73
4 años antes. Reino de ScarLanding.
Cerró de golpe el libro que escribía cuando se dió cuenta que alguien abría la puerta, su sonrisa se ensanchó al ver su rostro asomarse. Era de noche, Yuna estaba dormida en su cuna y Xiumin había decidido escribir un poco para no quedarse dormido mientras esperaba la llegada de Hoseok. Este, sonrió antes de entrar, la forma en la que lo veía hacia que se derritiera de pies a cabeza, era tan consciente de su proximidad que su cuerpo empezó a cosquillear.
—Hola, bienvenido.
—Pensé que estabas durmiendo, pero ví la luz de las velas debajo de la puerta, dime ¿Por qué últimamente estás mucho tiempo aquí? ¿Qué es eso? —señaló en libro de pasta de cuero marrón.
Xiumin se encogió de hombros, se levantó y fue hacia él, no podía estar un momento más alejado de su cuerpo, lo necesitaba, lo abrazó por el cuello y pegó su cuerpo, no llevaba zapatos así que tuvo que pararse de puntillas. Hoseok lo rodeo con sus fuertes brazos, pegando su cintura a su cuerpo, suspiró de forma satisfecha, Hoseok lo acariciaba con una sonrisa lasciva, sólo llevaba el camison de dormir, pero, eso parecía encender a su esposo.
—No es nada importante, estoy tratando de escribir, cuando esté terminado voy a enseñarte.
—Mmm—ronroneo sobre sus labios—. Me parece justo, pero, no me gusta esperar, creo que merezco algo para no caer en la tentación de verlo a escondidas.
Xiumin soltó una ligera carcajada. —¿Oh en verdad general Jung? Pensé que la templanza y la paciencia eran las cualidades más importantes de un guerrero. ¿Me está diciendo que todo este tiempo mintió?
Hoseok llevó sus manos más abajo de su cintura, a su trasero, el cual apretó con fuerza, sacándole el aire, estaba tan excitado, jamás se cansaría de tener sus manos sobre su cuerpo.
—Tiene razón, mis disculpas, ahora, si me permite, extrañé mucho a mi esposo y quiero darle un beso de buenas noches.
—Es de mala educación hacer esperar a un esposo que lo ha extrañado todo el día, creo que es mejor que lo bese ahora.
Hoseok rio tenuemente antes de besar sus labios, Xiumin lo recibió abriendo ligeramente la boca, dando un beso profundo, moviendo sus bocas en total sincronía, era exquisito, de un sabor único, textura suave y cálido, se sentía en las nubes, su vientre hormigueaba debido a las sensaciones de placer que provocaba en su cuerpo. Sólo lo estaba besando, pero para él, era más que suficiente para dormir por completo sus sentidos, lo quería más cerca, sentir su piel cálida y sus músculos fuertes alrededor, era una adicción de la que no podía recuperarse. Cómo si leyera su mente, Hoseok lo llevó lentamente de regreso al escritorio, bajó las manos por sus muslos levantando el camisón, estaba desnudo debajo, lo tomó con fuerza y lo sentó, echando a un lado todo lo que estaba sobre la madera, dejando las velas y la tinta ahora derramada, sacó la estorbosa tela sobre su cabeza, la sensación de estar desnudo y sentir la aspereza de ese traje de batalla era delicioso, ayudó a su general a sacarse la chaqueta y la camisa, cayendo en un sonido sordo al suelo.
Recorrió con la yema de sus dedos la piel expuesta de su pecho, era fuerte, cada uno de sus músculos se marcaba de forma perfecta, bajo hasta su ombligo, al pequeño rastro de vello entre la V relamió sus labios, Hoseok le observaba curioso, sin despegar la mirada de sus ojos.
—Cuando tienes esa mirada no sé si tener miedo o alegrarme—rio por lo bajo.
