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—¡Han prendido fuego al pueblo!
El soldado entró en el salón de reuniones, sin aliento, los miembros del consejo y SeokJin se levantaron de inmediato, con el rostro lleno de desconcierto, Hoseok tomó su espada, sin pensar, era el reflejo de un guerrero.
—¡Jackson cuida el castillo!
Salió rápidamente, sabía que algo malo sucedería ese día, podía sentirlo en el fondo de su pecho, trató de concentrarse cuando subió a su caballo y llamó a sus hombres, salió rápidamente hacia el pueblo, había personas corriendo desesperadas y fuego en algunas casas, y lo que llamó su atención fue el hecho de que había bárbaros, hombres vestidos de negro, con el rostro cubierto, uno de ellos se acercó a él con la espada en alto, con un saltó bajo del caballo y lo enfrentó, golpearon sus espadas con fuerza, Hoseok dio una vuelta y la encajo en el pecho de aquel hombre, cuando esté cayó, se dio cuenta del escudo que llevaba en el pecho, era el escudo de RyuuMoon.
Confundido siguió peleando, sus hombres lo hacían también, no sólo había soldados de RyuuMoon sino también del Norte, eso le lleno de odio, sabía bien que por nada del mundo ese sería un ataque de aquellos reinos, JungKook y Yoongi nunca harían algo así, eran personas que se estaban haciendo pasar por ellos, usurpadores, peleó con fuerza, matando con destreza a quien se acercará, sus hombres hacían lo mismo, siendo más precisos debido al duro entrenamiento que les había dado los últimos dos años, no dejaría que se repitiera la historia, por fin eran soldados capaces de defender el reino, subió a su caballo y siguió peleando, pero, algo no estaba bien, ellos eran una distracción nada más, alguien trataba de jugar con sus mentes.
Detuvo su caballo antes de pasarle encima a esa anciana que cargaba a un bebé. La miró, ella lloraba asustada.
—¡Corra a resguardarse!
—Por favor, tengo que llegar al castillo—sollozo—. Tengo que ver al señor Jung.
Chen parpadeo perplejo. —¿Por qué? ¿Quién es usted?
—¡Soy su sirvienta, está es su hija! —dijo con fuerza, sin dejar de llorar desesperada—. ¡Han asesinado a su esposo Minseok!
El alma salió de su cuerpo, el dolor recorrió su pecho, la miró confundido, deseando haber escuchado mal, sus manos temblaban, mientras sostenía con fuerza las correas del caballo.
—¿Xiumin?
—¡Tengo que proteger a la bebé, se lo suplico!
Miró a otro soldado que iba pasando a caballo. —¡Hey, ven, llévala al castillo! Lleva a la hija del general Jung.
—¡Sí señor!
La miró por última vez antes de ponerse en marcha a la residencia Jung, cabalgó lo más rápido que pudo, sabía que tenía que pelear, pero su mente sólo podía pensar en Xiumin, en la persona que más amaba en el mundo, se había enamorado de él sin dudarlo, era tan especial, había sufrido con un enamoramiento unilateral por años, pero, se conformaba con saber que este era feliz al lado del hombre que amaba, sin embargo, no podía con la idea de perderlo contra la muerte, cuando llegó, la enorme casa estaba envuelta en un silencio sepulcral, había un par de hombres muertos en la entrada, bajo, sosteniendo su espada, adentrándose, la puerta estaba abierta, buscó por todas partes. Al parecer no había nadie. Ellos se habían ido.
—¡¿Xiumin?! —su voz salió quebradiza.
Llegó a la estancia entonces vio la escena más dolorosa del mundo, sangre, por todas partes, sangre en todo el piso. Pero, no estaba su cuerpo. Tomó la espada que estaba ensangrentada en el piso, y la abrazó a su pecho, llorando.
—¡Xiumin!
SeokJin estaba desesperado, caminando de un lado al otro, no entendía lo que estaba pasando, era un acto de traición hacía su reinado, de eso estaba seguro, pero ¿Por qué? Si era alguien del consejo no tenía sentido que atacaran el pueblo, Jiyong que estaba cerca le miró preocupado.
—Jin, tienes que calmarte.
—Algo anda mal, esto es muy extraño ¿Por qué ahora?
—No hay un momento indicado para estás cosas, pero, entiendo lo que dices, no parece un ataque normal.
Hoseok entró al salón, SeokJin se acercó a él de inmediato, su ropa estaba manchada de sangre, al igual que su espada, su rostro era duro, como el de una roca.
—No eran muchos, pero, hay algo mal, llevaban el emblema de RyuuMoon y el Norte, son usurpadores.
—No entiendo—mordió su labio inferior—. Debemos mandar una carta a los reinos explicando la situación.
—No hace falta—soltó Hoseok mirando por la ventana.
—¿De qué hablas?
—Ken está aquí.
SeokJin confundido, salió corriendo de la oficina, recorriendo los pasillos con rapidez, bajó las escaleras, al tiempo que Ken entraba al castillo acompañado de dos hombres, que no conocía.
—Mi señor, generales de RyuuMoon y el Norte están aquí.
El de armadura plateada hizo una reverencia. —Su alteza, soy el general Na JaeMin, vengo en representación de su majestad el rey Jeon Jungkook.
—Mi señor, soy Oh SeHun—dijo el de armadura negra—. Vengo en representación de su majestad el rey Min Yoongi.
—¿Qué está pasando?
—Ellos dicen que soldados desconocidos llevando el emblema de ScarLanding han atacado sus fronteras—explicó Ken.
—Bueno, eso es interesante, porque hombres con el emblema de RyuuMoon y el Norte han prendido fuego a mi pueblo.
Ambos guerreros fruncieron el ceño. —Eso es imposible—dijo SeHun—. El rey Min jamás le declararía la guerra a ScarLanding.
—Eso lo sabemos bien—soltó Hoseok—. Fue una distracción, quieren poner en peligro la alianza, parece un acto desorganizado, pero es algo que estaban planeando desde hace mucho, no sabemos quiénes pueden ser, los tres reinos tienen enemigos.
—Deberíamos tener una reunión urgente los tres reyes—dijo Jin con una mueca—. Pero...
La puerta se abrió y Hoseok se tensó al ver a su soldado escoltando a Wenn, ella lloraba mientras cargaba a Yuna, Jin apretó los labios, Hoseok sin sentir su cuerpo, sin prever sus acciones se movió hacía ella.
—Lo siento mucho señor—sollozo con fuerza haciendo llorar a Yuna.
—¿Y Xiumin? —balbuceo las palabras, no importando verse como un idiota frente a generales de los otros reinos.
Ella negó, entonces lo sintió, su pecho contraerse haciendo que soltara todo el aire, tomó su pecho con dolor, mirando con los ojos muy abiertos a la mujer que tenía frente a él, leyendo sin palabras su respuesta, gruñó.
—No...no...
No espero a que Jin se acercara, salió corriendo tomando el primer caballo que vio, ya nada tenía sentido, ni su puesto o su deber, lo único que le importaba era ver a Xiumin, verlo, sostenerlo, saber que estaba bien. Porque él se lo había prometido, muchas veces le aseguró que se mantendría con vida para él, no podía fallarle, no podía dejarlo, bajó del caballo entrando, sin importarle ir desarmado, miró en el suelo llorando a Chen, lo tomó de los hombros y lo volvió para hablar con fuerza.
—¿Dónde está Xiumin?
—No está aquí, pero...—miró la sangre en el piso.
Hoseok se dio cuenta que este llevaba la espada que él le había regalado a Xiumin, mordió su labio inferior, con esperanza. Xiumin había sobrevivido a muchas cosas antes, ese día no sería diferente.
—Tenemos que encontrarlo—dijo saliendo de ahí, no sin antes tomar la espada de Xiumin, subió a su caballo y miró alrededor como loco, tratando de averiguar dónde estaría.
Ambos emprendieron camino a los alrededores, buscando cualquier rastro, Hoseok se repetía una y mil veces que Xiumin estaría bien, que lo abrazaría en sus brazos y lo cuidaría como siempre, no quería pensar en que lo perdería, no a él, no a la persona que más amaba en el mundo, porque el destino no podía ser tan desgraciado, no con él, no después de todo lo que le arrebató. Llegó al camino que le llevaba al muelle, sólo se tenía que bajar la colina, desde ahí podía verse el mar y el horizonte, estaba cerca de su casa, entonces vio algo que le heló el cuerpo, barcos alejándose.
Bajó corriendo por la colina para dirigirse al muelle, ahí había un desastre que sus hombres trataban de controlar, barcos incendiándose, personas tiradas en el piso, mercaderes muertos, Yuta estaba ahí mirando con horror un montón de algo que se incendiaba, llegó a su lado, su soldado parecía estar llorando.
—¡¿Qué pasa?!
—Señor...¿Por qué hicieron esto?
Se volvió a las llamas y miró a las personas sin vida siendo consumidas por estas, el horror hizo que sus entrañas se contrajeran y en lo único que pensó, lo que llegó a su mente en ese momento fue el rostro sonriente de Xiumin. El aroma era horrendo, ordenó que lo apagaran, eran ciudadanos de ScarLanding, no merecían esa muerte. Les ayudó, hicieron todo lo posible por apagar el fuego, pero era tarde, no eran más que rostros irreconocibles o cenizas, algo que brillo debido a la luz del sol le hizo detenerse, se aceró a los restos, sobre la arena y cenizas, manchado, estaba algo que brillaba, lo tomó en sus manos, limpió un poco, y cerró los ojos dejándose ir.
El gritó que se escuchó alrededor, uno que nadie sería capaz de olvidar en su vida, porque era el lamento más doloroso que podrían haber presenciado, se volvieron a mirar al hombre que estaba hincado, llorando desesperado, mientras sostenía en sus manos con fuerza un collar de perlas y diamantes, ellos no lo sabían, no entendían la reacción de su general, no tenían idea que ese collar había sido un regalo para su amoroso esposo, el cual no se quitaba nunca, que lo usaba incluso al dormir, porque él amaba despertar y ver su piel brillando debido a los diamantes que se reflejaban, ellos jamás podrían entender lo que Hoseok pudo comprender en ese momento.
No sólo se lo habían arrebatado para siempre, no, sino también le habían quitado la oportunidad de verlo por última vez, de velar su sueño eterno, de reconocer su cuerpo, porque se sabía de memoria cada lunar y cicatriz que tenía, nadie sabía el dolor que estaba sintiendo y las ganas que quería de morir a su lado.
Gritó desgarrando su garganta, llorando con todas sus fuerzas, golpeando su rostro, creyendo que se trataba de una más de sus pesadillas, no podía, no debía, Xiumin no tenía que morir, no era justo, no podía dejarlo solo, no cuando más lo necesitaba, cuando se había acostumbrado a su presencia, cuando aceptó que amaba con locura y que alguien lo amaba de la misma manera.
Era lo más doloroso que había sentido, nada se comparaba a ese momento, ni la pérdida de sus padres, la de su hermana, la de su viejo amor o la del hijo que no pudo reconocer, no dolía de la misma forma, porque con ellos, aún podía sentir que podía seguir, pero sin Minseok, sin su dulce Xiumin jamás lo haría, no había forma, odio al destino, odio su maldición y odio a la vida.
Sintió unos brazos abrazarlo con fuerza, no se dio cuenta de quién era, ni siquiera cuando trató de levantarlo, no supo que Jackson estaba a su lado, sosteniéndolo mientras se desmoronaba en miles de pedazos, llorando a la par por el dolor que transmitía con cada sollozo.
Ese día Jung Hoseok había muerto, junto a su verdadero amor Jung Minseok.
—Necesito irme—dijo mirándolo sin emoción alguna.
Seokjin no lo había escuchado hablar en semanas, se levantó yendo hacía él, le dolía, verlo así era verse a sí mismo, nadie más que él podía saber lo que él estaba sintiendo.
—¿A dónde? Debes quedarte aquí, nosotros...
—No digas cuidar. No quiero que nadie cuide de mí—soltó con dureza—. Ken se quedará en mi lugar, pero, ¿Puedes hacer algo por mí? Permite que Yuna y Wenn se queden aquí.
—Yuna te necesita...—su voz tembló.
—No puedo, no digo que la dejaré, no, pero necesito tiempo, permite que vaya a la frontera, no te lo pido como general, porque como tal debería quedarme aquí, te lo pido como amigo, como la única familia que me queda, por favor, déjame ir.
Las lágrimas de SeokJin recorrieron su rostro, se acercó tomando sus mejillas y sonriendo. —Cuando Namjoon murió, me dijiste que tenía algo por lo cual luchar, tú también lo tienes, puedes ir, pero, regresa, porque ella y yo te necesitamos.
Hoseok besó en la frente a Jin antes de alejarse. —Gracias.
Salió de la oficina, dirigiéndose a su habitación en el castillo, ahí estaba la señora Wenn, ella llevaba en brazos a Yuna, se acercó a ellas y sonrió a la pequeña, sus ojitos estaban llorosos, ella no dejaba de llorar, él tenía que quedarse a su lado y consolarla, pero no podía. Besó su frente y se dio la vuelta. Sin mirar atrás.
Bueno, no sé que decirles, sólo que confíen en el proceso y en mí
Está es la canción de Xiumin y Hoseok, escuchenla mientras leen el cap y se siente más intenso el asunto.
Gracias por comentar babys 🤍
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