━━𝟷𝟽༊*·˚
Su padre no debería conocer a Rayleigh y a sus amigos, Robin lo sabe con solo ver la expresión calculadora que se dibuja en el rostro del hombre cuando Luffy salta con emoción. El joven padre es, como siempre, un misterio por resolver. La noticia de la herencia de Ace le parece suficiente emoción por un día, así que Robin no está segura de si quiere intentar averiguar cuál será la siguiente sorpresa de Luffy.
Rayleigh parece tener la misma idea. Se aleja un poco para sentarse en la cubierta y su mirada viaja entre Luffy y el horizonte como si estuviera teniendo un debate mental sobre qué hacer. La adolescente suspira y se aleja de los hombres para revisar a sus hermanos.
"Oye, Robin", llama Luffy antes de que la niña desaparezca en el interior del barco. "¿Te importaría hacer algo de té?"
Ella parpadea ante la extraña e inusual suavidad que arrastra la petición de su padre. Aún así, asiente.
"¿Para cuántas personas?", pregunta.
"Hm...", Luffy ladea la cabeza pensativamente antes de sonreír. "¡Te dejaré la decisión a ti! Puedes averiguar cuánta gente viene en el barco que se aproxima, tómalo como un entrenamiento."
Robin abre la boca para quejarse porque es injusto, aún no ha avanzado lo suficiente con su haki como para distinguir entre las presencias individuales de personas que se mueven a kilómetros de distancia. Luego lo piensa mejor y se mantiene en silencio. Siendo realistas, su entrenamiento habitual de haki de observación suele ser la peor tortura. Normalmente incluye muchos golpes, gritos y dolores de cabeza que duran dos o tres días. Pocas veces tiene la oportunidad de entrenar de una manera tan pacífica y sería estúpido de su parte rechazarlo.
"Estoy sin palabras", oye decir a Rayleigh cuando se da la vuelta para entrar a la cocina. "Encontrar haki en el Paraíso es increíblemente inusual, sobre todo viniendo de un civil del East Blue. Saber que además estás entrenando a tu joven hija es bastante increíble."
"Todos tienen que volverse fuertes para ser grandes piratas en el futuro", explica Luffy. "O revolucionarios, si Sabo quiere."
"¿Por qué precisamente Sabo-kun?"
"Tiene cara de antisemita."
"...Creo que te refieres a antisistema."
"¡Eso!"
Robin pone los ojos en blanco con una pequeña sonrisa y pone agua a calentar. Cierra los ojos y trata de concentrarse en las presencias más allá del horizonte hasta que puede distinguir al menos dos. El tenue revoltijo de auras concentrado cerca de las dos presencias indica que hay alguien más, pero no es capaz de averiguar si se trata de una o más personas. Al final se decide por hacer té para todos los ocupantes del Great Father y tres personas más. Si resulta que hay más invitados, solo tiene que llenar las tazas de sus hermanos pequeños con agua sucia y ni siquiera se darán cuenta.
"Robi-nee", llama Ace silenciosamente un rato después, cuando el té está casi terminado. "Hay un barco acercándose."
Ella asiente y acompaña a su hermano a la cubierta mirando con curiosidad el barco simple que se aproxima. Este debía ser el objetivo principal de Rayleigh a juzgar por su expresión. Sabo mira con emoción infantil el barco y Robin recuerda que él no vio el enorme Moby Dick, por lo que está más asombrado que nadie al ver un barco de mayor tamaño que el Great Father.
Una mujer de cabello oscuro se asoma y sonríe lentamente al ver a Rayleigh. Luffy salta agitando la mano.
"¡Hola, Shakky!"
Ella no se inmuta ante el desconocido que parece tan emocionado de verla. Simplemente sonríe devolviendo el saludo.
"¿Vas a convertir esto de recoger a niños en el mar en un hobby, Ray?", le pregunta ella al hombre mayor.
Él se rasca la barba. "Ah, no, estos niños ya tienen a alguien para cuidarlos", dice señalando a Luffy. "¿Cómo están las chicas?"
"¡Diles que salgan!", exige Luffy con emoción apenas contenida. "¡Hola Hammock!"
Robin no se pierde la mirada extrañada de Shakky y de la anciana que se asoma junto a ella, y mucho menos la realización en los ojos de Rayleigh.
"Es Hancock", corrige el hombre.
"¡Eso he dicho!", exclama felizmente.
Robin se pregunta quién es este tal Hancock. Las dos mujeres en el barco lucen extremadamente confundidas, pero Rayleigh observa a Luffy de cerca con una expresión extremadamente curiosa. Por el nuevo brillo en sus ojos, Robin puede decir que sabe algo que antes no sabía. La adolescente se molesta un poco al saber que un desconocido ha podido descifrar más de su padre que ella en todo el tiempo que lleva junto a él, pero decide dejarlo pasar recordándose que no es un simple anciano, sino una leyenda de los mares.
"Oh, mirad...", murmura Sabo.
Robin sale de sus divagaciones mentales para encontrar tres cabezas asomándose cautelosamente del barco. Son tres adolescentes que rondan la edad de Robin. Una de ella es grande y robusta, su cabello es de color menta, hay otra un poco más pequeña con el cabello anaranjado entre ellas hay una chica azabache más pequeña y delgada que las demás.
Robin no puede evitar notar lo aterrorizadas que se ven. No le prestan atención a ella, pero sus ojos vacilan de Rayleigh a Luffy como animales asustados. Luffy, extrañamente consciente, parece darse cuenta de esto y sonríe suavemente.
"Hola, chicas", dice con un tono más bajo de lo habitual. "¿Queréis tomar algo de té?"
Ace y Sabo se miran horrorizados, como si escuchar a su padre invitar cordialmente a alguien a tomar el té fuera el preludio del fin del mundo. Las niñas se encogen cuando oyen al hombre hablar y no responden. La mujer del barco, Shakky, mira a Rayleigh con una ceja arqueada.
"Creo que podemos unirnos un rato. Robin tiene la edad de Sandersonia, nunca está de más hacer nuevos amigos", dice el hombre mirando a su esposa con complicidad.
Por un momento casi parece que la chica del medio va a quejarse, pero se detiene. La anciana les dice algo en voz baja y, a regañadientes, las adolescentes suben a bordo del Great Father. Las tres chicas están limpias y visten ropa nueva, pero tienen vendas por todo el cuerpo. Robin capta el temblor en los hombros de la de cabello anaranjado mientras mira a Luffy de reojo.
"Hola, mi nombre es Robin", saluda cuidadosamente, tratando de no asustar a las chicas. "Estos son mis hermanos pequeños, Ace y Sabo", dice señalando a los niños. "Y ese de ahí es nuestro padre, se llama Luffy."
Ninguna de las tres parece interesada en presentarse de vuelta, por lo que la anciana, Gloriosa, se presenta a ella misma, a Shakky y a las tres jóvenes. Una vez terminadas las presentaciones, Luffy aplaude y corre hacia la cocina dejando que los demás lo sigan. Hay una extraña tensión entre todos.
"Entonces, Luffy-chan, ¿todos son tus hijos?", pregunta Shakky queriendo romper el hielo.
"¡Sí!", luego mira a Hancock y a sus hermanas. "Ace, Sabo y yo somos hombres, pero hoy podemos ser mujeres si queréis", dice con una sonrisa satisfecha, como si hubiera tenido la mejor idea.
Todos los adultos parpadean hacia el joven padre. Sabo le da un codazo a Ace cuando el niño azabache murmura: "¿Qué demonios está diciendo este bastardo?" Robin suspira mientras sirve el té ignorando, una vez más, las rarezas de su padre. Llena las tazas de los dos menores del barco con agua sucia y azúcar y las deja frente a sus dos hermanos antes de poner más agua a calentar por si alguien quiere repetir. Sabo mira su taza con el ceño fruncido y la intercambia sutilmente con la de Luffy. Ace bebe sin inmutarse.
Las hermanas Boa tienen los ojos muy abiertos ante las palabras de Luffy. Hancock tiembla por un segundo y luego golpea la mesa con las palmas de sus manos.
"¡¿Qué sabes?!", le espeta al joven padre.
Luffy parece confuso por la reacción de la chica. "Sé que odias a los hombres", dice como si fuera obvio.
Gloriosa mira a Luffy con el ceño fruncido y abre la boca para regañarlo. Antes de que suceda, Hancock aprieta sus puños y respira hondo.
"¡Por supuesto! Sois despreciables", exclama la chica con desprecio.
Robin mira de su padre a la chica tratando de entender. Por alguna razón, Hancock y sus hermanas odian a los hombres, lo cual coincide con las observaciones de sus comportamientos que Robin ha archivado desde que subieron a bordo del Great Father. Luffy va más allá de suposiciones y habla con confianza. Como siempre, él parece saber más por alguna razón.
"Por supuesto que soy despreciable, soy un pirata", explica Luffy pacíficamente
Las hermanas vacilan.
"No es... No es porque seas pirata, es porque eres hombre", murmura Marigold.
En silencio, Luffy se levanta con movimientos lentos y se acerca al agua hirviendo para rellenar su taza. La acción parece relajar la tensión por unos segundos, por lo que el azabache se acerca a la mesa con la tetera para llenar los vasos vacíos. Las hermanas se vuelven a tensar ante el acortamiento de distancia entre ellas y el hombre. Rayleigh mira toda la escena por el rabillo del ojo.
"No puedo decir que entienda lo que estáis sintiendo, pero sois libres de creer en lo que queráis creer. Por mi parte, no veo justo que odiéis a Ace y Sabo solo por ser hombres. Creo que todos podríamos ser amigos."
"¿Qué demonios está diciendo este bastardo?", repite Ace como si fuera un diálogo configurado en su persona.
"No sé por qué nos hicimos amigos antes de esto", balbucea mientras rellena las tazas. "¡Pero fue divertido! Las chicas sabían como hacer una buena fiesta. Ace y Sabo tienen derecho a experimentar eso también."
Los ocupantes de la mesa miran a Luffy con no más que confusión. Incluso las tres chicas han bajado la guardia al escuchar la diatriba sin sentido del joven. Distraído mientras habla, Luffy vierte el agua en la taza mientras mira el rostro de Marigold, pero no se da cuenta de que el líquido no llega al vaso hasta que oye un grito de dolor.
"¡Hermana!", gritan las más jóvenes a la vez.
Rayleigh se levanta de inmediato. Robin lo imita, vacilando entre ir a socorrer a la mayor de las hermanas o defender a su padre del filo de la espada que ahora roza su cuello.
"¡Ups! Perdón", comenta Luffy sin parecer mínimamente alterado por la herida de Hancock o la espada de Rayleigh. "He derramado el agua."
"¡Es agua hirviendo!", grita Gloriosa con horror mientras corta cuidadosamente la tela de la camiseta para alejarla de la piel quemada de la chica. "Shakuyaku, trae agua templada", ordena.
Ace y Sabo se aferran a su padre mirando a Rayleigh con fiereza. Sandersonia y Marigold sostienen ambas manos de su hermana mientras miran a Gloriosa tratar la herida. Esta última se congela.
"H... Hermana...", murmura con sorpresa.
Sandersonia mira a la menor con confusión antes de dirigir la mirada a la espalda de Hancock. Cuando la ve, jadea audiblemente. Gloriosa tarda solo unos segundos en darse cuenta.
"La quemadura...", la anciana murmura. "La marca de su espalda es indistinguible..."
Hancock, delirante por el dolor, abre sus ojos nublados para ver el rostro de Luffy mirarla desde donde aún está bajo la espada de Rayleigh.
"Vaya, lo siento Hammock", dice luciendo un poco apenado. "No sé por qué no te hiciste un tatuaje como Hachi pero ahora he arruinado tu marca", piensa unos segundos antes de encogerse de hombros. "Aunque da igual, de todas formas no puedes vivir para siempre asustada por una marca de esclavos, ya es hora de que te permitas un poco de libertad."
Marigold da un paso hacia atrás como si hubiera recibido una bofetada. Sandersonia se tapa la cara para no dejar ver sus lágrimas. Hancock intenta centrarse en el rostro del hombre. Lo último que ve antes de desmayarse es la sinceridad de sus ojos oscuros.
"Qué hombre tan tonto", murmura casi ininteligiblemente antes de cerrar sus ojos cristalinos.
¡Han pasado 84 años! Este capítulo quizás no es lo que esperabais o lo que merecéis después de tanto tiempo esperando pero me siento muy orgullosa por haberlo superado. No sé qué es lo que se me ha hecho tan difícil de este capítulo, pero no he dejado de intentarlo en los últimos 9 meses. En el siguiente capítulo aún quedan cosas de este tema, pero rezo porque se me haga más fácil de escribir.
Es difícil que el agua hirviendo te deje quemaduras graves de segundo grado y una cicatriz del tamaño de la marca del Tenryuubito pero esto es un fanfic, chiques, como la diosa de este mundo yo dicto que así sucede.
Probablemente hayan incoherencias en este capítulo porque lo he ido escribiendo a trocitos durante casi un año, pero he pasado meses mirándome al espejo y gritando 'tatakae, tatakae' y ahora que al fin he conseguido terminarlo no quiero ni revisarlo. ¡Muchas gracias por la espera! Rezad para volver a verme pronto. Esta historia está oficialmente fuera de hiatus 😯
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