Xiumin bufó deshaciendo las cintillas del pantalón, con ayuda de sus talones lo bajo junto a su ropa interior, Hoseok se cuadro, muy satisfecho de su cuerpo y del gran miembro que se alzaba, acarició la piel suave y sensible, acercando su rostro a sus labios, le dio un beso ligero, apenas tocando sus labios, aspirando su respiración. Hoseok en cambio tocó su cuello con delicadeza, recorriendo la linea de su mandíbula, hasta sus clavículas, sabía que eso le erizaba la piel, le sonrió bajando más, hasta su pecho, elevó una ceja observando esa parte de su anatomía. Con el pulgar acaricio su pezón, gimió al instante, estaba sensible, llevó el dedo a su boca y probó.
Las mejillas de Xiumin se encendieron, aún no estaba acostumbrado a la forma en la que su cuerpo actuaba, a veces le hacía sentir inseguro, pero, a los ojos de su esposo era algo fascinante, lo hizo ligeramente para atrás, besando su cuello, le hizo cosquillas por el rastrojo de una barba de un par de días, gimió tratando de acercarse más, de tocarlo. Sus labios bajaron hasta su pecho, creando suma marca, mordió su labio inferior cuando su boca se cerró sobre su pezón y succionó, moría de vergüenza, pero, lo escuchó tragar.
—No hagas eso—susurró, pero la realidad es que la sensibilidad que sentía estaba causando grandes estragos a su excitación, le gustaba, Hoseok pasó al otro lado haciendo exactamente lo mismo, parecía gustarle, no era la primera ni sería la última vez que lo hiciera, levantó la cabeza y lo vio relamer sus labios.
—Delicioso, lo más dulce y exquisito que he probado—susurro antes de besar sus labios, era profundo, abrió más las piernas para rodear su cintura.
Hoseok lo tomó de las nalgas y lo acercó, jugando con sus erecciones, frotando sus cuerpos hasta que los gemidos no podían detenerse, era una dulce tortura, fue así hasta que ninguno de los dos pudo soportarlo, entonces, lo penetró, lenta y profundamente, su cuerpo se adaptaba a la perfección a él, jadeo tomando con fuerza sus hombros, mientras lo invitaba a moverse, al principio era profundo y lento, esperaba que su cuerpo se acostumbrara a él, sentía su cuerpo tenso.
—No te contengas, por favor, te necesito—gimió en su oreja.
Hoseok tomó su cintura con fuerza y aumentó las estocadas, dio un grito por el placer que envolvió a su cuerpo, arañaba su espalda, mordía su hombro, estaba al límite, Hoseok, siguió con sus expertos movimientos de cadera, su cuerpo entero temblaba, cubiertos por el calor que sus cuerpos desprendían, todo era perfecto. Los dedos de sus pies se contrajeron mientras sentía el hormigueo en su vientre, grito más llegando al punto máximo, Hoseok beso sus labios tragando su climax, saciandose de él, así, hasta que llegó, derramándose dentro de su cuerpo, lo sostuvo con fuerza, besando su hombro y mejilla.
—Por favor, recibeme así siempre.
Xiumin rio por lo bajo. —Ten por seguro que así será.
—No quiero salir de ti—suspiró—. ¿Yuna está dormida?
—Si, ha comido y dormido, es bueno que su sueño sea mejor ahora.
—Es bueno, ella entendería, te lo dije—suspiró separándose, miró alrededor—. Hicimos un desastre.
—Tan común en nosotros dos—negó.
Hoseok se sentó en la silla frente a él, puso sus pies en sus rodillas y beso sus muslos, Xiumin recargó un poco su torso hacia atrás, apoyándose de sus manos, sintió algo frío sobre la piel de su estómago y bajo la mirada. Un dedo lleno de tinta oscura recorría su piel, espero paciente, el general Jung parecía muy concentrado, terminó su escrito justo en su ingle y soplo sobre la tinta para secarla. Xiumin sonrió encantado, ahora tenía el nombre de su esposo marcado en su piel.
—Me gusta, deberíamos hacerlo realidad ¿No?
Xiumin asintió. —Bien, sólo si tú llevas el mío.
—Me parece un trato justo, cariño, vamos a la cama, necesito dormir.
—Vamos.
Terminó de colocarse aquella chaqueta, se miró al espejo bajo la tenue luz de la vela, suspiró, hacia mucho que no se vestía como un guerrero, estaba prohibido hacerlo, pero, era la única forma de que no lo reconocieran tan fácilmente, miró a Hoseok dormir sobre su cama, respiraba con profundidad, mordió su labio inferior, tal vez debería dar un paso atrás y quedarse, pero, las ganas de saber una respuesta era mayor, se acercó a la cuna donde Yuna dormía, había terminado de comer, por lo que no despertaría en por lo menos tres horas más, tenía el tiempo contado.
Salió lentamente de la habitación, sin hacer ruido, bajo las escaleras y salió de la casa, fue a la caballeriza, dónde saco su caballo, caminaba al lado del animal con cuidado, siempre era así, la adrenalina de saber que estaba haciendo algo incorrecto y podían descubrirlo. Subió al caballo cuando estuvo fuera de sus tierras, entonces cabalgó hasta el puerto.
¿Cómo había empezado aquella travesía? Fue involuntario, después de leer el diario de Jung Ryujin empezó a sentir que algo no estaba bien, en muchas de sus cartas relataba cosas que había visto en el muelle, y estaba seguro de que alguna de esas cosas y la identidad de su pareja tenían que ver con su muerte. Hoseok le contaba lo que sucedía en ScarLanding que también incluía al Norte y RyuuMoon, algo estaba cambiando, los ataques en las fronteras, los movimientos sospechosos en el muelle, el hecho de que personas de Las Cumbres hayan estado en ScarLanding cuando la batalla contra los bastardos y los rebeldes comenzó, el nombre de Mino y su identidad, el misterio es lo que le atrajo a ese lugar.
Al principio se quedaba fuera, observando, haciéndose pasar por un guardia más, pero eso también podía ser peligroso, alguien podría reconocerlo, hasta el momento no había sucedido nada. Empezó entonces a mezclarse entre los marinos, mala idea, era visto como un bicho extraño, lo único que le ayudaba era el traje que tenía puesto, estaba siendo un desastre, pero, no podía rendirse, había algo raro sucediendo en ese lugar.
Entró a la taberna, olía mal, había muchas personas que no habían visto un jabón en toda su vida, marinos cuya vida era el mar embravecido, algunos lo miraron, pero la mayoría parecía ignorarlo, se sentó en la barra, no sabía lo que encontraría esa noche, cada día era algo diferente, y aunque llevaba una semana escapando en la madrugada, aún no había desembarcaciones de Las Cumbres. Según había observado las semanas en dónde había más movimiento por parte del ejército de ScarLanding el muelle estaba en calma, no era hasta la semana del mes de mercados donde habua mayor auge de personas.
Una semana cada dos meses, el pueblo de ScarLanding tenía una feria del mercado, dónde las personas vendían sus productos, para asegurar su seguridad, la mayor parte de los soldados se hallaban ahí, el rey, hacia algunos concursos y todos tenían que cuidarlo, esa semana empezaba ese día. El flujo de personas en el muelle era mayor, pero aún no podía ver los barcos de Las Cumbres.
—¿Eres un soldado? Pareces muy joven y pequeño para serlo.
Xiumin se volvió a ver quien le hablaba, se trataba de un hombre robusto de largo cabello cano y una barba pronunciada, le faltaban algunos dientes, y su sonrisa era burlona.
—Sí, estoy comenzando.
Estaba pensando que había sido una mala idea estar vestido de soldado, pero, el hombre pareció comprar esa explicación.
—Mi nombre es Hobark—dijo antes de beber de su cerveza—. Vengo de BlackTretk.
—No he escuchado mucho de ese reino.
—Un reino pacifista, grandes aliados de ScarLanding, lo siento cuando me pongo borracho me gusta hablar de mi reino, soy un marino, pero, me siento orgulloso de dónde vengo.
—Lo entiendo, también estoy orgulloso de mi reino.
—Eso es bueno, los mejores soldados deben tener una gran fidelidad a dónde pertenecen, de no ser así ¿Por qué darían su vida en batalla? Dos de mis hijos son soldados, esos muchachos son buenos en lo que hacen, pero un desastre como hijos, si mi esposa viviera, bueno, otra cosa sería, los hombres no somos buenos cuidando de los niños por nuestra cuenta, somos un desastre—rio negando.
Rio con él, era el primer hombre que se acarcaba, debía ser cuidadoso, no confiaba en nadie, si Hoseok supiera dónde estaba, probablemente se ganaría un buen regaño.
—Bebe algo muchacho, parece que lo necesitas, dale una cerveza.
El cantinero puso un tarro de cerveza frente a él, Xiumin le agradeció con un asentimiento de cabeza.
—Gracias, es amable de su parte, normalmente no hay personas así aquí.
—He viajado mucho, a muchos lugares chico, en algunos de ellos, he conocido personas increíbles y otros desgraciados, nunca estamos preparados para nada en realidad, me gusta ser amable, porque ¿De qué me sirve ser un cara larga? Eso sólo lo dejo para los que no beben y no cogen lo suficiente.
—Es una buena forma de ver la vida—rio por lo bajo—. Mis compañeros se burlan de mí por ser tan amable, me dicen que con el corazón no se llega a ninguna parte.
—En parte tienen razón, no lo sé vinimos de mundos diferentes. Hablando de eso ¿Has visto a las chicas de por aquí? Son muy hermosas, diría que ScarLanding tiene las mujeres más hermosas del mundo.
—Creo que si he visto mujeres hermosas, no lo sé, no soy bueno cortejando.
—Es porque tienes cara de muñeca, deberías ser más rudo, a las chicas les gusta eso.
Soltó una carcajada, asintió, bebiendo un poco de cerveza, hablaron un poco hasta que decidió irse de ahí, camino por el muelle, pero, no había nada extraño, suspiró, necesitaba regresar antes de que Hoseok despertara, subió a su caballo y emprendió el camino, cuando llegó a las tierras Jung, se preocupó, siempre se ponía ansioso después de una noche así, por el miedo a ser descubierto y que Hoseok se molestará con él, tampoco era como si pudiera explicar a ciencia cierta qué es lo que estaba haciendo, después de dejar el caballo, entró a la casa y subió con mucho cuidado, afortunadamente Hoseok seguía durmiendo, se quitó la ropa, la cual guardo debajo de la cama y se recostó a lado de su esposo, sonrió acomodando la cabeza en su pecho, ese día no había tenido suerte, pero sentía que las cosas cambiaría muy pronto.
—Te noto algo cansado—dijo Hoseok esa tarde, mientras ambos caminaban por el pueblo, mirando las cosas que ofrecían, estaba feliz porque su querido esposo había comprado varias cosas para él—. ¿Estás bien?
—Sí—dijo besando la cabecita de Yuna, la tenía cargando, mientras está dormía—. Aún no me acostumbro del todo a este retoño.
Hoseok puso una mano en su hombro y dió un ligero apretón.
—Debes descansar, sus nanas pueden encargarse de ella por esta noche.
Se iba a negar como siempre, porque a él le gustaba ser quien cuidara de su bebé, sin embargo, tenía que aprovechar la oportunidad, sonrió mirando a Hoseok, quien parecía en verdad preocupado, tuvo un momento de remordimiento por lo que estaba haciendo, ya que, no estaba enfermo o cansado, sino que se escabullía por las noches para investigar algo sumamente peligroso ¿Por qué no le decía? Tal vez ambos podrían hacerlo juntos, era mejor, menos peligrosos, pero, la realidad es que Xiumin no quería hacerlo. Había dos razones, la primera es que todo en mundo conocía a Hoseok, sería difícil poder mezclarse y la segunda, la que a veces trataba de ignorar era que extrañaba esa sensación de ser de utilidad.
No estaba acostumbrado a quedarse en casa, a ser un lindo doncel que atendía su hogar y sus hijos, que siempre estaba limpio y pulcro, que tenía los mejores modales, no, él había sido criado para ser un bruto, un soldados, para el peligro, el cambio de vida que había tenido después de quedar embarazado fue complejo, y aunque aún entrenaba con Hoseok, no era lo mismo, extrañaba esa adrenalina, quería descubrir la verdad, darle esa información al rey y por fin sentir que su existencia era más que ser un débil doncel. Quería que Hoseok jamás olvidará la razón por la cual se enamoró de él.
—¿Xiu? ¿Escuchaste lo que te dije?
Xiumin asintió. —Tal vez ella podría quedarse un par de noches con sus nanas—hizo una mueca—. No me gusta, pero, necesito dormir.
Hoseok le sonrió antes de besar su sien. —Un par de noches no hará la diferencia, tienes que descansar, no me gusta verte así, pienso que estás enfermor.
—Sólo necesito unas buenas horas de sueño al lado del mejor esposos del mundo, y eso, será suficiente para tener la energía que necesito.
Hoseok estuvo satisfecho y feliz con su promesa de que todo estaría bien, había notado que se preocupaba demasiado por su seguridad y su salud, lo entendía, había perdido todo lo que amaba, al igual que él, era lo que tenían en común, el hecho de que ambos estuvieran solos en la vida y ahora que se tenían no querían soltarse y romper esa burbuja de tranquilidad y de paz que estaban formando como una familia.
Esa noche Hoseok llegó más cansado que otro días, tomó un té para relajarse y se quedó dormido, estaba cómodo a su lado, también quería quedarse a dormir entre sus brazos, pero, tenis trabajo que hacer, era la misma rutina, salvó que ese día no llevaría el traje de soldado, intentaría con algo más normal, simplemente llevo ropa masculina casual, para hacerse pasar por un tipo más, un comprador o incluso un marino más, salió de la casa y tomó su caballo para regresar al muelle. Ahora el movimiento era aún mayor.
Habían barcos nuevos, gente nueva, mucho movimiento a pesar de ser de madrugada, quiso mezclarse entre las personas, buscar en barco que necesitaba, pero, por más que buscaba no encontraba un barco de Las Cumbres ¿Por qué? ¿Se habían enterado que sospechaban de ellos? No tenía mucho sentido, suspiró pesadamente, estaba yendo hacia la taberna, cuando tres hombres le cerraron el paso, lo acorralaron en la madera de un puesto.
—¿Qué quieren? —preguntó con seriedad.
—Mira nada más lo que tenemos aquí, cariño ¿Qué es lo que hace un doncel tan bonito aquí?
Entonó los ojos, no había forma de que ellos supieran que era un doncel ¿O si? La realidad es que su cuerpo había cambiado un poco después de dar a luz, volviéndose menos tosco y ensanchando un poco sus caderas, pero no podía ser tan evidente, mucho menos para esos hombres que no sabían ni contar lo que tenían en frente, la ropa que llevaba era ancha.
—Yo no soy un doncel.
—Eso no es cierto, pero bueno, ¿Te parece si vemos de cerca?
Quiso acercarse y tocarlo, pero Xiumin era más rápido, dió un puñetazo en el rostro al hombre que cayó de espaldas al suelo, con la nariz sangrando, no era nada difícil enfrentarse a ellos, pero, no eran hombres normales, eran marineros, que tenían formas de hacer las cosas que no siempre eran predecibles, recibió un golpe en la oreja que lo desestabilizó, casi cae, dándoles la ventaja para que volvieran a atacarlo, se defendió con todo lo que tenía, esquivando los golpes y devolviendo las patadas, estaba sudando y en un mal movimiento de piernas, tropezó y cayó de bruses contra el piso, lo que les permitió sostenerlo.
—Maldito estúpido—escupio uno de ellos—. Ahora sí, vas a conocernos.
Estaba forcejeando, pero no era sencillo, esos hombres eran más fuertes y grandes que él. Sabía que todo estaba perdido, cuando otras personas aparecieron, le quitaron el tipo de encima y a los otros dos que lo sostenían, observó a Hobark el marino que habia visto el dia anterior y parte de sus hombres, este se acercó y le tendió la mano.
—Vamos muchacho, no te haremos daño.
Tomó la mano y se levantó, estaba pálido, podía sentir el bajón de adrenalina, hace mucho que no se enfrentaba a una situación tan complicada, entendió el peligro que estaba viviendo yendo a esos lugares.
—Parece asustado—dijo uno de los marines.
—Ven, vamos por acá.
Hobark lo tomó del brazo y lo guío a una parte alejada en la playa, lo sentó en una piedra y le tendió una botella de licor, no pensó y bebió un poco para recobrar en calor de su cuerpo.
—¿Estás bien?
—Yo...sí, lo estaré.
—Te dije que tú cara de muñeca podría traerte problemas.
Xiumin asintió. —Normalmente no soy tan malo luchando.
—Bueno, si nos preguntas a nosotros que vimos de lejos la pelea, no creí que malo sería la definición exacta, al contrario eres demasiado bueno, digno de un soldado, ¿No es así?
—Ammm si, he sido bien entrenado.
—Sé que estás mintiendo, no te voy a preguntar la razón, pero cualquier cosa que estés haciendo es mejor que acabe hoy, puedes meterte en muchos problemas este no es un lugar para gente como tú, hay cosas que es mejor que no sepas.
—¿Cosas como qué? —preguntó mirándolo fijamente con la decisión en sus ojos.
—¿De verdad quieres saberlo?
—Sí, sé que algo extraño sucede en este lugar, pero necesito averiguar que es y si tiene que ver con Las Cumbres.
Hobark miró a sus hombres quienes se alejaron dejándolos a ambos solos, el hombre se sentó en la arena y tomó la botella dando un trago.
—Niño, creo que sabes más de lo que piensas, de verdad lo digo, necesitas dejar de buscar y sobre todo, no te metas con Las Cumbres, hay muchas razones por las cuales ese reino parece estar maldito.
Xiumin suspiró. —Soy un doncel, pero también fui un guerrero, mi nombre es Jung Minseok, estoy casado con un general importante, Jung Hoseok.
—¿Por qué me estás diciendo esto?
—Ayer hablamos del honor ¿Lo recuerda? Necesito hacer esto para recuperar mi honor y el de mi familia, he quedado en vergüenza y aunque actúe como si no me importara, lo hace. Quiero descubrir que está sucediendo.
—¿Sabes algo sobre el antiguo rey de tu reino?
—¿Kim Namjoon?
Hobark negó. —No, ese rey era un rey justo y honesto, hablo de su padre, SeoJoon hizo muchas cosas malas en su tiempo como rey, sólo algunos podemos reconocer sus faltas y una de ellas es que a él le gustaba el poder, empezó a ver la forma de ganar sin importarle la gente inocente de su propio reino y de sus aliados. Las Cumbres trafica esclavos y muchas otras cosas, no están en este puerto, sino al norte—dijo señalando un terreno rocoso—. Ahí desembarcan, ahora están haciendo los tratos directos con los rebeldes no sólo de ScarLanding sino también de RyuuMoon, ¿No has sabido de todos los que han desaparecido?
—Sí, incluso ha habido mayor flujo de personas en las fronteras, pero parece que nunca llegan a ninguna parte.
—Exacto, a eso me refiero, no estoy seguro de que tú rey lo sepa, Las Cumbres tienen su propios problemas y reglas, pero, no es algo bueno.
—No entiendo ¿Cómo es que usted sabe esto?
—Soy un marinero muy viejo muchacho, he estado en todos los puertos, incluyendo Las Cumbres, sé cómo se maneja el mundo en el exterior, no significa que comparta esos ideales, tampoco quiero hacerlo, soy un hombre de honor, pero eso no significa que no tenga conocimiento. Todos callamos por una razón, y tú deberías hacer lo mismo, ve a tu esposo y dile que investigue esto, no puedes hacerlo tu solo. ¿Tienes hijos?
Mordió su labio inferior. —Una bebé, tiene cinco meses, se llama Yuna.
—Es un lindo nombre, ¿Ves? Necesitas dejar de buscar problemas, ve a tu casa, háblalo con tu esposo y no vuelvas aquí. Te aseguro que es mejor así.
Xiumin suspiró pesadamente, lo que decía el hombre era cierto, tenía que dejar de buscar algo que posiblemente le llevaría a la muerte.
—Gracias por ayudarme y por el consejo.
—Me recuerdas a mi hija, testaruda y con esos bonitos ojos, no hagas tonterías Minseok, regresa a tu hogar, no tienes nada que probar.
Asintió, se levantó y le dió una última mirada antes de irse, regresó por su caballo, emprendiendo camino a su hogar, estaba haciendo lo correcto, había sido atacado esa noche, no existía razón para volver a sufrir algo como eso, debía ser honesto y contarle a Hoseok toda la verdad, apretó las manos en la correa, pensando ¿Y si era mentira? Sólo tenía que asegurarse, cambio el camino a dónde Hobark le había indicado, lo hizo lentamente sin hacer ruido, dejó su caballo en la cima y fue bajando por la playa, pasando el terreno boscoso, hubo algo que le llamó la atención, el río, por donde Kim Namjoon habia caído desembocaba en el mar en ese preciso lugar. Casi cae por la arena tan resbalosa, pero, mantuvo el equilibrio, entonces lo vio, había una taberna, una que conocía, porque era la que guiaba a las aguas termales, estuvo ahí tiempo atrás con Hoseok ¿Cómo es que no lo recordó? Había un par de barcos más sin banderas reconocidas, el lugar, aunque conocido, le pareció diferente ahora, nadie estaba ahí, estaba desértico, no había marines alrededor, las palabras de Horbark cobraron sentido en su cabeza, aunque no sé involucran, las personas estaban al tanto de lo que sucedía cada cierto tiempo en esa parte de la playa, el enorme barco de Las cumbres estaba ahi, algunos hombres abajo, ayudando a subir a una serie de personas que caminaban con los pies y manos encadenadas los unos a los otros, eran demasiadas personas, incluidos niños y mujeres que subían al barco para ser transportados como esclavos, recordó los escritos de Ryujin esto es lo que ella había visto esa noche.
Espero hasta que los esclavos subieron al barco y los encargados también, el terreno estaba despejado, miró a un par de hombres bien vestidos, que para nada eran soldados o marines entrar a la taberna, Xiumin debía regresar y darle aviso a Hoseok, pero, siguió caminando de forma sigilosa, se pegó a las paredes de la taberna, tratando de idear una forma de entrar, casi en la parte trasera había una ventana, pensó en estar por ella cuando escuchó la puerta abrirse.
—Son más de lo que pensábamos, cambia esa cara, papá va a estar feliz.
—No lo entiendes Mino, a este paso van a descubrirlo, tenemos que cubrir sólo una cantidad que sea difícil de notar.
—¿A qué le tienes miedo Minhyuk? No seas un cobarde, has escuchado los rumores, el rey de este reino, SeokJin es débil, han buscado durante meses sin encontrar nada, ScarLanding tiene gente estúpida.
¿Mino? ¿Minhyuk? Reconoció esos nombres por el diario de Ryujin, eran personas importantes, mordió su labio inferior, estaba por salir de ahí cuando algo lo hizo detenerse.
—El estúpido de Kim Namjoon ha hablado mucho, nos ha dado los datos que necesitabamos para una mejor ruta y alianzas, él vendió a su propio reino.
—Tampoco es como si tuviera opción Mino, es un maldito prisionero, esa información no ha sido gratis.
¡Kim Namjoon estaba con vida y en Las Cumbres! Retrocedió, era momento de salir de ahí, cuando sintió una mano en su hombro que lo volvió con fuerza, observó al hombre que le miraba con frialdad.
—Encontre una rata—dijo con un tono de voz que le heló la sangre. Todo había terminado.
3/6
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