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55

Entró en aquella celda nauseabunda, miró a la persona que estaba tendida en la cama, quien al verla entrar, elevó la vista y la observó, su rostro entero estaba desfigurado, aún había sangre seca en su camisa que alguna vez fue blanca, cubrió su rostro para no oler la pestilencia.

—Mi señora—dijo este con voz grave.

—Cha, quiero hablar contigo.

—Últimamente muchas personas quieren hablar conmigo, es irónico ¿No lo cree? De repente un simple sirviente de volvió de interés para personas tan poderosas.

ChaeRin bufó. —¿De verdad crees que eres alguien interesante? No, no lo eres, así que es mejor que olvides eso, tú vida sigue siendo tan insignificante como siempre.

—Entonces ¿Qué es lo que hace aquí?

—Hablaste de un curandero, un herbero que te dio las hierbas para Jimin, dime ¿Quien es?

Eunwoo sonrió a medias, antes de hacer una mueca de dolor, ChaeRin vio en sus ojos un brillo extraño.

—Ambos sabemos quién es ¿No? Lo conocemos muy bien.

—No sé de qué estás hablando.

—Bueno, él si sabía de lo que estaba hablando cuando me dijo sobre usted. ¿Cree que no sé su secreto?

—Yo no tengo ningún secreto—susurró con fuerza.

Eunwoo volvió a sonreír. —Todos tenemos secretos ¿Sabe que es lo mejor de esto? Jimin también lo sabe, y si lo deja vivir lo suficiente, él lo dirá a todo el mundo, debería tener más cuidado, nunca es bueno dejar cabos sueltos.

ChaeRin gruñó y le miró con severidad. —Eso es mentira.

—Si lo es, entonces, ¿Por qué ha perdido la compostura? Yo sé que voy a morir, pero dígame ¿No es mejor matar a dos pájaros con una sola flecha? Es supervivencia básica. Piénselo bien, su posición puede estar involucrada, ¿Qué pensaran los demás de los secretos que guarda?

—Voy a disfrutar cuando mi hijo te haga pedazos—gruñó—. Ten cuidado, es tu palabra contra la mía.

—Yo no pido mucho, sólo quiero a Jimin.

—¿Quieres morir con él? Concedido.

Se dio la vuelta y lo dejó, mientras regresaba a su ala en el castillo, comenzó a sentir terror, apretó la mandíbula, tenía que tomar una decisión, rápido, por el bien de ella y de RyuuMoon.






Bajaron del caballo, estaban frente a una cabaña en medio del bosque, Yoongi miró alrededor, no parecía ser el lugar donde alguien humilde viviera, SeHun se adelantó y tocó la puerta con fuerza, pasaron unos momentos hasta que está se abrió. Destas de ella había un hombre, de edad madura, le calculaba unos cincuenta años, sus facciones eran fuertes y era delgado, este al verlos abrió demás los ojos y se hincó de inmediato.

—Mi señor—dijo tembloroso.

—Tu nombre—dijo Yoongi con seriedad.

—Andree, mi...mi señor. Estoy a su servicio.

—Bien—dijo caminando hacia la cabaña, podía sentir el miedo emanando del hombre.

Yoongi fue consciente del terror que causaba a las personas y del poder que tenía, desde una edad muy temprana, el apodo que se le había dado después de haber hecho muchas cosas que lo llevarían al infierno, había ayudado a formar una imagen de él para su pueblo, le temían, y él lo sentía, a veces nutria su ego y su poder, después de Jimin, quiso evadir esa imagen, hacer las cosas diferentes, pero, siempre fue el mismo, y ahora, aquellas emociones negativas que siempre estuvieron dentro, estaban saliendo de él, podría hacer cualquier cosa, porque estaba a punto de perder el control por completo.

Entró al lugar, olía a hierbas que no reconocía, había muchas cosas, sus hombres miraron también, Andree entró detrás de ellos.

—Dígame señor, ¿Necesita algo?

