09
—Este es el nuevo, lo han traído esta mañana mi señor—señaló Jesung al caballo blanco que se mantenía con la cabeza dentro de la avena—. ¿Gustaría montarlo?
Jungkook negó observando críticamente al cuadrúpedo. —No lo he comprado para mí, sino para mi esposo, por favor prepararlo junto a mi caballo, daremos un paseo esta tarde.
El mozo abrió los ojos sorprendido y asintió de inmediato. Hacia semanas que le había dicho al rey que el consorte Taehyung estaba montando un caballo prestado, este había dado indicaciones de que se mandara a comprar un caballo blanco, no creyó que sería para eso, pero se sintió aliviado, los caballos que usaban sus hombres eran entrenados para batalla y podrían ser peligrosos.
Despertó solo, lo supo antes de abrir los ojos porque el frío se colaba a pesar de estar cubierto. Se sentó en la cama, pero se arrepintió al instante cuando un terrible mareo atacó su cabeza, cerró los ojos con fuerza y trato de respirar, sin embargo, las náuseas subieron por su garganta, se quitó las sábanas sin importarle estar desnudo y corrió casi a punto de desfallecer al baño.
Una vez dentro se agachó en el retrete para devolver todo, el ácido mezclado con sus lágrimas le dieron una de la peores sensaciones de su vida, al igual que la neblina de un fuerte recuerdo, aquel que le atormentaba, cerró los ojos y negó firme.
—No puede ser...—susurró, no quería emocionarse para después llevarse una gran decepción, no de esa manera.
Cuando estuvo listo se levantó y lavó su rostro y boca, el sabor amargo al vómito le hacía sentir más ganas de regresar lo que su estómago vacío quisiera. Se detuvo un momento a mirar su reflejo en el espejo, estaba pálido, con los labios partidos y ojeras bajo los ojos, se veía realmente enfermo.
—No puedo enfermar...no ahora—susurró contrariado.
De repente escuchó que alguien llamaba a la puerta. Se dio cuenta entonces que estaba desnudo y temió.
—¿Taehyung?
Soltó el aire cuando se dio cuenta que era Solar, suspiró antes de acercarse y pegarse a la puerta fría que le dio una sensación de alivio a su rostro.
—Estoy aquí—dijo sin ánimos.
—El rey me ha pedido que te diga que bajes a tomar el desayuno con él—respondió sin poder contener su emoción.
El corazón le palpitó con locura. —Enseguida salgo—anunció sonriendo, la nube gris estaba disipandose, su estado de ánimo cambiaba cuando escuchaba que Jungkook quería estar con él, eso le traía calma y felicidad.
Si las cosas salían como había planeado podría ser feliz como lo esperaba. Más animado lavó su cuerpo y se puso la ropa cómoda y abrigadora que usaba para un día normal en el castillo, dejó que sus damas le arreglaran el cabello y pusieran un poco de maquillaje a sus mejillas para no lucir tan pálido. Llegó hasta el comedor donde Jungkook le esperaba, al entrar le sonrió con cariño.
—Buenos días—saludó animado mientras se sentaba a su lado.
—Buenos días ¿Has dormido bien?
—Sí—sonrió—. No he tenido problema alguno—omitió el hecho de haberse despertado enfermo.
El desayuno fue traído de inmediato, en cuanto olió la sopa de pollo y el pescado a la plancha su boca se hizo agua anticipando lo delicioso que sabría, pareciera como si la enfermedad de la mañana hubiera desaparecido por completo.
Tomó los cubiertos y comenzó a comer bajo la atenta mirada de Jungkook, quien reía ligeramente por el hambre que este parecía presentar esa mañana.
—Si comes así la gente podrá pensar que no te alimento lo suficiente—se burló.
—Lo siento—dijo nervioso—. Tanta activación física por la madrugada me ha hecho estar hambriento.
—Entonces come todo lo que desees, después del desayuno te tengo una sorpresa.
Abrió los ojos para después fruncir el ceño. —¿Para mí? ¿Qué es?
—Una sorpresa—sonrió—. Ahora come que se enfría.
Taehyung asintió emocionado, en lo que llevaba en el Norte nunca había recibido nada de su esposo, muchas cosas estaban cambiando y no era el único que lo notaba, todos sabían que entre ellos las cosas florecían. De malos tratos pasaron a tener comunicación fluida, Taehyung estaba tan satisfecho que esperaba que las cosas no cambiarán de su rumbo actual.
—Hemos tenido algunos problemas previendo los suministros para el invierno—comentó Jungkook—. Siwon lejos de ayudar estuvo ocultando información crítica, he mandado una carta a mi viejo amigo Min Yoongi, esperando que él de alguna forma pueda ayudarme.
Taehyung escuchó atento. —¿Cómo será el sistema de repartición?
—Mingyu no ha encontrado la manera, sin embargo, la burocracia de este reino se verá afectada de alguna manera.
—Estarán molestos—suspiró—. Ammm yo...bueno mis padres me hicieron aprender algo de organización, podría ayudar a Mingyu si es requerido.
Jungkook lo dudo por unos momentos, pero asintió. —No está mal, si puedes ayudarlo él estará agradecido.
—Gracias—sonrió para después bajar la mirada apenado, nunca se había ofrecido a ayudar en algo porque no lo creyó conveniente, pero ahora se sentía con la seguridad de hacerlo.
Después del desayuno y de hablar sobre el reino en general, Jungkook lo dirigió a las caballerias, no sin antes hacerlo buscar algo más abrigador incluyendo guantes y una bufanda.
—¿Qué es lo que haremos? —preguntó confuso al entrar al establo, había diferentes caballos todos envueltos en corralones de madera para obtener calor.
—Alguien me dijo que uno de tus pasatiempos es montar a caballo, pero no tienes uno propio, y no puedes usar el de mis hombres.
Palidecio, de inmediato tomó la mano de Jungkook haciendo que parara su andar y le miró suplicante, estaba temeroso de hacerlo enfadar, tragó en seco.
—Lo siento mucho yo no sabía que no podía hacerlo, BoGum me presto su caballo, pero él no tiene nada que ver yo prácticamente me lo robe....lo lamento.
Jungkook puso un dedo en su boca callándolo. —No estoy molesto contigo, aunque debo admitir que me has sorprendido, no puedes tomar los caballos de mis hombres, ya que podría ser peligroso y porque además, no deseo que digan que el esposo del rey mendiga un caballo, te tengo una sorpresa.
Lo tomó del codo y lo llevó por el pasillo hasta que quedaron a escasos centímetros de dos caballos uno negro brillante y el otro blanco, ese era nuevo, jamás lo había visto. Con temor se acercó al cuadrúpedo y llevó su mano a acariciarle el lomo suave y caliente. Sonrió mirando a Jungkook.
—¿Está es la sorpresa? —preguntó entusiasmado.
—Lo es—asintió—. Ese ahora es tu caballo. Me han dicho que está bien entrenado, así que es manso.
—Wooo—dijo dando pequeños saltos—. ¡Que lindo es! ¿Verdad? Deseo montarlo ahora mismo.
—Adelante, ya se encuentra encillado—señaló—. Vamos a dar un paseo.
—¿Juntos? —sus ojos no paraban de sufrir a causa de las sorpresas.
—Sí—suspiró Jungkook yendo a su propio caballo—. Anda. ¿Necesitas ayuda?
—No—dijo con simpleza.
Subir no fue dificil y lo hizo con una gracia excepcional, tomó las riendas y se movió. BaekHyun era quien le había enseñado a montar, pero era un secreto, ellos creían que si las cosas se ponían mal podrían huir a caballo, eran juegos de niños.
Jungkook se niveló a su lado, ambos salieron de la cabellerisa y sintieron el frío de la tarde golpear sus rostros.
—¿A dónde iremos? —preguntó confundido.
—Por el risco—dijo mirándolo fugazmente—. Sólo sigueme, iremos solos.
—¿No es peligroso?
—No, lo he hecho antes, vamos—rio ligeramente de la preocupación de su esposo.
Sin decir nada más avanzó sobre la tierra dura del jardín trasero, Taehyung le siguió sonriendo, pensaba en cómo llamaría a su nuevo caballo, jamás había tenido uno propio, así que era normal emocionarse de esa manera tan infantil, miraba también la espalda de Jungkook que le hizo recordar las primeras veces en que lo vio, siempre le atemorizó, pero al mismo tiempo le admiraba.
Era muy joven para estar casado, pero al ser vendido a la corona tuvo que prepararse, él no conocía al rey, solo sabía que era el más joven que el reino del Norte había tenido, ya que tras la muerte de la reina Jungkook había accedido al trono de inmediato. El día de la boda no fue especial como todos decían, al menos no para él, en ese entonces su madre había sido muy clara en que su único propósito era ser el portador de un nuevo heredero. Para eso tenía que entrar en la intimidad con su esposo, pasaron días para que Jungkook ingresara a su lecho y le hiciera el amor, fue doloroso, inexperto y brusco, pero lo había disfrutado, a pesar de aquello se sintió especial entre sus brazos calientes y musculosos, diría con sinceridad que fue el día en donde se dio cuenta que estaba enamorado de una persona que le trataba con frialdad. A la mañana siguiente Jungkook sólo le dijo que estaba ahí por deber no porque deseara, su corazón se partió en miles de pedazos, lo último que veía cada que estaban juntos, era la blanca y desnuda espalda abandonando su habitación.
Después de casi siete años aquel recuerdo aún hacía que su corazón se estrujara de dolor, estaba ansioso por cumplir su cometido y demostrar que era digno, deseaba enamorar a Jungkook, escuchar de sus labios decir que le amaba, ese era su mayor sueño.
—Vamos Tae—dijo Jungkook sobre su hombro.
—Ya voy—suspiró tomando con fuerza las riendas.
Los caballos trotaron a través del bosque, los árboles estaban a nada de cambiar su verde forraje por uno blanco y reluciente, Taehyung le temía al bosque, por lo que trataba de alejarse de él, le parecía tan inmenso que perderse sería algo inmediato, sobretodo para alguien torpe como él se creía. Sin embargo, estar dentro con Jungkook le dio seguridad, ¿Por qué sentiría eso con una persona que había demostrado que no le amaba? La respuesta radicaba en su cambio de comportamiento en los últimos meses.
—¿En que piensas? —preguntó el pelinegro mirándolo fijamente.
—En..lo inmenso que es el bosque, tan misterioso y aterrador—respondió concentrado en la vista que estaba frente a él—. A veces me pregunto qué esconde.
—La curiosidad es peligrosa Jeon Taehyung.
La sangre huyó de su cuerpo, un mareo le atacó y sus manos temblaron, en todos esos años nunca habían salido de la boca de su esposo aquel nombre junto al poderoso apellido. Le miró absorto, Jungkook sólo desvió la mirada a otro lado ignorando la reacción que sus palabras habían causado en el otro.
—El bosque puede ser inmenso y he escuchado que hay quienes se pierden en el, pero también quienes encuentran cosas inimaginables—se encogió de hombros—. Depende de quien entra y sus habilidades para reconocer el camino correcto, nunca vengas aquí solo Taehyung puede ser muy peligroso ¿Entendido?
—S..si—susurró encontrándole doble sentido a su discurso, algo dentro le decía que por más que lo intentará llegar a conocer a Jungkook realmente sería un problema—. ¿Queda lejos?
—Ya casi llegamos, disfruta del camino.
Asi lo hizo, disfruto de la naturaleza, de los aromas a pino y tierra que llegaban a su nariz, escuchaba el cause del rió cercano y los pájaros en la copa de los árboles. Fue un momento mágico, donde sus preocupaciones pasaron a segundo plano, cerca podía verse el risco, un acantliado enorme que era el camino a las montañas, cuando estuvieron cerca Jungkook se detuvo bajando del caballo, se acercó a su lado y tomándolo de la cintura le ayudó a bajar.
—Gracias—sonrió agradecido, ya que sus piernas estaban entumecidas.
—De nada—se separó para amarrar a los caballos y encontrase con él poco después.
La vista era maravillosa, mucho más de lo que pudo haber imaginado, el acantilado enorme estaba rodeado de montañas, estas albergaban una cascada cercana, aquella que parecía la vitalidad en medio de tanta frialdad, se asomó ligeramente, pero al instante regresó a su postura por el vertigo de ver el fondo.
—Es...magnifico—susurró sin perder el asombro en sus palabras —. ¿No te lo parece?
—Sí—rio Jungkook—. Muchos hombres han perdido la vida tratando de llegar al fondo—se encogió de hombros—. La naturaleza tiende a ser maravillosa si lo vemos de esta manera Taehyung, es indomable, como un lobo salvaje.
—Nunca he visto un lobo—hizo una mueca.
—Son salvajes, así que lo mejor es que no te topes con ninguno.
Se quedaron en silencio, mirando la vista frente a ellos, las manos de Taehyung se empuñaron por protección, porque en esos momentos lo que quería era tomar las manos de Jungkook o abrazarlo. Mordió su labio inferior para callar, había cosas que aún sentía indebidas, que creía que le rechazaría, por eso, guardaba la distancia.
—Dijiste que querías una oportunidad y te la di—suspiró Jungkook sin mirarlo—. Lo hice porque sé que nunca lo he intentado, hablo de conocerte y después de lo que pasó...bueno tú lo sabes—relamió sus labios nervioso—. Lo voy a intentar Taehyung, pero a cambio quiero que me asegures una cosa.
—¿Qué cosa? —preguntó con un nudo en la garganta.
—Sólo seremos tu y yo—dijo con firmeza—. Sé que fuiste a ver a WheeIn, lo supe desde hace semanas y no te voy a reclamar, pero sí quiero que sepas que si deseas estar conmigo serás solo tú.
—Pero...—balbuceo—. El heredero...
—De eso no tienes por qué preocuparte, hay formas de ceder el trono sin necesidad de un heredero y hay otras para tener uno sin necesidad de usar tu cuerpo.
Abrió los ojos negando al instante, su pecho se llenó de una sensación horrenda, en su mente imagino a Jungkook teniendo un hijo con alguien más y odio esa idea. —No...tú no puedes.
—No estoy diciendo que lo haré, si quiero intentarlo contigo también deseo que lleguemos a un acuerdo, pero este es mi límite, no quiero hijos de sangre—le miró con completa seriedad—. Sea lo que sea que tratas de hacer debes parar y te estoy dando la oportunidad de hacerlo, ambos sabemos que tener un hijo para ti es imposible.
—Yo...—bajó la mirada afligido—. Lo siento, por no poder...por ser insuficiente para este reino.
Jungkook lo rodeó con sus brazos haciéndolo entrar en calor de inmediato, trato de retener las lágrimas, él deseaba un hijo con todas sus fuerzas, pero al mismo tiempo también quería a Jungkook a su lado, la decisión cualquiera que sea le sometería a un dolor insoportable.
—No quiero un hijo Taehyung.
💙💙
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