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19

—Debiste negarte—dijo entrando a la habitación sin molestarse en llamar. 

Taehyung no se dió la vuelta, siguió mirando la ventana abierta por dónde se filtraba el aire helado de la tarde. Jungkook no desistió y con la sangre humeante de coraje caminó hasta quedar a escasos pasos de su esposo, la intensidad del momento hacia que tuviese ganas de tocarlo, pero se abstuvo como siempre.

—Te he hablado—dijo entre dientes.

—Y yo te he escuchado, pero no tengo nada más que decir—suspiró cerrando los ojos sintiéndose atemorizado de tenerlo tan cerca.

—Es increíble que desees pasar días en el camino estando enfermo—bufó frustrado—. Porque ni creas que voy a retrasar el camino si te sientes mal, has decidido ir y no me importa en lo más mínimo tu salud y la de ese engendro que intentas proteger. No me importa si mueres en el camino.

Las palabras dolían incluso más que los golpes, quería ponerse a llorar en la cama, pero paró, no le iba a dar ese gusto no cuando su intensión de lastimarle era clara.

—No se preocupe mi señor, da igual si me siento mal aquí que en el camino, prometo no retrasar el viaje, no escuchará nada de mí en esos días, me mantendré callado como lo he hecho hasta ahora.

Jungkook cambió su semblante de inmediato, era como si una extraña señal se hubiera activado en su cabeza, no se movió de lugar, pero aligeró su tono de voz, su cabeza estaba doliendo demasiado, aquello estaba sobrepasando su cordura. 

—¿Te sientes muy mal?

La tranquilidad de la voz hizo que Taehyung se volviera quedando frente a él. Sus ojos se encontraron como aquella mañana, el calor conocido y aterrador se instauró de nuevo en su cuerpo recorriendo cada espacio de su ser haciendo que sudara a pesar del frío.

—A mejorado—susurró porque sabía que si subía el tono su voz sería tan inestable que le haría pasar un momento vergonzoso—. Estoy bien, ahora está mejorando.

Pero no contó con que Jungkook sería capaz de ver la inseguridad en sus ojos, bufando se acercó haciendo que el rubio subiera todas sus defensas, últimamente era incapaz de soportar los ataques que recibía cuando se enfrentaban. Jungkook no paró hasta quedar a escasos centímetros de su cuerpo tanto que si se agachaba un poco podría sentir sus respiraciones combinarse.

—Por favor, quédate—suplicó con mortificación en la voz.

—Lo siento, pero no puedo hacer eso—respondio con singular calma—. Es mi deber Jungkook.

—No—interrumpio Jungkook bajando la mirada—. Tu debes es estar bien y sano, no podrás soportarlo es un viaje largo y...

—¿Por qué quieres que me quede? ¿Cuál es la verdadera razón de tu insistencia? ¿Qué acaso deseas la compañía de alguien más? —preguntó con tristeza al sentir que la historia se repetía nuevamente, durante días había estado pensando que posiblemente Jungkook ya había encontrado a alguien más, cosa que le estaba aniquilando por dentro.

No recibió respuesta, a medida que pasaban los segundos un nudo se formaba en la boca de su estómago. Estaba por huir de ahí cuando Jungkook lo atrajo a su cuerpo recostando su cabeza en el duro pecho, su respiración se detuvo por un momento, se sintió mareado y lo único que escuchaba eran sus latidos volverse locos en su interior. Temblando subió las manos y las descanso en su fuerte espalda. Jungkook respiro el aroma del rubio cabello haciendo regresar ese cosquilleo conocido y al mismo tiempo ajeno que tanta satisfacción le daba. Sus cuerpos experimentaban sensaciones desconocidas, no se habían dado cuenta lo mucho que extrañaban la cercanía hasta que sus brazos se encontraron.

—Lo hago porque me importas y aunque no esté de acuerdo con tu decisión de quedarte con... No quiero que pases un mal momento ¿Lo entiendes?

—Sí—mintio porque en esos momentos lo menos que entendía eran las acciones de su esposo—. Pero...he decidido ir, lo siento. 

Jungkook lo soltó en ese instante y le miró molesto. —¿No vas a perder? Es peligroso que vayas, entiendelo.

—Igual puede ser peligroso si me quedo, bien puedo morir en cama o caer por las escaleras.

Ante esto Jungkook hizo una mueca repleta de dolor y frustración, supo que había perdido porque de ninguna manera Taehyung cedería, desvió la morada momentáneamente y terminó suspirando.

