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66

—Jin, no estoy muy seguro de esto, no creo que esté bien que Hoseok lo haga.

SeokJin miró a Ken con una ceja alzada, ambos estaban evaluando las opciones que tenían, habían pasado un par de días, pero, no descubrieron nada, Minhyuk aunque era amable, daba largas y jamás hablaba de más, Karina era callada y no había podido hablar con ella más allá de las flores. Estaba frustrado, sentía que esa era su única oportunidad de saber si Namjoon estaba con vida, si ellos sabían algo.

—¿De qué hablas?

—Bien, aunque Hoseok se ve estable, lo de Xiumin lo afectó mucho más de lo que creemos, tú más que nadie lo sabe, hacer esto puede herirlo o confundirlo.

—Hoseok dijo que estaba bien, que podía hacerlo.

—¿Y tú le crees?

—Él no tiene porqué mentirme.

Ken suspiró. —No, no te va a mentir, pero tampoco te dirá toda la verdad, oculta cosas y cómo es que se siente.

—No lo entiendes Ken, no tendremos otra oportunidad como está.

—¿Qué es lo que pretendes encontrar Jin?

—Sí Namjoon está con vida, ellos son los únicos que deben saber en dónde está, no hay otra respuesta Ken, lo sabes bien, todo el mundo lo sabe, ellos son los causantes de todo lo que está ocurriendo, mira, sé que piensas que soy un loco, pero, necesito encontrarlo.

—Jin...esto es...estás haciendo todo esto para encontrar a Namjoon, pero, ¿Y si ellos no lo tienen? O ¿Qué si no está con vida? ¿Has pensado en eso?

SeokJin le miró furioso, estaba cansado de que nadie le creyera, de que todos le mirarán con lastima o como si fuera un completo loco, tener ahí a los príncipes abría una nueva posibilidad, una que no quería desaprovechar.

—Déjame sólo Ken, por favor.

—SeokJin...

—Es una orden.

Ken lo miró unos segundos antes de salir de la oficina, SeokJin tomó de un trago la copa de vino que tenía en las manos, apretando está al final paran lanzarla a la pared en un arranque de irá, cerró los ojos y sollozó.













Le había sorprendido el recado que recibió de la dama de Karina aquella mañana, dónde le decía que su hermano le había permitido ir a los campos, SeokJin estaba de acuerdo, y sin más, se preparó para esa tarde. Antes no lo hubiese importado ese tipo de misiones, al contrario, habría tomado el papel con diversión, pero, después de Xiumin todo parecía complejo. Sin embargo, no iba a detenerse, no cuando tenía un deber que cumplir y una responsabilidad tan grande que recaía en sus hombros. Se preparó, y mando a tener listo uno de los carruajes, además de hombres que le acompañaran, cuando estuvo frente a la puerta del castillo, esperando, algunos guardias de Las Cumbres bajaron, no podía ver bien sus rostros, pero parecían siempre mantener la misma postura. Después de esperar un rato, Karina apareció, con un vestido sencillo, de color rosa, que le hacía ver bien, cualquier color le quedaba de maravilla, era seguida por dos de sus damas, ella le sonrió al verlo, y Hoseok hizo una reverencia.

—Mi señora.

—General Jung, me alegra tanto que haya tenido tiempo para acompañarme a este paseo. Espero no haberlo molestado, mi hermano me reprendió, me dijo que no debería molestar a los demás.

—No mi señora, no es ninguna molestia, no se preocupe por ello, espero que mi compañía le sea provechosa este día, por favor, suba—dijo alargando la mano, Karina puso la suya sobre la extendida, la cual le ayudó a subir al carruaje, Hoseok espero a que las damas también subieran para cerrar la puertecilla y subir a su propio caballo.

El campo estaba a las afueras del reino, pasaron por el pueblo, las personas curiosas miraban al carruaje esperando observar más allá, estaban acostumbrados a que ScarLanding fuera anfiltrion de grandes personalidades, sin embargo, Las Cumbres siempre fue un misterio, era claro que al igual que ellos, las personas del pueblo quisieran saber más. Hoseok se mantenía serio, no le gustaba la atención, que las personas le miraran, a pesar de que era el general de todas las tropas y que su estatus no fuera bajo, jamás se acostumbraría a estar en ojos de todos.

Llegaron al campo, era primavera, las flores estaban en su mayor explendor, los arboles con frutos rebosantes de vitalidad, bajó se su caballo, la caravana se detuvo, uno de los guardias de la princesa abrió la puertezuela y la ayudó a bajar, las damas lo hicieron detrás de ella, eran mujeres de mediaba edad, demasiado serias, una de ellas sacó una sombrilla y cubrió a la princesa.

—Vaya—dijo sin aliento, sonriendo encantada con todo lo que veía.

Caminó hacía las flores, entrando en el campo, su mano pálida tocaba los pétalos con suma delicadeza, Hoseok se quedó atrás, sólo observando. A pesar de ser una mujer adulta, recta y sumamente elegante y delicada, aún parecía una niña con la forma tan alegre con la que reaccionaba a algo tan simple como un campo de flores. Ella se volvió para mirarlo, alargó la mano y lo llamó.

—General, venga, camine conmigo.

—Enseguida—dijo con un tenue suspiro, se acercó a ella, ofreciendo su brazo que doblo a la altura de su estómago, Karina puso la mano en su antebrazo y ambos comenzaron a caminar lentamente.

—Es un lugar precioso, me encantaría que algo como esto existiera en mi reino—dijo con un suspiró lleno de resignación.

—Estoy completamente seguro que su reino tiene otras cosas interesantes majestad.

Karina dudo unos momentos. —Hay una laguna, es preciosa, sobre todo de noche, está cerca del río, escondida entre las montañas, cuando era niña mi nana me contaba historias de seres mágicos que habitaban ahí, decía que tenía el poder de conceder deseos a quien lo pidiera de corazón—se detuvo para mirar a Hoseok, rio negando—. Debe parecerle estúpido todo lo que digo, me disculpo, casi no hablo con las personas.

—No, majestad, lo que dice me parece interesante, realmente jamás había escuchado algo como eso, salvo la vez que Min Yoongi el rey de RyuuMoon me contó algunas leyendas de su reino, así que no me parece descabellado.

—Es cierto, olvidaba que estaba hablando con el gran Jung Hoseok, quien fue encargado de entrenar a los reyes más poderosos, es una leyenda.

—No sabía que mi nombre era conocido en Las Cumbres.

—Lo es—sonrió—. Mi padre dice que conoció al suyo, un hombre venerable.

Hoseok sonrió para sus adentros, estaba abriéndose a una conversación que realmente le interesaba, puso total atención en ella, para hacer las preguntas correctas, sin que sospechara sus intenciones.

—Me tiene en desventaja majestad, yo no sé nada de ustedes, un poco de su padre, supe que estuvo aquí hace muchos años.

—Sí—dijo con una mueca—. Siempre ha dicho que ese viaje le cambió la vida para siempre, pero general, estamos en la misma situación, mi padre no es más que un cofre cerrados, mucho más desde que nuestra madre murió.

—Lamento mucho escuchar eso majestad, mi más sentido pésame.

—Está bien, sucedió hace muchos años, ella era igual de reservada, no una madre amorosa, sino una muy estricta, general ¿Cómo eran sus padres?

—Bueno—suspiró pensando bien en la respuesta—. Mi padre era un general, por lo que pocas veces pude encontrar clemencia en él, me trataba como a otro soldado más, lo cual agradezco, todo lo aprendí de él, mi madre era dulce y amable, pero no conviví mucho con ella, era más cercana a mi hermana, tal vez por eso me cuesta tener un poco de tacto.

Karina rio por lo bajo. —Lo entiendo bien, no sabía que tenía una hermana, yo también tengo una, pero, ella es...complicada. Muy mimada.

—La tuve—dijo con una mueca, el punto de aquella conversación no era hablar de él—. Falleció de una enfermedad cuando era muy joven.

—Oh, ahora soy yo quien lo lamenta, no era mi intención.

—No se preocupe majestad, no nos conocemos, algunas preguntas serán complicadas de responder, pero no importa, ella se fue hace ocho años, he superado su partida.

—Es alguien muy sabio para su edad.

—¿Mi edad? Lo lamento majestad, pero soy viejo, h envejecido con la vida.

Karina le sonrió. —¿Cuántos años tiene?

—Si respondo esa pregunta, usted tendrá que hacer lo mismo.

—Puedo correr ese riesgo general.

—Tengo treintaisiete años. Es su turno—sonrió con diversión.

—¿Cuántos años cree usted que tengo? —preguntó elevando una ceja.

—Si me permite decirlo, se ve increíblemente joven y hermosa, diría que veinticinco años o incluso menos.

Karina soltó una carcajada que cubrió con su mano enguantada. —No, no ha estado cerca, aunque agradezco el cumplido, tengo treinta años—ella pareció notar su sorpresa, así que asintió—. Lo sé, luzco joven, papá dice que es porque me parezco a mi madre, ella siempre fue joven y hermosa.

—Estoy sorprendido, luce muy bien—sonrió.

Hoseok comenzó a tener más curiosidad, no era común ver a una mujer o doncel de esa edad en la soltería, se llegaba a pensar que, si no se habían casado para ese momento, vivirían toda su vida solos, era bien sabido que los hombres preferían mujeres o donceles jóvenes, eso ayudaba a que la crianza de los hijos fuera mejor, él no lo entendía, pero, era algo que se tenía como una ley silenciosa.

—Seguro que se pregunta por qué no estoy casada aún ¿Verdad? —dijo tras un momento de silencio.

—No, claro que no majestad, no podría—dijo de inmediato, dándose cuenta que su silencio podría haberla ofendido.

Karina rio por lo bajo y negó. —No hay nada de qué preocuparse, es normal, de hecho, es una de las razones por las cuales prefiero quedarme en el catillo, lejos de la mirada de los demás.

—No debería, no es nada por lo que deba estar avergonzada.

—Estuve casada, soy viuda—dijo con más seriedad—. Mi esposo murió hace casi seis años, estuve casada con él cinco años.

—Nuevamente, lamento mucho escuchar eso—dijo con una inclinación de cabeza.

—Está bien—suspiró—. Mi matrimonio no fue feliz.

—¿Puedo preguntar la razón?

—No puedo tener hijos, jamás pude darle un bebé, eso nos alejó demasiado, cuando él murió, apenas nos mirábamos, mi padre dijo que nací defectuosa, por eso jamás volvió a emparejarme con nadie, sería una vergüenza.

—Eso es cruel, lamentablemente se juzga con severidad a donceles y mujeres por el hecho de tener o no descendencia.

—Tiene una forma de pensar muy amable general. Estoy segura de que su esposo o esposa debe estar feliz de tenerlo en su vida.

Hoseok hizo una mueca, ella le había contado algo muy personal, por algún motivo, se sentía con el deber de hacer lo mismo, o tal vez era simplemente que no tenía con nadie más que hablar, ella era una desconocida, que saldría de su vida pronto.

—Mi esposo murió hace cuatro años—dijo con voz rebosante de amargura—. No es necesario que se disculpe o que me dé el pésame, de hecho, preferiría que no lo hiciera.

—No lo haré entonces—dijo con dulzura—. ¿Ha estado criando usted a su hija? Los he visto, ha sido muy tierno, creo que es un padre maravilloso, no es normal que los padres sean tan abiertos y dulces con sus hijos.

—¿Qué más puedo hacer? —rio por lo bajo—. Yuna es lo único que me queda, es la viva imagen de mi esposo, es imposible no amarla.

—Tenemos más en común de lo que pensaba general—suspiró—. Al menos usted tiene algo por lo cual luchar.

—Usted también majestad, podría encontrar el amor de nuevo.

Karina le miró con una mueca melancólica, sus ojos reflejaban sincera tristeza, Hoseok puso su mano libre sobre la de ella y dio pequeñas palmadas, tratando de consolar su corazón.

—Hace mucho que dejé de esperar amor general—desvió la mirada—. ¿Usted está abierto al amor?

—No—dijo sin pensarlo, porque no había nada que pensar—. El lugar de mi esposo es irremplazable, nunca amaré de la forma en la que lo amo a él.

—¿Cómo era su esposo? —preguntó con curiosidad.

—Era...sólo era él—rio con un sabor amargo en la boca—. Lo siento, pero, no hay otra forma de describirlo, era increíble. Un guerrero, no le importaba recibir una flecha por su deber, o salvar a inocentes aun estando embarazado. Xiumin era valiente, dulce, amable y fuerte, no se rindió conmigo, a veces me arrepiento.

—¿De qué?

—Pasé muchos años negándome a amarlo, aun a pesar de que me gustaba y lo quería cerca, hacía lo imposible por alejarlo., tenía miedo, fue tiempo perdido, si yo tuviera la oportunidad de volverlo a ver, no dudaría en buscar su amor.

—¿Aunque él no lo recordara? —preguntó en un susurro.

—Haría que lo hiciera ¿Por qué la pregunta? —la observó confundido.

—No es nada, a veces me pongo a imaginar escenarios de amor—rio—. Soy una romántica empedernida.

—Ya que yo le estoy mostrando mi lado más vulnerable, creo que merezco saber más de su reino, lo lamento, pero, todos están curiosos.

Pensó que Karina lo tomaría a mal, pero en vez de eso, esta comenzó a reír y asintió dándole la razón.

—Bien, responderé una pregunta, piense bien en ella.

—¿Por qué es tan difícil entrar?

—Primero, las corrientes marítimas son fuertes, es complicado llegar ahí, segundo, mi padre no quiere extraños en su reino, la forma en la que vivimos es muy diferente, está obsesionado con el orden y el control, aunque, pude entrar ahí por invitación o por matrimonio.

Hoseok asintió. —Eso lejos de quitarme la curiosidad, me genera más.

—¿De verdad cree estar listo para saberlo todo? —elevó una ceja—. Es mejor que volvamos al castillo.

—Como usted diga—sonrió, a pesar de que en su interior supo que ella ocultaba más cosas de las que aparentaba, llegando a ser peligroso.






















Había sido un día cansado, Karina entró en la habitación que le designaron, encontrándose a Mimhyuk bebiendo una copa de vino, este le miró expectante.

—¿Cómo estuvo?

—No pude descubrir nada. Es cuidadoso al hablar—dijo, omitiendo por supuesto, el hecho de que no había preguntado nada a Hoseok sobre el ejército.

—Espero que no olvides la razón por la cual estamos aquí Karina.

—No, no lo he hecho.

Minhyuk se levantó y asintió, antes de que saliera, Karina le miró con una ceja alzada.

—Su hermana murió de una enfermedad, eso fue lo que me dijo.

Pudo ver como su hermano cambiaba su semblante. No la miró, pero su postura entera estaba llena de tensión.

—¿Hace cuánto?

—Ocho años.

—¿Dijo más? —preguntó con voz llena de oscuridad, lo conocía demasiado bien, como para saber que algo ocultaba y que ese algo, le dolía.

—No, sólo eso. ¿Por qué estás tan interesado en Min Ryujin?

—Haz sólo lo que se te pidió Karina, descansa.

Salió de la habitación dejándola a solas. Karina se sentó en el banco frente al tocador, suspiró cerrando los ojos, no quería hacerlo, pero no tenía opción, Jung Hoseok tenía que ir a Las Cumbres, abrió los ojos y se miró fijamente, ella tenía su propio plan. 


Hoy es el cumpleaños del solecito. ❤️

Espero que les esté gustando, voy lo más rápido que puedo, en verdad me tardo mucho escribiendo está, tengan paciencia 😞

Los amo mucho, comenten mucho plis 🤍

Karina, que no es tan mala como imaginan.

Sigan comentando, nos falta un día para terminar esta semana, espero les esté gustando 🤍

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