48
—Mi señora—dijo aquel guardia quien se arrodilló ante ella—. Estoy a sus órdenes.
ChaeRin asintió. —Tú perteneces a la guardia real que se encarga de cuidar al consorte Jimin ¿Verdad?
—Así es majestad.
—Necesito que hagas algo, quiero que me informes todo lo que el consorte Jimin haga, a dónde va, con quién va, todo—dijo ella con seriedad.
El guardia le miró con sorpresa. Asintió. —Lo haré mi señora.
—Claro que si haces bien tu trabajo habrá recompensas—dijo dando la indicación a uno de sus sirvientes para que se acercará al guardia entregando un saco pequeño de monedas—. Eso es para comenzar.
—Agradezco su bondad majestad—tomo el saco con una reverencia—. Haré todo lo que me pida.
—Bien, esto debe quedar entre nosotros, ¿Quedó claro?
—Sí, mi señora, no le voy a fallar.
—Puedes retirarte.
El guardia asintió antes de hacer una reverencia más y salir de ahí, Jennie, la princesa quien había estado al lado de su madre escuchando aquello la miró con una ceja alzada.
—¿Por qué estás haciendo esto?
—No confío en Jimin, ha estado actuando extraño.
—Lo veo normal, como siempre—dijo ella encogiéndose de hombros.
—Temo que haga algo por traicionar a Yoongi de nuevo.
—Si Yoongi se entera de esto, va a estar muy molesto y lo sabes.
—Si Jimin no tiene nada que ocultar, entonces nada malo sucederá.
Jennie asintió con una mueca. —Te has dado cuenta de algo, Jimin ya no pasea con su corte, de hecho, sólo lo veo al lado de su sirviente Cha, es extraño, ni siquiera sale a los jardines.
—Sí, lo he notado, por eso me parece extraño, por su bien, espero que no esté haciendo nada malo.
Jimin miró a Nayeon con una mueca. Estaba preocupado, demasiado, hacía tres días que no veía a Eunwoo, este no había llegado al castillo, y nadie podía decirle dónde estaba.
—¿Estás segura? —cuestionó con seriedad—. ¿Cómo es que nadie lo ha visto?
—Desde ese día que se fue en la noche nadie más lo ha visto.
—¿Han buscado en su casa?
—Sí, pero no abren, parece que está abandonada.
Jimin mordió su labio inferior. —¿Y si algo le sucedió?
—Lo lamento Jimin, en verdad estuve buscando, pero Eunwoo es muy callado y no ha hecho amistad con nadie aquí, así que las personas apenas notan que no está.
—Necesito encontrarlo—dijo con un nudo en la garganta—. Eso es todo Nayeon, puedes retirarte.
—¿No necesitas algo más?
—No, gracias.
Nayeon le sonrió con pena antes de salir de la habitación Jimin bufó sentandose en la cama, era mediodía, y estaba preocupado por él, así que no dudo en ponerse un abrigo, el clima estaba cambiando, volviéndose cada vez más frío. Salió de la salita y miró a sus guardias.
—Avisen al cochero que quiero salir.
Uno de ellos asintió. —¿A dónde nos dirigiremos mi señor?
—A casa de Cha Eunwoo.
El hombre dió una reverencia y se alejó, Jimin se quedó mirando al restante que le observaba con curiosidad.
—Quiero que mi visita sea discreta.
—¿No avisará al rey?
—Mi esposo no está, ha ido a la frontera a revisar unas cosas, dijo que estaría aquí antes de la cena, vamos.
—¿No llevará a alguna dama?
—No.
Jimin camino decidido por el amplio pasillo, su preocupación era más grande que esperar un permiso, sabía que Yoongi no le negaría nada, y no mentía cuando decía que este no estaba cerca, esperarlo sólo haría que su angustia creciera. No pasó mucho tiempo hasta que llegó al patio principal, dónde esperaba el carruaje, le abrieron la puerta y con ayuda de su guardia entró a la comodidad del terciopelo.
Estaba nervioso, mientras avanzaba por el camino se imaginaba cosas horribles acerca de Eunwoo, temía que algo hubiese pasado, y que se encontrará en peligro, lo quería, era un gran amigo para él, la única persona que lo escuchaba y le decía la realidad de las cosas sin miedo a las represalias, no le tenía miedo a su posición, y además, era igual a él, un doncel que se encontraba solo en el mundo, no tenía familia, Jimin sabía lo que eso se sentía y quería ser un hermano para él.
El carruaje se detuvo, Jimin miró a través de la ventana a una casa de campo pequeña, parecía casi destruída, le dolió el corazón, si lo hubiese sabido antes, no habría dejado que Eunwoo se fuera del castillo todos los días. El cochero abrió la puerta y le ayudó a bajar, Jimin sintió la brisa fría e hizo una mueca.
Caminó por el camino piedroso, tocó la puerta, pero, parecía que no había nadie cerca, mordió su labio inferior, intento de nuevo.
—¡Eunwoo! Soy yo, Jimin.
Siguió golpeando, sin mirar a sus guardias que le observaban en silencio sin expresión alguna, golpeó más fuerte, quería llorar, hasta que la puerta se abrió, sólo un poco, apenas pudo ver uno de sus ojos.
—¿Eunwoo? Dios mío, estaba muerto de miedo, pensé que algo te había sucedido, ¿Qué pasó?
Enwoo suspiró antes de cerrar la puerta y abrir el cerrojo, dejo a Jimin entrar, sus guardias se movieron cerca.
—Sólo tú.
Jimin se dió la vuelta para mirar a los hombres.
—Quédense aquí, hagan guardia alrededor—dijo con seriedad antes de cerrar la puerta de madera para que ellos no pudieran decir nada.
Miró a Eunwoo, estaba despeinado, con un camisón de algodón, descalzo y sus ojos estaban rojos debido al llanto, Jimin estaba perplejo.
—¿Dónde te habías metido? Hice que personas vinieran a buscarte, pero no estabas, o eso es lo que dijeron.
—Jimin...—susurró—. ¿Me estabas buscando?
—Sí—dijo con una sonrisa cálida—. Claro que lo hice, yo estaba muy preocupado, pensé lo peor, yo...creí que me habías abandonado.
Eunwoo negó con lágrimas en los ojos, se acercó a Jimin y lo abrazó con fuerza, aferrándose como si se tratara de un niño pequeño, Jimin regresó el abrazo sorprendido, por la forma en la que este lloraba. Acarició su cabeza, confundido.
—¿Qué es lo que pasa? —preguntó consternado—. Dímelo, por favor, sabes que te voy a escuchar.
—No puedo...
—Si puedes hacerlo.
Eunwoo negó separándose de él, le dió la espalda, mirando por la ventana. Jimin camino hacia él, pero se detuvo al escuchar su voz herida.
—No puedo siquiera mirarte o tocarte, me siento tan sucio.
—No entiendo lo que estás diciendo—susurró contrariado—. Por favor, mírame.
Eunwoo negó. —No, no puedo hacer eso, me siento tan mal Jimin, tan asqueroso.
—Eunwoo....
—¡Me violaron! —soltó antes de llorar de forma desgarradora.
Jimin se detuvo, conteniendo la respiración, mirándolo destrozado, sin comprender lo que sucedía, se quedó helado cuando Eunwoo le miró temblando, boqueo, las palabras no salían de su boca.
—La otra noche....cuando salí del castillo....yo venía hacia aquí...y alguien....me tomó en el bosque, quise defenderme Jimin, te juro que grité con todas mis fuerzas, pero....fue en vano—bajo la mirada sin dejar de llorar—. Estaba tan avergonzado, que no podía verte a la cara y...
Jimin se apresuró a acercarse a él y lo abrazó con fuerza, ambos cayeron al suelo de rodillas, los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas, lo mecio entre sus brazos sin soltarlo.
—Lo encontraremos y...
—¡No! No puedes decirle a nadie, no, Jimin, me muero de vergüenza, moriré si alguien sabe. Te lo suplico, no digas nada.
—No lo haré—balbuceo—. Por Dios, no puedo creer...lo siento tanto, no debí haberte dejado ir tan tarde.
—No es tu culpa, pero, Jimin, no quiero estar aquí solo.
—No debes estarlo—lo separó de su cuerpo para verlo a la cara—. Vas a venir conmigo y yo te voy a proteger, para siempre.
Eunwoo le sonrió. —Me siento muy cansado, no te podido dormir.
Jimin se puso de pie y lo tomó de la mano, para hacer que se levantará también y lo llevó despacio a la habitación, le hizo que se recostara en la cama dentro de las cobijas, Eunwoo tomó su mano, sin querer soltarlo, Jimin suspiró, acariciando su cabello.
—Quédate conmigo unos momentos, por favor.
Jimin asintió, entró en la cama a su lado, quedando frente a él, acarició su mejilla tratando de limpiar sus lágrimas.
—Lo siendo mucho Eunwoo.
—Jimin, eres lo único que tengo, por favor no me abandones.
—Jamás lo haré, Eunwoo, siempre estaré a tu lado.
—Te amo Jimin.
Jimin le sonrió con tristeza. —También te amo, eres mi mejor amigo.
Eunwoo lloro más, terminando por abrazarlo, Jimin suspiró besando su cabeza, sin saber que todo se trataba de un engaño, que Eunwoo estaba jugando todas sus cartas para estar un poco de tiempo en los brazos de Jimin. Era enferma la forma en la que lo necesitaba y no podía parar, ya no.
—¿A dónde fuiste hoy por la tarde?
Jimin despego la vista del plato de comida que no estaba comiendo, su estómago se encontraba revuelto después de haber visitado a Eunwoo, quien ahora estaba en el castillo, en una habitación de servicio.
—Fui a tomar un paseo.
—¿Un paseo? —preguntó con una ceja alzada—. ¿A dónde?
—Ammm, al pueblo, quería comprar unas cosas—se encogió de hombros sin dar más detalles.
Yoongi hizo una mueca. —¿Qué clase de cosas?
—Cosas.
—Jimin, ¿Qué es lo que pasa?
—¿Por qué me estás interrogando? —preguntó a la defensiva.
—Sólo te estoy preguntando en dónde estabas.
—¿No puedo salir?
—Yo no dije que no, me parece extraño, nunca sales y cuando lo haces siempre me cuentas a dónde vas. Jimin ¿Estás ocultando algo?
—¡Eso no te importa Yoongi! —bufó mirándolo con molestia—. Me la paso en este palacio, obedeciendo, acatando los protocolos, y siempre lo hago en silencio, no puedo creer que me interrogues por salir un día.
Yoongi boqueo, nunca había visto a Jimin a la defensiva.
—No es eso, sólo quería saber si todo estaba bien.
—Todo está bien, se me quitó el hambre, hasta mañana.
Se levantó y caminó a la salida del comedor, Yoongi se quedó en silencio, si bien, había notado ciertos cambios en Jimin, adjudicaba todo al hecho de que no estaba tan al pendiente de él por las obligaciones que tenía que atender fuera del reino, pero, aquella descarga de enojo le indico que algo malo sucedía, Jimin no era así, no explotaba ante cualquier provocación, mientras lo veía marcharse, Yoongi se dijo que tenía que descubrir lo que estaba sucediendo.
¿Otro más? 🤍
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