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23

Reino de RyuuMoon

Era un desastre. Llanto por todas partes, juguetes, gritos, todo estaba mal y desmoronándose. Estaba entrando en crisis, no podía dormir, no descansaba bien, todo lo que sucedía era un recordatorio de que tener hijos era muy complicado, más aún teniendo siete niños pequeños. Taehyun y Minnie se hallaban en sus terribles tres años, tan demandantes, tan traviesos y berrinchudos, Yuju, HongJoong y SoonYoung estaban a punto de cumplir un año lo necesitaban tanto ahora que estaban aprendiendo a caminar y sus pequeñas Yeji y Lía eran recién nacidas, había dado a luz hacia dos semanas atrás y estaba sumamente cansado y adolorido.

KyungSoo, Luhan, Nayeon, Chae y Rin no podían con todo el trabajo de los niños, sólo en ellos confiaba para el cuidado de sus pequeños, y Yoongi no dejaba entrar a más personas a ese circulo discreto, porque, era una persona desconfiada hasta de su propia sombra.

Pero, ya no podía más y sabía que ellos tampoco, necesitaba alguien más que le ayudará con las recién nacidas, estaba tan decaído, tan deprimido y triste. Yoongi estaba ausente, normalmente trabajaba hasta muy tarde, atendiendo asuntos muy importantes del reino. ChaeRin, su suegra le había repetido en más de una ocasión que era su deber como consorte real atender asuntos que involucrarán a los herederos, sabía que ella no lo decía para molestarlo o hacerlo sentir mal, era una tradición, sin embargo, sentía que estaba haciendo mal su trabajo, que no podía cuidar de sus propios hijos y eso le dolía.

Amaba a sus bebés, lo hacía, estaba feliz con ellos, pero no podía dejar de lado el hecho de sentirse tan cansado y abrumado. Todos en el reino admiraban su arduo trabajo, decían que estaba bendecido por la luna, y que por eso su vientre era tan fértil, que era el reinado más próspero. Él ya no lo sentía así, era más una carga pesada sobre sus hombros.

La relación con Yoongi se sentía extraña, ambos cerca, pero tan alejados al mismo tiempo, no había un espacio para estar a solas, juntos, había una gran brecha y no quería quejarse o decir lo que estaba sintiendo. Pensaba que estaba haciendo un buen trabajo ocultando sus sentimientos, pero todos podían notar que sus ojos estaban apagados y que su sonrisa era tensa.

Yoongi había notado esos cambios y realmente no sabía cómo actuar, no ayudaba la carga de trabajo que tenía en el reino, estaba harto de no poder tener un tiempo libre. Ni siquiera podía ver a los niños despiertos, siempre que llegaba a su habitación encontraba a Jimin durmiendo, al igual que las bebés, quienes al ser tan pequeñas aún dormían en su habitación, estaba demasiado cansado y estresado.

—¿Pasa algo? —preguntó JongIn quien esperaba a que terminara de sellar unas órdenes.

—Necesito un respiro, el consejo no para de hacer planes.

—Sabes como son ellos, alguien debería ponerles un alto ¿No crees que están ganando más fuerza?

—Mi padre confiaba mucho en ellos, también mi madre, y por el momento no han hecho nada grave. Estoy bien mientras no traten de pasarse de listos.

JongIn asintió. —Hay un rumor.

—¿Sobre? Debe de ser algo interesante si vienes a decirlo ¿Qué pasó?

—Hablan de la salud de su alteza real.

—El doctor ha revisado a Jimin, dice que se encuentra bien para haber dado a luz hace dos semanas.

—Entiendo, pero, ¿Cómo se encuentra emocionalmente? Todos han notado que ha cambiado.

—También lo he notado, aunque cuando lo veo, está feliz, sus ojos parecen más apagados, ya no son el oro líquido que eran, con pequeñas motitas verde, parecen más opacos, le he preguntado pero no dice nada, mandé a mi madre a hablar con él, pueden haber cosas que no me dice.

—Tener hijos es muy difícil. Jimin es joven y tiene siete hijos, los mayores son muy demandantes, no puedo imaginar lo cansado que está, tal vez hasta triste porque no estás a su lado.

—No es que no quiera hacerlo, me cuesta encontrar tiempo.

JongIn asintió. —Tomate este día, anda, terminaré tu trabajo, separaré los asuntos que requieren más interés, y me encargaré de las actividades más sencillas. Anda.

Yoongi le miró con una mueca. —¿Estás seguro?

—Ve, anda.

—Gracias—dijo poniéndose de pie de inmediato, salió de la oficina, yendo directo a la habitación, dónde se suponía que Jimin tenía que estar descansando, pero al llegar la encontró complemente vacía.

Salió al pasillo mirando a todas partes, eso le molestaba el no saber absolutamente nada de su familia. Entonces, recordó cuando él era niño y lo difícil que era saber de su padre, pocas veces paso tiempo a su lado. Lo entendía, pero sus hijos aún eran pequeños para hacerlo.

—¿Mi esposo? —dijo a una sirvienta que iba pasando.

—En la sala de estar mi señor—dijo con una reverencia de cabeza, sin mirarlo.

Caminó a través de los largos y anchos pasillos, su castillo siempre había sido oscuro y sobrio, pero tras la llegada de Jimin, había más luz debido a la nueva selección de cortinas. Llegó a una sala amplia y grande, los sonidos de niños le hicieron sonreír.

Entró, llamando la atención de las nanas y sirvientes que hicieron una reverencia hacia él.

—¡Papá!

Minnie corrió a sus brazos, se agachó para sostenerla con fuerza, le sonrió mientras la miraba, hermosa, pero un desastre de tinta y despeinada.

—Mira pequeña princesa ¿Por qué estás tan sucia?

—¡Estoy dububando! Pelo, Tae me pinta.

Miró a su hijo mayor que estaba mirándolos con una sonrisa de suficiencia.

—¿No piensas saludarme?

Taehyun entrecerró los ojos. —¿Pol que vines? Vete.

—Tae—dijo Jimin negando—. Últimamente está así, no quiere que nadie esté cerca, sólo quiere estar conmigo, pero, es imposible ponerle toda la atención.

Bajó a Minnie quien corrio hacia su hermano, entonces su vista cayó en Jimin, estaba diferente, cansado, pálido, con una bata que cubría su cuerpo, a su lado estaba la cuna con sus dos pequeñas, llevaba en brazos a SoonYoung, nunca lo había dicho en voz alta, pero Jimin siempre estaba al pendiente del pequeño que casi perdieron, los otros dos bebés estaban en el suelo, sobre la alfombra jugando con Luhan.

Se acercó a él y le sonrió. Miró a los demás y relamió sus labios.

—Lleven a los niños a merendar, a los bebés también, las pequeñas llevenlas a su habitación, cuiden de ellas, dale a SoonYoung a Nayeon.

Jimin dudo unos momentos, pero asintió, Nayeon tomó al bebé y empezaron a salir dejándolos a solas.

—¿Por qué estás aquí? Apenas es medio día.

—Deberías estar descansando en la habitación ¿Por qué estás aquí? El doctor no dijo que podías moverte por ahí.

—¿Descansar? —sonrió a medias—. Eso ya no es posible ¿Cómo podría descansar cuando cinco pequeños más me necesitan?

Yoongi se sentó a su lado, tomó su mano que estaba fría.

—¿Me odias ahora?

—¿Qué?

—¿Me odias por haberte puesto en está posición?

Jimin negó, se acercó a él y acarició su mejilla. —¿Odiarte por darme pequeños revoltosos que amo? No, no te odio, jamás te odiaria, los amo, pero es...

—No pares, dime, por favor dime lo que está pasando contigo.

Jimin mordió con fuerza su labio inferior, Yoongi tomó sus mejillas y acarició su piel, sus ojos estaban tristes, lo acercó a su pecho, abrazándolo con fuerza, besando su cabeza. No pasó mucho tiempo para que su tierno esposo comenzará a llorar, un llanto contenido, dió palmadas a su espalda hasta que empezó a sollozar con fuerza, apretó la mandíbula, porque se sentía tan frustrado con la situación.

—Dime amor, por favor...

—Estoy...muy cansado...demasiado cansado...ya no puedo más...necesito dormir...te necesito a ti—blabuceo tomando con fuerza su cintura.

—Lo siento tanto, lo lamento, sé que debía estar aquí, créeme que odio está situación, odio no ser un hombre normal, odio todas las responsabilidades que recaen en mis hombros, quiero estar contigo, Jimin me siento tan culpable por hacerte pasar todo esto a ti solo. Perdona mi amor.

—Yo... sé que no debo pedirte más, todos lo dicen a menudo, que la responsabilidad de los niños es mía, tú eres el rey, no eres completamente nuestro, te debes a muchas personas—hipeo—. Lamento ser tan débil, pero estoy muy cansado.

—No mi amor, tú puedes pedirme lo que sea ¿Por qué no me dijiste que te sentías de esta manera? Siempre que te pregunté no decías nada. Jimin ¿Por qué cargaste con esto por tanto tiempo.

—No quería molestarte, no quería ser una mayor carga, yo debía cuidar de nuestros hijos sin quejarme y...

—¿Quien demonios te dijo algo así?

—Es mi deber.

—Tú único deber es estar bien—lo separó tomando nuevamente sus mejillas, limpiando sus lágrimas con sus pulgares—. Tú me ayudas estando bien, tenemos demasiados hijos, mucho, nadie pensó que seríamos tan bendecidos y en un corto tiempo, y los amamos, pero no deja de ser tedioso tener que criarlos siendo pequeños. No estás mal por eso, haré todo lo posible para terminar cuanto antes el trabajo y estar a tu lado.

—Te necesitaba, mucho.

—¿Qué más necesitas? Dime, puedo concederte lo que sea.

—No sé.

—¿Y si buscamos una ayuda extra? Alguien que te ayude con las bebés, así puedes descansar, tu corte y sirvientes están al tope.

—¿Harías eso?

—Jimin, yo haría lo que fuera por ti, no dudes nunca eso. Te amo pequeño. Mucho.

Jimin se acercó para besarlo, fue un beso tenue, dulce, que Yoongi saboreo con un suspiro satisfecho.

—Este día lo usaremos para descansar.

—Tengo que...

—No, tampoco las vas a alimentar, deja que tu cuerpo descanse, están las nodrizas, por la noche cenaremos lo que quieras. Vamos a dormir, te necesito a mi lado.

—¿Está bien que el rey duerma con su consorte todo el día?

—Dudo mucho que haya alguien que vaya en contra de mi palabra, sólo tú, pero bueno, ambos sabemos que tienes el poder sobre mí.

Jimin sonrió, ahora sus ojos lucian más vivos, y brillantes. —Sí, necesito dormir al lado de mi esposo.

—Vamos entonces.

No dejo que dijera algo, se levantó, cogiéndolo en brazos, y llevándolo a través del palacio hasta su habitación. Estaba dispuesto a olvidarse de todo por estar a su lado una tarde entera.

—Vivo para complacerte, no lo olvides Jiminie.

—Ya no lo haré.








Encontrar a alguien que le ayudará no fue tan sencillo como pensaba, no hasta que llegó él. Cha EunWoo, un chico de su edad, doncel, que tenía perfectas referencia, al ser el mayor de diez hermanos, sabía bien como cuidar de niños, se ganó la confianza de Jimin porque era buena persona, dulce y amable.

Con sus hijos era increíble y todos estuvieron de acuerdo con que era alguien que les ayudaría mucho.

—EunWoo, por favor, pásame a SoonYoung.

—Mi señor—dijo tomando al pequeño en brazos—. ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Claro.

—¿Promete que no lo tomará a mal?

—No lo haré, dime.

Cargó a su pequeño el cual beso en todo el rostro, EunWoo le miró con ilusión.

—Parece que tiene un cariño muy especial por este pequeño príncipe. ¿Puedo preguntar la razón?

—Es mi pequeño milagro, casi lo pierdo, amo a todos por igual, pero, este bebé necesita saber que hizo una buena elección al quedarse a mi lado.

—Es hermoso, gracias por contestar su alteza.

—Dime Jimin como los demás.

—No podría señor.

—Si puedes, ahora soy yo quien tiene curiosidad.

—Dígame señor.

—¿No estás interesado en una familia?

—No por el momento señor, estoy bien cuidando de la familia de los demás.

—Entiendo, eres muy bueno, tenerte aquí me ha ayudado mucho, gracias.

—No tiene nada qué agradecer mi señor.

—Ya te dije que me llames Jimin—le miró con una hermosa sonrisa.

—Jimin—susurró sin despegar la vista de aquellos ojos que eran hipnóticos. Estaba perdido por su rey, Min Jimin.


Creo que había puesto a EunWoo en la del rey del recuerdo, pues vamos a imaginar que ese es otro ¿Va?

Su nuevo dolor de cabeza

🤍

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