69
Terminó de prepararse, miró la cama donde aquella pelinegra descansaba y salió, no podía creer lo que había hecho, decir que se sentía culpable era un eufemismo para lo que experimentaba dentro de su cuerpo, era una incomodidad mayor, se sentía miserable, un traicionero, y estaba tan molesto consigo mismo. Se sentía sucio y un patán, la había usado y aunque ella estuvo de acuerdo, no fue la mejor decisión. Llegó a la zona de entrenamiento, ahí, Jackson se encontraba vigilando a los soldados que habían comenzado a prepararse para dar inicio con el entrenamiento.
—Buenos días—saludó con una sonrisa—. ¿Estás bien? Pareces más molesto que otros días.
—No es nada.
—¿Seguro?
—Sí—hizo una mueca—. ¿Están todos?
—Faltan unos cinco, están a tiempo de llegar.
Hoseok asintió, aún no amanecía, y la obscuridad del claro le ayudaba a qué nadie notara su semblante sombrío. Jamás necesitó de nadie, mucho menos después de la muerte de Xiumin, se había encerrado en sí mismo, nunca habló de lo que estaba fingiendo ni del dolor tan grande que destrozaba su alma, fue así desde que era niño, se suponía que había entrenado lo suficiente su mente para no dejarse caer por cualquier emoción, sin embargo, ahora estaba llegando al límite. Hablar con Jin sabiendo lo destrozado que estaba no era lo ideal, con Ken, mucho menos, no quería escucharlo decir que se lo había advertido, sólo quedaba una persona, Jackson.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro, dime.
—Hice algo y ahora siento que he traicionado a la persona que amo.
Jackson se quedó en silencio unos momentos. —¿A Xiumin?
—Sí—escuchar su nombre fue como recibir un golpe de espada en el pecho.
—Creo que es normal lo que sientes, cualquiera lo sentiría de estar en tu lugar, pero, aunque cueste escucharlo, Xiumin ya no está, él se ha ido, y tú puedes continuar con tu vida, él no hubiese deseado que lamentaras su perdida toda la vida.
—Eso lo sé, él se fue y jamás va a regresar, pero, no puedo sacarlo de mi mente Jackson, he perdido antes, incluso estuve enamorado y ame con pasión, y cuando perdí ese amor, busque a toda costa cualquier cosa que me hiciera olvidarlo, el alcohol, el sexo, no importaba, pero, con Xiumin no puedo hacer lo mimso.
Jackson le observó con una mueca llena de melancolía. —Se llama amor Hoseok, pudiste amar a alguien más en el pasado, pero, sólo una persona podrá llegar a tu alma, y ese fue Xiumin. Lo amaste de todas las formas posibles, por eso, ahora te sientes perdido, no puedo decirte cuando acabará esa sensación, sólo podré decirte que sea lo que sea que hayas hecho, no lo estás traicionando, fuiste un gran esposo y estás siendo un gran padre, eso es más que suficiente para mantener sus deseos vivos.
Hoseok suspiró, sus ojos ardían, debido a la tristeza que se escondía debajo, no estaba listo para dejarlo ir, para comprender que el tiempo no se lo devolvería y que debía vivir una vida sin él, era cruel el juego del destino, apretó la mandíbula y asintió.
—Gracias.
—No debes pasar por esto solo Hoseok, sé que no está en tu naturaleza ser especialmente abierto con tus emociones o pensamientos fuera del trabajo, pero, si lo necesitas, te escucharé.
—Jamás necesite que nadie me escuchará, siempre tuve control de mis emociones, pero ahora, parezco un ser humano lamentable.
—No lo eres, que hables de lo que sientes no te resta hombría.
Hoseok rio por lo bajo. —Eres sabio Jackson, gracias, creo que podría tomarte la palabra, no hoy, pero algún día.
—La propuesta está abierta indefinidamente, así que no te preocupes por eso.
