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08

El silencio era atroz, SeokJin odiaba el silencio, pero en esos momentos no sabía qué decir, estaba molesto, asustado y perdido. Era esa furia contenida la que lo hacía quedarse petrificado, porque no estaba seguro ni de sus propios pensamientos, que día con día tomaban un rumbo aterrador, jamás fue un tirano, odiaba la violencia, pero en esos instantes quería a todos muertos.

El llamado de la muerte y la venganza, quería vengarse de todo aquel que pensó que podía arrebatarle lo que más amaba, quería ver correr su sangre, y satisfacer sus deseos de poder. No era un tirano, ellos estaban buscándolo.

—Fue un milagro que no pasará nada malo.

SeokJin miró a Mark, quien tenía la cabeza de su hijo en su regazo, este se había quedado dormido después de relatar lo sucedido y ser atendido. Volvió su vista a su hija, quien estaba durmiendo de la misma manera, ella no sabía nada, ni siquiera se había dado cuenta que estaba en peligro y eso era lo que más le molestaba.

—Tienes un hijo valiente, cuando me dijo lo sucedido, pensé que estaba hablando con un soldado más, le agradezco que haya querido salvarla, pero no me parece bien que se haya puesto en peligro.

—Ha aprendido bien de Jackson—dijo mientras acariciaba su mejilla—. Y está en sus genes—susurró con una mueca.

—Es igual a él 1físicamente, en su sangre lleva la valentía, pero también tiene un buen corazón, será un gran hombre.

Mark asintió con una sonrisa. —Espero que su futuro sea hermoso, el de todos—dijo mirando a Tzuyu—. ¿Cómo te sientes? Sé que estás molesto.

—Ellos me están orillando a perder la paciencia. No saben con quién se están metiendo.

—Jackson y Hoseok se harán cargo, tranquilo, nadie podrá hacerles daño, no mientras tengas personas fieles a tu reinado.

—Es tan confuso Mark, todo a mi alrededor parece un circo montado, ahora ya no estoy seguro de nada, no quiero tener miedo, pero no me gusta el rumbo que están tomando las cosas.

—Van a hacer que pierdas la cabeza y que cometas un error, no les des el gusto.

SeokJin asintió, ellos estaban jugando sucio, ahora comprendía las palabras de Namjoon, tenía más enemigos de los que quería admitir, no podía dejar que ganarán, porque de hacerlo, se condenaba a él mismo y a sus hijos.



















Hoseok se mantenía serio, miraba a SeoKjin y a JiYong, ambos estaban observándose, pensando en la mejor de las resoluciones.

—Ellos dijeron que no sabían que los niños estaban ahí, se encontraban entrenando, son de los nuevos, chicos inexpertos—dijo con una mueca—. Casi se hacen del miedo. Tienen por lo menos quince años.

—Está prohibido entrenar ahí—bufó JiYong—. No me trago eso.

—Yo tampoco—asintió Hoseok—. Es por eso, que quiero un castigo ejemplar, los quiero azotar en frente de los demás, sobre todo de los nuevos, si alguien les mandó, entonces, quiero dejar en claro que no pueden cometer un error ¿Lo entiendes?

SeokJin bajó la mirada. —¿Crees que el consejo esté detrás de esto?

—Oh cariño, claro que sí, no podemos matarlos, menos porque no han dicho absolutamente nada, cometieron un error, hay que castigarlos.

—Vamos a hacerlo—asintió SeokJin—. Doscientos azotes cada uno, a los ojos de los soldados y consejo. Pero ¿No los amotinaran?

—No—negó—. ¿Recuerdas cuando en un entrenamiento un chico lastimó a Yoongi? El castigo que recibió del rey de Ryuumoon fue ejemplar para los demás. Si los tratamos con amabilidad ellos creerán que no tienes autoridad, los reyes deben tomar decisiones contundentes.

—Hazlo entonces. Quiero que sepan que no pueden meterse con mis hijos, porque asesinare a cualquiera que lo haga.

Hoseok suspiró. —Debemos tener más cuidado, tener cerca a quienes te sirven y lejos a cualquiera que pueda ser manipulado.

—¿Cómo está el soldado que ha salvado a mi hija? Mis oraciones están con él, jamás podré pagarle lo que hizo.

—Ese era su deber Jin, no le debes nada—respondió Hoseok con una mueca—. Está bien.

—Por favor, quiero que tú mismo monitores su avance, yo lo visitaré para agradecerle. Aunque digas que es su deber, esto es algo que se debe agradecer, es la vida de mi hija.

—Lo entiendo, bien, reuniré todo, ellos serán castigados esta tarde, van a sufrir, pero serán la muestra de que nada pueden hacer contra tu reinado.

—Espero que estemos tomando la mejor decisión.

Hoseok sabía que para SeokJin era difícil tomar una decisión culminante, porque era aún, alguien dulce, inocente y bueno, no estaba al tanto de que un rey, a veces, tenía que mancharse las manos a tiempo, evitando así una desgracia, él lo tenía muy claro, un castigo ejemplar era lo que Scarlanding necesitaba, lo que Namjoon se negaba a hacer, pero que era una de las razones por las cuales su propio consejo se puso en su contra a la hora de los problemas.

Llevó a cabo los preparativos, reconocía, que una parte de él quería castigar a quienes le hicieron daño a Xiumin, y eso es lo que le asustaba, no le gustaba caer ante sus emociones. Era un hombre sensato, suponía que había aprendido del pasado, no podía involucrar sus sentimientos en esos momentos críticos.

—Llevalos al campo de entrenamiento—dijo a Minghao quien asintió de inmediato.

Jackson le miró con seriedad. —¿Estás seguro de esto?

—No hay otra manera, es eso o matarlos, es un mensaje culminante para el consejo.

—Ellos lo entenderán, piensan que Jin no es capaz de ser duro.

—La rebelión debe extinguirse desde el principio. Vamos.

Caminaron hasta el campo de entrenamiento, las cosas estaban avanzando con rapidez, podía ver a los miembros del consejo observar curiosos y confundidos lo que estaba pasando, sus hombres y los nuevos reclutas se encontraban formados alrededor, Hoseok, con su uniforme impecable, caminó al centro, miró a SeokJin bajo una carpa de madera con telas rojas, estaba llevando su corona, esperando con la seriedad en su rostro. Hizo una reverencia en su dirección.

—Yo, Jung Hoseok, comandante en jefe de las tropas armadas se Scarlanding, he de dar un castigo ejemplar a dos soldados que han cometido un terrible error—dijo con seriedad, helando la sangre de quienes le escuchaban—. Ese error pudo tomar la vida de nuestra princesa, su alteza—dijo dirigiéndose a Jin, quien asintió bajo la intensa mirada del consejo—. ¡Traiganlos!

Cuatro soldados llevaban a rastras a dos soldados, demasiado jóvenes para siquiera estar ahí, el corazón de Jin se detuvo, en ese momento quiso levantarse y dar la orden de parar, pero, no podía, estaban juzgando su fortaleza, no era un tirano, sin embargo, estaba en juego mucho más de lo que quería perder.

—El castigo serán doscientos azotes, en el ejército de Scarlanding, no hay paso a las equivocaciones, deben estar agradecidos con su alteza, quien les ha perdonado la vida.

Los chicos le miraron aterrorizados, temblaban mientras eran despojados de sus camisas mostrando sus espaldas, los miembros del consejo se quedaron en silencio, observando cómo dos soldados más tomaban una fusta de equitación, el silencio reinaba aquella tarde, sólo el sonido de la fusta en el aire y el impacto al caer fuertemente sobre la piel, y los lamentos de dolor era lo único que se escuchaba. Los soldados comenzaron a contar en voz alta y fuerte cada uno de los golpes.

SeokJin estaba sin aire, sus ojos no podían separar la mirada de aquella escena, su pecho dolía, no quería aquello. El consejo estaba en silencio, mirando al ejército del palacio, observando la lealtad que le tenían a aquel general. Jung Hoseok era un peligro para ellos.

Cuando la tortura acabó, cuando el silencio reinó de nuevo, y los cuerpos inconscientes de aquellos muchachos cayeron en el suelo, Hoseok se enfrentó a sus hombres, llevando su vista al consejo y a su rey.

—¡Cualquiera que atente con la vida y el bienestar de nuestro rey, y su progenie, será castigado, a la próxima que haya alguna equivocación como esta, no serán azotes, morirán! ¡Cualquiera que esté en contra del reinado de Kim SeokJin, morirá! ¡Es la lealtad de Scarlanding!

—¡Nuestra lealtad estará con nuestro rey hasta la muerte! ¡Larga vida a Kim SeokJin! —coreo el ejército entero.

SeokJin estaba enfermo, se levantó, y asintió, yéndose de ahí, ya no podía soportar aquella escena.






















—¿Cómo se encuentra? —preguntó Seokjin al doctor.

—Se encuentra bien mi señor, la fiebre ha bajado, se encuentra dormido debido a que le dimos algo para el dolor. Se pondrá bien en unos días, la herida está limpia y no fue profunda.

SeokJin suspiró y asintió. —Por favor, cuiden bien de él, ha hecho algo de lo que estoy muy agradecido.

Los ojos de Xiumin comenzaron a apretarse, sollozo llamando la atención de quienes le observaban, abrió lentamente los ojos, su vista era nublosa, miró a si rey, y su respiración de detuvo, a su lado estaba el general Jackson y Hoseok.

—Kim Minseok—dijo Hoseok, lo vio hacer una mueca, a él le gustaba más su sobrenombre, por eso nadie lo llamaba de esa manera—. Tú rey ha venido a verte.

—Minseok, ¿Cómo te sientes?

—Me siento...bien, mi señor—susurró apenas.

—Quiero agradecerte lo que hiciste, salvaste a mi hija y viviré en deuda contigo por eso.

Xiumin negó. —Es mi deber mi señor, daría la vida por la familia real.

SeokJin sonrió con ternura. —Si necesitas algo, no dudes en pedirlo.

Hoseok le miró con indiferencia, lo cual le dolió. —Ha hecho un gran trabajo Kim, cumplió con su deber, espero que mejore, el entrenamiento espera.

—Hoseok, no hables de eso en estos momentos—riñó SeokJin—. Mejorate, descansa todo lo que desees, gracias.

—Mi señor, gracias—sonrió apenas.

—Hay mucho qué hacer su alteza—dijo Hoseok sin mirar a Xiumin.

SeokJin asintió, le sonrió por última vez a Xiumin antes de salir, Hoseok le dio una mirada rápida, no podía mirarlo, algo en su interior le impedía hacerlo, porque había sentimientos que estaban rondando por su mente, creando grandes estragos, estaba confundido, no le gustaba, sentirse cercano a alguien después de Taeyeon le aterraba.

Haberlo visto en el suelo inconsciente con una flecha en el pecho, despertó en él el miedo de volver a perder, la pérdida de las personas que amaba, el estar solo nuevamente, sólo le hizo alejarse. No quería estar cerca de Xiumin. Jamás volvería a él y haciendo esto lo estaba protegiendo.

Pero, muy a pesar del alcohol, del entrenamiento y de sus horas sin dormir, no podía dejar de pensar en él, habían pasado cinco días en un abrir y cerrar de ojos, él ya no estaba en la enfermería del palacio, lo habían llevado a su casa para que descansara, Hoseok no dejaba de pensar que vivía solo y podía necesitar ayuda. Se negaba a verlo, pero, esa misma noche, después del entrenamiento, se halló caminando hacia su casa, trataba de no pensar, porque si lo hacía daría vuelta atrás y la angustia crecería.

Se armó de valor, quien lo viera no creería que estaba a cargo del ejercito, tocó manteniendo la mandíbula apretada, espero un buen rato, cuando decidió dar la vuelta, la puerta se abrió, sus ojos pararon al chico que tenía en frente, lucía más pequeño y delgado, pálido, con ojeras bajo sus ojos, pero ni su estado, pudo impedir que este sonriera en grande al verlo, sus ojos se iluminaron.

—General Jung.

—Vine a ver cómo te encontrabas—elevó dos bolsas que llevaba—. Te traje pan, carne y leche. Tienes que alimentarte bien para mejorar.

—Pase—dijo con voz llena de esperanza.

Hoseok asintió. —Bien, pero será rápido, tengo cosas que hacer.

—¿Quiere tomar algo? Estaba bebiendo té.

Sorpresivamente para él, la casa lucia muy bien, limpia y había comida que parecía recién hecha.

—¿Has cocinado? Se supone que tienes que guardar reposo.

—No, mi vecina vino y me ayudó, ella es muy linda, vive sola, a veces ceno en su casa, me ayuda mucho.

—Oh, eso es bueno. Bien, dame de ese té—se sentó luego de poner las cosas que trajo en la mesa.

Xiumin tenía el brazo sujeto a su pecho, hacia todo con la otra mano, sirvió el té, y le sonrió entregando la taza. Hoseok le observó cuidadosamente.

—No te ves bien ¿Te duele mucho?

Xiumin bajó la mirada. —La herida no es lo que me duele, soy más fuerte de lo que piensa, no es la primera vez.

—Entonces ¿Qué es lo que tienes?

—Lo siento—susurró sin mirarlo—. Es sólo que, sentía que estaba molesto conmigo, que ya no quería verme, eso me puso triste.

Hoseok se sintió horriblemente culpable, tragó en seco, aquel chico era especial, despertaba en él sentimientos que pensaba muertos, suspiró y se acercó, se inclinó a su lado y tomó su mentón levantando, haciendo que le mirara, sus ojos eran dulces, sus labios tiernos, estaba enamorado y por primera vez en mucho tiempo no quería ocultarlo, se acercó para besar sus labios tenuemente.

—No sé qué me hiciste—susurró contra su boca—. Pero, no hay forma que quiera estar lejos de ti.

Xiumin abrió mucho los ojos, sonrió de una forma hermosa, su corazón latía con fuerza, casi llora de la emoción. 

—No hay forma que yo me aleje de ti, sólo muerto podría dejar de amarte.

—No digas eso, no llames a la muerte, ven, quiero estar contigo esta noche.

—No sé si pueda....

—No hablo de eso, quiero dormir a tu lado, vamos.

Lo tomó de la mano y le sonrió, lo llevó a su habitación, donde se despojaron de sus ropas para meterse a la cama, Hoseok lo abrazó con cuidado contra su pecho, la sensación era perfecta, él encajaba en sus brazos a la perfección, como si hubiera sido hecho para estar entre ellos.

—Quiero que mejores, lo que hiciste fue valiente, pero Xiumin, no vuelvas a ponerte en peligro ¿Está bien?

—Me siento feliz, muy feliz.

—Yo también.

—Perdona la pregunta, no quiero arruinar nada, pero ¿Esto significa que estamos juntos?

Hoseok lo pensó unos momentos, estaba de más negarse, ya no quería hacerlo, él deseaba ser feliz, besó su frente.

—Lo significa, pero no quiere decir que tendré preferencia, entrenaras como siempre.

—Bien, lo tengo. Hoseok eres cálido, creo que puedo dormir bien está noche.

—Creo lo mismo. Ahora descansa, no quiero volver a verte triste.

—Descansa.

Cerró los ojos, se sentía tranquilo, aquello no parecía precipitado o equivocado, lo quería cerca, sólo esperaba que está vez la vida fuera indulgente con él. No quería volver a perder el amor.



Happy Hobi Day, no se olviden de hacer stream a Hobi y a Stay Alive.

Los amooooo mucho 🤍

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