Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04 { Trato Hecho } ✅

Voy a arrepentirme de esto, lo sé.

Puedo sentir que esta es una mala idea pero, ¿Por qué lo estoy haciendo justo ahora? ¿Por qué estoy siguiendo a Mikhail?, era simplemente, tenía una oferta para mí, una que podría ser la llave de mi libertad.

Sigo sus pasos largos y apresurado, los míos en cambio lo siguen con total sigilo y silencio.

Mis ojos se dan la libertad de admirar su cuerpo, espalda ancha, cintura estrecha, brazos fuertes y firmes. Una postura intimidante, una altura que está perfectamente en su punto, ¿Y lo peor? esos tatuajes, esos que lo hacen ver jodidamente peligroso, esos que adornan su piel y lo hacen ver temible.

Ni el más mínimo sonido se escucha en tremendo espacio. Nuestros pasos son silenciosos y cuidadosos, algo así como si quisiéramos ocultar toda huella de que esto esta pasando exactamente.

Entonces llegamos a los escalones, los amplios gradones que nos llevan al segundo piso. Él gira discretamente, su mirada me hace entender de que me esta invitando a ser la primera en subir. No me niego, no es problema para mí, lo que me incómoda es que él va a estar mirándome desde atrás, ¿Por qué tendría que incomodarme aquella mirada? Esto era ridículo.

No nos atrevemos a decir absolutamente nada, al llegar hasta el final, él se pone delante de mí y con la quijada me señala hacia qué lado debo de ir.

Giro al lado izquierdo y empiezo a caminar por los largos pasillos, todo, absolutamente todo, se encuentra en completo silencio, ni una sola luz puede ser percibida en el lugar.

Es como si solo fuéramos él y yo en esta gran mansión. Las enormes ventanas se hayan completamente abiertas, las cortinas bailan con el terrible viento y a este punto de altura incluyendo el ángulo en el que me encuentro, la luna puede verse más hermosa.

Por un momento la idea de poder escapar surge entre mis pensamientos, podría salir por ellas... La altura no parecía ser mucha en mi desesperación.

— Ni se te ocurra — su cuerpo se queda estático detrás de mí, a solo unos centímetros de distancia — la altura terminaría con tu vida tenlo por seguro...

Asiento. ¡Carajo! ¿Por qué he hecho eso? ahora sabe perfectamente qué es lo que planeaba hacer.

Seguimos con nuestra ruta. La alfombra hace que mis pasos sean silenciosos, todas las puertas cerradas, el decorado único y elegante, las paredes altas y con diseños asombrosos. Hermosos cuadros de paisajes, campos y hasta cascadas. En las esquinas floreros enormes, en las pequeñas mesitas vasijas antiguas y para terminar el hermoso decorado con estatuas de animales, todos en posturas majestuosas.

Entonces él se detiene justo en frente de una de las puertas que esta casi al final del corredor, ¿Cuánto es que hemos recorrido? no lo sé. Dimos vueltas y vueltas en el espacioso lugar hasta que al fin llegamos a donde pienso que va ser mi habitación.

Él mete la mano en el bolsillo de su abrigo y de este saca una llave. Abre el seguro y con un poco de fuerza logra abrir la puerta.

Su anatomía se posa en el marco de la entrada, baja la cabeza y haciendo un sonido con la garganta me da a entender que prosiga.

Pestañeo un par de veces y apresuro mis piernas a avanzar. Soy la primera en entrar, el lugar está en completa oscuridad pero no espero mucho cuando escucho el interruptor seguido de una perfecta vista de la habitación gracias a la luz.

Abro la boca por la impresión. No tengo las palabras exactas para decir exactamente lo bello que es. Todo es hermoso y elegante, es como si hubieran preguntado por mis gustos y diseñado la habitación desde cero únicamente para mí.

De un momento otro me entra la nostalgia y quiero llorar, quiero desahogar todo lo que llevo cargado en el pecho, solo quiero gritar y maldecir por lo que me esta pasando.

— Supongo que ahora viviré encerrada aquí... — digo con sarcasmo, y sí, ahora mismo estoy enfadada.

— Claro que no...

— Entonces déjame salir — me doy vuelta y lo miro con rabia.

— No — dice firme — no puedo hacer eso y aún si pudiera no lo haría...

Le sonrío con sarcasmo.

— ¡¿Joder pero qué rayos te pasa?! ¡¿Te das cuenta de que estas arruinando mi vida?!

— ¿Puedes calmarte? — aprieta la mandíbula y trata de no explotar como yo lo he hecho.

— ¡No! ¡¿Cómo puedes pedir que me calme?! ¿Dime qué harías tú si te encontraras en mi lugar? — me mira confuso — ¡¿Qué mierdas harías?!

— ¡Solo calmate!

— ¡No! — lo empujo.

Sus ojos pierden su color y se tornan bastante oscuros, su mandíbula apretada me da a entender de que ya ha perdido la paciencia.

Se acerca hasta mí y toma con fuerza mi muñeca. Suelto un grito de irritación y empiezo a golpearlo con la otra mano que tengo libre, no se hace de esperar su agarre sobre esta. Ahora sostiene mis dos manos.

Ambos forcejeamos y en este momento me siento bastante fuerte, él suelta maldiciones en ese idioma que no puedo entender. Forcejeamos por toda la habitación hasta que él me pone una trampa con su pie y caemos sobre la cama. Siento su peso sobre mi y eso impide que respire por lo que lo empujo, este sin embargo, pone distancia entre nosotros pero no del todo, se niega a levantar su cuerpo del mío.

Muestra esa maldita sonrisa, acto que a mi parecer, es bastante molesto. Sus labios se dan paso entre mi cuello y es suficiente acto para que mi respiración se vea entrecortada, para que mis nervios aumenten y para que mi corazón lata desenfrenadamente.

Sus labios recorren todo mi cuello hasta que se detiene en mi oido, su cálida respiración me pone los pelos de punta. Quiero quitarlo pero por más que intento su peso y fuerza superan a la mía. Sus ojos se clavan en los míos y puedo ver que estos bajan a mis labios con una lentitud tan inquietante.

— ¿Q-qué estas haciendo? — tarde me doy cuenta, que tartamudeo.

— Shhh... — sus labios se acercan a los mios y roza los mismos contra mi boca.

Cierro los ojos con fuerza, sus manos sostienen mis muñecas contra la cama y tan solo su corta cercanía me pone como una maldita miedosa.

No lo niego, Mikahil es intimidante...

Pienso que va besarme pero no lo hace, en cambio, sus labios vuelven a posarse sobre mi oído.

— Te necesito... — susurra.

Abro los ojos con asombro al escuchar aquel comentario. Escucho su leve risa, ¡¿Qué va a hacerme?!

Para mi suerte su agarre se afloja y su cuerpo se levanta, dejando así, que mis pulmones se deleiten con más aire.

— No de esa forma — sonríe mientras acomoda las mangas de su elegante abrigo— Te necesito para algo de suma importancia...es mi oferta de hecho.

Sonrío como una estúpida al darme cuenta que he caído y con toda la pena que tengo me levanto para nuevamente enfrentarlo.

— ¿Y para qué puedo servirte yo? — le sonrío con ironía y me cruzo de brazos

Él me mira de pies a cabeza como si estuviera asegurándose de algo. Es entonces que vuelve a acercarse, esta ves lo hace con suma lentitud, veo en aquellos azules que esta tramando algo.

¿Necesitarme? ¿En qué podría ayudarlo yo?, ¿Qué tipo de oferta tenía para mí?

— Tendrás algo así como un trabajo — muestra su perfecta línea dental. Esa jodida sonrisa.

Suelto en risas y lo miro con burla.

