47
—¿De verdad tienes que irte?
Yoongi miró sobre su hombro a Jimin, quien estaba sentado en medio de la cama, cubriendo su desnudez con la sábana de seda, le sonrió, se veía hermoso, con el cabello despeinado y sus grandes ojos de oro brillando. Se acercó dejando de lado la camisa, vistiendo sólo sus pantalones oscuros, puso una rodilla en la cama y se acercó a su rostro y besó sus labios hinchados.
—Sí, lamentablemente tengo que hacerlo, pero, volveré en un par de días.
—No me gusta cuando te vas—susurró con un puchero.
—¿No? —susurró sobre sus labios—. ¿Por qué no? Tal vez, puedas hacer algo para que me quede.
Jimin alargó los brazos para abrazarlo por el cuello, lo atrajo a su cuerpo para seguir disfrutando del calor de su piel, Yoongi bajo la sábana, dejando al descubierto su cuerpo, bajo sus besos de sus labios a su cuello y después más abajo, le miró con picardía, Jimin relamió sus labios excitado por aquellos ojos oscuros que tanto amaba. Yoongi capturó en su boca uno de sus pezones, el cual chupo, Jimin enrojeció, porque lo estaba probando, Yoongi gimió antes de soltarlo y relamer sus labios.
—Delicioso.
—Esto es tan vergonzoso.
—Es hermoso—rio antes de volver a besarlo y abrir sus piernas.
Jimin bajo las manos por la espalda pálida y fornida, hasta su pantalón, el cual desabrochó, Yoongi le ayudó, quedándose sobre él sin nada de ropa que pudiera impedir su unión, estaba tan duro, frotó sobre su entrada haciéndolo jadear, antes de volver al calor que tanto lo abrazaba. Las estocadas fueron más rápidas que la noche anterior, Jimin estaba perdido en la sensación de su cuerpo, en la humedad y el calor, le gustaba tener el cuerpo de Yoongi sobre él, más grande y fuerte, lo abrazaba de una forma protectora, se aferró a su espalda y gimió con fuerza cuando llegó al climax, Yoongi lo embistió con más fuerza hasta que se vino dentro, podía sentir el calor de su corrida y con eso, relajó los músculos.
—Eres tan delicioso—susurró sobre sus labios.
—Si lo soy, deberías quedarte.
—Me encantaría amor, pero el deber llama, volveré tan pronto, que no te dará tiempo de extrañarme. Descansa, apenas va a amanecer.
Yoongi se levantó y acomodó su ropa, después lo arropó a él, besando su frente, Jimin bostezo, era temprano por la mañana, tenía frío y estaba cansado, miró a Yoongi prepararse y volver a acercarse para besarlo.
—Te amo, nos vemos en dos días.
—También te amo, cuídate mucho.
—Lo haré bebé.
Yoongi le sonrió, con una sonrisa que derretía a cualquiera, salió de la habitación y lo dejo descansar, antes de volver a dormir, Jimin se levantó para buscar su camisón, tenía miedo de que si Eunwoo llegaba por la mañana y supiera que tuvo relaciones con Yoongi, volviera a regañarlo, sabía que no estaba mal lo que hacía, pero, su amigo en parte tenía razón, no supo en qué momento la opinión de Eunwoo se volvió tan importante, cerró los ojos tratando de dormir plácidamente, extrañando el calor de su rey y su aroma.
—Taehyun tienes que comer antes de ir al entrenamiento.
Estaba en la mesa con sus hijos a la hora de la comida, sus pequeños estaban creciendo bien, cada día desarrollaban con mayor intensidad sus personalidades, que eran muy diferentes unas de las otras. Taehyun su primogénito, el príncipe heredero estaba en un sinfín de clases, entrenamiento y protocolos, a Jimin le daba lastima, porque sabía que no estaba creciendo como un niño normal, todos a su alrededor decían que era así como un heredero tenía que criarse, pero, Jimin no estaba de acuerdo, apenas tenía seis años y ya había mucho peso sobre sus hombros.
—No quiero—dijo con un puchero mirándolo—. Quiero jugar con mis hermanos en el jardín hoy, papi, por favor ¿Podría no ir al entrenamiento? Será sólo por hoy.
Jimin debía de responder que no, que tenía que acatar sus horarios en tiempo y forma, pero, en vez de eso le sonrió y acarició su manita, Yoongi no estaba ahí para decirle a su hijo que era importante entrenar y todas esas cosas sobre las responsabilidades de un rey, así que no dudo en asentir.
