Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14

Abrió los ojos con un gruñido, su boca estaba seca debido a toda la cantidad de alcohol que había bebido la noche anterior, su cabeza dolía y sus ojos estaban hinchados, apenas podía mirar lo que había alrededor, aunque no era mucho, sólo una habitación en aquel hostal del pueblo, sin vida y sin buena decoración. Quitó la pierna que descansaba en su cadera y se sentó, a su lado las dos pelinegras que había conocido hace días dormían, bufó, sentía la piel de su espalda escocer, habían sido unas salvajes.

Tomó la botella que había en el piso y volvió a beber para mantener húmeda su boca, estaba hecho un desastre, se puso su ropa y tomó su espada para salir, aún se sentía ebrio. Algunos de sus hombres estaban en la cantina de la planta baja, en las mismas condiciones que él, tenían el día libre, pero él no. Era temprano, seguro le daba tiempo de ir a su casa y ponerse presentable.

Salió al frío de la mañana golpeó su rostro, se acercó a su caballo y lo montó de una, este reaccionó al instante moviéndose. El reino apenas estaba despertando, pero a él le importaba un carajo, habría emprendido camino a la frontera hace mucho si su deber no se lo hubiera impedido.

Llegó a su casa, vacía y sin vida, tomó un baño frío y se cambió para salir nuevamente, el castillo estaba cerca, las puertas se abrieron en cuanto lo vieron, para ellos todo seguía siendo lo mismo, el mayor general de Scarlanding, el más experimentado y fuerte. Había creado una buena máscara.

Dejó su caballo con un mozo y bajo bostezando, estaba cansado, era lo mismo todas las noches, él bebiendo, cogiendo y llegando apenas al trabajo, una rutina dolorosa que se repetía día con día, una que no le dejaba pensar.

—Buenos días—dijo a Jackson quien esperaba en la sala común del rey.

—Vaya hombre, te ves fatal—chaqueo la lengua.

—Que te den—bufo.

—Sabes que no lo digo con el afán de joder, es sólo que me preocupas.

—No debes preocuparte, cumplo con mi deber, soy lo mejor que tiene este reino ¿Ha habido problema que no pueda resolver?

—No, pero, vete en un espejo, estás muriendo en vida. Hoseok, han pasado dos meses, creí que...

—¿Qué estás tratando de decir?

—No pensé que su partida te haría esto.

—¿Su partida? —soltó una carcajada—. Estás de broma si piensas que estoy así por él, no me interesa, es menos que nada para mí, en estos momentos podría estar muerto y no significaría nada para mí, yo soy así, esto es lo que me gusta.

—Sabes que no es así, claro que siempre has sido un borracho promiscuo, pero nunca habías estado de este humor, ayer golpeaste hasta desmayar a un soldado.

—Es su culpa por no hacer las cosas bien, nunca fui indulgente y mucho menos lo seré ahora.

Jackson le miró con lastima, porque en dos meses Hoseok había cambiado demasiado, siendo ahora una persona más arisca e intolerante, nadie podía decirle nada sin hacer que explotara, prefirió callarse, porque no quería pelear con él. 

SeokJin entró en la sala, mirando a ambos con una sonrisa, estaba mejor, Hoseok podía ver que día tras día su color volvía, sus ojos eran más brillantes y su sonrisa no mostraba falsedad, estaba haciendo todo lo posible por estar bien.

—Tenemos reunión con el consejo—suspiró—. Vamos.

Él caminó adelante, los dos generales, caminaron a sus espaldas siguiéndole de cerca el paso, una de las cosas que más jodia a Hoseok eran las juntas con el consejo, porque estaba cansado de esos hipócritas doble cara, que planeaban algo en contra de Jin, no confiaba en ninguno de ellos.

Una de las cosas que estaba seguro era el error que había cometido Namjoon al darle tanto poder al consejo, más tomando en cuenta que estos querían controlarlo todo, quisieron hacer con él lo que no pudieron hacer con su padre, porque Seojoon, hacía lo que quería sin necesidad de responder ante nadie, por eso era considerado uno de los reyes más fuertes, aunque la gente no supiera la realidad de la persona que era, alguna sádico y cruel.

Miró a los presentes en silencio, no hablaba de no ser necesario, mucho menos en ese momento en donde su cabeza estaba por explotar.

—Abro sesión—dijo Jin antes de sentarse en el trono.

Leeteuk asintió. —Mi señor, está mañana tenemos mucho que hacer y deliberar.

—Adelante.

—Primero—continuó—. Hay un problema en las fronteras, por lo que nos han dicho refugiados de los otros reinos usan ese camino para llegar al reino, tenemos un problema de migración.

—¿Qué sugieren?

—No dejarlos entrar—dijo DongHae con una ceja alzada—. Scarlanding sólo tiene que proteger a su gente, no a la de otros reino, es necesario cubrir todas las vías de acceso y encarcelar a los que logren pasar, serán extraditados a sus reinos o pagaran con trabajo forzado.

SeokJin elevó una ceja. —Eso podría poner en peligro los tratos de pacificación entre los reinos. No podemos hacer eso.

—Este no es nuestro problema—bufó Seungri—. Los apoyos del reino tienen que ser solamente para nuestro pueblo, no podemos mantener a otros, debemos restringir el acceso, y sobre los tratados, en ninguna parte estipula que Scarlanding tiene que servir como hogar de refugiados.

—Entiendo que para ustedes esto sea un terrible problema, pero, no puedo tomar esas medidas, hablaré con Jungkook y con Yoongi para llegar a un acuerdo. No pondré en riesgo los tratados de Scarlanding por esto.

—Es lo que debería hacer—gruñó Jaebeom—. Es su deber como rey pensar sólo en el bienestar de Scarlanding. No en el de los demás. Durante años este reino se ha considerado como el más grande y rico, debe seguir de esa manera, no podemos mostrar debilidad ante los demás.

SeokJin entrecerró los ojos. hay tiranía? Tenemos que mostrar tiranía para ser fuertes, el respeto jamás se gana con el miedo, podemos ser la misma potencia que siempre, manteniendo a nuestros aliados de nuestro lado ¿No fueron ellos los que ayudaron en la guerra contra los rebeldes? Prestaron su ejército y su apoyo cuando lo necesitamos. No podemos tomar acciones precipitadas.

—Este reino terminará en la nada antes de que el príncipe tome su lugar, como regente mi señor, nos ha decepcionado, el rey Namjoon no dudaría en hacerlo.

—Ji ChangWook—susurró—. ¿Estás poniendo en duda mis capacidades como regente de Scarlanding?

—Un doncel no estaba hecho para reinar. Debimos pensarlo mejor.

—Okey, escuché suficiente—susurró Hoseok.

Sin que nadie lo esperara, se acercó a ChangWook y sacó su espada para ponerla en el cuello de este, las exclamaciones de miedo no se hicieron esperar, el concejal se quedó pasmado, con los ojos muy abiertos.

—Anda, vuelve a decir eso, que aquí, en este maldito momento tomaré tu asquerosa vida y la volveré nada. ¡Lo mismo va para todos!

Miró alrededor, a los rostros sorprendidos e indignados.

—¡¿Quieren que les recuerde dónde está la lealtad del ejercito?!

—Hoseok, basta—dijo Jin teniendo que algo más sucediera.

Hoseok no despegó la vista de ChangWook, bajó la espada, pero lo tomó de la túnica y lo hizo que cayera al piso de rodillas.

—Disculpate—puso nuevamente la espada en su nuca—. ¡Ahora!

—¡Lo siento mi señor, lo lamento su majestad!

Se agachó hasta el suelo, los demás hicieron una reverencia ante Jin y se disculparon, Hoseok gruñó, los quería muertos a todos.

—Se acabó la sesión—dijo Jin con la cabeza bien en alto—. Yo me voy a encargar de hablar con el rey Jeon y el rey Min, eso es todo.

Bajó del estrado y caminó a la salida, Hoseok guardó la espalda y le dio una última mirada antes de seguir a Jin. Este esta a furico, caminaba a paso fuerte y rápido por el pasillo hasta su oficina, una vez dentro soltó un grito de frustración.

—¡Malditos desgraciados!

—Te lo dije, te quieren fuera. Estaban a punto de decir que deberían volver a votar al regente, lo sé.

Jackson asintió. —Namjoon sabía bien que esto podía pasar, por eso dejó estipulado que Jin sería rey y no sólo eso, hizo que los reyes le dieran el apoyo. No por nada nombró a Hoseok el comandante  mayor del ejército.

SeokJin estaba rojo de la furia. —Algo está sucediendo para que actúen de forma descarada. No es normal, sé que desde el principio tuvieron sus dudas, pero ahora, no parecen temerosos de que se sepa sus intenciones.

La puerta se abrió mostrando a JiYong quien les miró con una ceja alzada.

—Se han ido—dijo con un suspiró—. Acusan a Hoseok de tiranía, y  Changwook casi llora.

—Quería matarlo, pero eso significaría mucho papeleo—bufó.

—Me quitarán el poder—susurró Jin con una mueca de enojo.

—No pueden hacer eso—dijo JiYong—. Y lo saben bien, es por eso que optarán por hacerte sentir que no eres apto, piensan que pueden manipularte.

—Si lo intentan los mataré Jin, no juego cuando digo que el ejército se va a levantar para apoyarte.

—No quiero llegar a eso—negó—. Debe haber otra opción, tengo que encontrar la manera de quitarles poder, Namjoon los tenía consentidos.

—Y los desgraciados casi le quitan el reino para dárselo al bastardo—rio Hoseok—. No tienen lealtad y eso es peligroso.

SeokJin asintió con un nudo en la garganta, no se había dado cuenta del poder del consejo hasta que no estuvo en el trono, ahora entendía mucho del actuar de Namjoon. Siempre cauteloso y con demasiados secretos. Era peligroso estar en el poder en Scarlanding.

—No te preocupes—dijo Hoseok con seriedad—. No dejaré que nadie te saque de ese trono. Lo prometo.






















Hoseok estaba enfrascado en un sentimiento de agobio constante, todo a su alrededor le parecía vacío, no comprendía la razón, o tal vez lo hacía, pero no estaba listo para enfrentarlo, toda su vida había huido al pasado, fracasando en el intento, porque por más que se alejaba este estaba sobre sus hombros, recordándole los peores momentos de su vida. No había amado a nadie más que a Taeyeon, no se había entregado a nadie más que a ella, su amor fue fuego, vivaz y peligroso, que consumió todo a su paso, después de ella no había habido nadie más, no hasta la llegada de Xiumin, estaba seguro que no lo amaba de la misma manera en que llegó a amarla a ella, pero lo que sentía por él era fuerte, tanto para hacerle sentir miserable con su partida.

Era inexperto en el amor, cuando amó, fue demasiado joven, pero ahora, los años pesaban y se sentía más solo que nunca. Creyó que podía ser feliz, pero nuevamente sus decisiones le habían llevado por un camino de dolor.

La soledad, la ira y los excesos, lo estaban llevando al fondo de un hoyo sin salida. Como esa noche, donde estaba comenzando a beber, de lado de un doncel que había conocido esa misma tarde. Ya no le importaba con quien estaba, era lo de menos.

—General Jung—Jun se acercó rápidamente a él.

—¿Qué sucede? —se levantó de inmediato al ver su semblante lleno de preocupación.

—El sargento Lee está en su casa, solicita verlo de inmediato.

—¿Ken? —preguntó con una ceja alzada.

Salió de aquel lugar de inmediato, dirigiéndose a su casa, que Ken estuviera ahí no era nada bueno, mucho menos tomando en cuenta que hace unas semanas había estado en la frontera. Al llegar se encontró con algunos hombres en su puerta, no les prestó atención, simplemente se dirigió a Ken, quien esperaba con seriedad.

—¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí?

—Hablemos adentro—soltó sin dejar de mirarlo.

Hoseok admitió, abrió la puerta y le dejó entrar, ambos se miraron tratando de leer al otro.

—Dime, ¿Qué pasa?

—Hay un problema...

—¿La frontera? ¿Los rebeldes?

—No, calma—bufó—. No tiene nada que ver con Scarlanding, sino contigo.

—¿Conmigo? No lo entiendo.

Ken aspiró con fuerza. —¿Qué tan bien conocías a Xiumin?

El nombramiento de su amor fugitivo le hizo hacer una mueca de desconcierto. —No entiendo.

—Hoseok, ¿Realmente llegaste a conocerlo?

—No me digas que es un traidor—apretó las manos.

—Algo peor, ¿Qué es lo que más odia Scarlanding?

—Los engaños—susurró—. Habla claro.

—Mejor te muestro—gruñó, salió de la casa por unos momentos, fueron minutos que para Hoseok parecieron una eternidad.

Ken volvió, pero no estaba solo, había alguien a su lado, de estatura más baja, cubierto hasta la cabeza con una capa, se quedó muy quieto, viendo en cámara lenta como el chico misterioso elevaba el rostro, y se sacaba la capucha, entonces sus ojos se abrieron y su garganta se secó, ahí delante de él, con rostro demacrado estaba Xiumin, cuyos ojos se encontraban cristalinos.

—¿Qué es esto?

—Lo encontré en la frontera Norte, se dirigía al reino del Norte, al principio no lo reconocí, pero al verlo, supe que algo no estaba bien—se volvió hacia Xiumin—. Habla.

Pero, lo único que este hizo fue dar un paso hacia atrás, con intención de huir, Hoseok no comprendía su reacción ni porqué Ken hablaba así de él.

—¡¿Qué está pasando?! —se acercó a Xiumin de forma amenazadora—. ¡¿Dónde mierda estabas?! ¡¿Y por qué querías huir?!

Y aunque estaba cerca gritándole en la cara, este no elevó la vista, simplemente sollozo. Ken suspiró, se acercó a ellos y de un movimiento abrió la capa de Xiumin. Hoseok al principio no comprendió nada, no hasta que pudo ver su cuerpo detenidamente. Entonces, todo a su alrededor se nubló. 

—Es un doncel, y no sólo eso, un doncel que engañó a todos para estar en el ejercito ¿Sabes lo que significa?

—Hoseok...—susurró Xiumin.

Pero Hoseok no era capaz de verlo a los ojos, su vista estaba sobre su cuerpo, que aunque quisiera ocultarlo, era visible, Xiumin no solamente estaba frente a él después de tres meses de no verlo, sino que estaba frente a él embarazado. Las palabras de Ken cobraron sentido, un doncel que engaña y hace un labor que es de un hombre, sólo merecía un castigo, la muerte.


Muchos acertaron 🤍

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro