46
—Es hora de despertar—dijo Eunwoo moviendo a Jimin ligeramente, estaba hecho un desastre y olía a ebrio, hizo una mueca, no pensó que habría bebido tanto en la fiesta, ya que, cuando se despidió de él, no se encontraba tan mal, miró alrededor, pero tampoco encontró botellas en la habitación.
—Mmmm—gruñó Jimin sin querer despertar.
Eso le molestó, ¿Qué había pasado la noche anterior? Porque si Jimin estaba tan ebrio como pensaba, posiblemente habría sido imposible mantenerse alejado del rey, y eso, le molestaba, demasiado, no podía imaginarlo, era algo que le dolía, quería que Jimin se mantuviera alejado del rey.
—¡Ya despierta! —dijo ahora molesto.
Jimin abrió los ojos, pero los cerró al instante, tomó su cabeza y gruñó.
—No quiero.
—Tienes que despertar, los reyes del Norte se van hoy.
Jimin suspiró, se sentó en la cama y bostezo.
—¿Qué hora es? —murmuro.
—Ha pasado el desayuno, el rey Min ha dicho que no te molestaramos, afortunadamente el rey consorte Jeon tampoco se presentó. Pediré que te suban agua caliente para que tomes un baño ¿Qué sucedió anoche? ¿Por qué eres un desastre? No estabas así cuando me despedí.
Jimin mordió su labio inferior antes de sonreír a medias, había cierto brillo en sus ojos que a Eunwoo no le gustaba, porque él no lo estaba causando.
—Te contaré, sólo porque confío mucho en ti, eres mi mejor amigo.
Hizo una mueca ligera, pero asintió. —Dime ¿Qué sucedió?
—Anoche, después de la fiesta, Yoongi me propuso salir de incógnito a la fiesta del reino, JungKook y Taehyung nos acompañaron, fue increíble ¡Maravilloso! —dijo emocionado—. Comí todo lo que pude, bailamos, bebimos y...
Dejó de hablar, Eunwoo hizo una mueca. —¿Y? ¿Por qué te detienes?
Jimin se ruborizó, su rostro infantil se veía más hermoso, Eunwoo tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no acariciar su mejilla.
—Pues...lo intente Eunwoo, pero, no pude estar lejos de él.
—¿Intimaste con el rey? —no podía controlar el feo sentimiento de celos que estaba creciendo en su pecho—. Pensé que no querías más bebés.
—Sinceramente no creo aquellas historias, no es como si jamás vuelva a tener intimidad con Yoongi, es mi esposo.
Eunwoo bufó. —No me sorprende, sólo espero que no llores por las consecuencias.
—No digas eso...—su rostro decayó—. No quiero un bebé, pero... sólo sucedió, yo...
—¡Es que no piensas! Dices que no quieres un hijo, pero te arriesgas demasiado, es estúpido.
—El té que me diste...tal vez este sufriendo efecto.
Eunwoo negó. —Debes tomarlo sin falta durante más de un mes para que comience a surtir efecto.
Jimin hizo una mueca. —Bueno, entonces está bien—se encogió de hombros.
—¿No te importa? —elevó una ceja—. ¿Y si terminas muriendo?
—¿De qué hablas?
—He conocido a muchas personas que mueren después de haber parido más de tres veces, eso puede pasarte—se sentó a su lado y tomó su mano—. ¿Y si eso te pasa? Podrías poner en riesgo tu vida, además, ¿No querías más? Estás teniendo más poder, no es momento de un hijo más Jiminie.
Jimin lo miró a los ojos unos momentos, luego dudo, esa duda en sus ojos le hizo sonreír internamente, no podía ver a Jimin embarazado del rey, no deseaba eso, quería que estuviera alejado de su esposo. Él amaba a Jimin y nadie lo amaría como él. No le importaba ser un doncel, no importaba siquiera que fuera su rey, era todo lo que quería.
—No digas esas cosas que me asusta.
—Es la verdad, siempre tienes más de un bebé, ¿No dijiste que SoonYoung casi muere? ¿Y si uno de tus hijos muere? No creo que puedas soportarlo, Jimin creo que debes parar.
—No me recuerdes eso—dijo con lágrimas en los ojos—. Hablaré con Yoongi y...
—No, no creo que debas hacer eso.
—Taehyung me aconsejo que era lo mejor, que él lo entendería, Yoongi puede ser duro, pero es mi esposo y me ama...
—Yo he escuchado decir al rey que quiere más hijos, que a veces los niños no llegan a ser mayores y quiere la mayor cantidad de varones no donceles para reinar. ¿De verdad piensas que lo conoces?
—Yoongi no haría eso—decía aquello, sin embargo, en sus ojos Eunwoo pudo ver la duda—. Él me ama y ama a sus hijos, no por ser los próximos en reinar, a él no le importa eso.
—Jimin, ambos sabemos que eso no es verdad, él sigue siendo el rey, tiene obligaciones, y una de ellas y la más grande es mantener la línea de sucesión ¿No te dijo que quería tener muchos hijos? ¿Alguna vez te preguntó si es lo que querías? No deja de decirle al mundo que su esposo es tan fértil y bendecido ¿No ves qué sólo te usa para eso? Por Dios Jimin ¿Olvidaste lo que le hizo a tú hermano? ¡Te iba a asesinar! No puedo creer que sigas confiando ciegamente en él.
Jimin se quedó petrificado, Eunwoo sintió miedo, creyó que le gritaría, que lo correría, bajo la mirada, apenado, pero, casi al instante escuchó un pequeño sollozo, al levantar la mirada observó a Jimin llorando bajito, entendió que el tema de su hermano y de su encierro aún no estaba olvidado. Aprovechando la confusión y en dolor de Jimin, se sentó a su lado y tomó sus manos.
—Lo siento, no debí decir eso. Es sólo que me preocupo por ti, nadie más se preocupara como yo lo hago, no tienes familia, yo tampoco, no quiero que ellos pasen sobre ti por eso.
—No es eso... sólo, es difícil pensar en ello, no quiero pensar mal de Yoongi, se que me ama, pero...
—¿Aún dudas? Jimin ¿Por eso haces todo sin refutar? Porque tienes miedo.
—No es miedo—negó con una mueca—. Quiero enmendar lo que hice.
—No es la forma Jimin, no creo que debas dejar que esto continúe. ¿Sabes a lo que me refiero?
—Sí—asintió—. Tomaré el té.
—Sí, aunque igual buscaré algo más, algo que sea eficiente. Lo tendremos por si las dudas.
Jimin le miró perplejo. —Si alguien te ve comprando algo así, van a llegar hasta mí.
—No te preocupes, no va a pasar eso, no lo permitiré—alargó la mano limpiando sus mejillas, lo cual le hizo sonreír—. Jamás sería capaz de ponerte en peligro, lo prometo.
Jimin asintió, se alejó un poco para ponerse de pie, lo vio ir a una gaveta y sacar un saco pequeño de monedas, se lo tendió, Eunwoo se puso de pie y lo tomó con una sonrisa.
—Volveré a la hora del té, pediré que te suban el desayuno y agua para que puedas bañarte, llamaré también a los sirvientes de tu corte para que te ayuden, pero, ya no llores.
Jimin asintió estaba ido, con la mirada perdida, lo que le dijo que sus palabras lo habían afectado más de lo que pensaba, se acercó y le abrazo rápidamente, sintiendo el pulso en su cuello explotar, estar cerca de Jimin siempre lo descolocaba.
—Gracias por tu ayuda Eunwoo, no sé qué haría sin ti.
—No hay nada que agradecer, volveré pronto.
Se separó a regañadientes para salir de la habitación, bajo las grandes escaleras y dió las órdenes, todos sabían que era el sirviente personal del rey Jimin, le había quitado ese puesto a KyungSoo y Luhan y no se arrepentía de ello, tomó su capa y salió del castillo, nadie hizo preguntas, nadie le miró de más, esa era la ventaja de ser un simple sirviente, pero no sería así por mucho tiempo. Emprendió camino al pueblo, aún se veían vestigios de la celebración nocturna, ignoró todo lo demás hasta que salió más allá del bosque.
Fue casualidad encontrar a aquella persona, una jugada del destino, diría su padre, mucho antes de que llegara al castillo, jamás pensó que podría ocupar sus servicios hasta ese momento, vivía en las afueras del pueblo, en una cabaña cerca de un río, no tardó mucho en llegar ahí, conocía bien el camino, tocó la puerta y espero, Andree abrió la puerta, le miró con sorpresa antes de sonreír.
—Eunwoo, que bueno es verte de nuevo, pasa.
Para muchos él era sólo un chico de campo que cultivaba flores y hierbas medicinales, pero, Eunwoo conocía ciertos trabajos secretos que hacía para personas de alta alcurnia, entre ellos la reina madre, aunque nunca le había dicho explícitamente sobre sus tratos.
—¿Cómo estás?
Eunwoo se sentó en una silla del comedor y miró alrededor, parecía que Andree estaba haciendo algo, pero no preguntó.
—Bien ¿Y tú?
—He estado bien, dime ¿A qué debo tu visita?
—Necesito unas hierbas.
—¿Cómo las de la vez pasada? ¿No te funcionaron?
—No, necesito algo más fuerte, mucho más fuerte, no son para mí.
Andree elevó una ceja. —¿Para quien son?
—No puedo decirlo.
—Entiendo. ¿Aborto?
—No sabe si podría estar embarazada, quiero algo que eliminé cualquier cosa que esté ahí, que sea muy fuerte, necesita un escarmiento.
—Hay algo, pero es peligroso, es un tipo de veneno, no es mortal, a menos que se tome en grandes cantidades, hará que tenga malestar por unos días, ¿Seguro que quieres eso?
—Si.
Eunwoo amaba a Jimin, pero, estaba seguro de que esté necesitaba un escarmiento, era un tipo de castigo que le hacía por traicionarlo, porque así es como él se sentía, traicionado por la persona que amaba.
—Te daré un poco, sólo una taza basta, no abuses de eso, te daré lo suficiente para una infusión.
—Gracias.
Mientras Andree parecía preparar en un pequeño saco unas hierbas, Eunwoo jugo con una cuchara en la mesa.
—Dime, ¿Has tenido clientes interesantes últimamente?
—No, lo mismo de siempre—se encogió de hombros—. ¿Y tú? ¿Cómo va tu vida en el castillo?
—Ha mejorado. No me quejo.
—¿Esto es para el rey Min?
Eunwoo rio por lo bajo. —No, no es para él, es para una sirvienta que no sabe mantener las piernas cerradas.
Andree regreso a la mesa con el saquito, el cual le entregó. —No seas tan duro, es difícil mantenerse al margen, ¿Tú no has hecho algo estúpido por amor?
—No, no aún—suspiró sacando el saco de dinero—. Toma, es para ti.
—Esto es mucho para venir de una sirvienta.
—Tiene una aventura con un general casado, qué se yo—bufó poniéndose de pie—. Vendré a visitarte pronto, cuídate.
—Lo mismo digo, lo que sea que estés haciendo, espero que tengas cuidado.
—Claro, siempre lo tengo.
Salió de la cabaña, guardó el encargo en su chaqueta, y se encaminó de vuelta al castillo.
Jimin no estaba pensando con claridad aquella tarde, se sentía despreciable, las palabras de Eunwoo se habían clavado en su pecho, dolía, porque aunque él quería ver las cosas de una forma diferente, creyendo que Yoongi jamás le lastimaría de nuevo, ahora estaba lo bastante confundido, pensaba en su hermano, en su primer embarazo, en todo lo que sufrió, en todo lo que pasó, regresó al punto de encuentro y no podía retroceder, no odiaba a Yoongi, pero, no podía confiar en él ciegamente.
La puerta se abrió sacándolo de sus pensamientos, Eunwoo entró dejando las tazas de té, lo puso sobre la mesita.
—La tuya es la derecha, traje dos porque el rey Jeon viene para acá.
—Oh, si, yo lo invité a tomar el té.
—¿Estás bien?
—Si—dijo secamente.
—¿Estás molesto conmigo?
Eunwoo bajo la mirada y Jimin se sintió mal, se levantó y fue a su lado para tomar su mano y apretarla.
—No, claro que no, sólo estoy pensativo, no es nada malo.
—Bueno yo....
Lo que sea que fuera a decir fue interrumpido por la puerta, Eunwoo suspiró y se separó para abrir, Jimin sonrió al ver a Taehyung, este entró y regreso el gesto.
—Con permiso mis señores—dijo Eunwoo saliendo para dejarlos a solas.
—Jiminie, no puedo creer que me sienta tan triste de irme.
Jimin se acercó a él para darle un abrazo rápido.
—También estoy triste por tu partida, no fueron muchos días, pero, me he acostumbrado a tu presencia.
Taehyung rio por lo bajo. —Espero que me visites pronto en el Norte, aunque hace mucho frío. No es como aquí.
—Me encantaría hacerlo, te llamé porque tengo algo para ti.
Jimin se dió la vuelta para buscar una caja de regalo, le indico a Taehyung que se sentara y se la dió, este la tomó con emoción.
—No debiste.
—Claro que si, ábrelo.
Miró a Taehyung abrir el regalo, estaba cubierto por una tela de seda roja, este contenía un cofre de madera tallado a mano, Taehyung lo levanto y tomó el libro antiguo forrado de cuero, lo acarició y abrió hojeando.
—Es un libro de historias sobre RyuuMoon, te ví tan interesado que pensé que te gustaría.
—Me encanta Jimin—lo dejo en el cofre y se volvió para abrazarlo—. Gracias.
—No tienes nada que agradecer, vamos a tomar el té.
Jimin estaba distraído, pero bebió el té, escuchando a su amigo hablar sobre su regreso. Taehyung bebió su té, era amargo, por lo que puso un poco de azúcar, entonces se enfrascó en una charla con Jimin sobre lo que vivieron la noche anterior. Cuando menos lo pensaron ya era tarde y tuvieron que ser llamados para la cena.
Los reyes Min, habían preparado un gran banquete para despedirlos y dos horas más tarde estaban despidiéndose de ellos, para Taehyung las despedidas eran tristes, no mentía cuando decía que se había encariñado mucho con Jimin, lo abrazo con fuerza prometiendo verlo de nuevo.
—Cuidense en el camino—dijo Yoongi con tranquilidad—. Mis hombres los van a escoltar hasta la frontera.
—Gracias Yoongi, estaremos en contacto, no dejes de escribir.
BeomGyu se despidió con su manita de los niños, pero, Taehyun le saco la lengua y le hizo mala cara, Jimin le dió manzanas a Taehyung para el camino y así los reyes del Norte se fueron.
Era un camino largo, ayudaba que fuera de noche para que los niños durmieran, Taehyung podía hacerlo, pero, algo se lo impedía, no le gustaba que JungKook se encontrará cabalgando afuera, le daba angustia, pero, tras unas horas se quedó dormido profundamente. Pararon un par de veces para estirar las piernas, Taehyung comenzó a sentirse mal, era una sensación extraña en su estómago, sudaba frío, pensaba que algo le había hecho mal en la cena, así que no le tomó importancia.
Todo se complicó a la noche siguiente que llegaron a su castillo, JungKook le había ayudado a bajar, sus damas se encargaron de sus hijos dormidos, casi no podía mantenerse en pie. Estaba mareado y quería vomitar.
—Estás muy pálido ¿Te encuentras bien?
—Sí, creo que estoy cansado—sonrió a medias.
—Vamos a descansar—dijo con una mueca de preocupación—. Yo tengo que firmar unas cosas, pero te voy a alcanzar después.
—Bien.
Para JungKook fue extraño que Taehyung no reclamara su atención, siempre le decía que podía hacer lo pendiente después, eso le puso en alerta, lo acompaño a la habitación, le ayudó a cambiarse desechando la ayuda de los sirvientes y lo metió en la cama, Taehyung cerró sus ojos tratando de dormir, beso su frente y salió de la habitación, cruzando el pequeño salón hasta que estuvo en los pasillos.
—¿Qué tal el viaje? —preguntó Yugyeom con una sonrisa.
—Cansado, pero, la estadía fue muy buena, el festival de la luna siempre es una celebración encantadora ¿Cómo estuvieron las cosas aquí?
—Tranquilas, todo está en orden, no hubo mucho qué hacer.
—Me alegro, no podía concentrarme muy bien.
—Debes relajarte, es una buena temporada, aún no cae la nieve, tenemos dos semanas más para prepararlo todo.
—Bien—asintió distraído, aún pensaba en Taehyung y en el aspecto que tenía cuando lo dejo en la cama.
Después de un par de horas todo lo que había dejado pendiente estuvo claro y su firma se hallaba en aquellos papeles importantes, JungKook se apresuró a ir a la habitación, tenía un mal presentimiento, algo que se clavaba en su pecho y no lo dejaba respirar, cada que pasaba el tiempo se sentía más ansioso por su familia y las cosas que no podía controlar, trataba de mantener al margen sus emociones, sus miedos, por el bien de las personas que amaba, no quería volver a cerrarse y volverse frío, sin embargo, el sentimiento era latente.
Entró a la habitación y la vio sola, confundido miró en el vestidor, pero, ahí no encontró nada, todo estaba vacío, corrió al baño y ahí lo encontró, desvanecido en el suelo, había sangre que había vomitado en el suelo, y su pijama estaba repleta de este líquido, este recorría el interior de sus muslos. JungKook se aventó al suelo y lo tomó en brazos, no respondía, respiraba muy lentamente.
—¡Guardias! —gritó con todas sus fuerzas.
Escuchó ruidos acercandose, los guardias miraron la escena con horror.
—¿Mi señor?
—Llama al doctor ¡De inmediato!
Hubo mivilizacon, Hwasa y Solar entraron también, pero cubrieron su boca debido a la sorpresa, JungKook cargó su cuerpo para llevarlo a la cama, estaba tan pálido, que tuvo que acercarse a su boca y nariz para serciorarse que estaba respirando aún, sus manos temblaban, no sabía que estaba pasando, ni por qué había tanta sangre.
El doctor entró corriendo, JungKook se hizo a un lado a regañadientes, así este pudo acercarse. Ahora la frente de Taehyung estaba sudando y temblaba.
—¡¿Qué tiene?!
Parecía a punto de perder la cabeza, el doctor palpo su cuerpo, dejando sus manos en su estómago.
—Está muy inflamado—apretó un poco lo que hizo que Taehyung tuviera arcadas—. Una cubeta—dijo a una de las damas quien le pasó la cubeta, él lo levanto un poco para hacerlo vomitar en esta, de nuevo era sangre y desprendía un aroma asqueroso.
—¡Habla! ¿Qué le está pasando?
—Esto...¿Tomó o comió algo extraño?
—No, ambos comimos lo mismo.
—Parece que ha sido envenenado, pero...no sé que pudo causar esto y...
—Llama a WheeIn—dijo a Yugyeom quien asintió antes de salir corriendo.
JungKook observaba al médico haciendo algo con Taehyung, pero, no podía comprenderlo, su mente repetía el momento en que llegó a la habitación y vio a su madre muriendo, lo mismo estaba pasando en ese momento, sus manos temblaban, todo parecía una pesadilla.
—Mi señor, tiene que salir—dijo el doctor—. Está muy pálido, parece que se va a desmayar.
—No, no me iré—se acercó subiendo a la gran cama al lado apuesto, quedando sentado al lado de Taehyung, tomó su mano—. Está muy helado.
—Lo está—el doctor se volvió hacia las damas para darles indicaciones de lo que necesitaba.
JungKook acariciaba la mejilla fría de Taehyung, tenía tanto miedo, su mente estaba guardando ese momento, llenandolo de odio, de rencor ¿Por qué no podían ser felices? No entendía el sufrimiento al que debían estar sujetos, ni por qué la vida se empeñaba en darles aquellas duras pruebas.
—Mi señor—dijo una voz conocida.
JungKook miró a WheeIn quien se acercó a la cama mirando sorprendida a Taehyung.
—¿Qué le sucedió?
—No lo sé—dijo JungKook con voz ahogada—. Estaba bien, pero ahora está inconsciente y vomitando sangre.
—Su estómago está inflamado, y hay mucha sangre, no sólo en su boca.
WheeIn miró a JungKook. —¿Está esperando un bebé?
—No—negó JungKook—. No...no lo sé....no lo creo.
—Puede haber sido envenenado—dijo el doctor—. Pero, jamás había visto un veneno actuar de esa forma.
—No, fue intoxicado con alguna planta venenosa—dijo WheeIn tomando el pulso en las muñecas de Taehyung—. Hay dos tipos de hierbas que hacen eso—susurró—. ¿Bebió algo en RyuuMoon?
—Té y alcohol.
—Pudo haber sido algo que jamás había tomado, pero, las hierbas que hacen esto se usan para ciertas cosas, es una reacción fuerte, pero no es mortal. Le daré unas infusiones para que saque todo lo que haya dentro...
No escuchó nada más, miró sus piernas.
—¿Esto es un aborto?
—No precisamente—dijo el doctor—. Pero...
—Siempre hay una posibilidad, no podemos saberlo. Lo siento majestad—dijo WheeIn con una mueca.
—Sólo quiero que esté bien, hagan lo que tengan qué hacer.
Escuchó voces, órdenes y él sólo miró a Taehyung, el dolor estaba consumiendolo, pero no se alejó de él, se quedó en todo momento, mientras le ponían aquellas cosas, pinchaban sus dedos para sacar la sangre, lo hacían vomitar hasta que no salía nada y después le daban tés que olían demasiado fuerte, revisaban bajo su bata, procurando que no haya una hemorragia. Fueron horas de tensión emocional, y de terror.
—La fiebre bajo.
—¿Cuánto tiempo va a estar inconsciente? —preguntó JungKook mirándolo sobre la cama, sin soltar su mano.
—No podemos saberlo, aún no ha parado el sangrado, y no sabemos si dejara de vomitar.
—Hasta que pare el sangrado, hasta que esté realmente bien, debe permanecer dormido—miró a WheeIn—. ¿Qué puede tomar?
—Tengo extractos que le harán dormir, pero, señor ¿Por qué quiere eso? Puede estar durmiendo más de una semana.
JungKook levantó la vista cansado, sus ojos rojos, que daban una vista lamentable para los demás.
—Quiero que escuchen bien, Taehyung no debe saber esto, si él pregunta sólo cayó enfermo por el cambio de temperatura, nadie dirá nada acerca de lo que pudo ser, si sabe que nuevamente perdió un hijo, sea o no sea así, va a destrozarse, no quiero que nadie le diga nada ¿Está claro?
Los presentes asintieron en silencio, JungKook acarició el cabello de Taehyung. A partir de ese momento y durante una semana se mantuvo a su lado, la hemorragia y los vomitos pararon al cuarto día, la fiebre al quinto y su pulso mejoro los días posteriores, estaba mejorando.
JungKook se metió en la tina de agua caliente con él sobre su cuerpo, lavando todo rastro de sangre seca, sudor y aroma a hierbas, mientras en la habitación cambiaban las sábanas. Lo lavó con cuidado, besando su frente, sonriendo melancólicamente.
No dormía desde hace varias noches, pero esa noche en particular se quedó despierto intencionalmente, mirándolo, acariciando su cabello, era tan frágil.
—Tae—su voz sonaba extraña, porque había dejado de hablar, sólo decía lo oportuno, incluso a sus hijos, quienes veía un poco por las tardes, ellos estaban al tanto de que su padre se hallaba enfermo, y que no podían verlo—. Por favor, despierta—le había ordenado a WheeIn que parará de darle lo que le hacía dormir—. Te extraño tanto, ya quiero ver tus ojos.
No hubo respuesta, pero besó sus labios. —Tengo tanto miedo, no quiero perderte, por favor no me abandones, no sé qué haría sin ti, te amo tanto, te has convertido en mi vida, prometo que jamás volveré a hacerte pasar por esto, te voy a cuidar con todas mis fuerzas—besó su frente y lloró.
En esos días no había llorado, pero en ese momento, todo el dolor y el terror salían en forma de lágrimas, sollozaba con fuerza hasta que se volvieron suspiros melancólicos y se quedó dormido, casi al amanecer.
Sintió unas pequeñas caricias en su mejilla, abrió los ojos molesto por la luz que se filtraba, párpado antes de gruñir y abrir los ojos. Lo primero que vio fueron unos hermosos ojos azules que le observaban cansados, pero vivaces. Se levantó de golpe haciendo que Taehyung le observará confundido, para después abrazarlo con fuerza contra su pecho.
—Estás despierto, dios mío, estás aquí ¿Cómo te sientes?
—Tengo mucha sed y hambre.
JungKook se separó de él para besar su frente. —Pediré que te traigan todo lo que quieras.
—¿Qué hago aquí? No entiendo. Me duele el cuerpo y parece que he estado durmiendo mucho.
—Cuando llegamos las fiebres aparecieron, caiste enfermo y no estabas consciente.
Taehyung hizo una mueca asintiendo. —¿Cuánto tiempo estuve enfermo? ¿Y los niños? ¿Cómo están?
—Una semana, los niños te extrañan al igual que yo.
Lo observó con una sonrisa ligera, Taehyung tomó su mano.
—Te ves muy mal ¿Estuviste a mi lado en ese tiempo?
—¿Dónde más podría estar?
—Oh, mi amor lo siento.
—No, no digas que lo sientes.
JungKook se acercó para arazarlo de nuevo. Taehyung le correspondió.
—No quise preocuparte, te amo, y ahora estoy bien.
—Sí, estás bien—dijo con seriedad y mirada sombría.
Los secretos que estaba guardando, sólo eran para proteger a la persona que amaba y Jeon JungKook había jurado que lo protegería con su vida, porque no estaba dispuesto a perderlo.
El Eunwoo es terrible 🤍
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro