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No podía dejar de pensar en él, cada momento que pasaba era decisivo para aumentar su ansiedad y locura. Lo que sucedía dentro de ese castillo lo estaba malhumorado, tenía que fingir que amaba a una mujer en quien ya no confiaba, ser amable con una caprichosa princesa que era la amante de su peor enemigo y no sólo eso, tenía que sonreír al príncipe que había causado la muerte de su hermana, trataba de no pensar en eso cuando estaba cerca de ellos, porque no sabía si podría seguir con la fachada de inocencia. Ellos no lo creían, estaba seguro de que lo vigilaban y que estaban usando el parecido de Kadet con su esposo para jugar con su mente. Necesitaba respuestas y encontrar a Namjoon antes de volverse loco.
Sin embargo, por esa noche quiso dejar eso de lado y centrarse en ver a Kadet, no podía tener suficiente de él, estaba obsesionado, no le había mentido cuando dijo que estuvo a punto de romperle la cara a Zoltan al verlo tan cerca de él, lo odiaba por querer tocar lo que era suyo, por sentirse con el derecho de reclamarlo a pesar del daño tan grande que le había causado. Hoseok estaba pidiendo al cielo que Kadet fuera una persona que sólo se parecía a su esposo, porque no estaba seguro de lo que haría si confirmaba que se trataba de Xiumin, los aniquilaría por el daño que les hicieron.
Siempre se consideró alguien fuerte e inteligente, el mejor peleador y estratega, pero, ahora, su mente estaba tan trastornada que sus enseñanzas se quedaban en segundo lugar. Su padre estaría muy disgustado con él, estaba faltando por completo a su entrenamiento y lo que más le preocupaba era el poco remordimiento que sentía por ello.
Miraba a todos reír y bailar en la fiesta, algunos ahogados por el alcohol. Minhyuk se acercó a él y le sonrió de forma condescendiente.
—¿Disfruta la fiesta general?
—Es entretenido, me alegra ser un invitado más y no tener que preocuparme por la seguridad.
—Entiendo, sus deberes deben ser duros, no me malentienda, pero, escuché un poco acerca de la fiesta que desató la más grande masacre en su reino.
Hoseok se tensó, aún no tenía las piezas completas para armar el rompecabezas, pero, estaba completamente seguro de que ellos habían tenido algo que ver. Minhyuk, era muy descuidado al hacer esa clase de comentarios, o tal vez estaba midiendo su paciencia.
—No siempre se puede pensar en todo príncipe, siempre hay puntos ciegos.
—Lo entiendo general, mis disculpas, no quise hablar de algo que le incomodara.
—Está bien—se encogió de hombros—. ¿Puedo hacerle una pregunta?
—Por supuesto.
Hoseok sonrió a medias ocultando su desprecio.
—Me parece curioso que aún no haya contraído matrimonio, ya sabe, como príncipe heredero ¿No debe mantener la línea de sucesión vigente y engendrar al próximo heredero?
Minhyuk rio por lo bajo, bebió un poco de vino y se encogió de hombros.
—¿Sabe? No creo que algún día llegue a reinar, mi padre es joven aún y tiene una salud envidiable, sobre sus hombros se encuentra este reino y está bien, sobre mi matrimonio, bueno, me comprometeré muy pronto.
—Reciba mis felicitaciones por adelantado.
—Gracias general Jung, es usted muy amable—le sonrió.
—Me temo que debo de retirarme, pasaré a ver a su hermana antes de dormir. He estado preocupado por ella y no he dormido bien.
—Claro, todos estamos en la misma situación, vaya a descansar.
—Con su permiso, alteza—hizo una pequeña reverencia antes de darse la vuelta.
El regreso a su habitación fue manteniendo la falsa sonrisa de felicidad, una fachada que se le daba muy bien, pero, que estaba hartandolo, tomó un respiro profundo al entrar a la habitación, no iría a ver a Karina, estaba demasiado cansado como para seguir fingiendo un poco más, se quitó la parte superior de su vestimenta, miró su torso y tragó en seco al recordar las manos de Kadet recorriendolo, con inseguridad y deseo, no pudo verlo debido a la oscuridad, pero la curiosidad de saber cuál era su expresión en esos momentos le estaba volando la cabeza. Hace mucho que no se sentía así, no desde Xiumin. Antes, la expresión del sexo era su estilo de vida, le gustaba disfrutar y el placer que le daba estar entre las piernas de alguien más, no pensaba en cosas tan ilusas como el amor o el compromiso, para él, eso sobraba, sin embargo, su vida cambió por completo tras la llegada de Xiumin, no podía mantener las manos fuera de él y se volvió en su mejor amante, aunque había veces donde lo rechazaba, porque no quería codepender de él, siempre volvía a dónde mismo. Tras la muerte de su esposo su dolor nubló por completo cualquier hambre por placer que tuviera, no importaba, porque estaba luchando por sobrevivir. Karina fue un desliz que trajo consecuencias y Kadet, un despertar nuevo y vibrante, Hoseok, sabía la razón, pero se negaba a admitirlo, tenía miedo de la respuesta y sobre todo de su reacción.