Escuchar de Jackson decir que no había hecho nada malo, fue un pequeño consuelo a su alma, aunque aún se sentía miserable, trató de despejar su mente. El haberse acostado con Karina, podría significar un buen avance para el plan que tenían, si hacia que ella se enamorará de él, casarse y entrar a Las Cumbres sería sencillo, pero, no se confiaba, habia algo en aquellos hermanos que no le gustaba. Sobre todo Minhyuk.
Una pequeña niña salía de forma escurridiza del castillo, llevaba en sus manos unas flores que tomó de un florero en el salón del rey. Había una idea que estuvo rondando en su mente durante todo el día, había escuchado a Mina y JiEun que cuando su padre cumplía años le regalaban flores que ellas mismas cortaban de los jardines, dijeron que eso lo ponía muy feliz, Yuna jamás había regalado flores a nadie, pero, ese día era el cumpleaños de su padre Minseok, y quería ir a dejarle flores a su tumba, jamás había ido ahí, su padre se lo impedia y sólo la dejaba rezar en el altar que tenían en casa, Yuna no comprendía el misterio y eso fue lo que la impulso a salir ese día y buscar el cementerio.
Al ser una niña pequeña, ella no tenía una construcción racional de la muerte, por lo que sabía, y lo poco que su padre le había explicado, en los cementerios se hallaba el cuerpo de las personas que estaban volando libres por el cielo, como si estuvieran descansando, Yuna, tenía la esperanza de que algún dia su papá se cansaría de volar y regresaría a su cuerpo. Abriría los ojos y despertaría de su largo sueño.
Nadie estaba cerca, durante mucho tiempo se volvió casi una experta en escapar, no le gustaba estar en un lugar por mucho tiempo, su padre la reprendía siempre que podía, pero, estaba bien, él jamás estaría enojado con ella por mucho tiempo, escuchaba a la gente hablar de que el gran general Jung estaba a los pies de su hija, y ella sabía aprovecharlo.
Tenía que correr a la puerta principal, pero, cuando salió rumbo a ella, miró a lo lejos a la princesa, quien le ayudó anteriormente cuando cayó en el campo de entrenamiento, recordaba ese momento con una sonrisa, fue dulce y amable, limpio sus heridas y la hizo reír, estaba por retroceder cuando los ojos de Karina se posicionaron sobre ella, le sonrió y alargó la mano para llamarla. Yuna lo pensó antes de suspirar y terminar acercándose.
—Yuna, querida ¿Qué estás haciendo aquí sola?
—Yo...—bajo la mirada apenada.
—¿Ibas a salir?
—Algo así ¿Y usted princesa?
La miró, Karina estaba vestida cubriendo su cabello y sus manos, sus damas estaban detrás de ella esperando con la cabeza baja.
—Quiero dar un paseo, ¿Gustas acompañarme?
—¡Si!
Karina alargó la mano y Yuna la tomó, caminaron hasta la entrada del castillo, en dónde estaba el carruaje esperando, uno de los guardias de la puerta miró sorprendido a Yuna antes de hacer una reverencia. El cochero ayudó a subir a Yuna y después a Karina, cuando ambas y dos de sus damas estuvieron dentro, le sonrió a la pequeña.
—Yuna, dime ¿A dónde ibas?
—A ninguna parte—dijo en un susurro.
—¿Y esas flores? ¿Para quien son?
Yuna miró a la princesa, ella le sonreía de forma dulce, suspiró bajando la mirada a las flores que había robado.
—Quería ir al cementerio, hoy es el cumpleaños de mi papá y quiero llevarle flores a dónde duerme.
Karina miró a la niña con dulzura antes de volver la vista hacia su dama y sonreír ligeramente.
—Yo podría llevarte ahí.
—¿De verdad? —preguntó Yuna con una enorme sonrisa.
—Sí, iremos sin problema.
—Gracias.
Los ojos grandes y brillantes de Yuna causaban un sentimiento puro dentro de Karina. Ella siempre quiso ser madre, era uno de sus sueños, cuando era joven pensaba en sus hijos, en lo maravillosos que serían, y toda la felicidad que le darían, sin embargo, la realidad fue cruel, y cuando se dio cuenta que algo andaba mal con ella y que no podía tener hijos propio, su mundo se derrumbó por completo. Constantemente miraba a las mujeres y donceles con hijos y sentía envidia, por lo que no era difícil para ella cumplir con los deseos de los pequeños que conocía, y una de ellas era Yuna. Sentía un especial cariño hacia la niña, quien parecía necesitada de calor maternal.
Llegaron al cementerio, bajaron y Yuna miró el lugar sorprendida.
—¿Sabes dónde está la tumba de tu papá?
—No, jamás he venido aquí.
—Bueno, podremos encontrarla.
Su intercambio de palabras fue interrumpido por el sonido de un caballo acercándose a gran velocidad, Karina observó a Hoseok llegar, este lucia preocupado y confundido, bajo del caballo y miró a la niña.
—¿Qué estás haciendo aquí Yuna?
—Vine a dejar flores a papá, hoy es su cumpleaños.
Hoseok tragó en seco, miró entonces a Karina e hizo una reverencia.
—Lo siento mucho mi señora, me dijeron que Yuna no estaba y la busqué, uno de los guardias me dijo que estaba con usted y los seguí, lamento mucho esto, pero, me he preocupado, siento si ella está siendo una molestia.
—Oh, no, claro que no es una molestia, lamento mucho no haber dado aviso, en verdad lo siento, no debí sacar a la niña del castillo sin su permiso.
Hoseok aligeró el gesto. —No es que desconfíe de usted mi señora, pero, entenderá que Yuna es mi hija, la conozco, sé lo inquieta que puede llegar a ser, por eso he decidido venir a buscarla.
—No se preocupe general, creo que llega en un buen momento, esto es algo que ambos deben hacer juntos, por favor, le ruego que no sea duro con ella, los niños tienen curiosidad y sus intenciones son puras e inocentes.
Hoseok negó ante de reír por lo bajo. —No se preocupe, ella está en buenas manos, por favor, siga con su paseo.
—Bien, Yuna, ha sido un placer verte y estar contigo estos momentos, me despido.
Yuna corrió hacia Karina, quien se agachó para estar a su altura y recibir el abrazo que la pequeña le daba.
—Muchas gracias princesa.
—No hay nada que agradecer dulce Yuna, cuídate.
Karina se levantó dando un último vistazo a Namjoon, quien sonrió a medias, aún había tensión entre ambos, cuando la princesa fue escoltada, Hoseok tomó la mano de Yuna y ambos entraron al cementerio, Hoseok tenía muchas dudas, muchas preguntas, incluso reclamos, ¿Por qué estaba ahí? Pero, no dijo nada, no podía, no estaba en el mejor momento para hablar con su hija, porque podría decir algo que no sentía, o explotar en llanto. Jamás llevó a Yuna al cementerio, porque simplemente no creía que fuera un lugar ideal para una niña tan pequeña, había pasado por alto lo curiosa que llegaba a ser.
Había estado en ese lugar muchas veces, visitando a sus padres, a su hermana, a la reina, a su hijo y ahora a Xiumin, cuando iba a verlo, se quedaba horas, sentado en el suelo hablando, reclamando, llorado o en silencio, mirando a la nada, no quería eso para Yuna, no deseaba que desde niña tuviera que ir a ese lugar, pero, había cosas que simplemente no podía evitar.
Llegaron al mausoleo de la familia Jung, era un monumento grande, que albergaba tres generaciones de familia directa, quitó la reja y entraron, fue encendiendo las antorchas, hasta el fondo estaba el nicho que contenia las cenizas de Xiumin.
—Es esa.
—¿Por qué hay muchos nombres?
—Hay muchas personas aquí, familia, los abuelos están también.
—¿Todos están durmiendo?
Hoseok apretó la mandíbula. —Lo están.
Yuna dejo las flores cerca de la pared, miró la inscripción con el nombre de Xiumin y suspiró.
—Feliz cumpleaños papá, te extrañamos mucho, por favor vuelve pronto.
