ScarLanding

5 años 6 meses de la desaparición de Namjoon
4 años de la muerte de Xiumin.

—Auch—soltó molesta.

Hoseok bufó. —Si te estás moviendo de esa forma no esperes que lo haga bien.

Yuna le miró a través del espejo, sus grandes ojos castaños observandolo con un puchero, sabía que sólo eso necesitaba para que Hoseok hiciera todo lo que ella quisiera.

—¿Qué?

—Cortame el cabello—se cruzo de brazos—. No me gusta largo.

Hoseok rio negando mientras terminaba de trenzar su cabello, la realidad era que él sería el más cómodo y feliz cortando su cabello, sería de gran ayuda, porque Yuna odiaba que la peinaran y se movía demasiado, pero, no podía hacerlo, SeokJin lo mataría, ya pensaba que la estaba malcriando.

—No me gusta— hizo un puchero.

—Las niñas tienen cabello largo y bonito—decia con una risa contenida.

—Yo no soy una niña, soy una guerrera.

Hoseok no pudo evitar soltar una carcajada lleno de orgullo. Yuna, era un caso especial, una niña de cuatro años lo demasiado entusiasta y ruidosa, siempre estaba haciendo algo, nunca se quedaba quieta, era muy inteligente, hacía preguntas y hablaba hasta por los codos. Le gustaba comer como un puerco, usar trajes de hombre y jugar con la espada de madera que había mandado a hacerle, era graciosa, gritona y muy inquieta. Ella era igual a Xiumin, siempre suspicaz, amable y dulce, no dejaba que nada ni nadie la intimidara, tenía un largo cabello castaño oscuro, grandes ojos marrones y una sonrisa encantadora, ella era preciosa. No se comportaba, Jin la tenía estudiando, tomando clases de comportamiento, pero no parecía funcionar, era una rebelde sin causa y mucho de ello se debía a que vivía con él, así que aprendía todo por imitación.

—Bien, terminamos, tenemos que irnos.

Yuna saltó de la silla, corriendo por la casa hasta encontrar su espada de madera, Hoseok bufó, no vivían en la antigua residencia Jung, no podía, todo ahí le recordaba a Xiumin, sus cosas estaban donde las había dejado, era demasiado, regresar había sido una tortura los primeros meses, ahora, por lo menos cuidar de Yuna le mantenía tranquilo.

—Vamonos.

—Recuerda que estarás con el tío Jin, él quiere enseñarte algunas cosas.

—Eso es taaaan aburrido—bufo—. Sólo me dice lo que una señorita tiene que hacer, no usaré vestido, es horrible e incómodo.

Hoseok la subió al caballo y después subió detrás, la sostuvo con fuerza y cabalgó, podía escuchar su risa cada que iba más rápido, eso le encantaba, con ella nunca había silencio.

El castillo era el mismo de siempre, cumplía con sus obligaciones sin problema alguno, llegó y entrego el caballo, una de las damas de Jin ya estaba ahí esperando, Yuna hizo un puchero.

—No quiero ir.

—Nos vemos más tarde, papá tiene que trabajar.

—Como sea—bufo yendo hacia la dama quien le sonrió.

Hoseok la observó antes de ir al campo de entrenamiento, ahí, sus hombres ya estaban entrenando, Ken los observaba con una risa contenida, cuando llegó todos pararon lo que estaban haciendo y le miraron, esperando órdenes.

—Sigan—dijo con seriedad.

—¿Tan tarde? —preguntó Ken con una ceja alzada.

—Prueba tener una hija como Yuna entonces me vas a entender.

Ken soltó una carcajada. —Bien, te doy puntos por eso, ella es algo inquieta.

—¿Algo? Creo que es un eufemismo cuando te refieres a esa niña, no entiendo las energías que tiene.

—¿Cómo van las clases de etiqueta?

—Las odia, pero no tanto como usar un vestido, creo que estoy creando a un pequeño monstruo.

—Es igual a Xiumin ¿No?

—Físicamente sí, pero, al menos Xiumin era delicado, ella es...

—Como tú—completo la frase.

—Cállate. ¿Viste a Jin está mañana?

—No, está vuelto loco con la celebración del cumpleaños de Tzuyu. No puedo creer que cumpla doce años, parece que fue ayer cuando era una pequeña bebé.

Hoseok le observó con una ceja alzada. —Hablas como si fueras su padre, dime ¿Me he perdido de algo?

—De nada—suspiró—. No pasa nada entre nosotros, somos amigos solamente.

—Entiendo tu tristeza.

Ken asintió. —¿Y tú? Hace mucho que no te veo con alguien, ¿Eres más discreto?

Hizo una mueca, desde la partida de Xiumin, no había estado con nadie más, no le apetecía, no quería tocar otros cuerpos, era como si algo en él se hubiese apagado, con vergüenza admitía que lo había intentado un par de veces, sin embargo, nada sucedió, no podía concentrarse y su cuerpo careciente de excitación no había cooperado.

—Con Yuna no tengo tiempo para pensar en eso, me tiene tan cansado por ir detrás de ella a cada momento.

—¿Sabes? Puedes decir la verdadera razón, está bien.

—Vamos a entrenar.

—Yuna, los codos no van en la mesa.

La pequeña miró a la instructora con una mueca, si bien, su padre le obligaba a estar ahí, no significaba que tenía que cooperar.

—Yo no quiero tomar el té, no me gusta.

—Bueno, sé que no te gusta, pero aún así tienes que aprender a comportarte en la mesa.

—¿Por qué? —le miró consternada.

—Porque cuando seas grande, deberás actuar como una señorita, hablo de que debes comprarte, así conseguirás un buen esposo.

—Iugh, no, yo no quiero un esposo—negó cruzándose de brazos.

Mina y JiEun, que estaban cerca de ella comenzaron a reír. Yuna las observó, ellas eran mayores, y lucian completamente diferente a ella, siempre estaban impecables, Yuna jamás las había visto sucias o con polvo en las mejillas, sus vestidos eran lindos y sus cabellos eran peinados a la perfección.

—Debes tener un esposo Yuna—dijo Mina con cariño—. Alguien que te quiera y te cuide.

—No necesito eso—se encogió de hombros—. Ya tengo a papá para que me cuide y quiera.

JiEun hizo un puchero. —Nosotras no tenemos papá, bueno, no está aquí.

—Jamás lo conocimos—susurró Mina.

Yeosang quien también estaba ahí, porque era un doncel y también debía aprender todas esas cosas, observó a sus hermanas y bajo la mirada a sus manos.

—Pues, yo no tengo mami, no como ustedes—dijo Yuna con una ceja alzada.

—¿Y qué le pasó a tu mami? —preguntó JiEun curiosa—. Yo no sé que haría sin mami.

—Papi Jin es una buena mami—sonrió Yeosang.

Yuna asintió, ella jamás había conocido a su papi, pero tenía una pintura de él, y le parecía una persona hermosa, mucho más que cualquiera que haya visto en su vida, hizo una mueca, sabía tan poco de él, las veces que había preguntado, su padre se ponía triste y ella odiaba verlo así.

A la sala entro Jin, Yuna vio como las niñas y el niño se acercaron a él para abrazarlo, el rey, las abrazo con fuerza y besó sus frentes. Yuna se quedó ahí mirando.

—¿Se están portando bien?

—¡Si! —respondieron con entusiasmo.

—Mi señor—dijo la instructora con una reverencia—. Están haciendo un buen trabajo, sólo la pequeña Jung piensa que no es necesario saber nada de esto—sonrió.

SeokJin miró entonces a Yuna, ella le sonrió con diversión, el rey, era lo más cercano a una madre que tenía, veía su papel como padre y lo envidiaba, siempre fue dulce y amable con ella, le trataba con cariño y lo adoraba por ello. Jin se acercó a ella y la sostuvo en brazos.

—¿Así que la señorita guerrera quiere comer como un cerdito?

Yuna rio encantada, abrazo a Jin y asintió en su hombro. —Papá come así.

—Y por eso no deberías hacer lo mismo, déjame verte—Yuna salió de su escondite, Jin negó—. Vayan a tomar un descanso bebés—dijo a sus hijos, quienes corrieron fuera de la habitación.

SeokJin llevó a Yuna a un banquillo acolchado y se sentó detrás de ella, quitó la cuerda de cuero de su trenza y deshizo el horrible trabajo, aliso su cabello y comenzó de nuevo, algo más prolijo.

—¿Puedo cortarme el cabello?

—¿Por qué quieres eso? Es hermoso.

—Ningun guerrero tiene el cabello tan largo—se encogió de hombros.

—Oh, eso es una lástima—dijo con un suspiro, Yuna estaba adormilada por la forma en que tomaba su cabello, muy diferente a su padre, Jin era más dulce y delicado—. Yo creo que tienes un cabello muy hermoso, ¿Sabes? Me recuerda al cabello de tu papi Xiumin, es el mismo color.

Yuna abrió los ojos en demasía. —¿Mi cabello es como el suyo?

—Lo es—asintió—. Era precioso, Xiumin era muy lindo y tú eres igual de encantadora.

—Papá dice que tengo sus ojos, pero jamás los ví.

—Los tienes, él también entrenaba con espadas, pero sabía cómo comportarse en la mesa. No tienes que cambiar para ser una guerrera, puedes serlo y al mismo tiempo tener modales.

—Tío Jin ¿Extrañas al rey Namjoon?

SeokJin sonrió a medias, dio un suspiro. —Lo extraño, mucho, no he dejado de hacerlo.

—¿Papá también extraña a mami Xiumin?

—Estoy muy seguro de ello, pero ¿Sabes algo?

—¿Qué? —dijo volviéndose.

—Cuando lo extraña te ve a ti y eso consuela a su corazón, a mí me pasa lo mismo cuando veo a mis hijos, encontramos lo que perdimos en aquellos que amamos—sonrió dando un ligero toque a su naricita—. Por hoy estás libre, puedes ir a ver a tu papá.

Yuna se levantó de un salto del banquillo y abrazo a Jin.

—Gracias tío Jin.

Salió corriendo de la habitación, SeokJin sonrió en grande, era difícil, ver en los pequeños las facciones de aquellas personas que fueron tan importantes para él, pero, de alguna manera le ayudaba a sobrellevar todo. Se levantó y miró por la ventana, a las rosas que estaban floreciendo de nuevo, sonrió a medias. En unos días sería el cumpleaños de Tzuyu y lamentaba que Namjoon no estuviera ahí para verla, en esos últimos años se preguntaba si era momento de resignarse y dejarlo ir, pero, algo en su interior, le gritaba que no, que Namjoon regresaría, el problema es que él se estaba cansando de esperar.

Yuna corria por los pasillos sin importarle nada, algunos sirvientes le veían con normalidad, porque era bien sabido la destreza e inquietud de la hija del general Jung, salió al patio de entrenamiento y corrió colina abajo mirando el círculo de hombres que hacían mucho ruido, con cuidado se hizo espacio para pasar entre ellos, ahí fue que vio en el centro a su padre y al general Ken peleando, blandian las espadas de una forma increíble, pocas veces veía a su padre entrenar, lo cual le emocionaba.

—¡Sii, papá!

Ella no se dio cuenta que el grito distrajo por completo a Hoseok, quien falló en un ataque y cayo hacia atrás, Ken aprovechó para dar un último golpe y despojarlo de su espada. Hoseok bufó, él jamás perdía, todos lucian sorprendidos, antes de celebrar la primera caída de Jung Hoseok. Yuna corrió hacia él y le miró con molestia.

—¡¿Cómo te atreves a caer?!

Hoseok bufó. —¡¿Por qué gritaste así loca?!

—¡No debiste caer!

—¡Caí porque me gritaste, me distrajiste!

Yuna elevó una ceja. —¿Un grito te distrajo? Entonces no has estrenado bien.

Todos comenzaron a reír, Hoseok bufó tomándola en brazos, la cargó en su hombro y caminó alejándose de la humillación.

—Jung Yuna, eres muy fea.

—Y tú no sabes pelear.

—Mocosa...—gruñó antes de reír.

—No quiero que te levantes—dijo colocándola en su cama, arropó y despejó su rostro de los mechones de cabello suelto que lo cubrían.

—No tengo sueño.

—Y no sabes lo mucho que odio eso—bufó—. Tienes demasiada energía.

—Oye papá, ¿Cómo era papi Xiumin? —preguntó con inseguridad.

Hoseok tragó en seco, a medida que Yuna crecía, se estaba enfrentando a su mayor miedo, la curiosidad de la niña, ella preguntaba más seguido por Xiumin y él no quería hablar de ello, pero, aún así, suspiró, tratando de ser fuerte.

—Él era...bonito, muy bonito como tú, y era también muy inteligente, divertido y amable.

—¿Él también era un guerrero?

—Ajam, era el más valiente de todos, recibió una flecha por Tzuyu.

Sus ojos se agrandaron. —¿Le dolió?

—Mucho, pero fue muy fuerte, era increíble, y tú también lo serás.

—¿Lo extrañas? —hizo un puchero.

—Todos los días—sonrió a medias a pesar del nudo en su garganta—. Pero, él me dejó algo con lo cual puedo recordarlo y amarlo.

—¿Qué?

—Tú, aunque estés muy fea.

Yuna rio. —No, tú dijiste que era bonita, como papi.

—Lo eres, ahora a dormir—besó su frente, apagó la vela y se levantó, ella cerró los ojos y sólo así pudo salir de la habitación.

Caminó hacia la suya, quitándose el traje de entrenamiento, mirando su cama amplia y vacía, se recostó al lado derecho, dejando el izquierdo siempre intacto, suspiró mirando al techo, la oscuridad ayudaba a no ver y recordar.

—Xiumin, ¿Crees que estoy haciendo un buen trabajo? Desearía que estuvieras aquí para verla—susurró dejando correr las lágrimas por sus sienes—. En verdad quisiera que estuvieras aquí amor.

Edades actuales...

Hoseok: 37
+Xiumin: 27 (tendría)
Yuna: 4
+Ryujin: 20 (tenía cuando murió al dar a luz)

SeokJin: 33
Namjoon: 35
Tzuyu: 12
Yeonjun(sobrino de Hs): 8
Mina (hija de jisoo/Namjoon):6
JiEun(hija Ailee/Namjoon): 6
Soobin: 6
Yeosang: 5

Jackson: 35
Mark:33
Jihoon(hijo Yoongi/mark): 17
Sumi: 10

Yoongi: 33
Jimin: 29
Taehyun/Minnie: 5
Hongjoon/Yuju/Soonyoung: 3
Yeji/Lia: 2
Jonghyun: 6 meses

Jungkook: 30
Taehyung: 28
BeomGyu: 6
Shuhua: 3

Personajes que aparecerán

Ken: 35

JiYong: 41
Seunghyun: 55
Mino: 24
Minhyuk: 30
Karina: 30
EunHa: 26
Zoltan: 35
Kadet: 27

Reinos que existen en este mundo literario.

ScarLanding
RyuuMoon
El Norte
RedScorpion
Las Cumbres
La Villa
BlackTretk
Y otros dos más, pero esos vienen después..

Estos son datos que no son muy importantes para la trama, pero no está de más saberlos.

Empezamos triste ¿No?  🤍