Capítulo 3
Aderyn
Llego a mi pequeño apartamento agitada. Nunca imaginé encontrarme de nuevo con esa troll y, sobre todo, nunca pensé que al crecer olvidaría el pasado. Es una estúpida rencorosa. Me meto a la ducha para asearme. Mi ropa queda hecha jirones en el callejón. Maldigo a la perra; no puedo estar invirtiendo en ropa. En la fábrica no pagan mucho, tengo que pagar esta caja de cerillos en la que vivo y la comida. Ni hablar del gimnasio.
Mi cuerpo comienza a arder y a temblar. ¡Mierda! Voy a cambiar de nuevo. Mis ojos se ponen de color amarillo, como los de un reptil. Mi piel se vuelve escamosa y se torna de un verde esmeralda. Mi cabeza se transforma en una figura reptiliana con cuernos de un verde grisáceo. Mi cabello se vuelve verde y se pega a mi espalda. Mis manos y pies se convierten en garras, y ni hablar de mis dientes. Las alas con garras detrás de mi espalda son de... de...
"De dragón, Aderyn. Soy Amanú, tu dragón interior. Lo siento, no pude protegerte antes. Debías ser mayor de edad para poder emerger".
"No te preocupes. Entonces, uno de mis padres era un dragón y el otro una gárgola".
"Ya conociste tu otra forma. Eso es genial".
"Sí, en el momento justo cuando unos idiotas creían poder hacerme daño".
"Aderyn, esta no es mi forma completa. Emergí de esta manera por el poco espacio que hay. Si vamos a un área abierta, podré mostrarte cómo somos realmente".
Eso me emocionaba, pero me siento muy cansada. Mañana es mi día libre, así que iré al bosque para ver mis formas completas.
"Amanú, de verdad quiero ver mi poder completo, sin embargo, me siento cansada. ¿Podemos dejarlo para mañana?".
"Bien, será mañana temprano".
Me fui a descansar con mi alma agitada. Al fin había logrado encontrar mis formas cambiantes. Me sentía extasiada y feliz, pero también con un dolor en el alma al pensar que mis padres no fueran testigos de este hecho. Lo único que podía hacer era honrarlos y encontrar a las personas que los asesinaron. Estoy segura de que no murieron en un accidente; fueron asesinados. En el orfanato, todos me apartaban por ser una híbrida. Tal vez por eso los mataron, por no ser de la misma especie. El problema es que no conozco a nadie de mi especie y creo que debo desconfiar de la gente.
Por la mañana, nos levantamos al amanecer. Amanú quiere mostrarme mi forma completa, y quién soy yo para negarme, si somos una. Corrí a manera de entrenamiento, con una pequeña bolsa en mi espalda donde llevaba merienda. Mi dragona me informó que gastaría mucha energía.
"Hemos llegado, Aderyn", me indicó Amanú cuando estábamos muy adentro en el bosque.
"Desvístete y cuelga la bolsa en aquel árbol. Tiene un hoyo".
Miré alrededor, agudizando mis sentidos. Percibí muchos aromas, ninguno conocido. Es hora de cambiar. Tomé mi forma de gárgola, desplegando mis alas por completo. El color gris no es mi preferido, pero las manchas color verde oscuro hacen buen juego. Ni hablar de mis garras, pies y cuernos. Muevo mis alas para aprender a controlarlas. Se siente tan bien. Emprendo el vuelo, subo sobre las nubes para que nadie me vea. El sol me golpea.
"Se siente bien, ¿verdad?", la voz de Amanú suena en mi cabeza.
"Sí, se siente estupendo", le respondo en voz alta. Nadie nos escuchará aquí.
"Espera a que yo tome el control y te enseñe a controlar el fuego".
"Ya veremos". Vuelo por un largo rato.
Estoy hambrienta, por lo que decido regresar al punto de partida. Tomo mi forma humana, me vuelvo a vestir para comer y me recuesto al árbol donde había ocultado mi ropa. Esto es maravilloso. ¿Dónde podría encontrar información de mi gente? En el mundo humano, eso es fantasía. Los cambiaformas como yo me temen por ser híbrida.
"Es hora de retomar la práctica", le digo a mi dragona interna.