Se recostó unos momentos, estaba ansioso por su encuentro secreto, no pudo dormir, pero al menos descansaba sus músculos. Creía que había sido un grave error no haber traído a alguien con él, estaba perdiendo el camino y eso le angustiaba. Si quería salir de ahí y averiguar dónde estaba Namjoon, tenía que dejar de lado su fascinación por Kadet. Se convenció mentalmente de que tenía que dejarlo de lado por unos momentos para cumplir con su deber, aunque eso le doliera en el alma. ¿Cuántas veces no había dejado desprotegido a Xiumin por cumplir con su deber? Muchas y aún se arrepentía de ellas. ¿Podría dejar a Kadet aún sabiendo que estaba en peligro? Negó, la realidad es que no podía y eso le preocupaba mucho, estaba por cometer grandes errores antes de tiempo.
Su mente no dejó de dar vueltas en todo momento, analizando su situación y sus opciones, cuando creyó que era el momento indicado para salir, se levantó y se cambió con algo más cómodo y oscuro. Había aprendido bien a salir del castillo, a predecir los momentos donde los guardias no estaban vigilando los pasillos, era un golpe de suerte que el baile tuviera a la mayoría de los guardias atentos al gran salón. Una vez afuera pudo respirar el aire fresco, se dirigió con cuidado dando más vueltas de lo normal por el bosque. Su corazón estaba enloquecido, ya quería verlo, era como una adicción, no podía tener suficiente de él.
Al acercarse al punto de encuentro, Hoseok se puso atento al escuchar un par de voces más, se quedó cerca de la orilla. Ahí estaba Kadet, vestido con ese traje de guerrero que lo hacía parecerse mucho más a Xiumin de lo que deseaba, pero no estaba sólo, cerca de él estaban Dion y Kian, sus guardias personales. Su garganta se cerró, ¿Era una trampa? Tres pares de ojos se fijaron en él, dos de ellos con miedo y uno con ilusión. Kadet se acercó al darse cuenta que él no planeaba moverse.
—¿Qué es esto? —fue todo lo que pudo preguntar.
Kadet miró hacia los dos guardias y después regresó la mirada hacia él, sonriendo a medias.
—Sé que no se ve bien, pero no es algo malo, te lo prometo.
—General—saludó Dion con una inclinación de cabeza al igual que Kian.
—Éxijo que me digan de inmediato lo que está pasando—dijo con voz firme.
—Tenemos que irnos ya, no tenemos tiempo—respondió Kadet en voz baja—. Por favor, ¿Confías en mí?
Hoseok debía decirle que no, que no confiaba en lo que estaba pasando, que no era estúpido y que claramente era una trampa, pero, mirar los ojos amables y suplicantes de Kadet no ayudo en nada. Su padre habría estado muy decepcionado por sus malas decisiones y por ignorar su instinto y entrenamiento.
—Por favor—Kadet alargó su brazo hacia él, con la palma abierta, esperando que la tomara.
Todo se mantuvo en silencio por unos segundos antes de que Hoseok decidiera arriesgarse y tomar la mano que Kadet le ofrecía, este suspiró con notable alivio y lo jaló hacia la canoa que esperaba en la orilla, Dion subió a ella, Kian se quedó en la orilla.
—Los esperaré aquí, ya saben la señal, si algo sale mal se los haré saber.
—Gracias.
Kadet entró en la canoa y lo jaló para que él hiciera lo mismo, Dion fue quien se encargo de los remos. Hubo un silencio atroz entre ellos, Dion ni siquiera podía mirarlo y Kadet movía sus piernas nervioso, ese silencio lo estaba volviendo loco, agradeció haber llevado su daga, porque aunque adoraba a Kadet, no dejaba de lado que este y cualquier persona podría traicionarlo, su padre siempre se lo decía, no podía confiar en todo el mundo, tenía que tomar sus precauciones eso es lo que hacía un buen guerrero. El cauce del río estaba tranquilo, Dion remó por un camino en el que era difícil perderse.
—Tienes que ir más a la derecha, pasando la cueva, llegaremos a la próxima isla.
Hoseok lo miró pasmado. —¿Iremos a la tercera isla?
—Sí—asintió sin mirarlo, concentrado en el camino y en dar indicaciones, se veía que conocía muy bien ese camino.
Kadet era un misterio aún mayor del que jamás pensó. Estaba nervioso, podía sentir la bilis en su garganta, Hoseok, no estaba acostumbrado a ir a ciegas y no saber lo que estaba sucediendo. Le ponía en una desventaja que odiaba. Llegaron a la orilla, todo estaba oscuro alrededor, sólo visible con la poca luz de luna, Dion bajo, al igual que Kadet y él, escondieron un poco la canoa y la amarraron a un tronco.
—Tú sabes el camino—le dijo Dion a Kadet en voz muy baja.
—Sí, vamos, traten de no hacer ruido.
Subieron una pequeña cuesta, poco a poco el bosque dejó de ser frondoso, siendo reemplazado por grandes e imponentes rocas negras y blancas, ahora comprendía el nombre del reino, sabía muy poco de la tercera isla, tenía una idea de por qué era tan secreta, ahí deberían estar haciendo sus negocios ilicitos. Kadet se detuvo detrás de unas rocas, su mirada iba a todos los lugares hasta que escucharon un ruido y un ligero chiflido. Hoseok se puso a la defensiva cuando vio aparecer a un guardia, era alto y delgado, con un cabello azabache que llegaba a su barbilla, este se acercó a ellos con una sonrisa. Kadet lo encontró en el camino y él tomó sus manos entre las suyas, algo que a Hoseok no le gustó nada.
—¿Hubo problemas?
—No, ninguno ¿En dónde está?
—Vengan.
Sin soltar la mano de Kadet recorrieron un camino hasta lo que parecía ser tres piedras de enorme tamaño que hacían un fuerte. Alguien más estaba ahí. Hoseok entrecerró los ojos tratando de ver aún con la dificultad de la luz, era alto, delgado, llevaba sólo unos pantalones oscuros sucios de tierra, barba pronunciada hasta el cuello y un cabello largo y desalineado claro.
—¿Hoseok?
Su cuerpo se heló por completo al escuchar esa voz, una muy conocida e inconfundible. Se quedó en blanco por unos segundos, observando a ese hombre que era muy diferente a la persona que él conocía, cuando sufrió el impulso se acercarse, lo hizo rápidamente para abrazar su cuerpo, delgado y frío.
—Namjoon, maldita sea, estás vivo—dijo con un nudo en la garganta.
—Hoseok—susurró, afectado.
Hoseok lo separó de su cuerpo y lo tomó de los hombros para mirarlo más de cerca, estaba demasiado delgado, no era el Namjoon que conocía, se veía frágil y enfermo, eso lo hizo rabiar, su enojo fue mayor.
—¿Cómo? —preguntó conteniendo su voz—. ¿Cómo es posible? ¿Qué fue lo que pasó?
—No lo sé, desperté en un barco que venía hacia acá, ellos me han tenido prisionero por años, pero, he tratado de mandarles señales de que estoy vivo, los ataques a lugares que sólo yo sabía.
—Eso fue lo que dijo Jungkook, carajo, sabíamos que estabas vivo, pero verte es...
—¿Lamentable? —sonrió a medias.
—Un maldito y jodido milagro. No sabes...no tienes idea de todo lo que ha pasado, creímos que moriste y...maldito idiota, estás vivo.
Namjoon soltó una ligera carcajada. —Cuando me dijeron que venía alguien de ScarLanding, nunca pensé que fueras tú ¿Qué estás haciendo aquí?
—Tuve que encontrar la manera de venir aquí, me comprometí con la princesa, en todo este tiempo no he visto al rey, sólo a sus insufribles hijos.
—Él jamás sale, a menos que sea para torturarme—bufó—. Esta loco, es más enfermo que Yoongi, y su bastardo, Mino, es incluso peor que ellos dos.
—No he visto a Mino. Sé mucho de él, es quien hace el trabajo sucio.
—Eso es porque nunca está en el castillo, además estoy seguro de que están jugando bien sus cartas.
—Tenemos que salir de aquí ya. No podemos quedarnos más tiempo.
Namjoon hizo una mueca y negó. —La vigilancia es mayor que otros días, no podemos hacerlo, escucha, tengo un plan, no sé que tan bien vaya a funcionar, pero, en un mes o menos llega un cargamento, tienes que pedirle a Jin que encuentre la manera de infiltrarse. Tenemos que dejar que la vigilancia aquí caiga, eso siempre es por la noche. ¿Entiendes? El rey se va en un mes a un viaje, dura dos semanas, tenemos ese tiempo para dar el golpe, se lleva una buena cantidad de guardias. El problema es Zoltan, ese hijo de puta es demasiado listo.
Hoseok rio con amargura. —De ese imbécil yo me encargo, tengo asuntos pendientes con él.
—Ya lo creo—asintió mirando hacia sus espaldas—. Mira, tengo aliados, hay muchos esclavos que provienen de los tres reinos, estamos preparados, sólo tenemos que encontrar el momento indicado para hacerlo, y dar pistas, debes mandarle un mensaje secreto a Jin y yo hablaré de un lugar al que deben atacar, su idea es desestabilizar los acuerdos y atacar, lo tienen bien planeado Hoseok. Seunghyun era buen amigo de mi jodido padre, él le prometió el reino y algo más, pero no sé mucho del rey, sólo lo veo cuando viene a interrogarme, ellos ayudaron a la rebelión y a mis bastardos hermanos.
—Sí, descubrimos que esa noche había barcos de Las Cumbres en el puerto. Deben haber estado muy molestos cuando JungSuk y GeunSuk murieron.
—Tenían buenos tratos—bufó Namjoon—. De hecho, GeunSuk era esposo de una de las princesas.
Hoseok entrecerró los ojos pensando directamente en Karina, y en el hecho de que esta siempre dijo que quiso hijos, pero no podía tenerlos, era claro que sí ella fue la esposa de GeunSuk jamás podría haber quedado embarazada, porque ese hombre era un doncel. Sintió náuseas, había una idea formándose en su mente que no le gustaba.
—¿Qué más sabes Namjoon? Esto es demasiado misterioso, ¿Por qué el rey de Las Cumbres está haciendo esto?
La sonrisa de Namjoon se desvaneció, negó al tiempo que ponía un brazo sobre su hombro.
—No puedo explicarte muchas cosas ahora, pero lo haré, lo prometo. Lo importante es salir de aquí, sé que harán algo en contra de ti, así que tienes que tener mucho cuidado. Escucha, en estos días te detallaré el plan, ahora que sé que eres tú, pondré todo en marcha.
—Namjoon, ¿Estás seguro de esto? No creo que sea buena idea permanecer aquí.
—Hoseok, ellos no son un juego, tenemos que buscar el momento para escapar, pero, debe ser pensado con cuidado, no te preocupes, sólo tienes que seguir fingiendo que nada sucede, yo te haré llegar la información con Thorkell y Kadet.
Hoseok asintió, aún sin saber cómo es que Namjoon conocía a Kadet.
—¿Te encuentras bien? No te ves bien—dijo preocupado.
—Lo estoy y lo estaré, voy a soportarlo un tiempo más, vamos, ¿No fuiste tú quien me enseñó a hacerlo?
—Te sacaré de aquí, te lo prometo—dijo con seriedad, convencido de lo que haría.
—Hoseok—su voz sonó mucho más herida que antes—. ¿Cómo está él?
Era claro que se le dificultaba incluso decir su nombre, puso una mano en su hombro y apretó con cariño.
—SeokJin está bien, es la única persona que siempre ha asegurado que estás con vida, hizo de todo para poder encontrarte y está haciendo un gran trabajo, se ha vuelto fuerte, ha tenido que atravesar algunos problemas, pero, es feroz, te extraña y no deja de pensar en ti, tus hijos están bien, ellos crecen y viven de tu recuerdo.
Namjoon miró hacia otro lado, sus ojos estaban acuosos.
—Mis hijos y mi Jin—susurró—. Dios sabe que son lo único que me ha mantenido cuerdo, lo único por lo que sigo con vida, Hoseok, ayúdame a regresar con ellos.
—Lo haré, te prometo que pronto estarás en tu reino al lado de tu familia.
Namjoon sonrió antes de abrazarlo, Hoseok estaba molesto por su deteriorado estado físico, quería venganza, era en lo único que pensaba, destrozar a aquellos que le habían hecho daño a las personas que amaba y a quienes le importaba, era una impotencia tan grande la que sentía que no sabía cómo manejarlo, estaba perdiendo la cabeza por el odio y el rencor. Namjoon se separó de él y le sonrió.
—No tengo mucho tiempo, por favor, hagamos esto.
—Lo haremos.
Namjoon le sonrió antes de regresar su vista a los demás, quienes al instante le hicieron una reverencia, menos el Thorkell quien rio por lo bajo. Hoseok observó como Namjoon miró a Kadet.
—Me tenías preocupado ¿Estás bien?
Kadet hizo una mueca. —Lo siento, traté de venir antes, pero me fue imposible ¿Está bien, alteza?
—No, aquí no soy un rey, no me hables de usted—negó riendo—. ¿Podrías ayudarnos? Hoseok necesita un buen aliado y ese eres tu.
—Lo haré—asintió—. Por favor, sigue soportando. Thorkell te cuidara bien ¿Verdad?
—Aunque sea un dolor de cabeza, lo hago, alguien debería decirle que deje su rebeldía, eso me ayudaría mucho—bufó Thorkell.
Hoseok rio por lo bajo. —Imposible, no sería Kim Namjoon si no fuera así de terco.
—Es momento de regresar—dijo Thorkell—. Vamos.
Namjoon miró a Hoseok con una sonrisa antes de caminar, se acercó a Kadet y despeinó su cabello, le sonrió a Dion y regresó dejando un vacío en el interior de Hoseok. Nunca antes se había preocupado tanto por las cosas que podrían salir mal hasta ese momento, aún se encontraba en shock tras ver a Namjoon después de años de creerlo muerto. Había muchas preguntas en su cabeza sin respuesta. Estaba alterado y sólo quería romper algo, o hacerle daño a alguien. Kadet fue el primero en acercarse a él.
—Tenemos que irnos Hoseok, no podemos estar mucho tiempo aquí—no dejó que respondiera, sólo tomó su mano para llevarlo de regreso.
Hoseok no quería irse, había algo dentro de él que se negaba a hacerlo y eso era su instinto de protección hacia Namjoon, fue su entrenador, lo vio crecer y fue su rey, a quien veneraba y a quien juró servir y proteger con lealtad, estaba en malas condiciones lo que le hacía sentirse un fracaso total, sabía que era tonto sentirse de esa forma, pero, era su amigo, como su hermano menor, no quería que sufriera más daño. Su mente era un caos, en todo el camino de regreso no dejó de dar vueltas a lo mismo y de sentirse desdichado por su existencia. Kadet estaba a su lado, no había soltado su mano en ningún momento y eso le traía un poco más de calma.
Cuando llegaron de nuevo a la orilla del rio de la segunda isla, bajaron en silencio. Kian los esperaba con seriedad.
—¿Salió bien? —preguntó mirando los semblantes de los recién llegados.
—Sí, creo que debemos volver, general Jung—dijo Dion mirándolo.
—Vayan adelantándose—respondió después de unos segundos en silencio—. Necesito pensar, hablaré con ustedes más tarde, que nadie sepa que estoy aquí.
Ambos guardias se miraron, pero terminaron asintiendo, caminaron de regreso al castillo. Hoseok se soltó de Kadet y apretó las manos.
—¿Hoseok? ¿Estás bien?
—Vete—susurró sin mirarlo, observando el agua oscura—. Quiero estar solo.
—Pero...
—Es mejor que te vayas—dijo con un suspiró.
—¿Puedo ayudarte en algo? —su voz sonaba tímida.
—No, no ahora, no estoy pensando con claridad.
—Sé que no lo estás pasando bien, quiero ayudarte.
Aquellas palabras fueron sumamente familiares, se volvió a verlo, Kadet lo observaba con cuidado, sus ojos, sólo demostraban amabilidad y cariño, no había maldad en ellos. Hoseok bufó pasando la mano por su cabello, frustrado con su situación, quería mantenerse a solas y pensar, pero, al mismo tiempo no quería estar lejos de Kadet, eran dudas que no podía controlar, sentimientos que lo arrastraban por completo a la oscuridad.
—¿Cómo es que conoces a Namjoon? —fue lo único que pudo preguntar.
—Mmm, fue hace meses—dijo con una mueca—. Ese día, había tenido un problema con Zoltan, estaba empezando el embarazo y mucha de la comida era insoportable para mí, no quise comer y él se molestó mucho, me amenazó con asesinarme si me volvía a ver, así que huí. Había encontrado está canoa hace mucho tiempo, estaba abandonada y con ella recorría el río y el lago, planeaba esconderme, pero, ví a alguien en ella, estaba herido, me pidió ayuda y lo lleve a un lugar seguro donde pasamos la noche, me dijo que venía de ScarLanding y que quería salir de aquí, él me suplicó por ayuda e intentamos escapar juntos, pero fue imposible, fingió que me había secuestrado para que no tuviera problemas con Zoltan, me preocupé tanto por él y por el estado tan lamentable en el que estaba que empecé a verlo, le llevaba comida y agua, nos hicimos amigos y Thorkell también nos ayudó. No sabía que él era el rey de ScarLanding hasta hace un par de días. Lo siento, debe ser difícil para ti.
Hoseok se sentía derrotado, terminó tomando asiento en la tierra y miró a Kadet, quien entendió la invitación silenciosa que le daba y se sentó a su lado, Hoseok tomó su mano y jugó con sus dedos, pensativo y vulnerable.
—Vengo de un linaje de guerreros importante en mi reino, desde joven fui entrenado para ser el mejor guerrero y para proteger al reino y a las personas que quiero, era bueno, mucho, así que me dieron la tarea de entrenar a tres jóvenes herederos, Namjoon, heredero de ScarLanding, Yoongi heredero de RyuuMoon y Jungkook el heredero del Norte, unos chiquillos revoltosos y que pensaban que el mundo era suyo sólo porque llegarían a portar una corona, les enseñé todo lo que sabía, sobre la vida, lealtad, entrené sus cuerpos y sus mentes, formé un vínculo con ellos, son como mis hermanos menores. Namjoon es un rey, tiene un esposo que lo ama y quién lo ha esperado por estos años, tiene hijos pequeños que han crecido sin su padre, incluso no sabe que Jin estaba embarazado cuando desapareció, yo debía cuidarlo, ese era mi deber, pero, fallé y ahora que lo veo aquí en estás condiciones no puedo evitar sentir que es mi culpa.
—Pero, era imposible que supieras que estaba aquí, no es tu culpa, estoy seguro que hiciste todo lo que estuvo en tus manos, no deberías sentirte de esta forma, yo creo que es una buena oportunidad, él puede regresar a su vida y tú lo vas a ayudar a eso.
—Tal vez tengas razón, sin embargo, no puedo dejar de pensar en eso, tengo que sacarlo de aquí y llevarlo con su familia, sólo entonces dejaré de sentirme un fracaso.
Kadet suspiró y también jugó con sus dedos, los cuales eran más grandes que los suyos.
—¿Sabes? Creo en el destino. No sé—se encogió de hombros, Hoseok lo miró atento—. Tal vez es tonto, pero no creo en las casualidades, nada sucede porque sí. El hecho de haberme encontrado con Namjoon, que tú estés aquí y que de alguna manera los hayamos ayudado a encontrarse, tiene que ser obra del destino. Yo...también creo que sí nosotros nos hemos encontrado es por algo.
Hoseok sonrió al ver sus mejillas enrojecidas, rodeo con su brazo su cuerpo y lo acercó más a su pecho.
—¿De verdad crees que fue el destino lo que nos hizo estar aquí, juntos?
—Sí—asintió—. Yo, nunca creí que me encontraría con alguien como tú, jamás pensé que podría llegar a sentir esto que siento por ti y que nacería en mí la esperanza de un nuevo mañana, pero pasó y no es una casualidad, nuestros caminos estaban destinados a encontrarse.
—Lo estaban, estoy muy seguro de eso. Kadet ¿Vendrás conmigo?
—Quiero hacerlo—mordió su labio inferior—. Nunca sentí Las Cumbres como mi hogar, quisiera confiar en que hay algo mejor para nosotros más allá de estas islas.
—Lo hay, no te imaginas el mundo que se abre fuera de estas fortalezas, y yo te lo voy a mostrar todo, siempre cumplo mis promesas y no romperé está.
Kadet alargó la mano para tomar su mejilla y acariciar.
—¿Está mal sentir esto que siento por ti?
—¿Qué es lo que sientes por mí? —su corazón latía con fuerza mirando sus ojos brillantes y encantadores.
—Me haces necesitar cosas que nunca antes había querido, mi corazón se vuelve loco y sé que es extraño, pero, siento como si te conociera de toda la vida, me siento tranquilo y feliz cuando me miras y cuando me tocas...suceden cosas que me han dicho que no están bien.
—¿Qué tipo de cosas? —preguntó con una ceja alzada.
—Deseo—susurró apenado—. Nunca ví necesario un beso o una caricia, pero, contigo lo deseo todo.
Hoseok sonrió a medias antes de acercarse a su rostro, tan cerca que podía sentir el calor de su aliento en sus labios.
—¿Por qué estaría mal desear a la persona que quieres? Eso es amor, el deseo, la necesidad y la felicidad de estar a lado de una persona que quieres, el amor no está mal y te lo dice alguien que vivió la mayor parte de su vida pensando que el amor era una perdida de tiempo y que debilitaba el corazón, ahora, después de haberlo perdido todo, de amar sin medida, sé que lo único necesario e importante en esta vida es el amor.
—¿Crees que puedas llegar a amarme?
—Kadet, yo ya te amo.
Kadet sonrió en grande antes de cerrar los ojos y acercarse a besarlo. Un beso dulce, cargado de sentimiento, de cariño y deseo. Hoseok suspiró sobre su toque suave y acolchado, moviendo sus labios de forma tranquila, tratando de disfrutar el momento y olvidarse de lo que había más allá de ellos. Por un instante olvidó dónde estaba y los problemas que tenía, todo eso quedó en segundo lugar cuando su beso tocó cada fibra de su alma llenandolo de luz y esperanza. Lo amaba, sabiendo que había una verdad oculta que aún no quería ver, estaba seguro de que amaba esa versión de su amor verdadero. Lo amaría en todas las versiones posibles, porque, Kadet no se equivocaba, el destino era lo que los había llevado a encontrarse nuevamente, porque su amor era más fuerte que la maldad y los juegos sucios de los demás.
Acercó su cuerpo, deseando su calor, uso su lengua para acariciar su boca y disfrutar de su sabor, amarlo era una adicción. Kadet se dejó llevar, nublado por el placer y el deseo de tener en brazos al nombre que amaba. Lo recostó de espaldas en la tierra seca y se posicionó entre sus piernas, sin dejar de besarlo con posesividad y pasión.
—He soñado contigo—susurró Kadet cerca de sus labios cuando dejaron de besarse—. Son sueños tan vividos, que siento que son reales.
Hoseok rio por lo bajo besando sus labios de forma tenue. —¿Y en tus sueños te beso?
—Sí—asintió un poco.
—¿De verdad? ¿En los labios? —besó sus labios nuevamente lamiendo su labio inferior al terminar—. ¿En tus mejillas? —Kadet sonrió sin aliento cuando besó sus mejillas y la punta de su nariz—. ¿Tú cuello? —llevó sus besos a su cuello, disfrutando de su aroma, mientras que sus manos acariciaban su costado derecho, terminando en su cintura—. ¿Dónde más te besaba?
No obtuvo respuesta, salió de su cuello y lo miró fijamente, sus ojos brillaban con una intensidad tal que lo arrastraba por dentro y sus mejillas estaban rojas. Sonrió a medias, la inocencia y vergüenza que tenía le parecían la cosa más adorable del mundo entero.
—Dime ¿Qué más hacia en tus sueños? —susurró mientras acariciaba su cintura, la parte superior del traje de guardia se había levantado un poco, dejando piel palida al descubierto, pasó su pulgar por ese lugar, haciéndolo estremecerse—. ¿Te gusta que te toque?
Kadet asintió. —Haces que quiera algo que está mal, ellos dijeron que no debería disfrutarlo, pero, quiero hacerlo. Y...he soñado muchas cosas que no creo sean correctas, hacen que mi cuerpo se sienta extraño.
Hoseok adentro la palma de su mano bajo la chaqueta, acariciando parte de su vientre, Kadet tembló debajo de él.
—Se llama placer, excitación y deseo, te lo dije, no está mal sentir eso por la persona que quieres, la intimidad no es mala, al contrario, es excelente cuando estás con la persona indicada y para ti mi vida, ese soy yo.
—¿Por qué eres el indicado para mí? —preguntó sin aliento.
—Porque soy la única persona que sabe bien como hacerte caer de placer. Soy experto en ello.
—Jung Hoseok, no eres más que un pretencioso, de hermosa sonrisa y labios perfectos—dijo con una ligera risa.
—No digo más que la verdad, ¿Deseas que te muestre?
Hoseok estaba nervioso, sabía del temor que Kadet sentía, no quería presionarlo, esperaba su respuesta, era más que suficiente para él sólo besarlo y tocarlo ligeramente. Kadet se debatía internamente sobre qué era lo correcto, si dejarse llevar por su miedo y enseñanzas o por el deseo y la necesidad que sentía. Hoseok, le daba la seguridad que nunca encontró en nadie más, necesitaba estar cerca de él y los estragos de su último sueño aún lo atormentaban, sólo quería sentirlo de nuevo, de forma real.
—Sí, si quiero.
Hoseok volvió a besar sus labios, está vez mucho más intenso, al tiempo que acariciaba la piel suave de su estómago y bajaba, tocando sobre los pantaloncillos. Estaba duro, claramente excitado por sus besos y caricias, lo tocó de forma delicada, Kadet gimió sobre sus labios y se detuvo, abrió los ojos mirándolo con temor de haber hecho algo mal.
—Me encanta escucharte, Dios, es lo más perfecto que he escuchado, eres lo mejor que he visto.
Acarició nuevamente, sacándole un jadeo, beso su cuello, su aroma lo estaba matando, era una mezcla de rosas y jazmín, olía a limpio y a dulzura total. Era un contaste interesante, su Xiumin olía a sudor combinado con madera, fuerte y adictivo, pero Kadet olía dulce. La dualidad entre su guerrero y su doncel. Desabotonó su pantalón para adentrar su mano al lugar más privado y cálido de su cuerpo, Kadet se quedó quieto por unos segundos, pero después de tocar con experiencia su longitud, gimió y se derritió entre su cuerpo.
—Estás tan húmedo, tan ansioso por mí, me encanta—susurró en su oreja erizando su vello—. Desearía tenerte así todo el tiempo, jamás me cansaría de esto.
—¿De verdad me deseas? —murmuró perdido en sus sensaciones.
—Me estoy conteniendo de comerte por completo. De saborearte como quiero.
—Hazlo—balbuceo llevando su mano a su boca para calmar sus gemidos.
Hoseok se levantó un poco, la oscuridad no le dejaba apreciar con avides su cuerpo, algo que quería hacer, porque así, podría comprobar algo que ya sabía. Se quito la chaqueta y de alguna manera la coloco debajo de la cintura de Kadet, después acarició sus muslos hacia sus pies, quitó las botas y volvió a subir sus caricias y bajar su pantalón. Kadet soltó un chillido por la exposición al frío, cosa que hizo sonreír a Hoseok, acarició sus muslos, su cuerpo era más delgado y suave. Su boca se hizo agua y no dudo en agacharse y besar sus muslos. Kadet arqueo la espalda mientras gemía. Le gustaban sus reacciones, era un dejavu, beso su piel cálida y lamió sus muslos hasta llegar a su entrepierna, su aroma almizclado le hizo agua la boca, hace tanto que no caía en el placer total, hace mucho que no despertaba la bestia deseosa que llevaba dentro y era un sentimiento incontrolable.
Besó y adoro, chupo y probó gimiendo por su propio deseo tras su sabor perfecto, fue una explosión en sus papilas gustativas, Kadet estaba sucumbiendo al placer total, sin dejar de sollozar de excitación, tocó el cabello de Hoseok y agarró un buen puñado de cabello impidiendo que dejara de chuparlo. Ahueco sus mejillas y fue más profundo, sus manos acariciaban sus muslos internos, manteniendo sus piernas abiertas, quería ir más allá, lo necesitaba tanto que sus pantalones apretaban de una forma dolorosa. Aumentó su ritmo cuando sintió como se tensaba.
—No...no sé que está pasando—balbuceo—. Creo que...
Sonriendo para sus adentros siguió hasta que explotó con un gemido sordo, saboreo su orgasmo y fue lo mejor que probó en mucho tiempo, subió sobre su cuerpo y le sonrió besando sus mejillas calientes, su respiración era inestable y lo miraba con sorpresa.
—¿Eso?...
—Eso fue un orgasmo, y yo puedo darte muchos de esos—le sonrió antes de besarlo profundamente. Llevó su mano nuevamente a ese cálido lugar ahora mucho más húmedo. Una de las cosas que le fascinaba era la reacción que Kadet tenía hacia sus caricias.
Sus dedos tocaron su entrada húmeda, acarició ligeramente, Kadet se separó de sus labios y lo miró interrogante.
—¿Me permites tocarte aquí? —preguntó consciente de sus reacciones.
—¿Dolerá? —susurró.
—Lo vas a disfrutar, pero si no, siempre voy a parar, sólo tienes que decirme que quieres que me detenga. ¿Bien?
Kadet asintió, estaba tenso, por lo que Hoseok se concentró en besar sus labios y cuello para relajarlo, así siguió acariciando, tanteando el terreno, terminando por ingresar la punta de su dedo, Kadet jadeo impresionado, pero relajó un poco la cintura para dejarlo entrar, sólo fue un dígito pero, era más que suficiente para sentir la presión y lo apretado que estaba, casi maldijo al cielo, eso le traía recuerdos dulces y candentes del pasado con su Xiumin. Hizo movimientos lentos, siempre pendiente de sus reacciones, Kadet aceptó con un suspiro, cuando era mucho más sencillo moverse incluyó otro de sus dedos usando la humedad de su miembro como lubricante, fue un poco más difícil, pero, lo llevó al fondo de forma delicada y dobló los dedos encontrando su punto de placer, sepilló ligeramente ahí, Kadet temblaba de placer y se aferraba a su chaqueta, sus ojos se cerraban con fuerza y su boca se abría con deseo de más.
—¿Qué....que es eso que haces? —balbuceo sin aliento.
—Este es tu punto feliz de placer, ¿Te gusta?
—Me encanta—susurró con voz melosa.
Orgulloso de sí mismo, por mostrarle el placer que su cuerpo podía obtener hizo mayor movimientos, abriendo su cavidad, preparando para un tercer dedo, sus movimientos ayudaron demasiado, ya no podía más.
—Quiero sentirte a ti—susurró Kadet en su oreja lo cual erizo su cuerpo entero.
Hoseok gruñó, se posicionó mejor entre sus piernas y abriendo su pantalón expuso su notable excitación, beso a Kadet mientras que la punta acariciaba su entrada lubricado mucho más, amaba la forma en la que su cuerpo temblaba y se desarmaba de placer, era hipnótico.
—Tal vez lo sientas grande, la presión puede ser incómoda, pero pasará, relajate un poco, recuerda que yo jamás te haré daño.
Kadet mordió su labio inferior y asintió. Hoseok empezó a unirse gimiendo por la presión que sentía en todo su ser, era más de lo que imaginaba, beso sus labios, acarició su cintura para que se relajara y lo dejara entrar, era una tortura hacerlo tan lento, pero, poco a poco se fue abriendo paso. Kadet abría los ojos con sorpresa cada que iba más adentro, sintiéndose lleno. Con una última estucada se adentro por completo y lo besó con un suspiro.
—Esta es la maldita gloria, te sientes como mi gloria—susurró sobre sus labios.
Kadet gimió y subió las piernas a su cintura, Hoseok recargó el codo al lado de su cabeza y con la mano libre acarició su trasero para comenzar, lento y profundo, con cada estocada sentía que su vida volvía a cobrar sentido, con cada movimiento aquello que creía roto e incorrecto sanaba. El destino lo había traído a volver a vivirlo en carne propia, a caer por el amor y el deseo de tener en brazos a su persona especial.
Hoseok lo sabía, estaba convencido de ello, pero lo dejó pasar, porque no quería sentir enojo, sino amor, necesitaba lo que había perdido de forma cruel y dolorosa, quería más que ese vacío e infelicidad. Se entregó por completo a darle todo de sí y sintió como Kadet hacia lo mismo, aferrándose a su cuerpo, gimiendo su nombre y sollozando de placer, se retorcía por todas las sensaciones que estaba experimentando, no era su primera vez, pero se sentía como una. La primera vez con su Kadet, su precioso doncel.
Aumentó un poco más, haciéndolo llegar nuevamente al climax, disfrutando de su agarre firme y su plenitud, no pudo controlarlo por más tiempo, fue demasiado para su propio cuerpo, así que con un gruñido sumado a su chillido de placer llegó en lo profundo de su ser, llenandolo con su escencia y cayendo rendido sobre él. Besó su cuello subiendo a sus mejillas humedas por su llanto de placer y le sonrió.
—¿Ahora entiendes que sólo yo puedo darte esto?
Kadet estaba boquiabierto, su respiración errática le hacía subir y bajar su pecho, sus labios estaban rojos y sus ojos brillaban en todo su esplendor, con humedad y algo más, un cariño que los envolvía a ambos en una burbuja de amor.
—Te amo—susurró quebrando su voz—. Te amo.
Hoseok sonrió y beso su frente.
—Lo sé, yo también te amo, mi dulce Kadet, mi amado doncel.
No quería que terminara, se negaba a separarse y que todo acabará, que la realidad les golpeara de forma cruel, sin embargo, no estaban pensando en el mañana, sino en la forma como se amaban.
Explicación. Hoseok sabe que es Xiumin, pero quiere negarse a creerlo fingiendo que no es así y separando a su Xiumin (guerrero) con su Kadet (doncel) porque sabe que si admite la realidad entonces el odio lo va a cargar por completo.
¿Qué les pareció? No sé olviden que estaré acrializando hasta terminar, ay que nervios!!
Espero que les haya gustado, por favor dejen su estrellita y un comentario si es así.
Nos leemos muy pronto. Los amo 🤍
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