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03

La situación que se suscitaba dentro de aquella habitación estaba fuera de lo común, alejada de cualquier protocolo que previamente se habría hecho, no estaba planeada, sin embargo, ambos jadeaban sus nombres sin importarles nada. Moviendo sus caderas, besando sus cuerpos, acariciando sin medida, como si el tiempo fuera de aquella habitación se hubiese detenido casi por completo.

Siendo esposos la intimidad formaba parte de sus tareas, eso no era extraño o algo por lo cual alarmarse. Lo que era incongruente y poco entendible para quienes vivían en el castillo, era que lo estaban haciendo en un martes a plena luz del día.

Las cosas fueron de esa manera después de aquella noche donde el rey había ido a visitar a su esposo de forma sorpresiva. Jungkook había abandonado la habitación después de una pequeña siesta, sin embargo, ingresó nuevamente en la habitación de Taehyung luego de dos horas de haberse marchado, proclamando de nuevo sus labios y su cuerpo. El rubio no podía creerlo, estaba a punto de mandarle a su hermano una canasta de regalo por sus maravillosas instrucciones, estaba extasiado, en una nube ligera que le mantenía soñando despierto.

Mientras acariciaba y besaba con fervor al rey se imaginó un sinfín de escenarios en donde los dos estaban juntos de la mamo, creía que ese era el primer paso para el amor, no tenía tiempo, debía enamorar al rey antes de que fuera tarde.

Lo vio vestirse sin tener la energía para salir de la cama, su cuerpo llegaba a ser débil despues de tanta activación física. Pudo observar con detenimiento a su esposo, era un hombre alto, de músculo marcado y muy apuesto, sobretodo apuesto, tenía locas a las mujeres y donceles del reino. A sus veinticinco años era considerado un hombre maduro y sabio, nunca hacía nada que pudiera perjudicar al reino, cuidaba de este con honestidad y orgullo.

Jungkook le miro sobre el hombro y si bien no sonrió, sus ojos tenían un tono mas amable.

—Descansa, haré que te suban el desayuno a la cama—suspiró terminando de calzarse las botas —. Hoy tengo un día lo bastante ajetreado como para no salir de la oficina, nos veremos en la noche. 

Aquello le hizo abrir los ojos sorprendido, su corazón latió con fuerza. —¿Vendrá en la noche?

—Sí —respondió riendo—. ¿Quieres dormir solo?

Se dedicó a negar. —No, yo...esta bien, lo esperaré. 

Para el pelinegro mirar a su esposo nervioso era un sano entretenimiento, se levantó y encaminó a la puerta, pero a medio camino se devolvió. Taehyung le miraba con ojos brillantes y grandes, podía ver su pecho asomarse por las mantas, tragó en seco, últimamente su cuerpo le llamaba de manera incesante, como si hubiera descubierto una nueva necesidad para él. 

Taehyung le vio acercarse, estaba con los nervios de punta porque hace tanto que no veía aquel comportamiento en su esposo que le lleno el corazón de añoranza, suspiro cerrando los ojos cuando sintió que la cama se hundía a su lado

—Taehyung mírame—dijo con voz firme sin dejar de ser amable.

El rubio subió la mirada atento esperando, viendo de cerca casa facción del rostro de Jungkook

—¿Qué pasa? —pregunto sonriendo tenuemente a causa del nerviosismo.

—Tengo algunas reuniones que atender está tarde, pero tenía que estar con uno de los cuidadores de la aldea cercana al rió, no puedo atender ambos compromisos que son igualmente importantes, me preguntaba si estás dispuesto a ir y encontraré con el cuidador y preguntarle que se necesita para solventar el mes.

Abrió los ojos consternado, sin pensarlo abrazo a Jungkook quien le sostuvo de la cintura al tiempo que se tensaba ligeramente, aquel comportamiento efusivo aún le resultaba complejo.

—Sí, me encantaría ayudarlo mi rey—se dio cuenta de lo que había hecho y sus mejillas entojecieron se la vergüenza.

—Bien—susurró cerca de su oido —. Prepárate entonces, ve bien abrigado.