Yoongi elevó una ceja. —Sientate—señaló la silla, el hombre miró alrededor y lentamente lo hizo.

SeHun desenvaino su espada, eso puso más tenso, Yoongi sonrió a medias.

—¿Conoces a Cha Eunwoo? —preguntó conteniendo la voz, pronunciar su nombre le daba asco.

—¿Eunwoo?, Sí, claro, lo conozco. ¿Hay algo mal?

—¿Cómo es que lo conoces? —dijo sin dejar de pasear por el lugar.

—Le di refugio cuando llegó a RyuuMoon, dijo que no tenía a nadie y vivió aquí un tiempo, antes de ir a trabajar al castillo.

Yoongi asintió. —¿De dónde viene?

—Me dijo que viene de la frontera con ScarLanding, pero, no supe nada más mi señor, siempre fue muy reservado al hablar de sí mismo, y no estuvo mucho tiempo aquí, casi de inmediato encontró trabajo en el castillo, yo...lo veía a menudo.

—¿Sabes algo? —preguntó mirándolo fijamente—. Yo tengo un gran don, puedo saber cuándo las personas están ocultando algo, y ahora, siento que no estás siendo tan cooperativo como me gustaría, por eso mi general se va a acercar más a ti, para que escuches mejor.

SeHun se acercó, sosteniendo la espada cerca del rostro de Andree, este tembló antes de sollozar.

—¡No le miento mi señor! ¡No sería capaz de mentirle! ¡Jamás lo haría!

—Bien, entonces dime, ¿Qué fue lo que le diste a Eunwoo? Él habló de unas hierbas. Te escucho.

Andree aclaró su garganta. —Él vino hace un mes, me dijo que necesitaba unas hierbas, para evitar embarazos, le di algunas, me dijo que eran para una sirvienta que se había metido con una persona poderosa, y que era necesario evitar que algo pasara, después regresó, me dijo que ella estaba embarazada, y que le diera algo para abortar, pero, quería algo muy fuerte, le di unas hierbas especiales, son demasiado fuertes, le advertí que si las usaba en una dosis alta sería como un veneno letal, pero si tomaba pequeñas dosis no sería mortal, después de ese día no lo he visto, mi señor, por favor, dígame ¿Hizo algo malo? Le juró que yo no sabía que usaría eso de forma mala, nunca me dio indicios de ser una persona malvada.

Yoongi apretó la mandíbula. —¿No dudaste cuando te dijo que era para alguien en el castillo? ¿Por qué? ¿Qué más estás ocultando?

—Yo...nada señor...nada.

—Vives bien ¿Verdad? Está es una cabaña grande, tienes muchas cosas aquí—miró uno de los gabinetes cercano a la ventana—. Una vida buena para alguien que se gana el pan simplemente vendiendo hierbas—le miró de nuevo—. Dime Andree ¿De dónde sacas las monedas para sobrevivir de esta manera?

—Mi señor...

—SeHun.

SeHun lo tomó del cabello, hizo su cabeza hacia atrás y puso la espada en su cuello. Andree sollozo con fuerza, temblaba de pies a cabeza, sus labios balbuceaban palabras que no eran entendidas.

—Habla claro Andree, no quisiera que SeHun cometiera el error de cortarte la cabeza.

—¡Hablaré! Mi señor...por favor...

—Suéltalo, dejemos que hable.

SeHun lo soltó con agresividad, Andree miró al rey desesperado.

—Mi....mi padre...siempre ayudó...a las personas poderosas....lo buscaban....porque era muy bueno en lo que hacía.... él me enseñó todo lo que sabía...y yo...tengo....tengo clientes importantes...

—¿Clientes? ¿Cómo quienes?

—Miembros....del consejo...personas de clase alta y...de la realeza...ellos piden medicinas... tés especiales para avisar embarazos...a veces...venenos...yo no pregunto mucho....no es mi asunto....

Yoongi elevó una ceja. —Dime ¿Mi padre alguna vez uso tus servicios o los de tu padre?

Andree negó de inmediato. —No...jamás lo conocí...

