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36

La luz de la ventana se filtraba hasta darle directo en los párpados, con pereza se estiro sintiendo una deliciosa satisfacción en sus músculos, su cuerpo desnudo reconoció la suavidad de las sábanas y fue entonces que una serie de imágenes sobre la noche anterior le bombardearon haciendo que sus ojos se abrieran de repente ¡¿Qué carajo había pasado?!

Su vista estaba nublada, pero no sintió a nadie a su lado, tal vez ya era tarde y Jungkook le había abandonado sin despedirse, su corazón dolió, pero ¿Qué esperaba? No era como si no hubiera pasado antes, aunque en su mente se repetían las palabras y las miradas de cariño que este le había regalado la noche anterior, su vulnerabilidad le hizo caer de nuevo a sus pies y se sentía usado, un completo idiota.

A pesar de esto una parte de su ser se alivió, porque Jungkook ya había recibido lo que deseaba y eso quería decir que las falsas atenciones que tanto le desconcertaban desaparecerían. Ya no más pláticas incómodas en la mesa, aunque no quería admitir que las extrañaría. Suspiró y se sentó importándole poco cubrir su torso y vientre. El ambiente estaba frío, pero era menor que los días anteriores, era como si todo hubiese regresado a la normalidad. Su estómago recibió lindas y pequeñas pataditas desde dentro.

—¿Deberíamos visitar al tío Baekie? —preguntó con un susurro.

Porque si las cosas regresaban a ser como antes él no dudaría en tomar sus pertenencias e irse, sólo que ahora se aseguraría de no perderse. El amor que sentía por Jungkook era lo suficientemente grande como para soportar sus desplantes, pero el amor que sentía por su hijo era intocable y lo protegería, incluso si eso suponía enfrentarse al reino del Norte. Sabía bien que si Jungkook lo deseaba podría quitarle al bebé sin esfuerzo alguno y aunque estaba seguro de que su rey no quería a su hijo pensaba que haría tal atrocidad con tal de verlo herido. 

Al mismo tiempo, su mente le gritaba que estaba equivocado y que el amor que Jungkook había profetizado la noche anterior era verdad, era un duelo interno entre lo que deseaba y lo que la vida le había enseñado.

Cerró los ojos pensando que podría dormir un poco más, aún se sentía un idiota por haberse entregado a Jungkook en bandeja de plata, el incesante golpeteo del viento en el vidrio de la ventana paro en seco, al abrir los ojo se dio cuenta que la ventana había sido cerrada, se cubrió con las mantas y miró con asombro a su lado. 

—Por fin despiertas—sonrió Jungkook sentándose en la cama para ponerse las botas—. Creí que lo mejor sería dejarte descansar, Solar dijo que te gustaba dormir hasta tarde lo cual creo que es muy bueno, el bebé debe mantenerte cansado—rio por lo bajo mostrando su brillante sonrisa mientras las gotas de agua caían por su cabello reflejando que había tomado un baño—. ¿Estás bien? Pareces enfermo—llevó el torso de la mano a su frente comprobando la temperatura—. Estás pálido ¿Quieres vomitar? ¿Sientes nauseas?

Negó aún observándolo como si creyera que en cualquier momento fuera a desaparecer, como si se tratara de un espejismo creado por su deprimente cabeza 

—¿Te quedaste? —preguntó en un hilo de voz.

—Oh, sí, lo siento, no quería molestarte es sólo que...deseaba dormir contigo. Te ruego que me disculpes—dijo haciendo una pequeña reverencia con la cabeza. 

Taehyung entrecerró los ojos y ladeo la cabeza. —¿Qué carajo pretendes? —dijo molesto—. No te entiendo...yo ¿A qué estás jugando? Porque no es gracioso.

—No es gracioso por el hecho de que no es una broma, en contraste con lo que puedes pensar y que repito es mi culpa, no quiero lastimarte, deseo hacer las pases porque te amo ¿No recuerdas lo que hablamos en la noche? No quiero seguir fingiendo que algo no pasa entre nosotros y ahora esta roto estoy buscando la manera de repararlo, pero necesito de tu ayuda al menos dame la oportunidad de hacerlo—suplicó con la mirada. Estaba desesperado por una respuesta.

—No—susurró Taehyung negando—. No quiero, lo siento, tengo miedo.

—Por favor sólo...—bufo dolido—. Bien al menos dame este día, quiero llevarte a un lugar, por favor.

Taehyung le miró con desconfianza pero asintió. No sabía que sentir o pensar en esos momentos porque su corazón le gritaba que quería estar entre sus brazos, pero su mente le pedía prudencia. Jungkook asintió y se levantó para irse, antes de esto se acerco con cautela y le dio un beso en la frente, se separó antes de que pudiera reaccionar, cuando levantó la vista Jungkook se había ido y él lloraba desconsolado. 


















—Dijo que llevaras ropa abrigada, así que prepare tu capa afelpada negra—sonrió animada como si le preparara para un cortejo—. Te verás hermoso, tienen suerte de que la nieve a dejado de caer,  esperemos que no haya una de esas tormentas sorpresas ¿Qué ocurre?

Taehyung levantó su vista del suelo y le miró con un puchero. —No lo sé, yo... no sé si quiera ir.

—¿Qué paso anoche? —preguntó Solar sentándose a su lado—. Hace días que estabas bien, pero ahora no ¿Pelearon? ¿Te hizo algo? —le miro alarmando tocando con sus manos su cuerpo para ver como estaba.

—No me hizo nada que no quisiera —se encogió de hombros con las mejillas sonrojadas—. Pero...estoy tan confundido, es como si mi cabeza estuviera a nada de explotar de la presión, trato de aclarar las dudas que se clavan en mi pecho, pero no puedo, es imposible, porque me he dado cuenta muy tarde que desconozco por completo a Jeon Jungkook, sus acciones me toman desprevenido y cada que se acerca a mi no sé si levantar mis defensas o dejar que se acerque por completo.

—Es completamente aceptable y normal sentirte de esa manera, porque no ha sido fácil para ti, pero aunque le odie, el rey lo esta intentando, no quiero que pienses que estoy de su lado porque eso sería imposible, sólo digo lo que veo y él al igual que tu esta sufriendo—suspiró y le tomó la mano entrelazando sus dedos tratando de calentarlo—. ¿Por qué no sólo escuchas lo que tiene que decir? Conociendo realmente sus intenciones podrás tomar una decisión.

—Me siento un idiota—confesó—. Cuándo Baek vino a visitarme él dijo que Jungkook jamás cambiaría, que en algún momento llegaría a ser el mismo de siempre y que terminaría hiriendo mis sentimientos, siempre mantengo la esperanza en mi corazón, sin embargo, el tiempo pasa y parece que la estoy perdiendo.

—Dícelo—dijo con una mueca—. Sé valiente y di lo que sientes, se honesto contigo mismo, él tiene que saber lo que está causando en tu mente y corazón.  

—No importa lo que sienta—negó conteniendo las lágrimas.  

—Importa Taehyung, tal vez pienses eso por todo lo que has tenido que vivir, pero tu opinión y comodidad deben ser siempre tu prioridad, si el rey no lo comprende entonces es él quien tiene un serio problema—sonrió ladina limpiando sus lágrimas—. Además ya no sólo debes pensar en ti sino en este pequeño, él o ella deben estar pasando un mal momento escuchándote llorar.  

Asintió con una ligera sonrisa. —Tienes razón y aunque tema a la respuesta necesito saberla. 












Jungkook esperaba nervioso a Taehyung con todo preparado, no estarían fuera mucho tiempo, pero de igual manera quería que saliera perfecto, cuando habló con ChanYeol se dio cuenta de que jamás había cortejado a Taehyung como era requerido y quería hacerlo, aunque fuera tarde y su tiempo juntos se estuviese acabando necesitaba que conociera sus verdaderos sentimientos. Esperó paciente junto al caballo mirando sus botas negras pisar la nieve, está era brillante a los pocos rayos del sol, estaba tan acostumbrado a ella que la esperaba con ansias todos los años, pasarían meses hasta ver de nuevo la tierra en los suelos. 