— ¿Esto es enserio? ¿Y cuál será mi paga?¿Me darás dinero? ¿Me dejarás salir de la habitación? ¿Podré cenar a tu lado? — me carcajeo.

Es que esto es verdaderamente una maldita broma. Su mirada se endurece, su ceja se frunce y me mira con total seriedad.

— Te daré tu libertad.

Mis risas cesan y lo miro con asombro, ¿Mi libertad? ¿Qué clase de trabajo? ¿Tengo que matar a alguíen o algo así?

— Te escucho — digo seria.

— Tu único trabajo será estar a mi lado...

— ¿A tu lado?

— Sí, a mi lado. Irás conmigo a donde sea que yo vaya, solo tendrás que lucir hermosa y sonreír. Solo asentirás a todo lo que yo diga, si yo quiero bailas, saltas, brincas, cantas o solo te quedas como una estatua...

— ¿Tengo cara de sumisa? — digo sarcásticamente.

—  O nena, si bien quisiera solo te pediría que seas mi objeto sexual, pero no. No soy de esa clase de hombre, después de todo, todas vienen a mi tarde o temprano... — me mira descaradamente.

— ¡Eres un estúpido! — lo empujo.

Él me sonríe con gusto y me mira como si esperara algo. Obviamente mi respuesta es lo que anhela.

— ¿Qué pasa si no acepto? — elevo una ceja.

— Púes — lo piensa — regresarás a tu "Queridisima" habitación en el sótano y te pudrirás allí hasta que se me de la regalada gana...

Lo miro fulminante.

Lo pienso y analizó detalladamente, bien, esa oferta bastante buena, pero ¿Qué clase de trabajo consiste en solo lucir bella y sonreír?

Todo eso a cambio de mi libertad, lo puedo hacer pero, ¿Esto tendrá alguna consecuencia?

— ¿Por cuánto tiempo debo llevar a cabo esta mentira?

— Te aseguro que no será más de dos meses...

Lo pienso una y otra vez hasta que me digo a mi misma: "Lo que sea por mi libertad."

— Esto no tiene sentido, mientes, tu amigo gasto diez millones en esa subasta, ¿Y me dejarás ir como si nada?

Él soltó un ligero suspiro.

— Solo fue parte de una broma, él realmente no fue a esa subasta con la intención de comprarte, tenía otro trabajo, eras el señuelo de hecho pero como todo fue una falsa alarma y ya estas aquí pienso sacarle provecho a ese monto, tampoco es la gran cosa, no se compara en nada a lo que realmente proveo de este negocio. Mejor oferta no puedo darte, Calipso...

El cómo sonaba mi nombre en su voz me erizó la piel.

— Acepto... — digo con firmeza.

— Perfecto, entonces...

— Pero — lo interrumpo — pondré mis condiciones.

Su mirada es abrumadora, es como si no creyera lo que estoy diciendo.

— ¿Qué dices? ¿Estas bromeando no? el único que pone las reglas aquí soy yo.

— Pues eso va a tener que cambiar...

— ¿Me sigues jodiendo? ¡Claro que no!

— Oh, claro que sí. Créeme, no me molesta para nada quedarme en el sótano.

— ¡Es que tú eres la chica más molestosa que he conocido! — dice sacudiendo su cabello.

— Lo tomas o lo dejas guapo... — le sonrío.

Él me mira con burla y acomoda cada mechón de cabello tratando de mantener la calma.

— ¿Qué te hace pensar que aceptaré? hay un sin fin de chicas en mi lista que podrían hacer ese trabajo. ¿Por qué crees que eres la única?

Pestañeo pacientemente y me acerco hasta él seductoramente. Se tensa y mira atentamente cada paso que doy, su atención me come de arriba abajo, su mano quiere tocarme pero él mismo se lo impide. Acaricio lentamente su rostro seguido de su pecho. Me elevo de puntitas hasta llegar a su oído y sin esperar más susurro:

— ¿Por qué?, eso es sencillo. Porque sabes que seré la mejor en ese trabajo, sabes perfectamente que yo, lo voy a hacer mejor que ellas y por si no es poco, es porque tú me quieres a mi... ¿Averiguaste todo sobre mi no es cierto Mikhail?, entonces sabes que soy una perfecta actriz.

— Puedo encontrar mejores.

— Y no lo dudo — sonreí — pero aquí todos deben de conocerte y necesita a alguien que te guarde el secreto, por si fuera poco te ves desesperado, tu asunto debe de se urgente...

Su sonrisa confirma todo lo que he dicho. Sus ojos se clavan en los míos mientras tensa la mandíbula.

— Te escucho...

Festejo en mis adentros mi logro y ya sé perfectamente qué es lo que voy a decirle.

— Mis reglas son sencillas. Yo elegiré qué ponerme, solo yo me encargaré de mi arreglo personal. No me meterás en nada que sea ilegal. Pase lo que pase tú me protegerás sobre todo y sobre todos, me dejarás salir de esta habitación, a donde yo quiera, claro si gustas y si te hace sentir mejor puedes ponerme guardias pero no pienso quedarme en esta habitación. Y lo más importante de todo Mikhail, no haré ningún trabajo extra como por ejemplo acostarme contigo...

Su sonrisa se vuelve algo seductora, rueda los ojos con un poco de enojo.

Entonces su agarre me toma por sorpresa. Sus manos sujetan mi cintura con fuerza y me apega a su fuerte y musculoso pecho. Una vez más me tumba en la cama e impide que mueva las piernas.  Acerca su rostro hasta que este queda a unos cuantos centímetros de los míos y sujeta con una mano mi nuca. Trato de alejarme pero solo logro que me sostenga con más fuerza.

— Lo último no puedo asegurartelo, después de todo eres mía y eso no esta a tu favor. Si yo gusto puedo hacerte mía ahora mismo...

Le sonrío sarcásticamente.

— Tú no vas a tocarme, como bien lo dijiste me necesitas, y como yo bien dije mis condiciones son claras y sencillas. Solo siguelas y no tendremos problemas...

— Perfecto. Ya que tú tienes reglas entonces yo también pondré las mías preciosa...

— ¿Espera qué...?

— No hablarás a menos de que yo te lo ordene. Estas totalmente prohibida acercarte a cualquier hombre que no sea yo. No puedes despegarte de mi lado jamás. Y sobre todo, hagas lo que hagas no intentes escapar, porque en el momento en el que lo hagas considera nuestro trato roto...

Lo miro incrédula y lo pienso unos segundos. Pagaré cualquier precio con tal de recuperar mi libertad.

— Una cosa más. — me aclaré la garganta.

— Habla.

— Necesito que mis padres sepan que estoy bien, me basta con una llamada, te prometo que no lo arruinaré.

Mikhail lo pensó unos segundos y asintió.

— Bien, pero si sueltas la boca de más, acabaré contigo.

— No lo haré.

Mostró una sonrisa ladina y asintió.

— Trato hecho... — le digo con firmeza.

— Perfecto...

— Ahora, quítate de encima — le miro fulminante.

— Me siento cómodo aquí...

— Lo gracioso no te queda.

— Lo dice la graciosa...

— ¿No me digas, hora sabes que soy graciosa? — ruedo los ojos.

— Yo sé todo sobre ti...

— ¿En serio? — le miro con burla.

Él levanta su cuerpo del mío y arregla su abrigo.

— Así es, debía saberlo, después de todo, ahora eres mi prometida...

— ¿Qué haz dicho? ¿Dices que el dichoso trabajo es...?

Antes de que pueda continuar él sale por la puerta no sin antes decir:

— Exacto, ahora Calipso, eres oficialmente la prometida del rey de la mafia...

Bruno Mars - That's What I Like

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro