por fin pensé que regresaba a mí, viene con esta noticia que ha terminado de partirme el alma en miles de pedazos, porque no estoy de acuerdo, nunca he dejado mi deber y sé que ser rey de Scarlanding es para toda una vida, estoy en deuda con mi pueblo.
Namjoon observó con sorpresa como SeokJin se limpiaba las lagrimas que corrían por sus mejillas, estaba incrédulo de la capacidad del otro para mentir y que esto le esté ayudando porque a su alrededor todos parecían mortificados por el rey, estaba a punto de reír de la ironía.
—Yo soy completamente capaz de albergar nueva vida en mi vientre, de eso no tengan ni la menor duda—sonrió con vehemencia—. Yo puedo traerle hijos sanos a la corona, claro que mi rey no lo quiere así. Rechazó por completo sus argumentos que carecen de pruebas fidedignas que le respalden, porque señores ¿Cómo estamos tan seguros de que ese bebé que lleva la jovencita es varón? O peor aún ¿Cómo sabemos que es realmente hijo de mi rey? Sigue siendo un niño fuera del matrimonio.
Todos se quedaron en silencio, incluso Namjoon que con sólo escuchar esas palabras pensó en Jisso y una nota de desconfianza apareció, pero al instante negó porque ella no sería capaz de mentirle de esa manera.
—Mi rey—dijo DingHae—. ¿Qué tiene que decir ante lo expuesto por su alteza?
—Antes de que responda mi señor—dijo por primera vez el ministro Park HyungSik—. Creo hablar a nombre de este consejo cuando digo que su petición para revocar su matrimonio no es válida, sobre todo, porque en esto se pone en juego situaciones que no es capaz de prever, como los aciertos de tierra con el legado Kim.
—¿De qué hablas? —preguntó tajante Namjoon.
—Como el hecho de que nuestro acuerdo prenupcial estipulado desde que eramos niños, dicta que si este matrimonio es disuelto, yo mi rey, me quedaré con la mitad del reino, sobre todo, con las tierras de mi padre, porque no creo que él este muy feliz de enterarse de lo sucedido ¿No lo cree?
—Mal...—gruñó Namjoon observando la sonrisa de SeokJin, al verlo una idea rondo por su cabeza, sonrió ladino mordiendo parte de su labio inferior—. Está bien, lo comprendo, pero ustedes también tienen que comprender que él ha fallado a su papel como esposo del rey.
—Estamos conscientes de eso mi señor—dijo Leeteuk con tranquilidad—. Pero, para encontrar un heredero no necesita de nadie más que de su rey quien dice está en óptimas condiciones para traer al mundo a un bebé.
SeokJin miro a Namjoon quien había comenzado a reír, sintió miedo, la fachada de fortaleza que había creado estaba por caerse en pedazos, cuando se dio cuenta de lo que aquellas palabras significaban.
—Muy bien, entonces ¿Qué les parece esto? Mi esposo Kim SeokJin duque del las tierras Kim, tiene un año para darme un heredero varón, si no lo hace se tendrá que registrar a mi hijo con la señorita Kim como hijo de los reyes de ScarLanding—miró al pelinegro quien le observaba espantado—. Es tener un hijo conmigo o criar al hijo de alguien más conmigo ¿Estás de acuerdo cariño?
Ahora las miradas caían en SeokJin cuyas manos comenzaron a temblar del enojo y los nervios
—Acepto—dijo casi sin pensarlo, manteniendo la cabeza en alto.
—Bien—intervino Vernon—. A partir de este momento los reyes tendrán que compartir el lecho al menos dos veces por semana, con el fin de ayudar a que su alteza cumpla con sus obligaciones.
Namjoon sonrió. —Lo haremos.
—Pero será en el Palacio de las rosas—dijo SeokJin con rudeza mirando a Namjoon—. Ahí lo esperaré mi señor—casi vomito esas palabras.
—Se levanta la sesión entonces—suspiró JiYong molesto, porque no esperaba que Namjoon pidiera aquello.
Namjoon le sonrió satisfecho a Jin quien quería llorar de la molestia. Todo estaba decidido y nuevamente era él quien saldría perdiendo.
Estaba caminando con el sentimiento que había perdido por completo, pensó que aquella reunión sería diferente, que ganaría más que perder, pero se daba cuenta que jamás podría ganarle a Namjoon, este sabía jugar sucio. Estaba listo para salir de ahí, para alejarse de aquel lugar que lejos de traerle buenos recuerdos, sus estancias le hacían retroceder a momentos de dolor y desesperación, necesitaba estar en su palacio, con sus hijos.
—Mi señor—le llamó Jackson.
Se volvió lentamente, mirándolo con seriedad, no tenía nada en contra de él, pero que fuera el cómplice de Namjoon no ayudaba mucho. Aún recordaba el tiempo donde eran amigos, le observó inexpresivo, quería terminar con aquello para salir de ese castillo.
—¿Qué es lo que quieres?
—Mi señor lo espera en su oficina, dice que es urgente que ambos hablen.
Sabía que no estaba en posición de negarse, porque, desde ese momento seria casi imposible ignorar a Namjoon, asintió, y se encaminó dentro de nuevo, siguiéndolo. Sus dos guardias personales le siguieron de cerca, eran silenciosos, su único deber era proteger a su señor, sin importarle que fuese en contra del mismo rey.
El castillo era hermoso, mantenía esa belleza elegante y espectacular que la reina había elegido, él mantuvo su legado hasta su último día en el castillo, le gustaba saber que las cosas no habían cambiado del todo. Eran pasillos que ya conocía, era un experto, los pasadizos, las recámaras secretas y los rincones en donde muchas cosas podían pasar, pero que en su ímpetud, también estaba el recuerdo de un pasado doloroso, cargado de angustia y sucesos que nunca pensó vivir. Todos en las manos de la persona que amaba.
Al entrar a esa oficina y verlo, su rostro se contrajo, en una sensación de furia y rencor. Namjoon asintió a sus hombres quienes les dejaron completamente solos, el ambiente era tenso, porque él no podía olvidar que fue en contra de su palabra frente al consejo.
Namjoon estaba elegante, tomando dos copas de vino, se acercó y le tendió una, Jin alzó una ceja.
—¿Ese es tu plan? ¿Me vas a envenenar? —preguntó con una mueca.
—No cariño, para ti tengo otro final—le sonrió ladino—. ¿No quieres? —al ver que no lo tomó hizo una mueca y bebió el contenido de un trago, por su semblante se dio cuenta que había estado bebiendo—. Bien hablemos. ¿Qué es lo que quieres? Porque no me vas a decir que aceptaste tener un hijo mío por amor, ¿Qué quieres para irte?
SeokJin ladeo la cabeza al tiempo que alzaba una ceja. —Tú sabes lo que quiero.
—No Jin, hace años dejé de saber qué es lo que quieres—chasqueo la lengua—. Pudiste haberte liberado de mí, tomar tu libertad y ser feliz con tus bastardos, pero, decidiste ir en contra mía en la corte, quiero pensar que esto es por algo más grande que sólo joderme la vida, así que dime Kim SeokJin, ¿Qué mierda quieres? ¡¿Qué quieres de mí?!
El grito hizo que inconscientemente diera un paso hacia atrás, pero sin bajar la mirada, siguió viéndolo con seriedad, porque se había prometido a sí mismo no volver a bajar la mirada ante nadie, mucho menos ante Namjoon.
—¿Qué quieres escuchar Namjoon? —alzo la ceja.
—La verdad—dijo con seguridad sin despegar la mirada de sus ojos.
—¿Y estás listo para escucharla? O seguirás creyendo lo que los demás te dicen Namjoon—suspiró con una media sonrisa—. Ambos tenemos beneficios, tú tendrás un hijo heredero y yo, mi titulo.
—¿Por eso haces esto? ¿Por un título? —sonrió lleno de odio—. ¿Por qué no me sorprende de ti?
—¿Qué esperabas? ¿Qué te dijera que es porque quiero regresar a lo que era antes? No, si hice esto, fue para proteger a mis hijos y protegerme a mí. Pero, ahora tengo curiosidad Namjoon.
—¿Sobre qué? —preguntó desviando la mirada de su rostro.
—Pudiste haberme echado de cabeza ante el consejo—entrecerró los ojos confundido—. Si querías deshacerte de mí, sólo tenías que decir que tuve un hijo varón, y que no es tuyo, eso habría terminado con ellos de tu lado, pero no lo hiciste. ¿Por qué?
Namjoon endureció el gesto. —Vete.
—No hagas esto, porque me haces pensar que en realidad, una parte de ti, no tiene pensado dejarme ir—al verlo alejarse su semblante se ensombreció—. Tú eres un maldito egoísta y no me dejarás libre, ni siquiera si te doy el divorcio ¡¿Verdad?!
Su sangre hirvio cuando vio que no había ninguna negativa de su parte. Se acercó, dejando se lado su regla de no acercarse, Namjoon soltó una carcajada y lo encaró.
—No, te equivocas, no dije nada de ese niño, porque ese niño va a desaparecer—se acercó de forma amenazadora—. Voy a eliminar ese pequeño bastardo y tú sólo criaras a mis hijos ¿Lo entiendes? Estás en mis manos SeokJin, este es un recordatorio de que eres mío—su rostro estaba muy cerca del suyo—. Prepara tu cuerpo, porque mañana por la noche te voy a tomar, espero que me hayas extrañado, esposo.
—Te odio—siseo.
—No importa que lo hagas SeokJin, porque jamás podrías separarte de mi, sólo en la muerte.
—Desearia que murieras—gruñó—. Yo mismo te mataría.
—Inténtalo.
Se alejó dándole la espalda, SeokJin empuñó las manos, pero tomando aire se dio la vuelta y salió de la habitación. Había perdido, la primera lucha.
Las actualizaciones serán los fines de semana 💚
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