41
Reino del Norte
—¡BeomGyu! ¡Shuhua!—corría por todo el pasillo detrás de los pequeños pelinegros que huían sin dejar de reír—. Es hora del baño ¡Niños!
Taehyung tenía que ser firme, pero también estaba riendo, el castillo entero se llenaba de sus risas, y eso ponía una atmósfera alegre, todos estaban disfrutando del consorte real, el príncipe y la princesa, quienes llegaban a ser traviesos, risueños y llorones, le habían dado viva a años de lamentaciones y dolor, de frialdad y oscuridad. Ahora el reino entero se pintaba de colores a pesar del invierno.
—¡Detenganse!
JungKook quien salía de la reunión del consejo, junto a Mingyu, se quedó quieto mirando a sus niños y esposo reír sin dejar de correr. Sonrió eternecido, esa era la vida con la que había soñado, todo lo que necesitaba para ser feliz lo encontraba en un par de ojos grises y unos azules como el cielo, los amaba con todo su corazón. Mingyu le dió un pequeño apretón en el hombro.
—Te dejo, creo que tienes dos pequeños traviesos que atrapar.
—Tres—dijo riendo antes de encaminarse hacia ellos.
Se interpuso en en camino de los niños, quien dieron un grito al verlos y se lanzaron hacía su cuerpo, haciéndolo caer de nalgas al duro piso, rio sosteniendolos, mientras estos gruñían como salvajes.
—¡¿Qué acaso son lobos salvajes?!
—¡Si! —dijeron al mismo tiempo.
Taehyung se detuvo tratando de retomar el aire, se sentó en el piso recargando la espalda en la pared y tomó grandes bocanadas de aire.
—Estos niños...me quieren asesinar...
Los pequeños rieron antes de soltarse de su padre para ir a abrazar a su papá, Taehyung los recibió besando sus cabecitas sudorosas.
—Dios, no entiendo su energía.
JungKook tiró una carcajada, se levantó y caminó hacia su esposo, dónde se agachó para estar a su altura, vio aquellos ojos azules brillantes que tanto amaba, como el cielo despejado de primavera, eran tan hermosos y especiales, después miró los de sus hijos, BeomGyu tenía unos ojos grises azulados pícaros y Shuhua unos grises oscuros muy similares a los suyos, amaba la forma en que brillaban, demostrando la felicidad que vivían.
—¿Se puede saber por qué hay una estampida de salvajes en el pasillo?
—Es hora del baño.
—¡No!
Ambos niños lucharon y se soltaron, corriendo a esconderse. Taehyung los miro y negó.
—Esos son tus genes JungKook, estoy seguro de ello.
—Oh, pero, mi pequeño príncipe era un niño travieso, eso me dijo Baek.
Taehyung le miró antes de reir de forma adorable. —Entonces, creo que es culpa mía, mis más sinceras disculpas mi rey.
JungKook le ayudó a ponerse de pie y después lo acercó a su cuerpo, sosteniendo su cintura, beso su mejilla antes de ir a sus labios, los cuales apenas y tocó.
—Creo que se necesitan más que unas disculpas por haber dado a luz a un par de salvajes que corren por mis pasillos ¿No lo crees?
—Mmm—susurró sobre sus labios—. Pero, mi señor, ¿No fue usted quien puso a esos bebés dentro de mi? Creo que deberíamos compartir la culpa.
JungKook gruñó, tomando con mayor fuerza su cadera, pegándole a la pared, para apresarlo, jadeando por lo duro que estaba.
—¿Sabes? Dos pequeños salvajes no parecen ser suficientes ¿Y si pongo dentro de ti otro bebé? Es más, que sean dos, me gustará el proceso, y creo que a usted mi príncipe también.
Taehyung gimió por como JungKook lamió sus labios, provocando más y más su cuerpo.
—Sí, debería hacerlo, yo sería feliz de llevar a sus bebés, podríamos hacerlo tantas veces como usted quiera.
—Te voy a tomar tan duro, que vas a olvidar tú propio nombre.
—¿No deberíamos ir a otro lugar? Tendríamos que ser decentes y discretos, a menos que quiera que alguien más me viera desnudo llorando su nombre—gimió cuando JungKook rozó sus cuerpos necesitados de atención.
—No, soy un rey muy posesivo, eres mío, y tú cuerpo sólo puede ser visto por mí, por nadie más. Ven.
Lo tomó de la mano, llevando a través del pasillo, dieron una vuelta a la izquierda y se adentraron aún más, Taehyung había vivido por más de diez años ahí, pero aún había lugares que desconocía casi por completo, llegaron a unas pequeñas escaleras de piedra en forma de caracol, las que llevaban a una de las torres posteriores del castillo, JungKook subió, llevándolo a él de la mano, era un camino largo, pero excitante, muchos de sus encuentros íntimos se daban a cabo en su habitación y en la oficina del rey, así que para Taehyung, hacer el amor en otro lugar le llenaba de una sensación de adrenalina y emoción.
Llegaron, JungKook abrió una puerta de madera y entraron en la pequeña habitación circular, era muy pequeña y no se hallaba nada alrededor, sin embargo, era limpia, había una gran ventanal que daba vista al bosque. JungKook lo acorraló en la pared, tomando sus labios con una posesividad animal, marcando su cuerpo, Taehyung gimió, agarrando los largos mechones negruzcos, a los cuales se aferró sin causarle daño, sintió los besos en su cuello, dejo que su esposo, el rey, lo desnudara por completo, era un experto en ello, dió un paso atrás para verlo. Relamió sus labios saboreando el sabor de su piel.
—Eres tan sensual, no puedo dejar de mirarte ni de desearte.
—¿Por qué estás vestido? —tembló bajo su mirada penetrante.
JungKook sonrió ladino, se acercó nuevamente, tomando su mano para separarlo de la pared, lo puso en medio de la habitación, y caminó a su alrededor, sin despegar la vista de su cuerpo, comiéndolo con la mirada, acariciando tenuemente su cadera, sus hombros y su vientre, lo abrazó por la espalda, oliendo su nuca, Taehyung estaba realmente desesperado, había días como aquel, dónde JungKook se tomaba su tiempo, y no podía anticipar sus acciones, lo que le dejaba alerta y deseoso.
—Eres mío. Lo eres hoy y siempre.
—Tú sabes que lo soy, siempre lo he sido—dijo con un hilo de voz.
—Lo sé—mordió el lóbulo de su oreja sacándole un jadeo.
Llevó su mano a su entrepierna despierta, la cual acarició, Taehyung cerró los ojos y recargó la cabeza en su hombro. Lo estaba torturando, mientras sus dedos acariciaban la piel expuesta de su pecho, pellizcando y chupando su cuello, dejando marcas, que después sus damas tendrían problemas para cubrir. A él no le importaba, las portaba con orgullo.
JungKook lo llevó a la gran ventana de piedra, estaba completamente al descubierto, miró el bosque a lo lejos, jadeó observando a JungKook sobre su hombro, este estaba sonriendo de forma lasciva.
—Alguien puede vernos.
—No, no pueden, a menos que alguien esté escondido en el bosque, lo cual no sucede, todos le tienen miedo.
Taehyung gimió cuando JungKook lo empinó cerca del borde de la ventana, tuvo que poner sus palmas en ella para apoyarse. Con dedos fríos recorrió su columna vertebral, agachandolo un poco más, levantó el trasero cuando JungKook le dió una palmada en el trasero, soltó el aire de golpe mirando la inmensidad del bosque.
—Lo disfrutas ¿Verdad?
—No sabes cuánto, me tienes a tus pies—dijo al tiempo que se hincaba detrás de él.
—No...no hagas...ay...a...
Sintió sus labios sobre su carne delicada, gimió tras sentir su lengua en su entrada, dilatando, sus gemidos parecían entusiasmarlo, porque estaba haciendo un gran trabajo, cuando ingreso sus dedos sus piernas comenzaron a temblar, quería caer, pero la fuerte mano sobre su cadera se lo impidió, lo sintió lejano, antes de que su miembro duro empezará a entrar en él, dió un grito que causó un eco, JungKook gruñó empujando con fuerza, sus dedos se enterraban en su carne, lo sentía tan profundo, tan duro, que temblaba, JungKook parecía una bestia, lo cogía con potencia.
Taehyung comenzó a rogar, necesitaba más, entonces JungKook golpeó nuevamente su trasero, dando un escozor delicioso, mientras lo apretaba con fuerza, tomó sus brazos y lo hizo que se levantará, pegando su espalda con el fornido pecho, llevó sus manos a ambos marcos de piedra, en esa posición, con los brazos extendidos y la cadera sujeta, sin poder moverse porque de hacerlo podría caer al vacío, JungKook lo embistió fuertemente, cogiéndolo con pasión, mordiendo su oreja, gruñendo en su oído. No pasó mucho tiempo para que se viniera, eso incentivo al rey del hielo, para ser más brutal, llevándolo al máximo esplendor del orgasmo, terminó llenandolo hasta el fondo, lo sujeto abrazandolo, Taehyung cayó al suelo, aún con JungKook sujetándolo por detrás, ambos sentados, juntos.
—¿Te gustó? O ¿Fue demasiado?
—Contigo nunca es demasiado—gimió volviéndose para verlo con ojos vidriosos.
—¿Por qué lloras? —susurró sobre sus labios acariciando su mejilla.
—Fue...no sé...fue increíble. Me siento....muy....sensible.
JungKook sonrió besando su frente. —Eres mi vida entera, no puedes llegar a imaginar lo mucho que te amo.
—Puedo imaginarlo, porque te amo de la misma forma.
JungKook le sonrió, de una forma dulce y encantadora, cálida, nunca pensó que podría tener esa sonrisa para él, habían recorrido un largo camino para estar de esa manera y ninguno de los dos dejaría que se perdiera. El amor que se tenían era para siempre.
—Esto sabe delicioso.
Taehyung sonrió a su hijo Beomgyu quien se atragantaba con la comida.
—Come con cuidado cariño—dijo sirviendo un poco más de papas a Shuhua.
—Estos niños tienen buen apetito—rio JungKook cada día más impresionado de sus hijos—. Crecen demasiado rápido, necesitan más alimento, ya que corren como lobos en el bosque.
Taehyung asintió. —Son unos traviesos.
—Es su castillo, pueden correr todo lo que quieran. ¿Cómo te sientes?
Las mejillas de Taehyung se enrojecieron, sabía de lo que estaba hablando, de su sensibilidad después de haber estado juntos, había sido tan intenso, que se sometió por completo a la sumisión y a sus sentimientos, le sonrió asintiendo.
—Estoy bien.
—Perfecto, en unos días viajamos a RyuuMoon, supongo que debes estar emocionado.
—Ya quiero ver a Jimin y a sus pequeños, sólo conozco a dos de ellos, han pasado muchos años y por sus cartas puedo decir que tenemos mucho que contarnos.
—Me alegra mucho escucharlo, ya casi todo está listo, sólo tengo que arreglar un par de cosas y ya está. Creo que los niños van a amar estar ahí. ¿No lo crees?
—Lo harán, poco conocen de otros lugares y climas.
JungKook asintió pensativo, siguió comiendo, pero eso no pasó desapercibido por Taehyung, aunque, al estar ahí los niños no hizo más preguntas.
—¿Por qué iremos ahí papá?
—Oh, porque nos han invitado al festival de la luna—dijo JungKook a Beomgyu con una cálida sonrisa—. Ya verás que te vas a divertir mucho, creo que los mellizos de Yoongi tienen sólo unos meses menos que tú, verás a niños de tu edad.
—¿Y son buenos?
—Lo son, aunque...bueno, Yoongi tiene una forma rara de ser, pero, Jimin, es un buen chico, seguro que los niños son excepcionales.
—Son niños encantadores, por las aventuras que Jimin ha podido contarme en cartas tienen una personalidad muy especial, creo que se van a llevar bien cariño—dijo mirando a su hijo quien asintió.
—¿Puedo llevar mi conejo? —preguntó Shuhua con un puchero, el que era la debilidad de JungKook, Taehyung siempre tenía que intervenir para evitar cualquier promesa complicada.
—No creo que sea una buena idea bebé—dijo mirándola—. Puede perderse, es mejor que se quede aquí, donde estará bien cuidado, estarás tan ocupada mirando los eventos del festival que no te darás cuenta que no está.
Ella le miró con una mueca, pensó que tendría que dialogar más con ella, pero simplemente asintió. —Está bien.
Después de la cena, ambos acostaron a los niños en sus habitaciones, Taehyung en veces extrañaba tenerlos cerca por la noche, pero era necesario que ellos crecieran como era debido, además que así podía tener tiempo de calidad con Jungkook. Como esa noche, donde ambos estaban bebiendo una copa de vino mientras se sentaban frente a la chimenea. Miró a Jungkook quien no dejaba de ver el fuego.
—¿Sucede algo? Te siento extraño.
—No es nada malo amor.
—Lo creería sino viera esa expresión en tu rostro, hemos estado juntos por casi doce años, en todo este tiempo he aprendido bien a leer tu rostro.
Jungkook le miró con cariño. —Hay algo que me preocupa, tiene que ver con los últimos avistamientos de los traidores al otro lado del bosque.
—Dijiste que estaba controlado.
—Lo está, no es eso lo que me preocupa, bueno no es una preocupación, es más como una corazonada, algo que siento en el interior.
—¿Sobre qué?
—Sabes que siempre he sido muy receloso con todo lo que tenga que ver con el reino, ellos han entrado por lugares desconocidos para cualquiera que viene de fuera.
Taehyung le miró con una mueca. —¿Qué quieres decir con eso? ¿Crees que alguien más lo sabía?
—Sí, sólo hay una persona aparte de mí que lo sabe, y eso fue porque le pedí ayuda un día.
—¿Quién? —dijo sin poder soportar la angustia.
—Namjoon.
Los ojos de Taehyung se estrecharon. —Pero, Namjoon está muerto.
—¿Y si no lo está Tae? —dijo con un brillo en los ojos.
—Lo que dices, no tiene mucho sentido.
—Lo tiene, Jin no ha parado de repetirlo, siempre creí que era el dolor hablando, pero ¿Y si no lo es? Todo lo que ha pasado en estos cinco años después de la muerte de Namjoon ha sido muy extraño, hasta el mismo Hoseok lo dijo, sabían cómo operaban en Scarlanding, cosas que sólo Namjoon sabía.
Taehyung se quedó sin habla, relamió sus labios nervioso. —¿Puede ser eso posible?
—No lo sé Taehyung, pero de ser posible, creo que Namjoon está en peligro.
Ambos se miraron con un escalofrío recorriendo sus cuerpos.
Espero que les este gustando ☺️ 💜
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