—¿Mi madre lo hizo? —al verlo quedarse callado sacó su propia espada y dirigió la punta a su frente y aplicó un poco de presión—. ¿Por qué mi madre estuvo aquí? Dime.

—Ella....ella buscó a mi padre...y después a mí...ella...quería—sus labios temblaban, Yoongi le miró con frialdad—. Té, para no quedar embarazada.

Yoongi elevó una ceja, miró de reojo a JongIn quien entrecerró los ojos.

—¿Fue cuando mi padre aún estaba con vida?

—S....si...hasta hace unos años dejo de venir por ello.

—Eso no es todo lo que tienes qué decir ¿Verdad? Es mejor que hables, dime, has que mi curiosidad quedé satisfecha, o de lo contrario tomaré tu vida, no creo que quieras morir protegiendo el secreto de alguien más, no cuando es menos poderoso que yo.

Yoongi saco de su chaqueta una bolsa de monedas, la lanzó a la mesa.

—Eso más mi protección, podrías ayudarme mucho, recibir tantas cosas, sólo tienes que inclinarte al lado correcto.

Andree tragó en seco. —Mi señor, yo jamás he cuestionado, ni pregunto demasiado...ella un día vino personalmente....acababa de dar a luz a sus hermanos...eran bebés pequeños...ella me pidió...un brebaje venenoso, capaz de pasar desapercibido...se lo dí, después me enteré que los bebés habían muerto de forma extraña....después de eso fue tés para la presión....para el dolor de cabeza...cosas inofensivas.

Yoongi se quedó perplejo, miró a aquel hombre y después a JongIn, este se encogió de hombros. Yoongi nunca conoció a sus hermanos, supo que su madre estaba esperando bebés antes de irse a ScarLanding, después, su muerte prematura, no pudo volver hasta tiempo después cuando su padre murió.

Volvió a mirar al hombre que estaba frente a él, temblando de terror, no había razón por la cuál estuviera mintiendo, no tenía sentido, y al parecer tenía miedo de lo que había dicho, porque sabía lo que significaba, él tenía un secreto de su madre uno grande. Conocía bien a su madre, siempre fue buena, acataba las leyes sin dudarlo, y fue una digna representante y consorte, pero, esta versión cambiaba todo, primero, al igual que Jimin y debido a esas leyes extremas del reino, ella no podía usar nada que le impidiera tener herederos y hacer crecer la línea de sangre, era su deber como consorte, después de sus hermanos y la muerte de su padre nunca se le señaló por sólo tener un hijo, incluso antes, su padre siempre decía que la vida sólo los bendecía con él.

—¿Y si mientes?

—No lo hago señor, se lo juro, estoy diciendo la verdad.

—¿Sólo es eso?

—Sólo es eso señor. Lo juro.

JongIn abrió de repente los ojos y se acercó a ellos. —¿Cha Eunwoo lo sabía? Lo que hablas de la reina madre ¿Él lo supo?

—No—negó—. Jamás le dije nada a nadie, ustedes son los primeros que escuchan esto, él sabía que tenía clientes del castillo, entre ellos ella, pero jamás le dije nada.

—Esto es malo Yoongi.

—¿Por qué? —le miró fijamente.

—Cha Eunwoo es un manipulador, la reina dijo que iba a hablar con él ¿Y si le hace creer que él sabe sus secretos? Aunque no sea así.

—La va a orillar a ayudarlo o condenarlo—gruñó Yoongi—. Peor aún, si él convence a mi madre de que Jimin lo sabe, entonces ella no tendrá piedad. Tenemos que irnos—miró a Andree—. No te molestes en avisar a nadie que estuvimos aquí, probaré tu lealtad—le dijo, sin especificar que estaría fuertemente vigilado.

—Yo jamás lo traicionaría mi señor—tartamudeó.

—Todos traicionan, eso no se puede evitar—suspiró antes de guardar su espada y salir de ahí.

Fue seguido por sus hombres, SeHun le dio la orden a tres guardias, de que vigilarán y que quedarán cerca, debían ser cautelosos, Yoongi subió a su caballo y regresó al castillo. En el camino, pensaba en todo, en la forma en la que Andree había confesado, en su madre y en la posibles complicaciones que esto traería, su madre era como él, si se sentía amenazada iba a actuar y lamentablemente no sería de una forma inteligente y sensata, no, se dejaría llevar por sus emociones y si eso pasaba, si ella veía como enemigo a Jimin, estaba perdido. Tenía que detenerla, pero, para eso, necesitaba pruebas.

Caida la tarde, Yoongi estaba en otro lugar del reino, en una casa pequeña, hogareña, con la indumentaria tradicional de RyuuMoon adornando las paredes, se encontraba sentado en una silla de madera, mientras miraba a las dos personas que estaban frente a él.

Una mujer de mediana edad entró por la puerta, está había sido llamada por su hija, así que sólo tuvo que esperar, al entrar y mirar alrededor, sus ojos se agrandaron, sobre todo, al percatarse de la espada que estaba en el cuello de su hija embarazada y su yerno, Yoongi tenía en brazos a un niño, que se mantenía quieto observando la daga que Yoongi tenía en sus manos.

—Mi....mi señor—susurró con voz inestable.

—Hola Marie, es bueno verte—dijo con una falsa sonrisa—. Deberías sentarte al lado de tu hija.

Ella caminó insegura hasta que estuvo sentada, mirando de frente al rey, con miedo.

—Yo...nosotros no hemos hecho nada...mi señor...por favor.

—Sé que no has hecho nada, de hecho, sé que eres la más antigua y fiel de las sirvientas que tiene mi madre, vine aquí a promoverte.

Ella tembló al igual que los dos adultos restantes.

—Mi señor...

—He conocido a tu familia, tu hija, que está esperando su segundo hijo, tu yerno que trabaja arduamente en la tierra y sé de tu hijo ¿No está él sirviendo en mi guardia real? Él no sabe que estoy aquí, está muy ocupado, lo he de mandar a la frontera y ahí, bueno, sabemos que muchas cosas pueden pasar...y también a este pequeño—sonrió al niño, que le devolvió la sonrisa—. Tiene la edad de mis dos primeros hijos, me recuerdan a ellos, los niños son lindos cuando son inocentes, es una lastima que crezcan o que tengan qué sufrir por el peso de la decisión de sus padres ¿No?

—¡No, mi señor se lo suplico, nosotros nunca hemos hecho nada malo!

—Lo sé. Te repito que es por eso que estoy aquí—dijo sin apartar la mirada del niño, sonrió de nuevo—. Jisong juguemos, cubre tus ojos con las manos y espera, necesitamos que la abuela elija el juego.

Puso al niño frente a él, dando la cara a su familia, el pequeño cubrió su rostro con sus manos y Yoongi observó como los tres miraban espantados la hoja filosa que se acercaba a la sien del pequeño.

—Por favor—sollozo el hombre.

—No haré nada, no lo haré, si llegamos a un trato, Marie, necesito que sirvas a mi madre en bandeja, quiero que la traiciones.

Los ojos de la mujer se abrieron en demasía. —No...no entiendo mi señor.

—Lo vas a entender, fuerte y claro, sí tú me ayudas tendrás muchas cosas, entre ellas la vida de las personas que amas, voy a protegerte, mi madre no sabrá que fuiste tú quien la vendió, y tus hijos crecerán felices al igual que tus queridos nietos—sonrió despeinando la cabeza del niño—. Pero, si fallas, yo, haré que te arrepientas el resto de tu vida. Empezando con él. ¿Lo entiendes? Tu hijo mayor puede tener muchos problemas, como caer de forma trágica en batalla. ¿Qué es lo que eliges?

—¿Qué quiere que haga? Haré todo lo que me pida.

Yoongi sonrió a medias y asintio. —Excelente elección Marie. Ambos tenemos eso en común ¿Sabes? Lo único que queremos es salvar a las personas que amamos ¿No? Escucha bien.