Lo separó con cuidado y se levantó incómodo por el arrebato de energía que había tenido su esposo. No miro atrás a la hora de salir.

Taehyung se quedó recostado sonriendo, no cabía la felicidad en su cuerpo. Desde que tenía la capacidad para hablar fue criado con el fin de ser un buen esposo para algún hombre poderoso, tanto él como su hermano fueron preparados e instruidos en el arte de la cultura y las buenas costumbres.

Fue vendido al rey a días de cumplir dieciocho años, era un muchacho joven que era incapaz de mirar a la cara a su esposo sin avergonzarse. BaekHyun corrió con mayor suerte porque él pudo enamorarse del duque Park antes de casarse. Jungkook era en ese entonces impredecible, y él un mocoso ignorante y tonto, como su juventud aun adornaba su rostro se le impidió realizar las actividades propias del esposo del rey. 

Las cosas empeoraron tras el accidente, así que ahora recibir una tarea de su esposo era impresionante. Quería demostrarle que era capaz de realizar cualquier labor que se le presentará, serle útil y demostrar al reino del Norte que era el consorte que ellos merecían y necesitaban.

Deseaba tanto poder tener una relación como la de su hermano,  que estaba dispuesto a todo con tal de enmendar su error, porque una de las cosas que más le carcomía la consciencia era la culpa.

—Taehyung, el rey nos ha mandado a arreglarte—sonrió Solar entrando a la habitación, en cuanto le vio rió con picardía—. Veo que tu mañana fue interesante, son las doce y sigues en la cama.

El rubio bufó en alto, se sentó y tomó la bata azul acolchada que se encontraba a los pies de la cama, se la puso cubriendo su cuerpo antes de levantarse, hizo una mueca, se sentía entumecido de las piernas y un poco debilitado.

—Necesito un baño—reclamó suspirando, caminando con lentitud bajo la intensa mirada de sus amigas.

—Están subiendo el agua caliente para relajarlo, durante tres días no ha parado—Hwasa guiñó un ojo llena de burla.

—Espero que sea suficiente— susurró para sí mismo.

Vio como parte de los sirvientes entraban y caminaban con cubetas de hierro humeantes al baño, se escuchó cómo llenaban la tina y eso le trajo satisfacción, trato de no verlos a la cara, si lo hacia era posible que estos le mirarán con complicidad, no era ajeno el hecho de que el rey solo compartía el lecho en los días acordados y ese cambio en la rutina había despertado las habladurías.

—Esta listo mi señor—dijo Solar luego de despachar a los demás sirvientes, sólo los miembros de la corte tenían permitido mirarlo desnudo, por algo eran mujeres, Jungkook era claro en ese aspecto.

Se metió al baño sintiendo frío, en el norte el invierno era insufrible más para él que estaba acostumbrado a vivir en lugares más cálidos y que su cuerpo enfermizo no ayudaba a terminar de acostumbrarse. Caminó descalzo como le gustaba hasta el baño de cerámica blanca, estando frente a la tina negra dejó caer la bata a sus pies.

—Wooow, tu espalda esta llena de marcas—se burlaron a sus espalda.

Taehyung rio sin volverse para que no miraran sus mejillas rojas. —No puedo verlas, pero sí sentirlas—se metió al agua caliente sentándose y sintiendo un enorme alivio, su cuerpo necesitaba tanto eso—. Mmmm.

Solar se posicionó a su espalda y comenzó a lavarle el cabello, cerró los ojos dejándose llevar por las caricias que recibía, los dedos largos se metían entre sus hebras en una sensación cálida, recordó entonces como los dedos de Jungkook jugaban con su cabello cada que le besaba. ¿Eso era una muestra de afecto genuino o simplemente era producido por el calor del momento?

Jugaba con el agua entretenido en sentir, su cuerpo lejos de encontrarse en un estado favorable le dolía, creía que estaba resfriado de nuevo cosa que era común, sin embargo no dejaría que eso impidiera realizar sus actividades a la perfección

—Cuéntame lo que se dice en el reino—mormuró relajado.

Solar quien sonreía eliminó el gesto nerviosa. —Pues...no hay nada interesante.

—¿Bromeás? Tú siempre tienes algo que decir ¿Qué sabes?

—Lady Lee está esperando otro bebé—asintió —. Dicen que podría ser niña, con esta serían tres.

—Vaya, todos a mi alrededor tienen hijos, debería esforzarme mas—dijo en tono de burla hacia sí mismo, no obtuvo respuesta por lo que abrió los ojos y se volvió —. ¿Qué pasa?

Solar se mordió el labio inferior tratando de mostrarse tranquila, pero era pésima fingiendo. —Nada.

—No me mientas ¿Dime qué es lo que esta ocurriendo?

—Esta bien, pero no quiero que te sientas mal es sólo un estúpido rumor—soltó de repente—. Hablan de que el marqués Chang desea entregar a su hija mayor al rey para convertirla en su concubina, esto le ayudaría mucho a él...y también al rey.

—¿De qué maldita manera le ayudaría a Jungkook? —espetó molesto.

—Pues—suspiro Solar—. Con...un heredero...tu sabes.

Fue como si de repente el agua de la tina se hubiera enfriado haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo y dejará consigo un mal sabor de boca. Sus ojos se llenaron de lágrimas, dejó de mirar a Solar para abrazar sus rodillas y bajar la mirada completamente derrotado.

—Taehyung...

—¿Y yo qué? ¿Dónde queda mi prestigio ante el reino? —susurró mientras las lágrimas caían por su rostro—. ¿Alguien me perdonará? ¿Perdonaran a un doncel defectuoso?

—No eres defectuoso TaeTae—negó ella acariciado los rubios cabellos—. Todos sabemos lo que el rey piensa del concubinato.

—Pero ¿Hasta cuándo? —le preguntó mirándola con dolor—. ¿Cuánto más crees que va a pasar para que busque en otro u otra lo que yo no puedo darle? Ya lo hizo una vez.

—Podrías...tú podrás hacerlo, si es lo que Dios quiere lo harás.

Negó bufando. —¡No puedo!, han pasado meses, años y yo no puedo albergar en mi vientre al heredero del rey—dijo amargamente—. Él buscará aquel heredero y el pueblo lo aclamará, seré desplazado, todo acabará.

—Piensa las cosas positivamente, no pasará esto, el pueblo te ama y ellos...

—No es amor sino lástima—le miró entrecerrando los ojos—. Pero planeo que eso cambie.

—¿De que hablas? —preguntó desconcertada.

—Antes de ir con el encargado de la aldea vecina haremos una parada...hay una vieja amiga a la que tengo qué visitar.

—Pero...el rey, sabes bien lo que piensa—dijo cautelosa—. No quiero que tengas problemas, no cuando las cosas parecen ir bien.

—Él no se va a enterar—susurró cerrando los ojos—. No tiene por qué enterarse.

Solar no dijo nada más, se limitó a verlo, había cosas que le preocupaban de Taehyung, una de ellas era esa angustia excesiva y el estrés que tenía por sus obligaciones, no sabía realmente lo que sentía, así que no estaba en posición de decirle algo. Solo esperaba que las cosas salieran bien.





Era imposible como algo tan diminuto podría arruinar un día que proclamaba como maravilloso. Mientras montaba el caballo rodeado de algunos guardias, con Hwasa a su lado y un enorme abrigo de piel de oso pardo que le cubría del frío pensaba en lo cerca que estaba de ser reemplazado.

No era un secreto para el mundo y mucho menos para el reino el infortunio de su salud, el accidente que le costó hacer su primordial tarea que era darle al rey un heredero. Llevaban casi siete años de casados y la suerte se iba de sus manos.

Jungkook era claro en lo que pensaba, pero él no estaba conforme con esa resolución, debería haber una manera y no descansaría hasta encontrarla, no en ese momento cuando pensaba que tenía una oportunidad de cambiar la historia y llegar a ser un matrimonio feliz y fuerte. Se aferraba a la idea de un final feliz.

Para llegar a la aldea que Jungkook deseaba evaluar tenían que pasar por gran parte del reino. Las personas abrigadas y los niños en las calles les miraban con asombro, podía escuchar el morbo en sus bocas, como mormurában que por fin podían ver su rostro después de tiempo. Sonrió dejando a algunos encantados con su inocente belleza.

"El Rey se ve más brillante que nunca" escuchó a lo lejos, aquello le hizo enrojecerse. "Esperemos pronto la noticia de un heredero"

Esto último le hizo morder su labio inferior, no dejo de mirar al frente con vehemencia como sus padres y maestros le habían enseñado, siempre mantener la cabeza en alto. Llegaron por una calle conocida, tomó las riendas del caballo azabache y cabalgó con más rapidez lo que hizo a sus guardias sobresaltarse Hwasa los miró con tranquilidad.

—El consorte visitará a una conocida, el rey está al tanto de esto.

Parecieron tranquilizarse después de escuchar aquello, su compañera era buena en el arte de la mentira. Llegó a una de las cabañas, que estaba más alejada de otras, suspiró y no dudo en bajar sin ayuda. Caminó por el porche hasta tocar la puerta, espero sintiendo clavadas las miradas de los demás en su espalda, Hwasa llegó a su lado y le dio un asentimiento de cabeza. 

Escucharon la puerta ser abierta y como una pelinegra pálida se asomaba, el asombro en su rostro fue casi inmediato, boqueo parpadeando perpleja.

—Mi rey—dijo con una inclinación..

—Hola WheeIn, ha pasado mucho tiempo—sonrió—. Necesito tu ayuda ¿Podemos pasar?

Ella miró hacia los lados encontrando algunas personas observando sin discreción alguna, asintió y les dejo pasar. Una vez dentro Taehyung soltó el aire retenido, miró a la castaña y le sonrió de forma cálida.

—¿Cómo has estado pequeño copo de nieve? —preguntó devolviendo la sonrisa.

WheeIn era conocida como una de las mejores curanderas, ella se especializada en el arte de la medicina natural, cuando llegó al norte y cayó enfermo por el clima hasta casi desfallece, fueron sus preparados lo que le ayudaron a recuperarse, con el tiempo se volvió buena amiga, una que había dejado de ver cuando sucedió su accidente, debido a las normas estrictas creadas por Jungkook.

—Lo sabes—suspiró—. ¿No lo has escuchado? Mi vida está en boca de todos.

—Bueno mi señor, he aprendido a que es más provechoso escuchar a un ruiseñor que a un cúmulo de personas que viven de la fantasía—rio por lo bajo—. ¿Qué viene a buscar? Porque intuyo que está no es una simple visita casual

Taehyung se relamió los labios caminando por el recibidor, admirando las figuras de madera de diferentes animales que había alrededor, estaba nervioso, más sintiendo la mirada de las dos mujeres sobre su cuerpo.

—Cuando sucedió mi desgracia tú dijiste que habría una posibilidad de quedar en estado—dijo mirándola—. Necesito que me ayudes a hacer realidad esa posibilidad. 

WheeIn negó de inmediato. —No puedo hacerlo y lo sabes bien ¿Planeas ir en contra de lo que el rey declaró? A todos nosotros se nos prohibió ayudarte, ni curanderos, brujos o doctores, nadie puede ayudarte en eso.

—Él no tiene que saber que tú me has ayudado—suplicó con un nudo en la garganta—. Te lo pido por favor, ayúdame, te daré lo que desees.

—Podrías morir—renegó ella—. No entiendes lo peligroso que sería para tu salud..si lo haces no llegará a término...morirá y esta vez morirás tú también.

Desvío la mirada, se negaba a ver en sus ojos la sinceridad, porque le costaba obtener una negativa ante ese deseo incesante. —No tiene por qué ser así, debe haber una manera.

—Morirás Tae—continúo en una súplica desesperada por hacerle recapacitar.

—No—susurró—. No me puedes decir esto, será diferente, yo me cuidaré...te lo suplico sólo necesito que me ayudes, de lo demás me encargo yo. Por favor.

—Si WheeIn dice que no es posible debes de escucharla—intervino Hwasa intentando ser la voz de la razón.

—¡No lo entienden! —rompió en llanto—. Yo...solo necesito esto...perderé a Jungkook y...no pueden negarse a ayudarme, por favor no lo hagan.

—Pero él fue quien se alejó de esto, él es quien no desea un hijo—continuó Hwasa—. Si lo quisiera ya lo hubiese buscado Tae.

—Tú sabes bien por qué no lo quiere, sabe que mi defecto sólo le dará cadáveres, pero si hay una mínima posibilidad quiero intentarlo, quiero un hijo, te lo suplico WheeIn.

Los ojos llorosos y las lágrimas recorriendo el pálido rostro, la hicieron ceder con un suspiro de profundo calvario.

—No te garantizo nada—susurró derrotada.

Taehyung sonrió aliviado, se acercó a ella y tomó sus manos. —Gracias, te prometo que todo estará bien, todo saldrá bien, eso puedo asegurarlo porque lo siento.









El estar en la aldea hablando con el comandante y viendo qué era necesario, convivir con los niños y mujeres, así como reconocer la gran labor que han hecho al trabajar en el río congelado le distrajo de sus problemas.

Por fin se había ocupado en algo importante y al llegar al castillo pudo decirle con seguridad a Jungkook lo que había visto

—¿Y que piensas de eso? —le preguntó con una mano en la barbilla.

—Yo...pienso que...—miró al consejero real hacerle una mueca y desvió la mirada a Jungkook quien esperaba una respuesta—. Consideró que lo primordial es llevarles alimento y más herramientas, es lo que ellos piden, no encuentro una forma en la que se pudieran estar aprovechando, en esta temporada hay menos peces, pero han dicho que podrían conseguir más si hacen una excursión, para eso necesitan recursos para alimentar a los niños quienes son los que ayudan a sus padres. 

Jungkook le observó sin expresión alguna, cosa que le hizo ponerse nervioso, había dicho lo que pensaba realmente como se le había pedido. El pelinegro se recargo en la silla y sonrió tenuemente, miró a su consejo quien estaba impresionado por la claridad de la voz de su rey.

—Taehyung ha hecho en un día lo que tú no has podido en meses—soltó una carcajada—. Haz que se haga como él dice, pero hazlos prometer que la pesca debe dar buenos resultados antes de que la represa sea cerrada.

Los concejales asintieron y salieron a cumplir la orden. Se quedaron solos. Jungkook carraspeo ligeramente.

—Hay algo de lo que tenemos que hablar Taehyung, por favor toma asiento.

Se apresuró a hacerlo, la silla estaba frente a él, en la pequeña sala solo eran separados por la mesa enana, estaba nervioso sintiendo como su pulso aumentaba.

—¿Qué necesita de mí? —preguntó sin despegar sus ojos de la mesa.

—Sabes bien lo que quiero—suspiró, mirándolo fijamente—. No deseo que malinterpretes nuestra nueva rutina, las cosas son y seguirán siendo de la misma manera, tú y yo sólo estamos juntos por ese contrato, no hay cariño de ningún tipo ¿Lo entiendes?

Asintió con ganas de llorar. Cada palabra lo apuñalaba. —Entiendo—susurró cabizbajo.

—Las cosas tienen que ser así—dijo con firmeza.

Taehyung negó mirando a la ventana. —¿Por qué? —murmuró sin poder dar marcha atrás. 

—¿Qué? —preguntó al no escucharlo claramente—. Habla con claridad, sabes que odio los balbuceos.

Tomó aire y le miró. —¿Por qué tiene que ser de esa manera?

—No entiendo a dónde quieres llegar con esto, siempre fue de esta manera.

Apretó las manos, no había hecho tanto para ahora retroceder, sintiendo un nudo en el estómago habló más claro de lo que había hablado en años.

—¿Por qué no puede amarme?.

💙💙💙💙💙

Se cambió la edad de Th cuando habla del pasado por pautas de la app, ignoren si no dan las cuentas con el presente

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