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Esto puede ser extraño pero ñaaa disfruten 

Baekhyun estaba caminando por el pasillo, iba en completa calma, su hermano no se había levantado para su viaje y eso de alguna manera le gustaba pensar que se había arrepentido, porque no mentía cuando decía que nada le gustaría más que tenerlo a su lado lo que restaba de su embarazo.

No creyó que sería importante anunciarse, por lo que simplemente entró, cuando lo hizo, su vista decayó en la cama, al principio no encontró nada fuera de lo normal, hasta que fijo su vista más clara.

—¡Taehyung! —exclamó por la sorpresa.

Su hermano se sentó en la cama asustado, con el cabello revuelto y los ojos adormilados, una tercera persona gruñó antes de volver a atraerlo a la cama y abrazarlo con posesividad.

Taehyung le regaló una sonrisa de disculpa, Baekhyun con los ojos aún abiertos salió de ahí y cerró. Parpadeo perplejo antes de tragar y salir corriendo a buscar a su esposo y contarle el cotilleo.
















Taehyung mantenía la sonrisa traviesa al escuchar a Jungkook quien se quejaba sin parar de los comentarios amenazantes que le había hecho Baekhyun antes de partir. Refunfuñaba cada palabra que este le había dicho, imitando su voz chillona, Taehyung terminaba riendo debido a eso, aquello le distraía del dolor que sentía en la espalda por el viaje.

—...Y aún dice que quiere que te quedes con él—gruñó molesto—. Me odia, no viste como me miraba diablos ¡Soy su rey! 

—Y yo su hermano menor—suspiró Taehyung—. No hagas berrinches sabes bien que te lo mereces.

Jungkook hizo un mohín y miró a la ventana con los brazos cruzados, ambos se habían acercado al grado que podían bromear sin problema, el ambiente era más ligero y el miedo iba desapareciendo. Esa era la relación que Taehyung siempre soñó con tener.

—Habrá una tormenta—dijo el pelinegro saliendo de su ensimismación—. Espero que crucemos las montañas antes de eso, estamos por entrar, ayer que viaje el clima era mejor, de haberlo sabido nos habríamos ido más temprano.

Taehyung se puso alerta sobretodo porque quería llegar al castillo y descansar, desde la madrugada había experimentado algunos dolores punzantes en su espalda y vientre bajo, esa tarde hablando con su madre y hermano le dijeron que era normal puesto que el bebé estaba acomodándose para nacer, sin embargo, no quería correr algún riesgo. No le había dicho nada a Jungkook porque este habría sobrereaccionado, haciendo un escándalo.  

—¿Crees que sea fuerte? —preguntó para alejar sus pensamientos de las ganas enormes que tenía por ir al baño, era una presión extraña e incómoda, en todo el embarazo no había sentido algo así.

—No lo sé, no debimos salir del palacio de Park, pudimos haber pasado ahí la noche—suspiró al momento de mirarlo y sonreír tenuemente—. No te preocupes, estaremos bien—sin embargo, Taehyung pudo notar la preocupación en su voz.

Quiso responder a la sonrisa, pero era imposible con el dolor, algo no estaba nada bien. El coche se detuvo, sólo llevaban tres guardias, en un carruaje con dos caballos, que fueron prestados por su hermano. Jungkook abrió la puerta mirando el semblante preocupado de su guardia, quien le había acompañado en su travesía de salir de la nada en busca de su esposo.

—Señor la tormenta a arribado en la montaña, la nieve es peligrosa, no podremos pasar, debemos regresar a la Villa.

—Sí, era lo que temíaz pero me temo que el carruaje no podrá pasar, si la tormenta ha aflojado la nieve nos quedaremos estancados, será mejor ir a caballo.  

—Si señor—asintió el hombre monitoreando su alrededor.

—Ahora vuelvo Tae—dijo Jungkook saliendo para evaluar la situación.

Taehyung se quedó quieto cuando sintió el liquido recorrer sus piernas, miró hacía abajo y reprimió un grito, si eso era lo que estaba pensando se encontraba en un enorme problema y lo era porque el dolor se estaba intensificando. Jungkook regresó y le observó extrañándose de la expresión de miedo que tenía su esposo.

—Cariño ¿Estás bien? —preguntó acercándose y tomándolo de las mejillas que se encontraban húmedas por el llanto—. No tengas miedo llegaremos a lo de Park, sólo tenemos que ir a caballo y...

—El bebé—susurró aterrado. 

—Sí, el bebé estará bien no te preocupes—trato de tranquilizarlo, pero Taehyung negó.

—Jungkook voy a tener al bebé...ahora o en unos momentos más, pero no aguantaré a llegar con mi hermano.

El rostro del rey palideció, sus peores miedos se hicieron realidad en el lapso de diez segundos, tomó a Taehyung y le examinó con cuidado dándose cuenta que estaba mojado. —¿Estás seguro que no puedes aguantar? Podremos llegar con Park... 

—Podemos intentarlo....pero ¿Qué pasa si en el camino tiene que nacer? No creo que sea buena idea si tomamos en cuenta que la tormenta casi llega, debemos de buscar otra opción.

Jungkook se tomó los cabellos con desespero, antes de asentir. —Bien pensaré en algo—dijo mientras bajada y maldecía.

Tenía razón, si se movían había una alta posibilidad de que no llegaran a tiempo, tampoco podían quedarse en el coche de metal, este sería un infierno frío por la nieve, se acercó a sus hombres quienes debatían la mejor ruta para cruzar.

—Taehyung tendrá al bebé, no podemos movernos, pero este no es un lugar seguro—dijo con voz firme aunque los nervios le carcomían las entrañas—. Tú—señaló a uno de sus hombres—. Busca un lugar seguro y ustedes vayan con el duque Park y digan que necesitamos su ayuda, en cuanto baje la tormenta tienen que estar aquí no antes—suspiró mirando el cielo, el viento corría con fuerza moviendo las copas de los árboles—. No tenemos mucho tiempo puede durar horas, pero el parto tampoco es rápido, necesito de su ayuda en este momento.

Los hombre espantados asintieron y se pusieron en marcha, buscaron un lugar seguro al cual poder llevar a los reyes, no encontrando nada más que una cueva al pie de la montaña, analizaron los posibles peligros y cuando estuvieron listos regresaron con su señor quien sostenía entre sus brazos al rey adolorido.

—Lo tenemos mi señor—dijo uno de ellos—. Venga, por aquí.

El camino no era largo a sólo unos metros de donde se encontraban, el interior de la cueva era seco, pero oscuro tan sólo la luz que se filtraba de la entrada iluminaba el interior, sus soldados se quitaron los sacos afelpados y los pusieron en el piso donde Jungkook recostó a Taehyung, acostarse le ayudó a la presión que sentía en la espalda baja.  

—Jihoon te quedas conmigo—dio la orden—. Los demás ya saben qué hacer, necesito que lo hagan con rapidez, pero tengan cuidado.

Los dos guardias restantes tomaron los caballos del coche y subieron en ellos emprendiendo un camino más rápido y peligroso de sus vidas. Jungkook estaba envuelto en una atmósfera de suma frustración, pero trató de permanecer en calma por Taehyung, el viento soplaba con mayor fuerza, se recostó detrás del rubio para recostar su cabeza en su regazo y comenzar a acariciarlo.

—Todo va a estar bien, sólo tenemos que esperar la ayuda—dijo tranquilo, sin dejar de acariciarlo..

—Eres muy posesivo ¿Seguro que eres el mismo Jungkook? —preguntó con una ceja alzada, y una mueca de dolor en los labios.

—Sí, lo soy—rio tenso—. Estoy nervioso, pero no creo que en este momento te sirva si estoy gritando a todo pulmón, no tenemos de qué preocuparnos, por lo que me han dicho los partos son tardados, llegaremos al castillo y te atenderá el doctor y todo estará perfecto.

Taehyung asintió aunque la presión no disminuía y el dolor se acrecentaba. —Dudo que aguante—susurró para sí mismo, recordando las palabras de WheeIn.

El tiempo pasaba lento y la tensión se sentía en el viento, dentro de la cueva estaban cubiertos, sin embargo veían como la tormenta aumentaba, Jihoon miraba a sus reyes con preocupación puesto que Taehyung estaba sudando frió mientras cerraba los ojos con fuerza y tomaba la mano de Jungkook, este creía que las cosas estaban empeorando porque su esposo estaba con tanto dolor, pero no se movía, permanecía en silencio y pálido.  

—Taehyung—susurró cerca de su oído cuando sintió que le apretujaba la mano—. Todo pasará, tranquilo, aguanta cariño—suplicó con un hilo de voz.  

Pero Taehyung dudaba que pudiera aguantar, mordía su labio inferior tan fuerte que el sabor metálico de la sangre era saboreado por su lengua, había mucho que podía sentir, además del dolor paralizante era una presión en su parte baja, abrió los ojos cuando tuvo la necesidad impetuosa de pujar, respiro irregularmente.

—Revisame—ordenó a Jungkook quien le miró consternado—. ¡Mueve las manos y revísame!

Jungkook parpadeo perplejo, pero asintió, lo dejo sobre las mantas improvisadas y se acercó a sus piernas, miró a su soldado. —Sostenlo como yo lo tenía.

Jihoon nervioso asintió, se colocó detrás de su alteza y lo sostuvo contra su pecho, sus manos temblaban y miraba a su rey quien se había quitado la capa para ponerla en la cintura de su esposo, para que al momento de quitarle el pantalón no quedara por completo al descubierto. Taehyung gruñó cerrando los ojos lo que hizo al pelinegro apurarse en la tarea, bajo su ropa interior junto a los pantalones, estos estaban mojados y le asustó, con cuidado se asomo.  

—Mierda—gruñó al momento que le abría mas las piernas—. Cambio de planes—tembló mirando a Jihoon—. Sostenlo con fuerza, Taehyung amor tienes que mirarme.

El rubio como pudo le sostuvo la mirada, estaba cansado y sufría tanto que quería que todo parara de una buena vez. —Dime que no es lo que pienso.

—Tendrás al bebé aquí—anunció mirándolo con seriedad, no sabía que debía hacer, pero necesitaba mantenerse cuerdo. 

—No, no, no, no puedo, no aquí—gimió asustado—. No puedo....yo...

—Tienes que poder—dijo firme—. No podremos esperar, sino lo haces el bebé morirá dentro, así que quiero que me prestes atención, cuando sientas la necesidad de pujar tienes que hacerlo, con todas tus fuerzas mi amor ¿Entendido?

Con lágrimas en los ojos asintió, la presión era tan antinatural que quería pujar, buscó la mano de Jungkook quien al verla la tomó entrelazando sus dedos, ese era su apoyo además del hombre a punto de hacerse en los pantalones que estaba detrás de él.

—Bien, ahora—dijo Jungkook mirando bajo la capa con preocupación.

—¡Aaahhh! —lo intentó con todas sus fuerzas, pero era tan doloroso, lo peor que había experimentado en su vida—. ¡Maldita sea!

A su mente llegaron los recuerdos del nacimiento de su copito, donde el dolor era peor, no permitiría que volviera a suceder, se aferró a aquel recuerdo y tomó con fuerza la mano de Jungkook quien le miraba con desesperación. —Vamos mi amor tú puedes.

—¡No puedo! —gruñó pujando hasta que las venas de cuello y frente se hicieron notar.  

Jihoon lo tomó con fuerza sosteniéndolo al tiempo que sobaba sus hombros. —Usted puede mi señor.

—¡Puja! —insistió Jungkook.

—¡Maldito hijo de puta puja tu! —renegó entre dientes—. ¡Duele!

—Vamos mi vida, un poco más, tú puedes Taehyung. ¡Ya viene amor!

—¡No puedo! —sollozo—. No puedo...¡Aaaaaahhhhh! ¡Nooooo!

—Ya casi, sólo una más con fuerza—dijo apretando su mano y mirándolo con suplica.

—Ahhhhhhh—gruñó apalancándose hacía adelante y pujando con todas sus fuerzas, cerro los ojos y gritó con dolor, helando el cuerpo de los presentes.

Un gritó seguido de un llanto de un bebé le hizo abrir los ojos, Jungkook en sus manos sostenía al bebé sin dejar de sonreír y no evitando las lágrimas que circulaban por sus mejillas.

—Está aquí—sonrió emocionado, con su abrigo tapo al bebé el cual no dejaba de llorar empuñando sus manitas—. Es un niño, BeomGyu amor. Mi hijo es...nuestro hijo está aquí.

Taehyung sonrió nublando su vista por las lágrimas. —Dámelo—pidió extendiendo sus manos, rogando sostener a su hijo.

Jungkook se acercó a él posicionando al bebé en su pecho, Taehyung acarició las regordetas mejillas sintiendo un episodio de euforia y felicidad. Miró a Jungkook y a su hijo, estaba experimentando una serie de emociones que jamás había sentido.  

—Mi Beom—susurró antes de besar su frente, sin importarle nada más.

Jihoon quien observaba todo sonrió contagiado por la emoción de las lágrimas de ambos padres quienes se abrazaban con amor.

—Por fin—rio Jungkook besando a Taehyung en la frente donde los cabellos se le pegaban debido al sudor—. Falta cortar el cordón—sacó una de sus dagas.  

—Mi bebé—sonrió ignorando lo que este decía, meciendo al bebé—. No sabes cuanto te esperaba y deseaba.

El pequeño dejo de llorar al sentir a su padre cerca. Un hermoso niño pelinegro que había nacido en medio de la frialdad de una tormenta y que era la luz que adornaba los ojos de los dos amantes, que enamorados se dieron un beso con anhelo y alivio.  
—Te amo—susurró Taehyung exhausto.

—Te amo—respondió Jungkook—. Los amo con todo mi ser. 







Sin drama 💙💙💙

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