Vio a Taehyung caminar hasta él, tan hermoso que dejo de respirar, llevaba un traje por completo negro, la capa estaba sobre su cabeza lo que le hacía tener un aspecto tierno, sus azules ojos le examinaron con cautela, no era la mirada que le gustaba pero era la única que obtendría de él hasta que fuera capaz de confiar de nuevo. Se acercó acortando la distancia y le tendió la mano recubierta con unos guantes plateados. 

—¿Estás listo? —preguntó amable. 

El rubio miró tras su espalda y entrecerró los ojos. —¿Iremos a caballo? No creo que sea seguro para mi—dijo con un poco de temor en la voz.  

—No te preocupes por eso—rio nasalmente—. Irás conmigo no nos perderemos te lo aseguro—dijo burlesco.

Taehyung soltó una pequeña risa e indignado le dio una palmada a Jungkook en el brazo, al instante se detuvo reconociendo la falta de respeto, miró al pelinegro quien mantenía la sonrisa. —No te burles 

—Está bien, no lo haré—asintió tomando su mano que también estaba recubierta por unos guantes negros de cuero—. Subiré yo primero y después Jihoon te ayudará, te sentarás de lado y no te preocupes que te sostendré bien.

Jungkook se acercó al caballo negro y subió con elegancia, Jihoon se acercó a él y con una reverencia le pidió permiso 

—¿Puedo mi señor?

—S..si—asintió nervioso.

Sintió como Jihoon le tomaba de la cintura y lo subía al tiempo que Jungkook le sostenía del torso y le ayudaba a acomodarse en la montura, sus pies quedaron a un lado del animal y aunque era incómodo se sostuvo fuertemente del torso de Jungkook tomando entre sus puños el abrigo de este. Jungkook lo aprezó entre sus brazos tomando al mismo tiempo la correa. 

-Vamos-suspiro cerca de su oreja -He mandado a algunos hombres a que limpiarán el camino, no ha nevado mucho por lo que los caminos aún están casi intactos 

Cabalgando tranquilo entraron al bosque, Taehyung se agarro con fuerza recordando su última visita al lugar que era enorme, oscuro y aterrador, Jungkook le dio un beso en la sien, tranquilizando su cuerpo tenso. —No temas, todo va a estar bien. 

—No tengo miedo—se defendió con un bufido. 

—El bosque es inmenso, recuerdo que en mis años de juventud quise explorarlo, pero fue imposible así que no eres el único que se ha perdido aquí, aunque no fue tan malo porque perdido encontré el lugar a donde nos dirigimos. Pensé que jamás lo volvería a ver. 

El rubio miraba asombrado los pinos con sus reforzados troncos, se preguntaba cómo podían ser capaces de soportar estar en pie, sus raíces deberían ser gigantescas pero si así era eso quería decir que todos estaban conectados. 

—¿Vienes aquí a menudo? —preguntó a Jungkook sin mirarlo—. Parece que estás muy tranquilo en este lugar.

—Desde que era un niño—respondió riendo por lo bajo últimamente Taehyung lo observaba reír a su lado—. Mi padre me traía, decía que si quería conocer a mi reino debía primero sobrevivir al bosque de los susurros, pase días y noches enteras recorriendo a su lado las extensiones del bosque pero jamás terminamos la tarea—negó con tristeza, una de sus manos fue a parar al vientre de su esposo quien se tenso al principio, pero después aceptó aquel toque cálido—. Cuando nazca lo traeré a hacer lo mismo, así que vete preparando, recuerdo que mi madre se volvía loca de la preocupación, aunque siempre puedes acompañarnos, me gustaría que tu también conocieras este bosque.

Taehyung le miró de soslayo con ojos de cachorro. —¿De verdad lo traerías? 

—Lo haré, sea niña o niño lo haré, lo prometo—pegó la cabeza al cabello rubio y aspiro su aroma sintiendo mariposas en el estómago. El resto del camino fue silencioso miraba el paisaje y al mismo tiempo permanecía atento a las reacciones de Taehyung, cruzando el puente del río congelado llegaron a un claro, en medio de este se encontraba una pequeña y hogareña casita de campo, estaba repleta de hortensias de invierno y pensamientos, era precioso, tanto que Taehyung no pudo evitar soltar una exclamación de sorpresa.

—¿Dónde estamos? —preguntó confundido y mirándolo con una ceja alzada.

—Una casa de campo—respondió sonriendo cálidamente—. Mis padres fueron casados cuando mi madre tenía catorce años, ella no se podía adaptar a la vida del castillo porque en ese entonces mi abuela era muy dura, papá sabiendo que ella estaba triste mandó a construir esta casa, ella vino a vivir aquí por dos años y él la visitaba todos los días, como si fueran enamorados aún estando casados. Mamá dejo de venir cuando me tuvo, al ser madre tenía que quedarse en el castillo, cuando papá murió ella vino y se encerró aquí conmigo durante días hasta que tuvimos que volver, sólo sonreía cuando regaba las flores, han crecido mucho.

Taehyung le miró eternecido, porque Jungkook jamás hablaba de su madre, en sus relatos y recuerdos su padre estaba presente y hablaba de él con orgullo, pero su madre quedaba de lado y no era porque no la amara sino porque su muerte figuro un dolor mayor. Jungkook bajó del caballo y lo sostuvo de la cintura para bajarlo a él también.

Creyó que le soltaría, pero en vez de eso entrelazó los dedos con los suyos y lo guió por el camino de flores. —Es precioso—dijo admirando el recorrido.

—Sí, siempre procuro de mantenerla cuidada—asintió viendo la fachada con el corazón latiendo a mil por hora—. Entremos, se ha puesto más frío.

Subieron los tres escalones hasta estar en el porche, en este había un columpio de madera con cojines de seda rojos y blancos, las ventanas y la puerta al igual que las paredes externas estaban hechas de madera oscura y brillante, parecía que el tiempo se había detenido en ese lugar y todo estaba como si recién lo acabaran de construir. La puerta se abrió y Jungkook le invitó a entrar. Lo primero que pudo ver era que frente a la puerta había una escalera que llevaba a la segunda planta, había una alfombra que recubría todo el piso de un color crema precioso

—A la derecha esta la cocina y a la izquierda la sala—dijo Jungkook suspirando al revivir los últimos buenos recuerdos que tenía de su madre en esa casa—. Ven hay algo que quiero mostrarte.

Taehyung asintió siguiéndolo a la parte izquierda, donde encontraron la sala, en medio de esta estaba una chimenea de piedra roja, los sillones color marrón de cuero estaban alineados alrededor, dejando en centro de la sala libre, ahí había un cúmulo de almohadas de diferentes tamaños y texturas, sobre pieles cálidas, Jungkook se hinco frente a la chimenea y comenzó a prenderla 

—Toma asiento donde quieras—dijo sin mirarlo. 

Iba a tomar asiento en los sillones pero de verdad quería sentarse en esas almohadas así que—con dificultad—se apoyó del sillón para llagar al piso donde suspiro estirando las piernas

—Sería perfecto si pudiera quitarme los zapatos—dijo pensando en voz alta.

Jungkook le miró sonriendo y se acercó a él, desabrochando las botas negras y deslizándolas por sus pies, las dejó a un lado, Taehyung sonrió encantado y movió sus deditos que aún se encontraban calientitos en las medias. El rey regresó a su labor y no paró hasta que vio encendida la chimenea. Una vez terminado su labor se levantó y caminó por el pasillo a la cocina donde se encontraba la canasta que había mandado a traer desde temprano, sacó su contenido y con dificultad lo llevó hacía Taehyung quien seguía mirando a su alrededor asombrado, con la expresión de un niño pequeño y curioso, sonrió y no dudo en acercarse y sentarse nuevamente a su lado.

—¿Qué es eso? —preguntó mirando la bandeja de plata—. ¿Comida?

—Algunos aperitivos—suspiró sirviendo en dos copas un liquido amarillento—. La cena aún no la serviremos.

—No puedo beber—dijo de inmediato con los ojos abiertos como platos—. Sé que no sabes mucho lo que hace o no un embarazado, pero beber no es buena idea.

Jungkook rio negando. —Es jugo de manzana—recalcó—. No te daría alcohol y no sólo por el bebé, ambos sabemos que eres intolerante al alcohol. Toma.

Taehyung tomó la copa y vio como Jungkook dejaba cerca algunos aperitivos y frutas. —Parece una cena romántica—susurró para sí mismo 

Era imposible que su corazón no se acelerara ante el gesto tan atinado que Jungkook había tenido al pensar en todo. El rey se despojo de su abrigo cuando la chimenea calentó la sala y le ayudo a Taehyung a quitarse su capa 

—¿Te gusta? —preguntó atento.

—Sí, es bellísimo—demostró con una sonrisa simétrica—. Me dan ganas de vivir aquí para siempre ¿A ti no?

—¿Quieres vivir aquí? El bosque puede ser aterrador por la noche—apuntó señalando la ventana.

—He vivido cosas más aterradoras rey—suspiró con seriedad.

—No—interrumpió—. No me llames rey, no aquí, hoy seremos Taehyung y Jungkook ¿Te parece? Sólo nosotros, sin etiquetas y sin divisiones.

Aquello le extraño y le tomo por sorpresa pero asintió. —Esta bien, Jungkook.

—Quise traerte aquí porque debemos hablar y pensé que la mejor manera de hacerlo es en un terreno neutral, sin títulos, solo dos almas heridas que serán padres por segunda ocasión—le miró esperando respuesta,pero no la obtuvo Taehyung simplemente se limito a mirarlo expectante—. No sé como iniciar...sé bien que no confías en mí y lo entiendo, no soy bueno para ti Tae, a veces pienso que debí de haberme negado a casarme, no porque me arrepienta de ti, sino porque soy un idiota y sabía bien que lo iba a arruinar. Todo lo que he tenido se me ha arrebatado de una forma o de otra, poco a poco vi morir a mi familia, no quería encariñarme contigo, algo que era imposible no hacerlo, eres una belleza no sólo físicamente sino también en el interior, me aterras, te tengo miedo porque al tocarte me siento vivo, como si no hubiera fuerza en el universo capaz de hacerme daño y eso me asusta porque...no quiero perderte—bajo la mirada avergonzado—. Tuve miedo de la muerte, es mi mayor miedo, no sabía como tratarte, nadie me dijo como era que un esposo se comportaba, estabas embarazado y yo era un idiota, no creí que un juego de coqueteo haría que ella se trastornara al punto de quererme para sí, Yeri era una chica idiota y por eso nos llevamos bien, una vez me preguntaste si la amaba y la respuesta es no, ni por ella ni por nadie he sentido lo que siento al verte o al tocarte. Nunca debí pelear contigo, no debí detenerte, no debí emborracharme, no debí ser un idiota, porque si me hubiera comportado como un verdadero hombre nuestras hija estaría con nosotros. Y esa es mi mayor culpa.

Ante esto Taehyung bajo la mirada y sus ojos se cristalizaron, ambos habían retrasado aquella plática y las emociones estaban a flor de piel. Jungkook sorbió por la nariz sintiendo las lágrimas rodar por sus mejillas hasta su mentón para después caer en su torso, no las detuvo. 

—Yo...no debí haber dicho que era tu culpa—susurró Taehyung—. No es culpa de nadie, fue un accidente, no es justo darte toda la responsabilidad.  

—Uno que se hubiera podido evitar, ella murió y me sentí mal, sobre todo, porque sabía que no podrías volver a concebir, te vi tan frágil y destrozado que me aterre, nunca le había temido tanto a la muerte hasta ese momento, porque lo que sentí al verte fue peor, mil veces peor que cualquier dolor que hubiera vivido con anterioridad, enfermaste y yo estaba desesperado, me dije a mi mismo que me odiabas y que debía separarme—sollozo tapando su rostro con las manos temblorosas—. Estaba tan avergonzado que no tenía la cara para verte, no quería que me mirarás con esos ojos hermosos y brillantes y me dijeras que todo estaba bien cuando era claro que no era cierto, fui un idiota porque pensé que te protegía si te separaba de mi, porque todo lo que amo perece, estoy destinado al dolor y no quiero perderte.

—Jungkook...—susurró descolocado por sus palabras.

—No tengo la cara para pedirlo y mucho menos espero que me lo des, pero...—sollozo aún más fuerte—. Te suplico que me perdones y me permitas estar a tu lado...sino quieres que te toque esta bien, sólo necesito verte es lo único que pido aunque sé que no lo merezco, yo de ti no merezco nada Taehyung, estoy consciente del dolor que te cause y lo lastimado que estás, quiero curarte, pero entiendo que tu no me quieras cerca—abrazó sus rodillas con los brazos buscando apoyo—. Lo que dije era verdad...te amo más de lo que podría llegar a amar...eres el amor de mi vida, lo único que me queda. 

Taehyung estaba en shock, porque jamás había visto a Jungkook llorar de aquella manera, parecía un pequeño niño en busca de cuidado, su propio llanto se mezclo con el ajeno haciendo a dos almas tan miserables, rotos y en busca de apoyo, uno que no habían sentido en años, eso eran dos niños que habían vivido en situaciones adversas y complejas, que por causa del destino habían terminado juntos sin siquiera conocerse, habían descubierto el cariño de la compañía entre las sábanas, perdiendo y ganando, siendo un todo con pensamientos descabellados, Taehyung y Jungkook sabían que su relación jamás podría llegar a ser igual porque en realidad el vínculo que les unía era uno nacido del dolor punzante. 

No puedo aguantarlo mas y se acercó a rodearlo con sus brazos, lo sentía temblar, Jungkook se dio cuenta y le abrazo por la cintura sentándolo a horcajadas en sus piernas y dejando la cabeza descansar entre su cuello. Ambos lloraron juntos. 

—No es tu culpa...no es mi culpa...esto tenía que pasar, ella tenía que irse—sollozo el rubio acariciando los negros cabellos entre sus dedos—. Tenía que irse para hacernos aprender. 

—Lo siento tanto...debí estar ahí, debí decirte lo mucho que te amaba y que lo lamentaba, debí acompañarte, amarte todas las noches...debí sonreír cuando me dijeron que sería padre de nuevo...debí ser un mejor esposo, yo debí protegerte y no pude—. sollozo fuertemente—. Debí tragarme el miedo, no dejar que me imposibilitara.

—Te necesite tanto...soñaba con un poco de amor, sólo un poco...yo te amo tanto, pero...Jungkook ya no puedo más. Lo he perdido todo.

El pelinegro le abrazó negando. —No me dejes, por favor.  

—No puedo más—hipeo—. Me duele...me duele mucho esto. Quema en mi pecho, sólo quiero que pare.

Jungkook se separo de su cuerpo para tomar sus mejillas y hacer que le mirara. —Por favor, escúchame...déjame demostrar que te amo más que a mi vida.  

—¿Y si vuelves a lastimarme? ¿Cómo haré para sobrevivir a eso?

—Te voy a amar con pasión todos los días de lo que resta mi vida, te haré vivir la felicidad sin medida, seré tuyo y procuraré que la sonrisa siempre esté en tu rostro, quiero hacerte crecer a mi lado, pleno y feliz, no lo hice antes, pero ahora quiero hacerlo—dijo mirándolo a los ojos, mostrándole la sinceridad a través de sus lágrimas, las que veía por primera vez.

Se miraron a los ojos un momento hasta volverse a abrazar y permanecer así por el tiempo necesario para hacer que sus lamentos se transformaran en sollozos callados, sudaban y suspiraban pero no se soltaban. No querían soltarse. 















Estaban recostados entre las almohadas acolchadas, mirándose, Jungkook le acariciaba los cabellos y la mejilla mientras él le acariciaba el mentón, sus ojos rojos e hinchados habían dejado de derramar lagrimas y sus labios secos se mantenían cerrados 

—¿Qué vamos a hacer? —susurró el rubio—. Te entiendo...te juro que te comprendo porque he sentido exactamente lo mismo que tú, el dolor no desaparece mucho menos el miedo, pero lo intentó, todos los días lo intento, no se trata de quedarse en la nada lamentándose—suspiró temblroso—. No debí culparte, debí escucharte, pero lamentablemente ya no podemos regresar el tiempo, nos hemos herido Jungkook, estamos llenos de heridas y cicatrices pero tendremos un hijo y no merece esto.

Jungkook llevó su mano al vientre redondeado y asintió. —Está aquí, el pequeño milagro que no tiene explicación, está aquí escuchando los lamentos y las promesas de sus padres.

—Él me necesita y también a ti—relamió sus labios buscando las palabras correctas para expresarse—. Nos necesita y quiero que sea feliz, no te diré que las cosas volverán a ser como antes o mejor dicho como debieron ser, pero quiero poder llegar a confiar en ti, poder ser feliz a tu lado.

—Quiero demostrar que te amo y que creas en mi amor—suspiro acercándose hasta juntar sus frentes—. Estaré dispuesto a todo con tal de tenerte a mi lado, porque no puedo vivir sin ti.  

Taehyung asintió. —Las cosas tienen que cambiar, comenzando con que eres mi esposo, pero no mi dueño, si haces algo que me lastime a mi o a mi hijo yo me iré—dijo con seguridad mirándolo a los ojos—. Y me llevaré al bebé conmigo, no quiero peleas, no quiero que a cualquier discusión te sientas con poder sobre mi porque es injusto, no quiero hablar de Yeri y de ninguna otra persona que haya tratado de irrumpir entre nosotros—mordió su labio inferior—. Quiero que hablemos de nuestra hija cuando queramos sin reclamar lo que sucedió y sólo me vas a tocar cuando yo lo quiera y quiero, que me enseñes a sobrevivir en el bosque.

Jungkook asintió tomando sus mejillas y dándole un beso en la nariz. —Todo lo que tu desees para mi sera un honor realizar, en estos momentos pudieras pedirme el reino y sin dudarlo te lo daría, te demostraré quien soy Taehyung.

—Beom necesita de nosotros ¿Entendido?

—¿Beom? —preguntó con una ceja alzada.

—Se llama BeomGyu—susurró sonrojado.

—Es hermoso—rio ladino—. Jeon BeomGyu o Jeon Shuhua si es niña.

—Será niño—dijo con orgullo—. Lo siento en mi corazón, y el corazón nunca se equivoca.

—¿Y que más sientes en tu corazón? ¿Hay un espació para mi dentro? —acarició su mejilla con cariño.

—Siempre lo has tenido—confesó con el corazón palpitante y sus mejillas a punto de explotar.

—Te amo—susurró cerca de sus labios.

—Te amo—respondió cerrando los ojos al tiempo que recibía un beso tierno.

Tanto Jungkook como Taehyung  habían sellado un pacto secreto de respeto y cariño, indudablemente sus vidas estaban entrelazadas pero aún había un camino amplio por recorrer y un sin fin de emociones que compartir, en ese momento iniciaban de cero. 









4000 palabras uffff...... espero les guste ❤️

💙


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