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Yuna estaba molesta, demasiado molesta, tanto, que no hablaba, sólo lo miraba, Hoseok sentía una mezcla de ternura y preocupación por la actitud de su hija, no había hecho nada malo, pero ella lo veía como si fuera el enemigo, en ese estado, con el ceño así de fruncido, se asemejaba mucho a él. Rio por lo bajo y terminó de colocarle aquel vestido azul pastel, era muy bonito, recordaba haberlo comprado especificamente para ese día, pensó que le agradaría, pero en vez de eso, lo odio por completo, tuvo que obligarla a usarlo.

—Yuna, quita esa cara. Te ves fea.

—No me gusta, no quiero un vestido.

—Lo sé, pero es un baile, y tienes que lucir elegante, mira yo llevo mi traje de gala.

—¿Y por qué yo no puedo tener un traje de gala?

Hoseok rio por lo bajo. —Eres muy hermosa como para ir vestida con trajes feos, este vestido es muy bonito.

Ella desvió la mirada y bufó. —No me gusta.

—Mira, si quitas esa cara, te daré dos regalos que te he comprado y uno que te voy a prestar ¿Aceptas?

Yuna le observó con sus grandes ojos castaños y asintió, Hoseok moría de amor, la tomó de la cintura y la llevó a un banquillo, dónde la dejo de pie, fue hacia el armario y saco dos cajas pequeñas.

—El primero es este, tu primera daga—saco de una caja, una pequeña daga de plata, había pedido que no le sacarán filo, así que no podía hacerse daño con ella, era simple decoración—. No puedes amenazar a nadie ni jugar de manera irresponsable con ella ¿Entiendes?

Yuna asintió al tiempo que la tomaba en sus manos, era más ligera que una normal, sus ojos mostraban la felicidad más grande. Hoseok sacó un estuche de cuero blanco y se lo mostró.

—Hay ventajas de llevar vestido, pondré esto en tu pierna y la daga, así no sólo serás una linda niña sino también mi fuerte guerrera ¿Está bien?

—¡Si! —dio un grito de emoción.

Hoseok acomodó el estuche de cuero en su pierna con las cintillas y puso la daga. Acomodo de nuevo el vestido ampon y sonrió.

—En dado caso de que sea incómodo, tienes que decirme y yo la guardaré. Este es otro regalo, no puedes ir del todo despeinada, pero tampoco quiero que te recojan tu cabello, así que compre esto para ti.

Abrió la caja más pequeña, era un broche de plata, con una flor azul brillante, Yuna la toco y sonrió.

—Me gusta, pero me gusta más la daga papá.

Hoseok rio por lo bajo, al tiempo que acomodaba el broche en el lado derecho de su cabecita, recogiendo un poco de cabello, él amaba el cabello largo de su hija, su color era igual al de Xiumin, y lucía preciosa con sus rulos naturales.

—Ya estoy lista entonces.

—Falta algo...mmm...pero, tienes que prometer que vas a cuidar esto muy bien, sólo te lo prestaré está noche.

Los ojos curiosos de la pequeña le miraron expectantes. Hoseok sacó del closet una caja roja cuadrada, abrió y trato de contener su aliento, se lo mostró a Yuna y está sonrió, era el collar que Xiumin había usado hasta el día de su muerte, un de pequeñas perlas con diamantes entre cada una de ellas, días después de encontrarlo en esa playa, lo limpió y guardó por todos esos años, pero, sentía que Yuna también necesitaba algo de Xiumin.

—Es muy bonito, es una joya muy linda.

—Este collar es una reliquia familiar, mi abuelo se lo dió a la abuela, mi padre a mi madre y yo se lo di a tu padre. Xiumin lo uso hasta el último día de su vida y es un collar muy especial.

Yuna hizo un puchero. —¿Era de papi?

—Sí, y lo usarás está noche—le sonrió, se colocó detrás de ella y le puso el collar, después la volvió al espejo de cuerpo completo para que se observará—. Te ves hermosa.

Yuna tocó el collar en su cuello y sonrió a su padre.

—Te quiero papá—abrazó su pierna.

Hoseok suspiró y se agachó para poder abrazarla mejor, dio un beso en su mejilla. Tomó su mano y la llevó fuera de su habitación, se dirigieron al ala dónde estaban los niños más pequeños, las nanas les cuidarían hasta que el baile iniciará, al llegar se agachó y le sonrió.

—Portate bien, ¿Entendido? No hagas desorden y no te ensucies.

—Está bien, lo haré sólo por hoy.

Rio por lo bajo, se la entregó a Irene quien no dejo de decirle lo hermosa que lucía. Hoseok tomó aire, era difícil, todo lo que tenía que ver con Xiumin era más complicado de lo que alguna vez imaginó, despejó su mente y bajo, para ayudar a preparar los últimos detalles de la seguridad ese día.







—Te vez hermosa—dijo en voz alta y con sus manos.

Tzuyu suspiró. "Estoy nerviosa"

—Lo sé, pero te ves encantadora, hoy es tu día especial.

Tzuyu le sonrió, SeokJin estaba feliz por su hija, había crecido de una forma hermosa, era dulce y encantadora, una niña ejemplar.

"¿De verdad me veo bien?"

—Te ves maravillosa hija.

No mentía, Tzuyu tenía una belleza extraordinaria, un largo cabello castaño oscuro, similar al de Namjoon, unos ojos color azul violeta, iguales a los de la antigua reina, llevaba un vestido rosa, con brillantes y encajes, era preciosa. Todo estaba listo para la fiesta de esa noche, Jin, quiso dejar de lado a sus incomodos visitantes y disfrutar de todo lo que había preparado para ella. Cuando fue el momento de bajar, Jin le puso un collar de diamantes y una tiara, beso su mejilla y ambos bajaron, él estaba tomando el papel que le pertenecía a Namjoon, no se quejaba, pero no dejaba de ser triste.

Había muchas personas, todos en el reino estaban esperando la gran celebración, la nobleza de los alrededores había viajado para estar presente. Era la primera celebración grande que tenían desde la desaparición de Namjoon, se había negado durante años a hacerlo, no estaba de humor para celebrar, sin embargo, sus hijos lo necesitaban, también su reino, no podía estar en luto para toda la vida.

—Sean bienvenidos para celebrar el cumpleaños de mi hija, la princesa Tzuyu, espero que disfruten está noche.

SeokJin saludaba a las personas que se inclinaban frente a él, miró de reojo a Karina y a Minhyuk quienes iban bien vestidos, hubo un momento dónde sus ojos se encontraron, SeokJin tenía a muchos soldados vigilando la velada, no dejaría que nada arruinara esa noche. El banquete comenzó y todos se sentaron a disfrutarlo.

—Es una hermosa fiesta su majestad—dijo uno de los nobles—. Es una buena pre-presentación de la princesa.

—Gracias Lord, pero, sólo es una fiesta de cumpleaños, no es ninguna presentación, ella es una niña aún.

—Lo sé, pero también es una princesa, deberá buscar un buen marido para ella.

Sonrió tenso, no quería discutir, miró a su hija y suspiró temeroso, ella estaba creciendo, mucho, y llegado el momento como era tradición tendría que buscarle un esposo digno, alguien noble, agradecía que ella no estuviera prometida a nadie, Namjoon jamás lo permitió y es una de las cosas que le agradecía.

Las personas estaban disfrutando la velada, él estaba sentando bebiendo una copa de vino, mientras el baile comenzaba, Jackson se acercó a él.

—Es una buena fiesta, todos se divierten, ¿En qué piensas?

—En nada—suspiró—. Aún es difícil.

—Entiendo.

—¿Sabes en dónde está Tzuyu? No la he visto.

—No, ¿Quieres que mandé a buscarla?

—Sí, por favor. Pero, búscala tú, no quiero alarmar a nadie.

—Ya vuelvo.













Tzuyu estaba sentada en medio de aquel pasillo, podía ver la luna entre los arcos de piedra, hacía frío, sin embargo, no quería moverse de ahí, no se sentía cómoda estando cerca de tantas personas, le daba miedo, no las escuchaba, no sabía lo que decían, no podía escuchar la música, nada, eso la ponía en desventaja, y a veces, sentía las miradas de los demás sobre ella, era la princesa, todos querían ver lo que hacía, y eso le ponía ansiosa, tenía miedo de equivocarse y que los demás lo vieran.

Sintió que alguien tocó su hombro y se volvió asustada, al tiempo que sonrió dándose cuenta de quién se trataba. Lucia diferente con aquel traje del ejército de gala, pero, su sonrisa y sus ojos eran los mismos, Jihoon era su gran amigo, lo quería mucho y siempre se sentía segura si estaba a su lado.

¿Qué haces aquí? —pudo leer sus labios y ver sus manos, él había aprendido muy bien para poder hablar con ella. A veces Tzuyu sentía tristeza de no escuchar su voz.

"Ahí hay mucha gente"

Es tu cumpleaños, ellos vienen a celebrar, deberías estar allá.

"No los conozco"

—Lo sé, pero también está tu familia.

Tzuyu hizo una mueca, Jihoon sonrió y saco algo de su chaqueta, tomó su mano con delicadeza y puso algo en su palma, era una figura tallada en madera de un conejo.

"¿Para mí?"

—Claro, no es mucho, pero es un regalo.

"Me encanta" sonrió en grande antes de abrazarlo. Jihoon dio pequeñas palmadas en su hombro.

—Vamos a regresar.

Resignada, se levantó y caminó al lado de Jihoon, estaban por llegar al salón cuando vieron a Jackson acercarse.

—¿Por qué están aquí Jihoon?

—Oh, la princesa quería tomar algo de aire y yo la acompañé para que no estuviera sola.

Jackson aligeró su gesto. —Bien, la princesa tiene que regresar, su padre le busca.

Tzuyu quien leyó sus labios asintió, después se volvió hacia Jihoon.

"¿Bailas conmigo?"

Jihoon miró a su padre. —La princesa me pide que baile con ella, ¿Puedo?

—Pues si es una petición de la princesa, sería descortés de tu parte negarte.

—Gracias padre—tomó con delicadeza la mano de Tzuyu y la puso en su antebrazo, ambos regresando al salón.

Jackson sonrió a medias, ellos eran buenos amigos y sabía que Jihoon quería cuidarla y protegerla, esperaba que fuera como una hermana, porque además de la diferencia de edad, ellos jamás podrían tener algo juntos, ella era un princesa y él un simple guardia del ejército. Regresó al salón después de ellos y se acercó a SeokJin.

—La princesa quería tomar algo de aire y Jihoon la acompañó, ella le pidió bailar y él aceptó, sabe que no puede decirle que no a nada.

SeokJin rio por lo bajo. —Ya lo creo, tú hijo y mi hija son buenos amigos, se criaron juntos.

—Lo son.

—¿Cómo está Mark? —dijo con preocupación en la voz.

—Sigue delicado de salud, pero ha mejorado.

—Iré pronto a verlo—sonrió con tristeza.

—Se lo agradezco.

Jackson no dijo más, miró a su hijo con una sensación extraña en el pecho, un dolor que no se iba a medida que veía a su esposo enfermar.

—Creo que Hoseok ya ha llamado la atención de alguien—rio Jin al cabo de unos minutos.

Ambos miraron hacia esa parte del salón, Hoseok estaba vigilante, mirando alrededor, hasta cierto punto aburrido por no poder embriagarse y por la sensación de felicidad que todos desprendían, él no se sentía en ese estado para nada.

—General Jung.

La voz le despertó de su distracción, miró hacia en frente, dónde Karina le observaba con una sonrisa amable, hizo una inclinación de respeto.

—Su majestad—dijo con formalidad.

—¿Le gustaría bailar una pieza?

No podía negarse, eso sería irrespetuoso de su parte, por lo que alargó la mano y tomó la más pequeña y delicada, la guío a la pista de baile, dónde todos los demás se encontraban, tomó sus dedos, ella posicionó la otra mano en su hombro y Hoseok tomó su costado con cuidado, manteniendo la distancia, se movieron de forma delicada.

—Parece que no está disfrutando la velada.

—¿He dado esa impresión? —preguntó con una nota de diversión.

—Me ha parecido de esa forma.

—Los bailes no son de mi agrado, además, estoy aquí para trabajar, no para disfrutar.

—Debe ser complicado.

—No mucho, hago esto desde que soy prácticamente un niño.

Karina asintió. —No me imagino vivir de esa forma, pero estoy segura de que es mucho mejor que mi vida.

Hoseok elevó una ceja, tal vez no era la forma en la que haría las cosas, pero ese momento podría ser bueno para sacar algo de información.

—¿La vida de una princesa no es suficiente? Jamás había escuchado algo como eso.

—Supongo que estoy loca ¿No? ¿Cómo podría quejarme de tenerlo todo?

—Es lo mismo que me pregunto, ¿Qué es lo que no le gusta?

—Yo no conozco la libertad—suspiró—. Venir aquí, me hace darme cuenta de lo diferente que es el lugar de donde vengo.

—Nadie sabe nada de Las Cumbres—asintió—. Me es difícil imaginar un lugar que nunca antes he visto. ¿Por qué no me ilustra un poco?

Karina rio por lo bajo. —No hay mucho que decir, es un reino como cualquier otro, sólo que estamos aislados, tres grandes islas que se conectan por un río que desemboca en el mar, algo tropical, pero, hace demasiado frío.

—¿Y la primavera?

—Eso no existe ahí, aquí hay flores muy hermosas, las he visto hoy en el jardín.

Hoseok asintió teniendo una gran idea. —Hay campos de flores y frutos, muy cerca de aquí, yo podría llevarla para que los vea.

—Oh, eso me encantaría, pero, necesitaría hablar con mi hermano y pedir permiso.

—Claro, usted y su hermano mayor son muy cercanos ¿Verdad?

—Somos mellizos, siempre hemos estado juntos, así que sí, somos cercanos.

—Vaya, lo lamento, pero no parece, ustedes no se parecen mucho.

—Todo el mundo dice eso—rio—. Dicen que él es el apuesto.

—Desearía declinar esa opinión su alteza—dijo con una sonrisa.

Pudo notar la forma en la que ella lo miró, sus mejillas se sonrojaron, Hoseok sabía muy bien como cortejar, lo había hecho por años, también identificaba si alguien estaba interesado en él, no era ajeno a lo que causaba en las personas y estaba bien, si eso le ayudaba. Aunque le costará ahora, no podía dejar de sentirse incómodo.

—No lo dice en serio.

—Claro que lo digo en serio, con perdón, pero, sus ojos son hermosos, parece oro líquido.

Karina sonrió desviando la mirada. —Me pone nerviosa general.

—No es mi intención. Lo siento.

—No pedí una disculpa.

Estaba por responder al coqueteo, cuando sintió que alguien jalaba su chaqueta, se detuvo y miró hacia abajo, Yuna estaba ahí, más despeinada por haber estado corriendo por el salón, ella miró con sus grandes ojos a la princesa y sonrió.

—¿Puedo bailar con papá?

—Yuna...—bufó Hoseok, pero se sintió aliviado.

—Oh claro que sí—dijo con una enorme sonrisa—. General Jung, lo dejo en manos de esta preciosa pequeña.

Se alejó, Hoseok hizo una inclinación antes de tomar las manitas de Yuna y empezar a bailar con ella.

—¿Por qué me miras así? —rio sin dejar de ver el ceño fruncido de su hija.

—¿Por qué estabas bailando con ella?

Hoseok soltó una carcajada, antes de agacharse para sostenerla en brazos. —¿Estás celosa?

—No.

—No importa con quién baile, siempre estaré pendiente de mi bebé. ¿Feliz?

—Sí—dijo abrazándolo y recostando la cabeza en su hombro.

Hoseok sonrió y recostó su cabeza en la de su hija, miró hacia en frente, topandose con los ojos de Karina, quien lo observa con ternura. Cerró los ojos unos momentos, disfrutando de ese instante.














Hoseok, estaba entrenando a sus hombres como todos los días, salvó que el entrenamiento había decaído, como estrategia, no quería que los príncipes mirarán la forma en la que entrenaba a sus tropas, Yuna estaba a su lado, jugando y correteando, pidiendo que la dejara entrenar.

—Ya te dije que hoy no.

—¿Por qué nooo?

—Porque tengo el tiempo medido. Ve a jugar al castillo con los niños.

—Bueno. Adiós.

Hoseok la miró alejarse corriendo, Yuna era pequeña, por eso no se sorprendió de que cayera de rodillas en la graba, bufó dejándole el entrenamiento a Ken mientras corría detrás de ella, sin embargo alguien más había juegan primero. Karina se agachó frente a la niña y la ayudo a sentarse, llevaba un vestido blanco con detalles en negro, que le hacía ver muy linda, ella saco un pañuelo, hizo hacia arriba el pantalón de Yuna y limpió de forma delicada sus rodillas.

—Tranquila, limpiaremos esto.

—Me duele—lloró.

—Yuna te he dicho que no corras—bufó agachándose al lado de su hija, miró las heridas, eran pequeñas, no sangraba—. Lamento la molestia princesa.

—No, no es ninguna molestia—doblo el pañuelo y limpió las mejillas de Yuna, quien le observó con un puchero—. Si me lo permite, puedo llevarla adentro con una de sus nanas para que limpie sus heridas, usted puede volver al entrenamiento.

Hoseok dudo unos segundos. —¿Yuna estarías bien con eso? ¿Puede llevarte la princesa adentro?

Yuna miró a su padre y después a la princesa, asintió, dándole los brazos a Karina. Ella no dudo en sostenerla en brazos, las piernitas de la niña abrazaron su cintura. Dio palmadas a su espalda antes de regresar al castillo.

Hoseok se quedó observando esa escena y sintió algo en el pecho, era tristeza, había cosas que por más que quería él no podía darle a Yuna, miró hacia el castillo, específicamente al balcón de la oficina de Jin, dónde había sentido algo, no se equivocó, SeokJin le miraba con una sonrisa y una ceja alzada. Entendió es gesto, el plan había cambiado, ahora sería él quien tratarla de sacarle información a Choi Karina.






Espero que les haya gustado.

Los amo mucho 🤍

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