—Será por hoy—dijo con voz dulce.
—Gracias papi—sonrió su pequeño más feliz, comenzó a comer con entusiasmo.
Jimin llamo con la mano a Nayeon, está se acercó y le miró curiosa.
—Nayeon, por favor, cancela las clases y los entrenamientos de Terry por hoy, él se va a tomar un descanso.
—Ammm ¿Estás seguro Jimin?
—Sí, está cansado, no pasa nada.
—Ya mismo les digo—asintió antes de salir del comedor.
Jimin miró sus alimentos, bajo la risa de sus hijos, quienes disfrutaban de estar con él, porque Jimin jamás les exigía que se comportaran de cierta forma en su presencia, al final del día para él, eran niños pequeños que sólo querían divertirse, les sonrió mirándolos, los amaba, a cada uno de ellos, eran tan especiales en su vida. Escuchó sus pláticas, sus balbuceos y rio con ellos, parecían una familia normal, una que no era de la realeza, cuando todo terminó, les dijo a sus nanas que los llevarán al jardín, que él estaría bebiendo el té mientras los observaba jugar.
Así fue que se relajó en la silla de jardín, mirando a sus hijos correr por ahí, a sus pequeñas mellizas, unas bebés de ocho meses jugar con el pasto bajo sus manitas, estaba solo, por alguna razón sentía que sus amigos en la corte se habían olvidado por completo de él, era difícil hablar con KyungSoo y Luhan, eso le hacía sentir triste.
—Tú té—dijo Eunwoo al poner la charola en la mesa, sirvió el té para él.
—Gracias, siéntate y toma el té conmigo.
Eunwoo le sonrió antes de sentarse a su lado. —Luces triste ¿Es por el rey?
—Ammm, siempre es difícil cuando se va, la realidad es que aunque han pasado años, aún no me acostumbro a estar en este castillo sin él.
—Este castillo es tuyo Jimin, eres el rey consorte.
—No me siento así—se encogió de hombros.
—Es bueno saber que sigues siendo el mismo a pesar de todo.
Jimin le sonrió. —Gracias por verme de esa forma, agradezco tenerte en mi vida.
Alargó la mano tomando la de Eunwoo, este le miró con una enorme sonrisa, Jimin realmente apreciaba tenerlo en su vida, eran buenos amigos y sentía que podía contarle todo.
—Oh, Jiminie tengo una idea, podría ser buena, ya sabes algo que puede mantener la chispa.
—¿Qué es? —preguntó cambiando su rostro a uno más interesado.
—Es algo así como un juego, escuché a alguien hablando de ello, es fingir que estás enamorado de alguien secreto, mandar una carta, sin escribir su nombre o posición, relatando lo mucho que lo amas, como si fueran dos extraños.
Jimin le miró sin comprender. —¿Y eso les funciona?
—Claro que si, despierta la pasión, la persona que lo platicó, decía que su esposo estaba tan ansioso que no podía dejar de pensar en ella, ¿No es eso lo que anhelas? Jamás salir de la mente del rey.
—Sí, quiero permanecer en la mente de Yoongi por siempre, pero, no sé si sea buena idea.
—Jimin, no quería decirlo de esta manera, pero ambos sabemos que estás en desventaja.
Jimin le observó confundido. —¿De qué desventaja estás hablando?
—Lo que me dijiste, del gran amor del rey—dijo en voz baja—. Ellos tenían eso especial, ponlo de esta forma, la historia de amor de ellos fue especial porque era prohibida, es como un juego contra el destino, era desafiante y llena de peligro, pero también de pasión, deberías despertar eso tú también en el rey, lo suyo ha sido sencillo hasta el momento. Sin emoción.
Jimin mordió su labio inferior, una noche, cuando estaba en sus peores momentos, pensando en su pasado y en lo que habían vivido en ScarLanding, Jimin le contó a Eunwoo lo que sucedió, y del amor que Yoongi había tenido por Mark, no sabía que estos tenían un hijo, sin embargo, sí sabía que el rey había estado dispuesto a dejar todo por el amor y las promesas que le hacía.
—Eso podría ayudar.
—Claro, nunca es tarde para encender la magia Jimin y...
Fueron interrumpidos por pasos que se acercaban, dos guardias reales se posicionarnos frente a Jimin, hicieron una reverencia.
—Mi señor, su alteza, la reina Madre quiere hablar con usted.
Jimin sintió un nudo en la garganta, asintió y se levantó, siguiendo a los guardias dentro del castillo, al ala que pertenecía a la reina madre, ChaeRin. Su suegra y cuñada, habían sido amables y dulces cuando llegó al castillo, siempre le protegían y querían, pero eso cambio después de la traición de su hermano, ellas dejaron de invitarlo para el té, de saludarlo en los eventos formales y últimamente la reina había ejercido una gran presión en lo que debía ser su deber como consorte y en más de una ocasión le dejo claro que no le gustaba la forma en la que estaba criando a sus hijos. Eso le ponía nervioso, porque siempre que lo llamaba, significaba que había algo malo que reprender.
Las grandes puertas del salón se abrieron, la reina madre estaba sentada en una silla, impetuosa como siempre, alrededor de ella había mujeres pertenecientes a su corte que estaban sentadas en cojines de seda en el suelo, entró tratando de mantener su cabeza en alto, pero los fríos ojos de aquella mujer le estaban intimidado.
—Su majestad—dijo con una reverencia, terminando por sentarse sobre sus piernas al quedar de rodillas, con la cabeza baja.
—Consorte Jimin, levanta la cabeza.
Elevó la vista, las mujeres que le observaban estaban serías, pero había una chispa de diversión en sus ojos. Jimin sabía que ellas eran las mujeres de los miembros del consejo, quienes lo odiaban, y no confiaban en él después de su traición.
—Su alteza, me han dicho que necesitaban verme.
—Sí, te iba a hacer una pregunta ¿Bajo qué poder has cancelado las actividades de nuestro príncipe heredero?
—Estaba cansado, así que pensé que podría faltar sólo este día.
—¿Y por qué pensaste que tú podías decidir eso? No te equivoques consorte Jimin, no porque tú hayas parido a ese niño significa que es tuyo, Taehyun es el heredero de RyuuMoon, él tiene que ser criado de cierta forma y sus obligaciones son importantes, ¿Acaso quieres intervenir en esto?
—No su majestad—dijo con voz contenida—. No es eso, sólo me preocupó que esto fuera demasiado para él.
ChaeRin bufó. —Él será el rey de este reino, no puedes tratarlo como a un bebé, no es tuyo, entiende eso, ese niño es del reino, tú no tienes poder sobre él.
Jimin quiso argumentar que era falso, que él era su padre, pero, sabía que era una discusión que no iba a ganar, porque eran las reglas, siempre escuchó que las reglas de RyuuMoon eran duras y crueles, pero jamás les hallo sentido hasta ese momento, hasta que descubrió la vida solitaria y fría que llevaría su hijo por ser el heredero, entendía la personalidad de Yoongi, pero, no por eso deseaba que fuese lo mismo para Taehyun.
—Sólo...pensé que...
—Tú no tienes que pensar nada consorte Jimin, ¿Quieres que te repita tus obligaciones como consorte? —dijo con frialdad, le sorprendía que se fuera la misma persona que lo había tratado con cariño cuando llegó al castillo—. Tú debes como consorte real es sólo acatar las ordenes de nuestro reino, servir a tu esposo, el rey, en silencio, sin intervenir en sus obligaciones, tú único papel aquí es el de engendrar nobles de sangre pura, sólo eso, ¿O quieres que te recuerde lo mal que lo has estado haciendo?
—Con todo respeto mi señora, he tratado de hacer las cosas lo mejor que puedo, he servido a mi rey y traído siete niños sanos al mundo.
—Sí, has traído al mundo a varios niños, pero de ellos sólo uno es un varón elegible como heredero, has tenido más niñas y los otros niños son donceles, ¿Qué sucederá si Taehyun no puede ser rey o si muere?
Aquello hizo que Jimin formará una mueca de dolor, no podía pensar en ello, ni siquiera un segundo, miró a los ojos de la reina, ella parecía sería, pero, al mismo tiempo había un dolor que se dibujaba en las líneas alrededor de sus ojos y boca.
—Tú sabes que Yoongi tuvo dos hermanos menores que murieron siendo bebés, esas cosas pasan, por eso debes tener más cuidado, y dar más varones, RyuuMoon no puede quedarse sin un heredero elegible ¿Está claro?
Sabía de los hermanos menores de Yoongi, unos gemelos que habían muerto antes de cumplir el año de nacidos, dejándolo a él como único sucesor, una carga difícil, Jimin no quería pensar en ello, pero, al final del día él para RyuuMoon y el consejo, sólo servía para dar bebés que puedan sobrevivir y reinar. Un doncel o una mujer no podía hacerlo, aunque Yoongi siempre dijera que no le importaba, estaba claro que a los demás sí.
—Me voy a esforzar más su majestad.
—Tú papel sólo es obedecer consorte Jimin, no puedes tomar decisiones así a la ligera, mucho menos si se trata de el heredero.
—No volveré a hacerlo su majestad.
Ella asintió. —Puedes retirarte.
Jimin mordió su labio inferior, dió una reverencia y salió de ahí, sus ojos picaban con las lágrimas que retenía con fuerza, no podía llorar en aquel pasillo donde cualquiera podría verlo, se apresuró a llegar a su sala privada y despachando a sus guardias, se soltó a llorar recargado en la puerta, no paró de hacerlo, sollozaba con fuerza, sintiéndose indefenso, confirmando que si Yoongi no estaba ahí, no era nadie, a los ojos del consejo y de la reina madre siempre sería sólo quien había parido a los hijos del rey, no confiaban en él, para ellos seguía siendo un traidor a pesar de haber pasado años de aquel incidente, en todo ese tiempo siempre fue servicial y obediente, pero nada parecía funcionar.
Incluso estaba completamente seguro de que si Taehyun fuera un doncel, si él no hubiese parido un heredero elegible para el trono y ellos supieran de la existencia de Jihoon, no habría duda en que harían todo lo posible para traerlo a RyuuMoon con la intención de criarlo para reinar, eso, le hacía sentir más incómodo y desalentado, tal vez esa era la razón por la cual Yoongi nunca hablaba de Jihoon, porque sentía miedo de que alguien hiciera algo para traer al niño, Jimin estaba hecho un lío, no dejo de sollozar, hasta que escuchó pequeños golpes en la puerta.
—Jimin, soy yo, Eunwoo. Abreme.
Se hizo a un lado para abrir la puerta, Eunwoo entró y Jimin no esperó ni un segundo para lanzarse a sus brazos y llorar en su hombro, Eunwoo, lo abrazo de vuelta, acariciando su espalda, no dijo nada, por unos momentos dejo que Jimin llorara para desahogar su corazón.
—¿Ella fue dura contigo?
—Me odia, me odian.
—No hay razón para eso, tú no has hecho nada malo.
Jimin negó, dejando que Eunwoo lo acompañará al sillón para sentarse, él lo hizo a su lado, por lo que Jimin no tuvo que soltarlo.
—Siempre me verán como un campesino y peor aún como un traidor.
Eunwoo hizo una mueca, llevo sus manos a las mejillas de Jimin y trató de limpiarlas, sin dejar de mirarlo.
—Son estúpidos Jimin, son tontos y no saben lo que hacen. Tú no los necesitas, eres especial.
—¿De verdad crees que soy especial?
—Lo eres—le sonrió—. Tanto que me cuesta creer que alguien como tú pueda estar sufriendo tanto—suspiró—. Hasta el rey te ha tratado tan mal, él es quien debería acallar estás cosas, pero no hace nada.
Jimin quiso refutar, decir que no era así, que Yoongi si hacía cosas para protegerlo, pero, no le constaba, si bien, le trataban con respeto cuando estaba con él, no decía lo mismo cuando se encontraba solo, así que Jimin no tenía idea de la lucha constante que tenía Yoongi para hacer que las personas en el castillo le respetarán, Jimin no tenía idea de las peleas de Yoongi con su madre, no lo sabía, por eso, creyó cada una de las palabras de Eunwoo y comenzó a sentir resentimiento por su esposo.
—No llores, me parte el alma verte llorar—dijo muy cerca de su rostro, Jimin sonrió con tristeza.
—Creo que eres el único en el mundo que me quiere de verdad Eunwoo.
Eunwoo sonrió en grande. —Claro que te quiero, yo sólo busco tu felicidad—dijo antes de dar un beso en su mejilla.
Jimin le abrazo, recostando la cabeza en su hombro, suspiró con melancolía, aunque no estaba pensando de una manera más profunda, la realidad es que en ese instante se sintió cuidado, protegido y entendido por Eunwoo.
—Papá viene hoy ¿Verdad? —preguntó Minnie con una sonrisa tierna.
Jimin asintió antes de seguir peinando su largo y oscuro cabello.
—Sí, por lo que dijo el mensajero, viene después de la cena.
—¿Lo vamos a poder ver? —preguntó ahora Taehyun quien estaba en el piso jugando con el gato.
—No lo creo, será tarde.
—Pero, queremos ver a papá—dijo Minnie con un puchero—. ¿Podríamos esperar sólo está vez? Por favor.
Jimin sonrió con ternura, su pequeño SoonYoung se acercó a él para ser cargado, Jimin lo puso en sus piernas y besó su cabecita.
—Yo también quielo vel papá—dijo Hongjoon con un puchero.
Miró a sus hijos con una mueca, no sabía si estaba bien permitirlo, posiblemente eso podría desatar otro problema con la reina, pero, no podía ignorar la petición de sus hijos así nada más.
—Bueno, supongo que está bien.
—¿Y si hacemos un patel pa papá? —preguntó Yuju riendo.
—¡Si! Los pasteles de papi son los mejores—dijo Minnie emocionada.
Jimin rio por lo bajo, la realidad es que había pasado mucho tiempo desde la última vez que horneo algo.
—Puedo hacerlo, si ustedes me ayudan.
Fue así que Jimin llevó a sus hijos, a la cocina, dónde les enseño cómo hacer un panecillo relleno, ellos le pasaban algunas cosas, reían y se manchaban entre ellos, al final de la tarea, ya no parecían niños de la realeza y eso le gustó, verlos felices le recordó a su niñez, al lado de su hermano, él quería que ellos hicieran recuerdos tan preciados como los suyos.
Tuvo que mandar a dormir a sus mellizas, pero sus demás pequeños aguantaron hasta la llegada de Yoongi, todos estaban en su habitación, esperando. Cuando Yoongi entró fue recibido por unos niños que corrieron a sus brazos, él los recibió con cariño, besando sus cabezas y dando fuertes abrazos, después miró a Jimin y sus ojos se iluminaron, dejo a sus hijos para ir con su esposo a darle un beso en sus labios, Jimin le sonrió.
—¿Y está grata sorpresa?
—Los niños querían esperarte, te han extrañado.
—¡Hicimos un pastel! —dijo Minnie subiendo al regazo de Yoongi, quien se había sentado en una silla frente a la mesa de té, dónde estaba el pastel, una jarra de leche y una tetera. Sus hijos se sentaron alrededor de Yoongi, quien también cargo a Yuju.
—Vaya, esto huele delicioso—dijo con una enorme sonrisa—. ¿Ustedes saben cómo es que papá Jimin me enamoro por completo?
—No, ¿Cómo? —preguntó Taehyun curioso.
—Por su aroma, siempre olía dulce, y después de visitar la panadería donde trabajaba quedé embobado, amo todo lo que él hace.
—¡Eso es cursi! —rieron los trillizos.
Jimin sólo observó a Yoongi con una sonrisa. Bajo la mirada apenado, la escena era dulce y tierna, que quien la mirara podría quedar encantado con esa linda familia, menos para una persona, que los observaba a través de la puerta semiabierta, Eunwoo tragó en seco el mal sabor de boca que le dejaba esa escena, apretando las manos lleno de frustración.
—Hice la carta—dijo Jimin con una sonrisa—. ¿Cómo debería dársela?
Eunwoo le miró con una sonrisa. —Yo se la daré, así mantendras la magia, claro que no debes hablar de ello, y así recibirás la respuesta, es romántico si lo piensas.
Jimin asintió. —Tienes razón, toma—dijo entregando la carta.
Eunwoo la tomó en sus manos y sonrió de una forma que Jimin no pudo descifrar. Estaba nervioso, una parte de él se sentía alejado de Yoongi, quería recuperar lo que tenían, pero, no estaba listo para hablar y expresar lo que sentía, la confianza en su esposo había disminuido con el tiempo, espero paciente hasta que Eunwoo le entregó una carta.
Mi querido amor
No sabes la dicha que tengo de leer tus palabras, tan dulces y llenas de cariño, es como si te viera por primera vez, el amor que siento me va a hacer desfallecer, no hay manera que aparte los ojos de ti, eres brisa fresca, tan puro y limpio. Espero recibir más de ti, porque tengo mucho más que decir, podría hablar horas sobre tus hermosos ojos, que son el tesoro más grande que cualquiera pudiera tener. Dime querido ¿hay espacio en tu corazón para este frustrado enamorado?
Con devoción...tu rey.
Jimin sonrió abrazando la carta, su corazón latía con fuerza, Eunwoo le miró desde el otro extremo de la habitación con una sonrisa llena de satisfacción, porque eran sus palabras las que habían dibujado aquella hermosa sonrisa en el rostro de quién amaba.
¿Qué les está pareciendo todo? 🤍
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