—Bajo tu responsabilidad entonces.

Estaba por irse cuando una mano con dedos largos le detuvo por el codo. Volvió a encararlo para encontrarse con unos ojos brillantes de tristeza, esos azules que ahora le daban vista al intenso y turbio mar.

—Gracias por entenderlo—susurró—. Lamento las molestias, prometo hacer lo posible para no ser un estorbo, ni atrasar el viaje.

No se pudo resistir, por más que su mente le gritara que debía separarse su cuerpo no respondía, este se dejaba guiar bajo sus instintos más primitivos y sus deseos ocultos. Sin pensar en las consecuencias tomo las mejillas de Taehyung entre sus manos y acarició con los pulgares la piel suave y cálida por el sonrojo que se había formado.

Evitó decir alguna palabra antes de juntar sus labios con los ajenos soltando un jadeo interno de satisfacción por el dulzor que estos llevaban. Una oleada de suave sabor y la humedad de su lengua entraron en contacto con sus más íntimos requerimientos, lo tomo de la cintura para acercarlo a su cuerpo, para sentir en cada fibra de su ser las curvas que tanto le gustaba explorar.

El beso largo y profundo los hizo llegar a donde no se imaginaba, al lugar más recondito de su corazón que afloró un sentimiento que permanecía oculto durante años. Taehyung lo tomo de los hombros para obtener más cercanía si es que eso era posible

Cuando se dió cuenta de lo que estaba pasando Jungkook se separó de los labios ajenos y le miró fijamente

—Prepara tus cosas, llamaré al médico—fue lo que dijo antes de deshacer las manos que se aferraban a su cuello y salir de ahí. 

Taehyung melancólico se separó y asintió a la petición, lo vio alejarse como siempre lo hacía y su corazón dió una punzada de dolor. ¿Sería así siempre?

Se sentó en la cama y suspiró dejando salir por fin las lágrimas de soledad que se formaban tras cada batalla con su esposo. Entre más pasaba el tiempo se daba cuenta que su amor jamás sería correspondido ¿Será mejor si el muere? Pero recordó por lo que estaba luchando, llevo la diestra a su vientre y suspiró

—Sólo somos tu y yo pequeño cachorro.

No pasó mucho tiempo para que Hwasa, Solar y Moon entrarán a su habitación para ayudarle a prepararse y tampoco para que el doctor le revisará, según lo que Jungkook le había mandado a decir con este el viaje sería a primera hora por la mañana y tenía que estar preparado para soportar un viaje al lado de la persona que más amaba pero que más lo odiaba.

—Cuando regreses dará inicio el invierno así que mandaré a sacar tus pieles—sonrió Solar mientras le acariciaba el cabello—. Lo bueno es que el doctor dijo que estabas muy bien para viajar—suspiró—. Me da pena que ninguna de nosotras te acompañe, tienes que ser muy honesto, si tienes problemas, debes decirles que queires parar.

—Tranquila, puedo hacer las cosas por mí mismo—sonrió amable—. Aunque las extrañaré, sólo espero que en el reino Min haya personas amables, saben lo tímido que soy. 

—Lo habrá porque a donde vayas TaeTae encontrarás personas que te amaran—rio sin dejar de acariciar sus cabellos—. Duerme antes de que tus ojos parezcan los de una rana.

—¿Por qué no puedo hacer que me ame Solar? —susurró mirando fijamente a la pared—. ¿Que me hace falta? He sido obediente y complaciente, nunca he dicho no y le he perdonado sus faltas ¿Ella era mejor que yo?...

—No, ni siquiera la nombres, tu boca no debe ensuciarse con el recuerdo de esa ramera—respondió molesta—. Nadie podría preferirla a ti, era una cualquiera, maleducada, una arpía venenosa.

—Pero él lo hizo—susurró con voz ronca—. Jungkook la amaba y la eligió, y yo me interpuse en su camino.

—El rey está confundido, dijiste que hoy te dijo que estaba preocupado por tu salud ¿No? Él tiene miedo y por eso actúa de esa manera, sólo dale tiempo, cuando tú estómago comience a crecer se dará cuenta de lo que pasa y volverá la luz a sus ojos como aquella vez.

—Tienes mucha fe en eso—rio cómodo con sus palabras, le gustaba imaginar que eran verdad.

—Lo siento, porque sé que ustedes se aman. Es sólo que les falta madurar.

Taehyung asintió, sin embargo, no dijo más, porque tenía un feo presentimiento anunciando que todo en aquel viaje saldría mal.




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