Comienzo a desvestirme nuevamente, para luego esconder la ropa de nuevo en el hoyo. Dejo que mi dragón tome el control. Siento cómo mis huesos crujen, se estiran y se acomodan para tomar la forma completa de dragón. La piel de mi espalda se abre en dos puntos, del lado de mis pulmones. Alas muy grandes y fuertes. Me gustaría verme en un espejo.
"¡Síííí!", salimos volando, pero Amanú me avisa.
"Tranquila, no queremos que nos vean".
Subimos y subimos hasta que sentimos que nos faltaba el aire y decidimos regresar. Podemos ver la ciudad. A mis fosas nasales llega un aroma a pino y agua fresca. Ahora lo reconozco; es el mismo que sentí el día que aquella voz me gritó "compañera". Mis entrañas se retuercen.
"Amanú, ¿qué es eso que siento? Ese olor me causa sensaciones extrañas".
"No tengo la menor idea. Ese aroma me atrae. Viene de aquella montaña. Creo que no debemos ir, Aderyn. Tenemos que aprender a manejar nuestras habilidades. Es necesario si alguna vez estamos en peligro". Tiene razón.
Nos resistimos a ese aroma que nos atrae a un área desconocida. Mi corazón se acelera y duele al negarnos a ir en esa dirección. Es demasiado lejos para ir, y menos si desconocemos a dónde iremos y a quién encontraremos. Decidimos aterrizar en un claro.
"Vamos a practicar lanzar fuego", me advierte.
Nos acomodamos bien. Tomamos una fuerte aspiración y lo dejamos salir. No puede ser, solo escupimos humo.
"Es un chiste. Somos un dragón", refunfuño.
"Es la primera vez que lo intentamos. Esto lleva tiempo y práctica", explica Amanú.
Lo intentamos por un largo tiempo, hasta que logramos lanzar un poco de fuego verde. Decidimos regresar; necesito descansar porque estoy muy cansada. Cuando aterrizo en el lugar de partida, me dispongo a tomar mi ropa.
-Eres una chica muy hermosa -, una voz detrás de mí llama mi atención.
Salto del susto. Lo único que se me ocurre hacer, porque estoy desnuda, es ocultarme detrás del árbol.
-¿Quién eres y por qué estás aquí? -pregunto asustada. Mi dragón quiere volver para incinerarla.
-Soy Kalevala -, responde la anciana.
"Huele a perro", comenta Amanú.
-Estoy aquí porque vivo en el bosque. No me gusta la ciudad. Los humanos no saben cómo lidiar con los cambiaformas, y soy una licántropo. Te vi volar en tus dos formas -, responde la mujer a lo que he preguntado.
-Puedes irte para que pueda vestirme. Debo regresar -, espero que se vaya.
-Eres una magnífica cambiaformas. Nunca había visto una híbrida de dragón y gárgola. Escuché la historia de un gárgola enamorado de una dragón. Eran compañeros. Debieron huir; ambas especies son recelosas de mezclar sus especies - me mira.
"Aderyn, no está mintiendo. Puede que sepa de nuestras manadas".
-Soy huérfana. No sé de dónde vienen mis padres. Ellos murieron cuando era una niña. Nunca me dijeron la verdad". No sé por qué sigo hablando.
Olfateo el aire. El aroma a pino y agua fresca golpea mi nariz, un poco más fuerte. Me visto rápido. Mi nariz sigue el aroma, percibiendo que en la anciana no es de ella; solo lo tiene adherido.
-¿Qué es ese olor? Lo he percibido antes. Me provoca cosas muy extrañas. Es la tercera vez que lo percibo. Hace un rato lo percibí de aquella dirección -, señalo la montaña a lo lejos.
-¿Cambiaste hace poco, es así? -, ella pregunta sonriendo.
Asiento con la cabeza. Ella podría saber la historia de mis padres.
- Ese olor que tanto te hace sentir es el de tu pareja. Tu compañero. Yo no lo percibo -, sonríe más.
-Puedo llevarte con él si gustas -. Mis ojos se abren de golpe.
"Puede ser una trampa. Recuerda que asesinaron a tus padres, Aderyn. Puede que ella sea uno de ellos"
Interviene Amanú
-Pude escuchar a tu dragón. No es como ella piensa. No tengo la historia completa de tus padres, solo escuché rumores. Sin embargo, puedo averiguar por ti. Debes esconderte; muchos tu poder,- manipularte a su conveniencia. Eres muy joven. Ahora entiendo por qué asesinaron a tus padres, si murieron de esa manera. Le temían a lo que podrían crear, y creo saber quién es tu pareja -. No puedo dejar de escuchar sus palabras.
"Debemos irnos, Aderyn".
-No estoy interesada en ninguna pareja. Debo saber de dónde eran mis padres - Tomo mis cosas y salgo corriendo.
- ¡TEN CUIDADO, NIÑA! ¡ESCUCHA A TU DRAGÓN! - grita la mujer.
Llegamos exaltadas a casa y con un montón de preguntas en la cabeza. Descansamos por el resto del día.
Las siguientes semanas practiqué con más ahínco, hasta que logro una combinación de ambas formas. Es simplemente maravillosa. Puedo ser blanda, con escamas y dura como la piedra. En ambas formas puedo volar. Lo único que me ha costado más es usar el fuego de mi dragón.
Voy caminando por la calle hacia el gimnasio. No he dejado de entrenar ahí; eso me permite reforzar mi forma humana por si en algún momento debo defenderme y no puedo cambiar. Kalevala dijo que los humanos no saben cómo lidiar con cambiaformas.
Luego de correr una hora en la banda y una hora de pesas, es hora de practicar con el saco. Doy unos golpes para tomar el ritmo, cuando un grupo de chicos irrumpe en el área. No me detengo.
"Huelen a perro", escucho a Amanú.
"Licántropos", comento para nosotras.
Uno de ellos se acerca, huele el aire y me mira sorprendido. Su sonrisa no me agrada. Le hace una seña a sus cuatro amigos para que se le unan. Los demás van saliendo poco a poco. Son unos cobardes; me van a dejar sola con estos pendejos.
-Eres una híbrida y eres hermosa. ¿Quieres dar una vuelta con nosotros? -, me mira con lujuria.
-No salgo con desconocidos. Es mejor que se vayan o se arrepentirán -los advierto.
El idiota sonríe.
-Queremos ver qué eres. No puedo captar tu olor - acerca su nariz a mi cuello.
Toma mi muñeca con fuerza, tratando de tirar de ella. Sin embargo, cambio el peso de mi cuerpo; es una de las habilidades que he logrado controlar. Mi otra mano se convierte en garra y le desgarra el brazo, haciéndolo aullar.
-¡Perra! -, grita el hombre.
Todos intentan atacarme. Son muy rápidos. Entrenar con un saco es totalmente diferente a una pelea real. Algunos de sus golpes logran impactarme, causando mucho dolor.
"Aderyn, cambia a tu forma de gárgola. Es la única manera de que no puedan hacer más daño".
No queda otra manera que hacer lo que me dice Amanú. Cambio a mi forma de gárgola, espantando a los licántropos. Los golpeo con fuerza. Ellos toman su forma de licántropos; son más grandes de esa forma, sin embargo, ya no les temo. Cada vez que tratan de golpearme, me cubro con mis alas endurecidas. Escucho el crujir de sus huesos al impactar mis alas. Los golpes se detienen. Miro por sobre mis alas; están jadeando.
-No puede ser. Eres una gárgola -comenta el que me atacó primero.
-Creí que eran cuentos de ancianos -, comenta otro.
-Ya se cansaron - comento.
Dos de ellos se lanzan en mi contra. Mis alas se despliegan en forma horizontal y giro sobre mí misma. Un líquido caliente me salpica. Huelo algo ferroso. A mis pies hay dos cuerpos decapitados, con sus cabezas a un lado.
Los licántropos miran a sus compañeros caídos. Ahora tengo más enemigos. Miro a mi alrededor; el gimnasio está destrozado. Este lugar me agradaba. Tendré que cambiar de pueblo.
Combino mis formas para salir volando del lugar antes de que la policía llegue y comiencen a hacer preguntas. Recojo mis pocas pertenencias en una pequeña maleta que tengo. No me llevo todo, por más que quiera. Investigarán, darán con mi apartamento. Si lo dejo vacío, sospecharán.
Con una última mirada, me despido del que hasta ahora era mi hogar. También tendré que dejar mi trabajo. Mañana llamaré a mi jefe; justificar mi renuncia será difícil.
https://youtu.be/AWWRvXDeLNY
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro