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La sesión de esa mañana era envuelta por un aura oscura, todos los miembros del consejo parecían gatos asustados en medio del río, estaban temerosos de su rey, por fin se habían dado cuenta que Kim SeokJin era más peligroso de lo que ellos pensaban, Hoseok los observaba con burla, aunque ese día en específico se sentía intranquilo, no estaba prestando gran atención, tenía una opresión en su pecho, que no lo dejaba concentrarse como era debido.
—Mi señor—dijo Leeteuk con seriedad—. Debido a los recientes acontecimiento, en el consejo hemos estado hablando acerca de la seguridad de nosotros como miembros reales de este reino, y queremos un convenio, dónde estipule que estaremos sujetos a un juicio justo si algo llegase a pasar, ya sabe, lo que ha pasado con DongHae, Vernon y Seungri nos ha alterado un poco—presentó un escrito—. Ahí dice que cualquier acusación a algún miembro del consejo será investigada y que no se tomarán acciones precipitadas.
SeokJin hizo que JiYong le entregará el escrito, lo leyó con una sonrisa en el rostro antes de pasárselo a Hoseok, quien bufó.
—¿Protección? ¿En caso de que algo pueda pasar? —elevó una ceja—. ¿Planean traicionarme?
—No mi señor, claro que no, es sólo que, pensamos que un juicio digno es mejor que simplemente ser asesinados en la horca sin oportunidad a réplica.
—Denegado—respondió Jin sin pensarlo—. Cualquier ofensa, de cualquier persona hacia mí o hacia mis hijos, será castigada con la muerte o el encierro de por vida en el calabozo, no voy a dar segundas oportunidades a ninguno, no me importa quien sea, no dejaré que se crean con derechos que no tienen.
—Pero...señor...
—No hay pero que valga, tal vez piensen que como consejo tienen tratos especiales, lo cual es mentira, si no tienen pensado ir en contra mía, entonces ¿Por qué necesitarían ese seguro? Sólo cumplan con su deber y sean leales.
—Sí, mi señor—dijo con una reverencia.
—No perdonaré a quien se ponga en mi contra y sobre todo, a quien se sienta con derecho de tomar lo que es de mi hijo, están advertidos, creo que han olvidado que tengo el apoyo del ejército y de los reinos soberanos. No creo que al rey Jeon ni mucho menos al rey Min les guste formar alianzas con traidores, pueden iniciar una guerra.
Todos se quedaron en completo silencio, hicieron una inclinación.
—Estamos a su servicio mi señor.
SeokJin no confiaba en ninguno de ellos, pero, por el momento no habían hecho algo que les diera la oportunidad de destituirlos, no entendía cómo es que Namjoon no vio sus verdaderas intenciones, o tal vez, pensaba, que el verdadero problema era él.
—Se levanta la sesión.
El consejo se puso de rodillas, Jin se levantó saliendo de la sala, junto a Jackson, JiYong y Hoseok.
—Estuviste bien—dijo Hoseok con un suspiro.
—No me gusta sentirme tan paranoico, esto es más de lo que puedo soportar.
—Estás haciéndolo muy bien—asintió—. Es difícil, pero, ellos están teniendo miedo de ti, a este paso, van a pensarla dos veces antes de intentar algo en tu contra.
SeokJin mordió su labio inferior. —Espero que tengas razón, porque sino, terminaré huyendo de aquí. Te nombraré rey Hoseok.
—Demasiado trabajo, no gracias.
—¡General Jung!
Hoseok se volvió, por el pasillo venía un mensajero corriendo, este hizo una reverencia a Jin.
—Mi señor.
—¿Qué es lo que sucede? —preguntó Jin sorprendido por la intranquilidad del mensajero.
—Ha llegado esto para el general Jung, viene de sus tierras.
Hoseok tomó de inmediato la nota, mirando el rápido mensaje, que le costó la cordura entera, ahora comprendía la opresión que tenía en el pecho, la preocupación se marcó en sus facciones, lo que llamó la atención de Jin.
—¿Pasó algo?
—Xiumin está en parto—dijo con voz ahogada.
SeokJin sonrió. —Tienes que irte de inmediato, ve con él, te va a necesitar—esto último lo dijo con una nota de melancolía.
Hoseok asintió y salió de ahí rápidamente, no recordaba el recorrido a su caballo, ni el que hizo a su casa, estaba preocupado, había estado presente en tres alumbramientos, el primero, el de Taeyon, dónde le dijeron que el bebé había muerto, aunque años después descubrió que eso había sido un dolorosa mentira, el segundo fue el de RyuJin, su hermana que murió al momento de dar a luz y el tercero, fue el último alumbramiento de Jin, dónde casi muere. Hoseok, no tenía buenas experiencias, por eso, estaba aterrado, no quería que nada malo le sucediera a Xiumin, tampoco al bebé.
Subió las escaleras rápidamente, entrando a la habitación, ahí estaba Winn y unas damas, Xiumin se hallaba caminando alrededor de la habitación.
—Le hemos pedido que se siente o se recueste, pero no quiere hacerlo. Rompió fuente hace un rato, la partera está en camino.
Hoseok asintió, yendo a dónde estaba él. Lo tomó de los hombros examinando su rostro.
—¿Qué haces aquí? Aún no nace.
—Les dije que me avisarán en cuanto tuvieras algún tipo de dolor.
—No era necesario, estoy bien, pero ellas no entienden que no quiero acostarme, me pone ansioso.
—Bien, si caminar te ayuda puedes hacerlo.
Lo veía tranquilo, no estaba gritando o llorando como su hermana y Jin lo habían hecho, y eso le asustó mucho más, porque estaba preparado para un desastre, no para la calma total, acarició su mejilla, casi olvidando que había personas mirándolo. Jamás fue afectivo con nadie, no era frío, pero, las muestras de cariño frente a los demás no era lo suyo, sin embargo, Xiumin hacía que él cambiará su forma de comportarse inconscientemente.
—Pueden salir—dijo hacía los demás.
Salieron de la habitación dejándolos a solas, sólo así Xiumin pudo abrazarse a su cuerpo, Hoseok besó su frente, pasando sus manos por su espalda, dándole consuelo, no sabía si le dolía mucho, o si tenía miedo, Xiumin estaba evitando su mirada. Lo ayudó a caminar, tomando su brazo, al pendiente de él.
—¿Te sientes bien?
—S...sí—asintió mordiendo en interior de la mandíbula.
Estaban llegando a la silla, Hoseok se sentó y lo atrajo a su regazo, lo abrazó por la cintura, acarició su mejilla e hizo que sus miradas se encontrarán, Xiumin tenía los ojos brillantes, no de emoción como normalmente sucedía, sino con temor, acarició su nariz con la contraria.
—¿Tienes miedo?
—No.
—Xiumin—riñó separándose para mirarlo a los ojos—. Siempre eres sincero conmigo, ¿Por qué te estás conteniendo?
Relamió sus labios, quería bajar la mirada, pero las manos de Hoseok en sus mejillas se lo impidieron, no tuvo de otra más que sostener su mirada.
—No quiero preocuparte, creo que para ti esto debe ser difícil, no quiero que tengas miedo y que sientas que algo nos puede pasar.
Hoseok sintió su pecho contraído, enternecido por sus palabras, que se clavan en su ser como estacas, porque estaba frente a la persona que más amaba en el mundo, pasando un mal momento, y aún así se preocupaba por él, negó, sintiéndose extraño.
—No, no tienes que hacer eso, no puedes preocuparte por mí, yo estoy bien, quiero cuidarte—besó sus mejillas y cada extensión de su rostro—. Eres la persona más valiente, preciosa y preciada, te amo como no te puedes imaginar, yo quiero estar para ti, todo va a estar bien, estaré a tu lado en todo momento.
Las lágrimas de Xiumin recorrieron sus mejillas. —Me siento tonto.
—Un tonto es aquel que no reconoce su propio dolor, tú jamás serás un tonto. Eres mi vida entera.
Siguió besándolo, haciendolo reír un poco, limpió sus lágrimas con sus besos, jugando con su cabello, haciéndolo sentir especial y amado, Hoseok no quería que nada malo le pasará, aún tenía miedo de su pasado y de que algo malo le sucediera, pero, tenía que ser fuerte por él, debía darle la ternura y la seguridad que él merecía, hacerlo sentir especial, porque lo era, porque su existencia había traído a su vida una felicidad que no podía medir con nada. Besó con ternura sus labios.
Lo vio apretar las manos en sus hombros y su rostro hizo una mueca de dolor. Lo cargo con cuidado y lo llevó a la cama, dónde lo abrazó, acariciando su estómago que ahora estaba más duro de lo normal, poco a poco se fue relajando.
—¿Duele mucho?
—Creo que preferiría tener una flecha en el hombro a esto—susurró contra su cuello.
—Si pudiera quitar tu dolor y hacerlo mío, lo haría sin pensarlo.
—Eres tan bueno con las palabras.
—Es un don—rio por lo bajo.
Trató de consolarlo, el dolor se estaba haciendo cada vez más constante y cuando comenzó a sollozar, se levantó para llamar de nuevo a las damas y partera, estos esperaban fuera de la habitación, entraron, y ayudaron a Xiumin a acomodarse, la partera lo reviso, y asintió.
—Es momento, el bebé está por llegar, mi señor, por favor siéntese a su lado, sostenga su parte superior y dele la mano, para que apriete algo, mi niño—miró a Xiumin quien estaba espantado—. En la próxima contracción tienes que pujar, se fuerte, ya casi acaba.
Estaba anocheciendo, así que prendieron las velas y lámparas, Hoseok lo sostuvo contra su pecho y Xiumin tomó su mano, la cual apretó, gruñó haciendo fuerza, Hoseok estaba tan asustado, podía enfrentarse a quien sea, sin miedo a morir, pero ese instante sólo le hacía querer salir y esconderse.
—Tu puedes—dijo en su oreja cuando paró de pujar—. Mi pequeño guerrero, tú puedes con esto y más.
Nuevamente se apalancó hacia adelante. Todos contenían la respiración, mientras vieron su rostro sudar y ponerse rojo, terminó cansado, con lágrimas en los ojos.
—Esto es jodidamente doloroso—sollozo.
—¡Vamos amor, tú puedes hacerlo!
—¡No puedo!
—Es una orden, vamos, trae a mi bebé al mundo—dijo con voz contenida en su oreja.
Xiumin volvió a intentarlo, tomando la mano de Hoseok con fuerza, lo hizo tan duro, que sentía que en cualquier momento podía desmayarse por el esfuerzo, así, hasta que todo termino, y el llanto de un bebé reavivó la habitación. Hoseok tomó las mejillas de Xiumin e hizo que le mirara, limpio sus lágrimas y le sonrió.
—Lo hiciste, ya acabo.
Una dama se encargaba del bebé, cuando lo trajo hacía ellos y lo puso en los brazos cansados de Xiumin les sonrió.
—Es una niña, mi señor.
Xiumin y Hoseok miraron el rostro hinchado de aquella bebé, con su cabello castaño oscuro, sus manitas pequeñitas, ella abría la boca y sollozaba, Hoseok sintió un nudo en la garganta, beso la sien de Xiumin, quien no dejaba de sonreír, con lágrimas en los ojos, lleno de felicidad, no había sensación más grande que la que estaba sintiendo en ese momento. Era mágico, sosteniendo a su bebé, acurrucado en los brazos de su esposo.
—Es tan bonita—susurró sorbiendo su nariz—. Hobi es preciosa.
—Lo es—susurró con los ojos acuosos—. Es magnífica mi amor, hiciste un gran trabajo, muchas gracias.
—Gracias por darme una familia a la cual pertenezco Hoseok—le miró con emoción.
Hoseok besó sus labios, antes de besar la frente de su hija, era cálida y bonita, tan frágil, que le dió miedo.
—¿Todo salió bien? —preguntó preocupado a la partera, quien ya había terminar su trabajo.
Ella asintió con una sonrisa. —Está todo bien, mi general, usted tiene al esposo más valiente y fuerte, todo está en orden.
Eso le relajó completamente. —Lo sé, es único.
—¿Cómo debemos llamarla? —preguntó Xiumin mirándolo.
—A decir verdad mi amor, no lo sé, no soy bueno en eso ¿Por qué no eliges tú?
Xiumin bajo la mirada a su hija, suspiró con melancolía. —Yuna, mi madre se llamaba así, y ella era increíble.
—Jung Yuna—asintió—. Es perfecto como lo será ella—besó su mejilla.
La bebé comenzó a llorar, espantando a Xiumin quien la miró asustado.
—¿Qué le sucede?
—Tiene hambre—dijo una de las damas—. Tiene que alimentarla señor.
—¿Yo? —elevó una ceja antes de hacer una nueva mueca de desconcierto.
Eso hizo reír ligeramente a los presentes, Hoseok acarició sus hombros.
—Ella come de aquí—señaló su pecho.
—Yo no se hacer eso.
—Puedo ayudarlo señor—dijo la partera.
Hoseok pudo sentir la incomodidad de su esposo, Xiumin era nuevo en muchas cosas, no sabía realmente las cosas normales que sucedían con los donceles.
—Está bien, pueden salir, si necesitamos ayuda les llamaremos.
—Mi señor—dijeron antes de salir de ahí.
Xiumin le observó nervioso. —¿Y si no puedo?
—Siempre podemos llamar a una nodriza.
Su mueca se hizo más grande. —No quiero eso.
—Entonces hay que intentarlo—dijo llevando sus manos a su camisón, abriendo los botones.
—¿Cómo sabes estás cosas?
—Bueno, mi madre lo hacía con mi hermana, y aunque suene mal, Jin no tiene mucho pudor—rio por lo bajo—. Es sencillo, bueno, eso parece.
La acercó a él, la bebé estaba tan hambrienta que se pegó a su pecho, pero eso hizo que Xiumin experimentará aún más dolor, sollozo mientras ella comía, sentía que el dolor era más grande que cualquier herida en batalla, Hoseok lo consoló, acariciando su cabello, tratando de darle apoyo.
—Estoy muy orgulloso de ti. Mucho.
—Lo haré mejor. Es sólo que...
—No necesitas hacerlo mejor —besó su frente—. Eres increíble, te amo tanto.
—Tambien te amo Hoseok, quiero tener todos tus hijos.
—Primero tenemos que adaptarnos a ella, después podemos pensar en eso. No quiero que sufras tanto. No entiendo cómo es que Yoongi o Namjoon hicieron pasar a sus parejas esto tantas veces, son crueles.
Xiumin rio. —Es lo que se espera de un buen esposo ¿No?
—No, lo que se espera de un buen esposo es que permanezca sano y feliz, eso es lo que yo quiero para ti.
Xiumin le miró con ternura. —Vaya, he roto todas las corazas de mi general Jung, estoy muy feliz.
—Tampoco te pases—bufó riendo.
Ambos miraron a la pequeña, estaban seguros de que su vida cambiaría por completo, sin embargo, no podían estar más felices en ese momento. Hoseok por fin tenía lo que quería, una familia a la cual proteger y cuidar.
Ya nació la bebé.
Mas a la colección de herederos.
Espero que les guste este maratón, no se olviden de comentar mucho que eso me ayudaría montones.
Gracias 🤍
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