Hoseok se quedó sin habla ¿Cómo le diría a su hija que su papá jamás regresaría? Que no estaba durmiendo, que debido a terribles personas ni siquiera estaba ahí su cuerpo, no pudo hacer los rituales pertinentes, le arrebataron todo, miró a Yuna y sólo acarició su cabello.
—¿Crees que me escuche aunque esté dormido?
—Sí, él siempre escucha—suspiró.
—¿Ya le dijiste feliz cumpleaños? —Yuna lo miró esperando.
—Xiumin—suspiró—. Hoy Yuna quiso venir a verte, creo que era momento de que ella supiera dónde descansas, no puedo evitar ciertas cosas y espero que lo comprendas, Yuna es tan linda, se parece mucho a ti, de hecho, es como si te estuviera viendo, es igual de temeraria y no le importa romper las reglas, te extrañamos mucho, todos los días, es difícil...feliz cumpleaños Jung Minseok, te amamos.
Yuna lo abrazó con fuerza, pudo sentir en su cuello las pequeñas lágrimas, beso su frente y se levantó para salir de ahí, era demasiado, estaba siendo atroz, le rompia el corazón, sin embargo, ella necesitaba esto, y por primera vez, no se sintió solo en su dolor, sino acompañado.
—¿Quieres comer pastelillos?
—Sí, duerme conmigo hoy.
—Bien, iremos a casa está noche ¿Está bien?
—Por favor.
Entre más alejado estuviera del castillo era mejor, mandaría un mensaje a Ken, pidiendo que se mantuviera al pendiente de todo, por esa noche deseaba descansar, alejarse de todo, estar con su hija. Salían del cementerio cuando a lo lejos vio a Karina caminar por los pasillos del lugar, entrecerró los ojos al verla limpiando sus ojos, algo ocultaba, pero ¿Qué? ¿A quien pudiera conocer que estuviera dentro de ese cementerio? ¿Qué tanto sabía de ScarLanding?
Era una noche como cualquier otra, los deberes de la casa estaban listos, sólo quedaba esperar a que fuera la hora de apagar las velas para descansar, últimamente, Wenn se sentía vieja, muy sobrepasada, pero, aún tenía la energía para seguir sirviendo a la familia que le dio su apoyo cuando más lo necesitaba, la residencia Jung nunca estuvo más silenciosa, ni siquiera cuando Ryujin murió, eso le confirmaba que Xiumin había dejado un espacio en blanco incapaz de ser llenado con nada. A veces, recordaba ese día y se ponía a llorar, había perdido muchas cosas, entre ellas, entrañables trabajadores perdieron la vida, y una pequeña niña perdió a su padre. Desde entonces no había podido hablar con Hoseok, no visitaba la casa, Wenn no estaba segura de si era preciso hablarle sobre lo que Xiumin tenía para él. Ella no había encontrado nada en esos años.
La puerta fue tocada de forma insistente, confundida, fue a abrir, estaba sola, a esa hora los pocos trabajadores de la casa estaban por acostarse, lo primero que vio fue a varios hombres vestidos de negro, sus sentidos se pusieron en alerta.
—¿Quienes son ustedes?
Ninguno respondió, se mantuvieron de pie, como estatuas, la tensión subió a todo su cuerpo, estaba por salir corriendo, cuando escucho pasos lentos y firmes que se acercaban, mantuvo la mandibula apretada, él se presentó frente a ella, como un fantasma, sus manos comenzaron a temblar al ver aquellos ojos llenos de frialdad, la observaba con odio.
—Nos volvemos a ver mujer, tenemos que hablar y lo sabes.
Wenn no creyó que volvería a verlo, pero, ahí estaba, frente a ella, trayendo consigo un sinfín de recuerdos dolorosos, bajo la mirada, no podía negarse, por lo que se hizo a un lado permitiendo que pasará, afortunadamente sólo él entró a la casa, ella lo siguió de cerca, se paró frente a la chimenea, sobre este había un retrato pintado de Ryujin.
—Sabes por qué estoy aquí ¿Verdad?
Wenn negó. —No, no lo sé señor.
—Quiero que me digas qué fue lo que pasó realmente—susurró sin despegar la vista del retrato—. Necesito saber por qué ella murió.
—Creo que usted sabe muy bien lo que sucedió, mi señor.
Minhyuk miró a Wenn de una forma tan fría y ruin, que por un momento creyó que la mataría, pero, sólo apretó las manos y negó.
—He escuchado muchas cosas, mi hermano dijo que se había suicidado, después, cuando vine años atrás dijeron que había muerto de una terrible enfermedad, y acabo de ver a un niño que es su viva imagen, que lleva el nombre que yo mismo elegí para nuestro hijo—chasqueo la lengua—. Sólo quiero entender qué fue lo que pasó. Por favor, dímelo.
La furia de Wenn despierto de un momento para el otro, no podía creer que después de todo el sufrimiento que ese hombre causó, estuviera ahí, frente a ella, pidiendo una explicación que no merecía.
—Lo único que paso, fue que usted apareció en su vida, por su culpa Ryujin está muerta.
—¡Yo no tuve nada que ver! Yo no sabía que ella estaba muerta, cuando volví me enteré, yo jamás le hubiese hecho daño, la amaba y quedamos en que volvería, pero...
—Ella lo buscó por mucho tiempo, escapaba para ir al muelle y ver si usted estaba ahí, dejó de recibir sus cartas y se sintió tan abandonada.
Minhyuk negó con un nudo en la garganta. —No...no es así como pasaron las cosas, no regrese a tiempo, pero todo tiene una explicación, lo que hice fue para protegerlos.
—Una noche llegó muy asustada, estaba tan nerviosa posterior a eso, hasta que una noche vinieron aquellos hombres, tratamos de hacer algo, pero era en vano, fuimos amordazados y ella fue golpeada, se fueron cuando creyeron que estaba muerta, Hoseok se la llevo de aquí, ella jamás quiso hablar, nunca dijo su nombre, dio a luz y no lo soportó.
Minhyuk cerró los ojos unos momentos. —¿Hombres? ¿Eran de aquí?
—No, ellos vestían exactamente igual a las personas que asesinaron a Jung Minseok. Creo que usted sabe más de eso que yo ¿No es así?
Por unos momentos creyó que Minhyuk hablaría, pero, en vez de eso, apretó los puños, en su rostro se hallaba tatuada la duda, una que se extendía a todo su cuerpo, Wenn no sabía que la mente de aquel hombre estaba siendo un enigma, llena de información, de secretos y de temores, porque ahora tenía la confirmación que necesitaba para saber quiénes estuvieron detrás de su muerte, sin embargo, le costaba creerlo.
—Si valoras tu vida, es mejor que te quedes callada.
—¿Qué fue lo que supo Minseok? ¿Por qué tuvieron que matarlo de esa forma? —su voz se quebró.
Minhyuk le miro con una ceja alzada. —No pudo mantenerse callado—se acercó a ella de forma amenazadora—. Estaba buscando cosas que no le importaban, no eran sus asuntos y tuvo que callarse, ahora, está silenciado, pobre, dónde está no debe recordar ni su propio nombre.
Wenn dio un paso hacia atrás presa del miedo.
—Él era inocente.
—Muchas personas lo somos, por favor, deja de buscar, nunca hables de esto, sigue guardando silencio.
—¿No es más sencillo matarme?
Minhyuk hizo una mueca. —Ella decía que eras como su madre—susurró antes de salir de ahí.
Wenn comenzó a llorar, estaba presa del pánico, sabía que no podía revelar los secretos de Ryujin, pero, no podía dejar que su muerte y la de Xiumin quedará impune, tenia que guiar a Hoseok, pero ¿Hacia donde? Miró escaleras arriba a la biblioteca y subió rápidamente, ya no podía esperar a que Hoseok fuera por su voluntad, tenía que hacer algo por sus propias manos, porque tenía la corazonada de que sucedería algo peor muy pronto.
Mucho misterio por acá ¿Verdad? 🤍
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro