58
—¿Podemos pasar?
La voz de KyungSoo le sacó de sus pensamientos, Jimin elevó la vista y le sonrió con vergüenza.
—Adelante.
KyungSoo y Luhan entraron con una sonrisa, no se habían visto desde hace una semana cuando asistieron al juicio, Jimin aún no estaba listo para ver a nadie, pero, entendía que no podía evitar las cosas por más tiempo. Tenía que hacerle frente. Desde que quedó libre, no había salido de su habitación, la que compartía con Yoongi, se encerró por vergüenza.
—Hola, ¿Cómo estás? —preguntó Luhan.
Jimin no dijo nada, bajo la mirada y se levantó para ir hacia ellos y abrazarlos, le reconfortó cuando correspondieron, los tres con lágrimas en los ojos, no había nadie que pudiera entenderlo como lo hacían ellos. Eran sus amigos y había olvidado por completo eso, dejó que una persona ajena se metiera a su mente e hiciera lo que deseara con tal de alejarlo de todo.
—Lo siento tanto, en verdad lo lamento mucho. Jamás debí alejarme de ustedes, soy un tonto, todo lo que ha pasado ya sido mi culpa, no debí confiar en alguien que no fuera ustedes.
—No Jimin, tú no sabías que él haría eso, fue cruel y manipulador—dijo KyungSoo.
Se separaron para mirarse, estaba tan apenado, que no podía mantener la mirada en ellos.
—No bajes la mirada, si el rey te ve estará muy molesto, Jimin, has sido absuelto de todo, nadie tiene derecho a decirte nada—susurró LuHan—. Todos están cumpliendo al pie de la letra lo que el rey quería, nadie habla de lo ocurrido.
—Aun así, eso no me reconforta, me siento mal, muy inseguro de todo—suspiró pesadamente, se sentó en el banquillo frente a su tocador y miró su rostro en el espejo—. Me da terror salir de aquí.
Su mirada sólo visibilizaba lo cansado que estaba, entre más pasaba el tiempo, más miserable se sentía, la liberación no le había ayudado en nada al dolor interno que tenía, dudaba de todo, pero más de sí mismo, no sabía cómo ver a las personas después de lo sucedido, le dolía en el alma, estaba avergonzado. KyungSoo se acercó a él y puso una mano en su hombro.
—No tienes por qué encerrarte aquí. Nadie te va a juzgar.
—Lo harán, tal vez no en voz alta, pero piensan lo peor de mí.
—¿Y piensas esconderte aquí para siempre? Jimin, eso va a destruir tu mente—dijo LuHan con una mueca de pena.
—No para siempre, pero sí por el momento.
—¿Qué dice el rey de esto? —cuestionó KyungSoo con seriedad.
Jimin bajo la mirada, su relación con Yoongi estaba sufriendo un desfalco notorio, hablaban, pero, realmente no se comunicaban, no lograba verlo en todo el día porque se negaba a salir y cuando Yoongi regresaba a la habitación era muy tarde, casi de madrugada, le preguntaba cómo estaba y dormía a su lado, no se habían tocado o besado, tampoco hablaron del tema, este no le preguntaba nada ni lo obligaba a salir.
—No me ha dicho nada, dijo que tomara el tiempo que necesitara, está bien, debe estar ocupado, casi no lo he visto.
—Jimin, ¿No han hablado de lo sucedido?
—No Soo, no quiero siquiera pensar en ello, ¿Y si él tenía razón? Eunwoo dijo que las cosas jamás serían igual que antes y eso me asusta, quisiera regresar el tiempo—ligeras lágrimas recorrían sus mejillas—. Me siento muy mal.
—Oh Jimin—susurró LuHan llegando a su lado para tomar su mano—. Ustedes han soportado muchas cosas y sé que podrán con esto.
—Siempre culpé a Yoongi, pero ahora, me toca ser el responsable de esto y es duro.
—Respira, has llorado demasiado, necesitas distraerte. ¿Qué has hecho aquí encerrado todo este tiempo?
Jimin se encogió de hombros. —Duermo la mayor parte del tiempo, estoy muy cansado—suspiró mirándolos de reojo—. Estoy de nuevo en espera, me enteré cuando estaba encerrado.
KyungSoo y Luhan se miraron con una mueca ligera. —¿Y cómo te sientes con ello?
—No lo sé, sonará malo, muy malo si lo digo, pero, no tengo cabeza para pensar en ello, ni siquiera en los niños, no sé cuándo los van a traer. Soy un padre terrible ¿Verdad?
—No, claro que no—KyungSoo negó—. Saca eso de tu mente, no eres un mal padre, simplemente tu cabeza está llena de cosas, necesitas aire.
—Sí, vamos Jimin, salgamos al jardín, un rato, sólo a mirar las flores, será la última vez, antes de que el invierno llegue.
Jimin hizo una mueca, no quería salir, abandonar la seguridad de su habitación, sin embargo, también se sentía ahogado, la habitación podría ser demasiado grande, pero, él se sentía encerrado entre cuatro diminutas paredes. Ayudaba que su sueño fuera atroz, no podía estar mucho tiempo despierto, era el único síntoma que tenía, ni siquiera náuseas, a veces no quería comer nada, pero debía hacerlo, no por él.
Asintió ligeramente. KyungSoo le sonrió y le tendió la mano, no se detuvo a mirarse en el espejo nuevamente, porque sabía que cambiaría de opinión, últimamente se veía mal, su piel demasiado pálida, ojeras bajo los ojos a pesar de lo mucho que dormía, labios resecos, cabello amarrado de forma desorganizada y un traje tan simple de diario, no tenía a quien impresionar. No le importaba.
Salieron de la habitación, se tuvo que detener un momento a mirar alrededor, esa ala en específico estaba completamente sola, tragó en seco, sus manos estaban en los antebrazos de sus amigos y estos esperaban pacientes.
—No sé por qué tengo tanto miedo.
—No hay prisa—sonrió LuHan.
Dejó que ellos le guiarán, aparentemente no había nadie cerca y los sirvientes o guardias que se encontraban en el camino, bajaban la mirada haciendo una reverencia, era algo normal, lo que sucedía siempre dentro del castillo, pero, para Jimin era un acto de rechazo, su mente estaba dividida, no podía pensar o sentir con claridad.
Estuvieron fuera del castillo, y pudo sentir el viento en su rostro, tomó una gran bocanada de aire antes de soltarlo lentamente, el cielo estaba despejado, había sol, era un día brillante, se soltó de sus amigos y caminó hacia las flores, el jardín era precioso, él había pedido que mandaran a plantar diferentes tipos de flores, hace mucho tiempo, pero era en ese momento que empezaba a apreciarlas, acarició con sus dedos una rosa blanca que estaba recién abierta, mordió su labio inferior, se hincó y olió su aroma, miró de reojo el laberinto, que estaba tan cerca, tragó en seco, ese había sido el inicio de sus males.
Quiso cortar la flor, pero se pincho el dedo con una espina, miró la gota de sangre en su dedo y suspiró temeroso, las imágenes de Eunwoo siendo atravesado por una espada, una que él mismo empuñaba hicieron que cerrará los ojos con fuerza y respirara de forma inestable.
Escuchó a lo lejos el andar de unos caballos, se volvió lentamente aún en su lugar observando cómo Yoongi y otros de los guardias entraban al terreno del palacio cabalgando, ladeo la cabeza, Yoongi lucía tan salvaje, cabalgando con agresividad, su cabello negro caía en su frente cubriendo parte de sus ojos, se había soltado debido al viento, este hizo que su caballo parará y le miró confundido, podía ver la sorpresa en sus ojos oscuros, acomodó su cabello y bajo, se encaminó hacia él, Jimin se levantó apretando su mano en un puño para eliminar la evidencia del pequeño pinchazo.
Yoongi paró a escasos centimetros y le observó fijamente, buscando algo que le incómodo, Jimin sonrió a medias.
—Saliste de la habitación.
—Sí, quería ver las flores antes de que el invierno las seque.
—Bien, me parece bien que lo hagas—dijo con voz ronca—. ¿Te sientes bien?
—Sí, ¿Saliste?
—Cabalgué por la montaña un rato, necesitaba despejarme y hace un buen clima.
—Lo hace.
Su intercambio era incómodo, Yoongi suspiró y asintio, le sonrió antes de darse la vuelta y tomar camino hacia el castillo, Jimin le observó con tristeza. ¿Cómo podían eliminar esa incomodidad entre ambos? No lo sabía.
Después de ese día comenzó a salir más, esos paseos por la tarde le ayudaba a no sentirse tan encerrado, las pláticas con KyungSoo y Luhan eran divertidas, sacaban sonrisas y le alegraba el día, tomaban el té en su salón privado y dejó que ellos peinaran su cabello, estaba poco a poco recuperándose.
Sin embargo, su relación con Yoongi era incierta, a veces, tomaban el té juntos, habían intercambios de palabras, pero no era tan significativo, parecía que ambos tenían miedo de hablar con el otro, una noche, Jimin hizo la pregunta que durante días le había carcomido por dentro.
—¿Cuando regresarán los niños? —preguntó cuando ambos estuvieron en la cama, ninguno se miraba. Ambos observaban el techo.
—Aun no, tenemos que esperar.
—¿Por qué?
Yoongi suspiró. —Las cosas en el consejo están tensas, quiero que todo se calme antes de que regresen, también que tú estés mejor.
—Yo estoy bien—susurró con una mueca.
—Descansa Jimin.
Jimin tuvo ganas de llorar, de hacer que le mirará y le dijera a qué se refería, pero, no lo hizo, dejo que la respiración de Yoongi se hiciera más profunda. Tenía una opresión en el pecho que no podía eliminar, había pasado demasiado tiempo, las semanas transcurrían con normalidad falsa, y en ese lapso de tiempo, su vientre crecía con el bebé que parecía que ambos no querían, a veces se preguntaba si había hecho lo correcto al decidir tenerlo, o si Yoongi siquiera lo aceptaba como suyo, ya nada era claro en su relación.
No podía dormir, su mente era un lugar muy peligroso, se levantó sin despertarlo, lo miró antes de salir de ahí, olvidó sus zapatos, su abrigo, todo, lo único que quería hacer era desaparecer, necesitaba aire, respirar con tranquilidad, salió de la habitación mirando alrededor, había algunos guardias en los pasillos, pero, fue cauteloso para que estos no lo descubrieran, bajo las largas escaleras, sosteniéndose fuerte de la barandilla, no había muchas velas alrededor, por lo que podría caer si no era cuidadoso, a medida que avanzaba, iba pensando en Eunwoo, en Mark y en su hermano, en las personas que habían estado alrededor de su relación, por mucho tiempo creyó que la razón por la cual no podía confiar en Yoongi era debido a su hermano, sin embargo, ahora se daba cuenta que jamás confío en él.
Desde el inicio tuvo miedo de Yoongi, aunque aprendió a amarlo, seguía desconfiando de su palabra, creía que no era nadie para él, que en cualquier momento podría dejarlo o acabar con su vida, Jimin temía a su esposo a pesar de que esté le demostraba que lo amaba, no lo había visto de esa forma hasta ese momento, hasta que todo culminó en una bola de fuego que los consumió, jamás creyó que su desconfianza haría que ambos llegarán a una situación tan grave.
Miró el laberinto, aquel lugar que significaba tanto para ellos, le temía, aún recordaba a su hermano tratando de huir, si tan sólo él hubiese confiado, su hermano estaría con vida, de eso estaba seguro ahora. Caminó adentrándose, estaba oscuro, la piedra enfriaba sus pies, no podía ver a dónde se dirigía, pero no importaba, últimamente ya nada le interesaba, estaba perdiendose a sí mismo. Recordaba aquella noche, la mano de Jihyun apretando fuerte la suya, como corría sabiendo que serían atrapados y la última vez que vio sus ojos. El recuerdo doloroso, que aún lo atormentaba, se volvió tan vivo, Jimin se sentía culpable, ese día sólo tenía que esperar.
Sollozó mientras caminaba dando vueltas en lugares que no podía ver, tratando incluso de regresar, pero perdiendose aún más, era confuso, al igual que su interior, el cielo iluminaba un poco debido a la luna llena, pero, no era suficiente, sin embargo, llegó al centro. Con asombro miró la estatua del Dragón sobre la Luna tan magnificente, tan impetuoso y glorioso, fue en ese lugar que todo cambió, que su hermano murió y él se mintió a sí mismo creyendo que todo estaba bien, que Yoongi era el único que tenía la culpa y era quien debía trabajar en reconstruir su relación, ahora, que él la había roto de nuevo y que Yoongi no hacía algo para salvarlos, estaba sufriendo.
Sintió algo que cayó en sus hombros, se volvió con terror justo a tiempo para que Yoongi dejara el abrigo sobre sus hombros, ambos se miraron fijamente, sus rostros reflejaban lo mismo, y no hablaron, no dijeron nada, no podían, aunque las palabras estaban atragantandose en su garganta, no hablaron. Jimin se alejó de Yoongi y se sentó en la fuente de la estatua, no había agua, se abrazo al abrigo y miró el cielo.
—Una vez me perdí aquí—dijo Yoongi sin mirarlo—. Era un niño.
Jimin le observó curioso. —¿Qué pasó?
—Nada malo, mis padres jamás me dejaron acercarme aquí, pero, era un niño muy travieso y malvado, así que no hice caso, y bueno, me adentre aquí, pero, no estaba solo, había un niño pequeño llorando como un bebé porque estaba perdido.
Jimin observó a Yoongi sin aliento. —¿Lo recuerdas?
Yoongi le miró fijamente. —¿Tú lo recuerdas?
—No, no lo recuerdo, pero, mis padres siempre hablaban de que me había perdido de niño en un laberinto del castillo, no lo recordé hasta el día que Taehyun y BeomGyu se perdieron. ¿Por qué jamás me lo dijiste?
—¿Por qué tú no me lo dijiste a mí? —preguntó de vuelta.
—Creo que ese es nuestro problema ¿No? No hablamos de lo que tenemos que hablar—suspiró—. Nosotros no tenemos las dificultades de JungKook y Taehyung, tú jamás me trataste mal y tenemos hijos sanos y en abundancia, tampoco tenemos el problema de Namjoon y SeokJin, ninguno de los dos hemos sido infieles, ni nos hemos lastimado el uno al otro, pero, siento que nuestro problema es mucho más grave, ninguno confía en el otro. Yo no confíe en ti y nos trajo hasta aquí y desde entonces tú tampoco confías en mí ¿Verdad?
Yoongi suspiró de forma pesada. —Hay problemas en el consejo Jimin, sé que ninguno cree en el otro por el momento, pero, te quiero preguntar algo ¿Podrías confiar en mí? Al menos hasta que todo esto acabe.
Jimin le miró con una mueca. —Sí, puedo hacer eso.
Yoongi observaba a todos con seriedad, estaba pasando por un infierno, después del juicio, cualquiera podría pensar que las cosas mejorarían, pero no era así, había una gran tensión entre en consejo, a ellos no les había gustado el hecho de que haya perdonado a Jimin, sabían de su inocencia, sin embargo, no creían que era bueno seguir teniendolo como consorte real.
Si le agregaba eso al hecho de que estaba realmente molesto con su madre, aunque está lo estuviera apoyando, no podía perdonarla, ella le tenía miedo, podía verlo en sus ojos al cruzar miradas y estaba apoyando sus decisiones para que él no tomara represalias, y eso lo trastornaba de una forma atroz. No podía seguir viéndola como su madre, no después de todo lo que había descubierto.
—Hemos estado debatiendo mi señor, por semanas, pero es momento de que tome una decisión.
—No hay decisión que tomar—dijo con seriedad—. La respuesta sigue siendo no.
—Mi señor, entendemos sus deseos, pero también debe de entender nuestras preocupaciones, usted es un excelente rey, sin embargo, quien es su consorte, refleja mucho su poder, mi señor, el pueblo y el consejo no confía en el consorte real.
—No me interesa, yo soy el rey, así que lo que cualquiera piense no es importante, Jimin no dejará de ser mi consorte.
La realidad de RyuuMoon era que sus tradiciones eran demasiado duras y que se esperaba perfección de parte del rey y del consorte, con Yoongi no había problema alguno, debido a que era considerado un tirano, pero, con Jimin, sí, era como si todo el rencor que le tenían a él, lo hubiesen dirigido a Jimin.
—Eso lo sabemos bien mi señor, lo ha dejado muy claro—dijo uno de los ancianos—. No hablamos de eso, hay algo que hemos consultado y sólo falta su aprobación.
—Hablen.
—La revocación de la ley sobre el concubinato.
Yoongi tenso sus músculos. —¿De que están hablando?
—Sabemos que no quiere deshacer su matrimonio y que las leyes de RyuuMoon han estado vigentes por razones nobles, pero, ahora hemos considerado que es momento de cambiar, no pedimos que tome a nadie como concubino, pero que el camino este libre puede ayudar, así muchas alianzas se pueden hacer, funcionó bien en ScarLanding.
Yoongi no podía creer lo que estaba escuchando, elevó una ceja, la ley del no concubinato había iniciado después de que las concubinas de su bisabuelo se habían asesinado entre ellas, jamás creyó necesario tener un harem, no entendía tampoco como alguien podía estar con varias personas a la vez, sin embargo, no lo juzgaba, que ellos estuvieran pidiendolo quería decir que buscaban una manera más de controlar su reinado.
—Es una buena opción Yoongi—dijo ChaeRin con seriedad—. Es momento de que las leyes cambien, eso podría mejorar en reino, abrir nuevas oportunidades de alianza y sobre todo, recuperar la confianza del reino en ti. Ellos no desean que Jimin sea consorte, si se abre está brecha, entonces, podría calmarlos, no significa que debas tomar a alguien, no si no quieres.
Miró alrededor, suspiró y sonrió de forma maliciosa, podía ver que ellos esperaban que Yoongi tomara a concubinos, que rompiera su relación con Jimin, ellos no creían que él realmente lo amara, tenía dos caminos. El primero era pelar y castigar, acorralarlos, o hacerlos creer que estaba en sus garras, que ellos tenían el poder, para así, aniquilar el consejo y a su madre por completo, no podía hacerlo de forma directa, tenía que ser más inteligente, mucho estaba en juego y convertirse en un rey tirano no era lo ideal, no si quería cuidar de Jimin y asegurar el legado de sus hijos.
—¿De verdad quieren que lo apruebe?
El consejo asintio, con temor en los ojos, ellos esperaban que explotará. Yoongi se sentó derecho.
—Bien, lo haré, se revocara la ley del no concubinato, a cambio de que también se revoque otra ley.
—¿Qué ley mi señor?
ChaeRin le miró fijamente. —Hijo, quiero que pienses bien lo que vas a decir.
—Lo he pensado, si ustedes quieren que en algún momento tome un concubino, entonces, no hace falta la ley que obliga al consorte a seguir teniendo hijos. ¿Verdad?
La indignación se veía en los ojos de los presentes.
—Mi señor, eso no es posible, en legado real es muy importante.
—Jimin, me ha dado siete hijos sanos, y el último está en su vientre, son ocho bebés, Taehyun será el rey, así que no hay razón por la cual él deba seguir teniendo hijos, menos si ustedes esperan que acepte el concubinato—sonrió a medias—. La única forma en la que yo podría aceptar la revocación de la ley, es que Jimin quede libre de tomar precauciones para no volver a tener un hijo.
Hubo opiniones divididas, Yoongi no quería aceptar el concubinato, porque sabía que ellos le harían ver a personas, tratarían que aceptará concubinos o concubinas, jamás lo haría, pero, sería un dolor de cabeza. Sin embargo, era la única oportunidad que tenía para liberar a Jimin de su más grande obligación, una de las razones por las cuales habían caído dentro de esa madriguera, de la que querían salir ilesos, pero no era posible, siempre había sacrificios.
Ellos no tenían permitido hacer nada para evitar que Jimin quedará en estado, salvó dejar de estar con él, cosa que no quería hacer, antes de las mellizas intentaron, a escondidas, pero no funcionó, después del juicio habló con Andree quien le dijo que había una manera segura de hacerlo, iba a implementarlo de forma secreta, pero, si era con libertad, había más formas de proteger a Jimin en dado caso de que algo no saliera bien.
Todos los días veía a Jimin más cabizbajo, le daba miedo siquiera hablarle, lo veía tan frágil y triste, no deseaba hacerle más daño, quería liberarlo de lo que le ataba a una ley tan cruel, en sus ojos era claro que él no quería seguir con ello, que deseaba más que tener bebés con sangre real, y no estaba seguro siquiera que estuviera bien con aquel embarazo, todo era tan confuso, su relación estaba mal y buscaba de forma desesperada salvarla.
Uno a uno, el consejo, asintio. Yoongi apretó las manos, en su mente se decía claro que iba a disfrutar mucho cuando los destruyera por completo, incluyendo a su madre que sonreía con cinismo. Nadie se salvaría de su venganza, nadie.
—Que se haga su voluntad mi señor.
Yoongi esperaba tener tiempo, para explicarle a Jimin lo que estaba pasando, sin embargo, jamás tomó en cuenta que la noticia sobre la revocación de la ley de concubinato estaría en boca de todos, supo en daño cuando regreso a la habitación esa noche. Miró a Jimin en bata avivando el fuego, estaba hincado, dándole la espalda.
—Es tarde, deberías estar durmiendo.
No obtuvo respuesta, era algo a lo que se había acostumbrado, a que Jimin estuviese tan perdido en sus pensamientos que no prestará atención a sus palabras.
—¿Jimin?
Jimin se levantó, se volvió a mirarlo, sus ojos lucian melancólicos, como todos los días, Yoongi estaba comenzando a tener miedo cada vez más fuerte al estar a su lado, no quería hacerle daño.
—¿Estás bien? —una parte de él quería gritarle que retomará la consciencia, pero, se abstenía.
—¿Es tú forma de decir que no me quieres más?
—¿De qué hablas?
—¿Aceptarás a otras personas? ¿Me harás competir por tu amor?
Yoongi casi cae de rodillas rogando al destino que lo dejara en paz, que terminara con su sufrimiento. Suspiró y se acercó a él, lo tomó de los hombros.
—Dime, por favor Jimin, ¿De verdad crees que haría algo así?
Jimin le miró fijamente y negó. —No, no lo harías. ¿Verdad?
—No, ¿No te dije que confiarás en mí? Lo estoy haciendo por ti.
—¿Cómo aceptar el concubinato sería en mi beneficio? —le miró desolado.
—No voy a elegir a nadie, sólo cambió la ley, pero no significa nada—suspiro cansado—. No es la única ley que cambió, a partir de este momento tú estás libre, eres libre de no volver a tener un hijo Jimin.
Los ojos de Jimin se agrandaron y le miraron confundido, parecía tan pequeño, que no dudo en besar sus labios, no podía más, la lejanía le estaba matando en vida, Jimin lo abrazo a su cuerpo y suspiró, ninguno dijo nada, sólo se besaron e hicieron el amor, en silencio.
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