Pasaron dos días de incertidumbre, dónde no supo nada, había tranquilidad en el castillo a pesar de que faltaban días claves para el juicio, Yoongi se encontraba perdiendo la cabeza, sabía que Andree se había quedado en la penumbra, que no salía de su hogar y que estaba tan asustado que no recibía clientes, y lo que sabía de Marie era que está no lo había traicionado aún, porque su madre se hallaba tan maldita e intrigosa ante el consejo como siempre.

No visitó a Jimin en esos días, porque no tenía cabeza para la carga emocional y física que significaban sus encuentros, pero, no dejaba de procurarlo, por eso, estaba al tanto de que se encontraba bien, que estaba comiendo un poco más y que no se había enfermado, eso era bueno, porque así, nadie estaba al tanto de que se encontraba esperando un bebé.

—Mi señor, Marie le manda esto—dijo SeHun entregando una nota. Yoongi la tomó de inmediato.

—Quiere que la vea en el bosque en la madrugada. Tenemos que hacer algo diferente. JongIn tendrás que vestirte como yo y tomar dos guardias entre ellos SeHun para ir al sur, si alguien me está siguiendo, que lo dudo, es mejor confirmarlos, yo iré al norte, solo.

—Lo siento mi señor, pero no puede ir solo ¿Y si esto es una trampa?

—Si no regreso al palacio en una hora a partir de que salí, manda a Zico a buscarme.

—Bien—asintieron los dos inseguros de su plan.

Yoongi no era tan bueno haciendo planes que requerían tiempo, era mejor ejecutando, nunca dejaba que las cosas se salieran de control el tiempo suficiente como para tener que elaborar algo de forma tan minuciosa, no era su actuar, pero, si era bueno siendo cauteloso. Por eso, esa noche vestido como un guardia cualquiera, salió de su castillo a encontrarse con ella, estaba ante la expectativa de que cualquier cosa podría pasar, de que ella pudiera traicionarlo, últimamente su falta de confianza había empeorado.

—Marie—dijo a la mujer que mantenía en sus manos una lámpara para iluminar el camino, ella llevaba una capa que cubría su rostro.

—Mi señor. Lo tengo.

—¿Encontraste las pruebas?

—Lo hice—asintió—. Tarde, porque fue difícil, ella ha estado más a la defensiva ahora, no se ha descuidado ni un momento.

—¿Qué es lo que le preocupa?

—Al parecer lo que usted temía pasó, ella habló con el sirviente quien le dijo que sabía su secreto y que también su alteza estaba enterada de ello, quiere eliminarlos a cómo de lugar.

—Lo sé—asintió con una mueca—. ¿Qué fue lo que encontraste?

—Antes de entregarle esto, mi señor, quiero hacerle una pregunta.

—No tengo tiempo para esto.

—Sé que no lo tiene, mi señor, sé que está preocupado, que busca la manera de salvar a su esposo, lo entiendo, pero debo preguntar ¿Cree que está listo para saber toda la verdad?

Yoongi apretó la mandíbula. —¿Amaste alguna vez?

—A...a mi esposo—dijo ella mirándolo perplejo—. Murió hace años. Lo extraño todos los días.

—Lo que tú sientes por él, yo lo siento por mi esposo, no dejaré que nada me impida hacer que este a salvo, aún si tengo que enfrentar lo que sea, hasta los secretos de mis padres. No estoy listo—apretó la mandíbula—. Pero, no puedo dar marcha atrás.

—Mi señor, sólo quisiera decirle, que nada de esto tiene que ver con usted—se acercó dejando ver una caja de madera, con dibujos de flores e incrustaciones de diamantes.

—¿Ella no notará que no está? —dijo al momento de tomarla.

—Me mandó a destruirla, hace mucho tiempo, ella siempre confío en mí, pero, no lo hice, no es por lo que piensa, simplemente, creí que ella no quería realmente dejar esto atrás, jamás la abrí, pero estoy segura de que ahí están las respuestas. Se equivocó, pero, nadie tiene la culpa.

—Regresa a tu hogar, nadie sabrá que me has ayudado. No lo voy a olvidar.

—No deje que esto cambie lo que es—dijo antes de hacer una reverencia e irse.

Yoongi subió a su caballo y cabalgó de regreso, escondió la caja, no dejo que nadie le viera, entró por la entrada de servicio y subió a su oficina, cerrando con seguro, dejó la caja sobre la mesa y tomó una botella de licor, tenía miedo, estaba aterrado, sabía que lo que encontraría ahí dentro marcaría un antes y un después en su vida. Apretó la mandíbula, no podía creerlo, todo lo que escuchó de su madre, y los secretos que está guardaba, jamás la vería de la misma manera, había en su mente una idea formándose de qué es lo que ocurría, sin embargo, no quería terminar de creerlo.

Tomó una daga y con el mango, golpeó el candado hasta que lo abrió, dio un trago a la botella. Dentro había muchas cosas, entre ellas cartas, tomó la primera, eran antiguas, demasiado, no tenían nada escrito por fuera, la abrió, y comenzó a leer, sus manos se hicieron puños, sus ojos se agrandaron y se llenaron de lágrimas, tomó otra y miró dentro, las mismas palabras, amor, deseo y odio, eran esos sentimientos que se reflejaban en cada una de las palabras escritas, peligro, venganza y traición, sus manos temblaban, comenzó a reír, como desquiciado.

Su madre, la mujer que por mucho tiempo reconoció como una figura intachable, quien aseguraba que amaba a su padre hasta el último de sus días, era la peor de las traicioneras. No sólo había engañado a su padre durante años, sino también, había engendrado hijos de él, de la persona que menos imaginó.

Durante mucho tiempo, se había preguntado la razón por la cual su padre había muerto, sabía que tenía enemigos, pero, siempre fue justo con sus hombres y las personas que amaba. Min Jonghyun siempre estuvo ahí para el reino de RyuuMoon, era un buen rey, un buen esposo y un buen padre, todo lo que sabía se lo debía a él. Le parecía extraño que una persona tan cercana, como lo era su general y mano derecha le hubiese traicionado, no tenía sentido. Hasta ese momento. Dónde entendió la razón de su traición, aquel general había traicionado a su padre, porque estaba enamorado de su madre y tenían una relación.

Recordaba el funeral, el como su madre había llorado durante días, pero ahora no estaba seguro si era por la muerte de su padre o la ejecución del traidor, tragó en seco, y guardo bajo llave la evidencia, no quería seguir viendo o leyendo, estaba asqueado, tomó más alcohol, conteniendo una carcajada.

Min ChaeRin era la peor de las hipócritas, y él estaba olvidando que era su madre.










Despertó por un sonido extraño, talló sus ojos adormilado, se sentó en la cama confundido por el fuego que provenía de la chimenea, él no había mandado a prenderla, frente a ella estaba Yoongi, bebiendo, sentado en una silla mientras observaba el fuego, su rostro hacia sombras oscuras, podía sentir su aura, bastante impenetrable, le recordaba a cuando lo conoció por primera vez, cuando sintió sus piernas temblar debido a la imponencia.

—¿Yoongi? —susurró—. ¿Estás bien?

Se levantó de la cama, y caminó hasta él, pero se detuvo, cuando los ojos de Yoongi se encontraron con los suyos, había algo oscuro en ellos, algo malo. Tragó nervioso.

—¿Pasa algo?

El rey, soltó una carcajada dejando a su esposo helado, se levantó y dio un largo trago a la botella que estaba justa a terminarse, caminó lentamente, asechando, Jimin dio un paso atrás.

—¿Sabes lo que es vivir en una mentira?

—No.

—No, no lo sabes. Por eso, siempre fue muy fácil juzgarme ¿No?

—¿Hice algo malo?

—Lo hiciste—asintió con voz ahogada—. Hiciste algo terrible Jimin.

—Me he disculpado.

Yoongi rio por lo bajo. —¿De verdad crees que es eso por lo que tienes que disculparte? —bufó—. ¿Crees que estoy molesto por ese jodido imbécil? No, tienes que pedirme perdón de rodillas por hacerme así de débil.

—Yoongi...

—Hay cosas que no quería saber, que no debía saber, ahora, estoy a punto de hacer algo malo, muy malo Jimin. Odio las traiciones.

—No lo hagas Yoongi, no eres débil por amarme.

—Te convertiste en lo más preciado para mí, en lo más especial, en aquello que quería mantener puro y sin dolor, fuiste lo que le dio sentido a mi vida, lo brillante, nadie pudo hacer lo que tú hiciste, y lo peor es que no te esforzaste, al menos una sonrisa basto para hacerme caer a tus pies, yo quería ser un hombre diferente para ti, me esforcé, pero creo que eso no fue suficiente, jamás lo es, no lo fue para Mark, no lo es para ti, y ¿Sabes por qué? Porque yo no nací para esto, el amor no es para mí, yo nací para otros propósitos, por eso tienes que detenerme.

—Basta, no digas eso, Yoongi, no es así, eres suficiente para mí, siempre lo has sido, pero, yo tenía miedo.

—Miedo de mí ¿Verdad?

No respondió, no necesitaba hacerlo, Yoongi tomó la mano de Jimin, y puso en ella el mango de una daga de plata, la punta apuntando a su pecho, Jimin trato de alejarse, pero Yoongi no lo dejó.

—Hazlo, entierrala lo más profundo que puedas, porque no me voy a detener Jimin, no lo voy a hacer, algo en mí despertó, algo que es más fuerte, quiero verlos caer, quiero mancharme las manos, y ya no tiene justificación, voy a aniquilar, y eres el único que puede detenerme en este momento, después, no podrás hacerlo.

Jimin apretó el mango y asintió. Yoongi sonrió a medias, con tristeza, él deseaba escuchar que no lo haría, que no era malvado, que sólo estaba herido, pero, en vez de eso miró a los ojos de Jimin, esperando que acabará con su vida. Pero, este, le dio la vuelta a la daga, dejando la hoja en su estómago, Yoongi de inmediato tomó su muñeca y la apretó hasta que abrió la mano y la daga cayó al suelo en un sonido sordo.

—No me importa que hagas, no te puedo perder Yoongi, no a ti.

Eso fue suficiente para que las piernas de Yoongi temblaran, bajo la mirada y rio, al tiempo que las lágrimas descendían por sus mejillas, Jimin trató de abrazarlo, pero este cayó de rodillas, por el peso en sus hombros, por su cuerpo cansado y su mente enferma, todo lo que creyó alguna vez, era mentira, sollozo sobre el vientre de Jimin, tomando su cintura con fuerza, oliendo su aroma dulce, Jimin bajo hacia él y lo abrazó, tomó su cabeza en su pecho y lo abrazo, besando su cabello, enterrando su nariz en este, sus propias lágrimas descendieron al escuchar el llanto destrozado de quién amaba.

—Todo es mentira, todo lo era.

—Shhh—arrulló contra su cuerpo, tratando de sostenerlo. Porque sentía que se estaba desmoronando entre sus manos.

Jimin no sabía lo cruel que eran sus pensamientos o la realidad de por qué estaba así de destrozado, por eso, empezó a pensar que era debido a él, y la culpa y el dolor se convirtieron en una roca en su pecho.

—Te amo, lo siento, Yoongi lo siento tanto.

—No me sueltes. No está noche.

Yoongi estaba perdido en la suavidad y el calor de su esposo, tratando de calmar las ganas que tenía de tomar venganza por cuenta propia, eliminar a los traidores. Necesitaba paz.








Creo que hoy termino está segunda parte para ya irnos con Hobi de nuevo. Su tercera parte está tan genial, ya quiero que lean 🤩

Gracias por el apoyo bebés 🤍

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