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67

SeokJin miraba con seriedad a cada uno de los miembros del consejo, no era el lugar en el que quería estar en ese momento, sin embargo, le habían pedido una asamblea con mucha insistencia, los observaba gritarse los unos a los otros, tratando de dejar claras sus opiniones, para él, no eran más que discusiones estúpidas, cada día odiaba más al consejo, se creían tan importantes e indispensables, que pensaban que cada decisión que él tomara tendría que pasar por su aprobación, lo cual no era cierto.

—¡Silencio! —dijo de forma dura—. ¿Querían esta sesión para pelear como animales?

—Mi señor, no creo que sea conveniente que los príncipes de Las Cumbres estén aquí, ellos podrían ser los responsables de todo lo que ha pasado en el reino y en la frontera de los aliados, aceptarlos como invitados, sin hacerles una investigación es arriesgado.

—Su majestad, a diferencia de mi compañero, yo creo firmemente que haber abierto las puertas de los príncipes de La Cumbres nos ayudará a hacer una mejor alianza, no creo que ellos estén detrás de todo lo que ha sucedido—dijo Leeteuk con seguridad.

—¡¿Y si son los traidores?! —gruñó otro mirando específicamente a Leeteuk—. ¿No recuerdan a los bastardos? SacarLanding no puede ser tan benevolente con cualquiera que entra al reino.

—¡Eso fue diferente! —dijo otro con autoridad—. Ellos nos engañaron, no podemos declarar la guerra a otro reino sin estar seguros de las acusaciones. Rompería los acuerdos, unos que se hicieron hace años, para respetarlos.

—Estoy de acuerdo con él, no podemos juzgar a los príncipes de Las Cumbres sin saber realmente lo que está sucediente, su alteza, hacerlo, podría traer muchas desgracias a este reino.

—¡Es suficiente! —dijo Jin con voz autoritaria—. Concuerdo con Leeteuk y Han, no podemos declarar una guerra a Las Cumbres, no sin antes saber sus intenciones o tener claros los acontecimientos, debemos esperar y ver qué es lo que pasa, por el momento son nuestros invitados, así que es mejor que mantengan la calma.

Las opiniones estaban divididas, pero SeokJin no podía hacer nada, incluso si él se encontraba completamente seguro de que los príncipes de Las Cumbres estaban detrás de todos, no tenía forma de comprobarlo, se hallaba entre la espada y la pared, no tenía forma de salir de dudas, el tiempo no estaba de su lado y sentía una gran presión sobre sus hombros, no había podido dormir, cada que se encontraba con alguno de ellos, la furia amenazaba por dominarlo. Pero, tenía que guardar la calma, trató de mostrar esa mima calma ante el consejo, ellos eran los menos indicados para saber que estaba dudando hasta de su propia sombra y que tenía miedo, así fue como la asamblea terminó con opiniones divididas y falsa tranquilidad. De regreso a su oficina acompañado de Ken, Hoseok y Jackson, se dejó caer en la silla, cansado y estresado.

—Sírveme algo fuerte—ordenó. Jackson sirvió en una copa el más fuerte licor y se lo tendió en silencio—. Ustedes también piensan que me equivoco ¿Verdad?

Hoseok suspiró bebiendo también. —No, es lo que tenías que hacer, lo menos que necesitamos en este momento es que ellos se entrometan, lo hiciste bien.

—¿La princesa ha dicho algo?

—No, sólo lo que te dije, aunque pareciera ser un libro abierto, la verdad es que ella es cautelosa al hablar. Sabe demasiado, me identifica muy bien. Sabía que yo entrené a los reyes, sé que eso no es un secreto, sin embargo, siento que preguntó sólo para probarme.

—No es casualidad que ellos estén aquí—susurró contrariado.

—¿Y qué piensas hacer? —preguntó Jackson con una ceja alzada.

—No lo sé, no es como si pudiera llegar y preguntar si ellos tienen algo que ver con lo que ha pasado en las fronteras, la desaparición de muchas personas o si ellos saben lo que sucedió con Namjoon.

Hoseok rio por lo bajo. —Es obvio que no podemos hacer eso. Debemos ser más inteligentes.

—Necesito respuestas—susurró Jin con una mueca—. Si ellos se van y yo no sé nada de lo que necesito, si ellos no me dan indicios de que Namjoon está con vida, no sé lo que haré.

—Ye lo advertí Jin—gruñó Hoseok—. No es algo que fácilmente podemos saber, tienes que ser sensato y estar consciente de eso.

—¡¿Qué debo hacer entonces?! —dijo realmente desesperado.

—Tengo un plan—susurró Hoseok contrariado—. Pero, tiene fallos y errores.

—Dime.

Hoseok lo había pensado demasiado, tanto que permanecía las noches en vela, no quería hacerlo, se negaba a tomar esa decisión, pero, la plática con Karina le dio una idea, el simple hecho de pensarlo le hacía sentir incorrecto, sin embargo, al ver a Jin tan desesperado, sentía el deber de hablarlo. Podía vivir infeliz, sacrificarse a sí mismo si sabía que Jin y Namjoon podrían reunirse de nuevo, era un precio que estaba dispuesto a pagar, él también hubiese querido tener esa oportunidad, pero lamentablemente era tarde, a diferencia de Namjoon, donde había pistas claras que decían que podía estar con vida, Xiumin estaba muerto y jamás podría verlo de nuevo.

—Karina dijo que la única forma de acceder a La Cumbres era si eras invitado, o, si contraías matrimonio.

Ken, quien había permanecido en silencio lo miró con una mueca. SeokJin ladeo la cabeza, no terminando de comprender a qué se refería.

—No te entiendo ¿Qué tiene que ver eso? —susurró contrariado.

—Tú mismo lo dijiste, creo que Karina tiene una atracción por mí, si me esfuerzo en enamorarla, puedo convencerla de que nos casemos en Las Cumbres.

—Hoseok no—dijo Ken quien no había dicho nada.

—Si voy ahí, podré descubrir si Namjoon está con vida y los planes que ellos tengan.

—¿Y tú? ¿Va a aceptar casarte con alguien que no amas? ¿Vas a sacrificar tu vida por algo que no sabemos si es verdad?

La habitación se llenó de un silencio petrificante, SeokJin miraba fijamente a Hoseok, quien tenía la duda tatuada en los ojos, duda que sólo pudo ser vista por Ken, quien entendía que Hoseok no quería hacerlo, que para él sería una tortura, pero lamentablemente Jin no pensaba lo mismo.

—¿De verdad harías eso?

—Sí, si Namjoon está allá, es más sencillo que lo descubra si voy a Las Cumbres.

—¡Basta! —gruño Ken mirando a Jin con desaprobación total—. ¿Se están escuchando? Hoseok, sabes bien que no puedes hacer eso, jamás serás feliz.

—Ya no hay nada que me haga feliz—dijo con amargura—. Lo único que me queda es cumplir con mi deber, no me interesa.

—¿Y tú Jin? ¿Eres tan egoísta para pedirle que lo haga?

SeokJin tragó en seco. —Tú no lo entiendes Ken.

—No, tienes razón, no lo entiendo—bufó dando un paso hacia atrás.

SeokJin cerró los ojos unos momentos, antes de que las lágrimas recorrieran sus mejillas, Hoseok suspiró profundamente antes de acercarse a él, se sentó a su lado y lo abrazó atrayéndolo a su cuerpo, SeokJin sollozo en su pecho, lo entendía, claro que lo hacía, era imposible no hacerlo, no cuando sabía exactamente lo que estaba sintiendo, si el tuviese la oportunidad de encontrar con vida a Xiumin, haría hasta lo imposible para regresarlo y permanecer a su lado.

—Tranquilo, haremos lo posible para descubrirlo.

—Me hizo una promesa Hoseok—sollozo—. Necesito que lo cumpla, sé que es imposible, que las personas piensas que me he vuelto loco, pero, no puedo dejarlo ir, no cuando hay una mínima posibilidad, no quiero ser egoísta, yo no soy así, pero, es mi última oportunidad.

—Shhh—susurró cerca de su cabello—. Lo entiendo, tranquilo, traeré a Namjoon de vuelta.

Hoseok sabía que era una promesa cruel, porque no estaba seguro de que podría cumplirla, menos cuando sentía que no estaba haciendo lo correcto, que estaba fallándole a Xiumin, trató con todas sus fuerzas dejar aquello atrás, como su padre siempre le decía, primero era su deber. Tenía que cumplir esa promesa y sólo así, tal vez, podría descansar en paz.






















Minhyuk caminaba por aquellos extensos pasillos con la mente dispersa, jamás había estado en el centro de ScarLanding, años atrás, había rogado a su padre que le dejara explorar el mundo, salir a navegar, ahí fue donde la conoció, fue desde ese instante en que la vio sentada en una piedra en la playa, leyendo un libro, que quedó enamorado de ella, lo único que tenía en la mente era conocerla, quería escuchar su voz, ver sus ojos de cerca, y cuando lo hizo, cuando estuvo a escasos metros de ella, ese enamoramiento se intensificó, contaba los días para volverla a ver, mandaba cartas con la esperanza de obtener una respuesta, ella era todo lo que necesitaba, pero, aun así, no pudo ir en contra de su padre y cuando este le pidió que se alejara, tuvo que hacerlo, porque concia muy bien a su padre y sabía que si no lo hacía, este sería capaz de hacerle daño, así que la dejó, con la esperanza de volver a verla algún día, a ella y al hijo que estaba esperando. No había día que no se reprochara el peso de sus decisiones, se odiaba por completo, no se consideraba alguien valiente y fuerte.

Seis años atrás, cuando regresó a aquel fatídico baile, se enteró que ella estaba muerta, nadie podía decirle nada acerca de su muerte, ni lo que había pasado con su hijo, no sabía nada, y esa ignorancia lo hacía perderse día con día en una espiral de dolor y desprecio, le exigió a su padre la verdad, quería saber si este era el causante de la muerte de su amada, pero lo negó, Minhyuk no sabía qué pensar. Cada que veía de cerca a Jung Hoseok quería preguntarle qué es lo que había sucedido con Ryujin, su hermana, pero era tan cobarde, un peón que sólo estaba ahí para acatar las órdenes de su padre, descubrir el alcance del ejercito de ScarLanding.

Su cabeza estaba por explotar, quería un poco de tranquilidad, cuando miró a dos niños salir corriendo de una sala, reían sin parar, parecían ajenos a lo que estaba a su alrededor, se quedó quieto, cuando uno de ellos, el más pequeño chocó contra sus piernas. Ambos niños se detuvieron, mirándolo con terror, hicieron una inclinación de cabeza.

—Lo sentimos mucho señor—dijo el mayor.

—Está bien, sólo tengan cuidado, pueden hacerse daño—dijo con voz calmada y amable.

Ambos niños le miraron con una sonrisa, el más pequeño era muy parecido a Namjoon, pero el mayor le petrificó. Minhyuk podía reconocer esos ojos donde fuera, así pasaran siglos, él estaría seguro de ellos, porque simplemente no podía olvidarlos, era una imagen que se quedó permanentemente en su mente y no había nada lo suficientemente fuerte para borrarlo, esos ojos almendrados color verde, unos que le miraron con amor y pasión, ahora, esos mismos ojos estaban en el rostro pequeño de aquel niño, que era exactamente igual a ella.

—Tendremos más cuidado señor—dijo el niño mayor, con una voz dulce, tomando la mano del más pequeño.

—¿Cuál es su nombre? —preguntó sin dejar de mirar al niño de ojos verdes.

—Él es Soobin el príncipe heredero y yo soy Yeonjun.

YeonJun. Relamió sus labios, nervioso, ese era el nombre que él había elegido para su hijo en caso de que fuera un varón. En la vida eran imposibles tantas coincidencias, sonrió al niño, estaba por decir algo, por preguntarle sobre sus padres, cuando Kim SeokJin apareció, este al verlo se acercó.

—¿Sucede algo?

—No su alteza, para nada—dijo con voz tensionada.

SeokJin miró a los niños y les sonrió con amor, una muestra de afecto que Minhyuk desconocía por completo, sus padres jamás demostraron afecto, por lo que verlo, era un suceso extraño.

—Vayan a su sala—dijo con ternura. Ambos niños asintieron y se fueron de la mano hacía la sala de donde habían salido—. Lamento si lo han molestado de alguna forma, son demasiado inquietos.

—No, claro que no, ellos sólo estaban jugando—intentó hacer que su voz sonara lo más amable que podía.

—Es muy considerado—sonrió a medias—. Estaba por tomar el té ¿Quisiera acompañarme?

—Sería un honor su alteza—dijo inclinando la cabeza.

SeokJin caminó a su lado, entraron a una sala privada, espero a que él tomara asiento y que le indicara que podía hacer lo mismo, cuando lo hizo tomó asiento frente al rey, una de las sirvientes entró trayendo el té, lo sirvió con sumo cuidado y los dejo a solas por petición de Jin.

—Sus hijos son muy lindos, el pequeño se parece al rey Namjoon, lo cual es especial, así mantiene vivo su recuerdo.

—Sí, mis hijos tienen especial parecido a su padre.

—El niño más grande, sus ojos son muy diferentes, incluso, el verde de sus ojos no es igual al suyo.

—Bueno, eso es porque no es mi hijo de sangre, lo adoptamos.

Recordó entonces, la información sobre el hijo adoptado se Kim Namjoon, al cual no le prestó atención alguna, ya que no significaba nada para el reino de ScarLanding, no era un heredero elegible, sin embargo, en esos momentos era el tema más importante para Minhyuk.

—¿Qué sucedió con sus padres?

—Su madre era una gran amiga mía, murió al momento de dar a luz.

Sintió un golpe en su pecho, un dolor indescriptible, lo peor que había sentido en toda su vida, tomó un instante para recuperar el aire, tragó el nudo en su garganta, pero era imposible, no se iba, se gritó internamente para recobrar la compostura, bebió un poco de té, sin importar quemar su boca, necesitaba algo que le hiciera dirigir su atención a otra cosa. Observó como SeokJin lo miraba, sus ojos detonaban confusión.

—¿Se encentra bien? —preguntó con una sonrisa falsa, la misma que había mantenido desde el primer momento en que llegaron.

—Sí, lo siento—dijo encontrando por fin su voz—. No he podido dormir bien, me cuesta mucho mantener la atención, no duermo bien cuando estoy fuera de mi reino.

—Oh, es comprensible, lamento ser inoportuno.

—No, su majestad, por favor no diga eso, me alegra estar tomando el té con usted. Me parece que es una persona con una fortaleza inquebrantable.

SeokJin elevó una ceja. —No entiendo ¿A qué se refiere?

—No ha sido fácil continuar sin su esposo ¿Verdad? La pérdida de las personas que amamos pueden ser un obstáculo para continuar, pero, en este tiempo, lo ha hecho de maravilla, estoy seguro de que, si el rey Kim Namjoon viviera, estaría muy orgulloso de usted.

Pudo ver como todas las barreras de SeokJin se derrumbaban por completo, había dado en el blanco, ahora lo tenía acorralado.

—Espero que así sea—dijo con una sonrisa amarga—. He tratado de llevar el reino conforme a sus enseñanzas.

—Bueno, creo que ha hecho un grandioso trabajo, me atrevo a decir que puede llegar a ser incluso mejor que su esposo.

—No pretendo serlo.

—Esa es la magia de esto alteza, no sabemos de lo que somos capaces hasta que tenemos que tomar el poder.

—Supongo que usted sabe mucho de eso ¿Verdad? Por lo que he escuchado, se está preparando para tomar el lugar de su padre como rey de Las Cumbres.

—Soy el heredero, conforme pase el tiempo, es un hecho que se hará realidad, debo estar preparado.

—Entiendo, entonces, le deseo la mejor de las suertes.

—Gracias su alteza. Con su permiso, me tengo que retirar, deseo descansar.

—Adelante.

Aquel intercambio "cortés" fue una declaración silenciosa de guerra, entendió que SeokJin era mucho más inteligente de lo que pensaban y que este, sabía de alguna manera que ellos eran sus enemigos. Caminó hacía su habitación, estaba completamente consciente que su intercambio con SeokJin debería ocupar todo espacio en su mente, pero en vez de eso, lo que se repetía en su mente era la muerte anunciada de la madre de aquel niño. Se dejó caer en el piso, hiperventilando, sintiendo una opresión mortal en su pecho, Ryujin había muerto al dar a luz a su hijo y él, no había estado ahí, la abandonó, y, sobre todo, su hijo estaba viviendo como si fuera nada, cuando en realidad era su heredero, comenzó a llorar de desesperación, la última esperanza que tenía estaba destruida.

—¿Eso es lo que querías decirme aquella noche Jung Minseok? Dime ¿Me equivoqué contigo?






Bueno eso es todo por esta semana, fueron 6 capitulos que dieron inicio a esta tercera parte, espero que les haya gustado. 🤍

Muchas gracias por leer y comentar.

Minhyuk.

Nota. SeokJin está actuando conforme sus emociones, tenemos que tomar en cuenta que ha estado años esperando un indicio de que Namjoon está con vida y bien, no es que le guste ser egoísta, pero no tiene otra manera de actuar.










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