4
El sábado llegó en un abrir y cerrar de ojos. Durante esos pocos días que había permanecido en compañía del ser mágico había tratado de ganar "confianza" con el tipo, simplemente por el hecho de que todavía le quedaba un buen tiempo junto al mayor y no quería que el ambiente fuese tan incómodo.
Pero tampoco había logrado mucho, el peliblanco era frío tanto físicamente como personalmente. Siempre que intentaba iniciar una conversación agradable el contrario respondía con palabras secas y cortas, por no añadir el tono borde que usaba al contestar; por lo que era muy difícil para Jeongin entablar conversaciones con él si no ponía de su parte.
Pero qué más podía pedir, suficiente con que no le había dejado morir aquel día.
Ahora mismo se encontraba haciendo su bolsa de equipaje como Hyunjin le había mandado. Guardaba la poca ropa que anteriormente se había llevado consigo, aquella que iba a usar durante el periodo en el que cruzaría las montañas para visitar a su abuela. Pero sus planes se vieron interrumpidos, ya sabemos el por qué.
Tarareaba una canción que solía cantarle su madre cuando era niño mientras doblaba una camiseta desgastada color verde pistacho, pero la puerta fue abierta abruptamente con fuerza, haciéndolo soltar la camiseta debido al brinco que había pegado.
— ¡Dios mío, que susto! ¡¿No puedes llamar a la puerta?! — gritó exaltado llevándose una mano al pecho, específicamente al corazón, el cual ahora bombeaba con mucha fuerza. Para colmo había notado como el alto reprimía una risa, casi burlándose de él.
— Lo siento, la próxima vez lo haré — prometió adentrándose en la habitación — ¿Ya estás listo? Saldremos dentro de pocos minutos.
— Me quedan por doblar solo dos pantalones — informó concentrado en doblar estos dos últimos — Has preparado provisiones ¿cierto?
— Por supuesto — aunque el menor estaba de espaldas al contrario sabía que Hwang había echo una mueca burlesca.
— Está bien ¿Copito vendrá con nosotros? — preguntó para cambiar el tema, estos días se había dado cuenta de que las preguntas obvias hacían enojar al mayor (aunque a él mismo también).
— Si, puede ayudarnos en muchas cosas.
Tras decir eso el peliblanco se acercó a Yang, quedando detrás de su espalda, permitiéndole asomar su cabeza por encima del hombro contrario para poder ver cuanto le quedaba por doblar aquella prenda.
— ¿Te han dicho que eres muy lento doblando la ropa? — dijo para después alejarse del cuerpo ajeno, algo que Jeongin agradeció, pues se puso muy nervioso por la cercanía del mayor.
— ¿Te han dicho que eres muy criticón y mandón? — contraatacó el pelinegro, volteándose para verlo cara a cara y no verse afectado por lo anterior.
— Rara vez he hablado con una persona. Así que no, no me lo han dicho — contestó mientras volvía a dirigirse a la puerta — Date prisa — dijo antes de abandonar la habitación.
Jeongin terminó de empacar rápidamente para no molestar a Hwang, aunque su lado orgulloso le estaba pidiendo a gritos que lo hiciese enojar. Pero él iba a ser una buena persona y no iba a hacer aquello, más que nada porque seguramente saldría perdiendo él, Hyunjin lo convertiría en una estatua de hielo por el resto de su vida.
Se rio ante su último pensamiento, pero poco duro cuando escuchó al alto gritarle, regañándolo por su tardanza. Así que se apresuró en bajar, pudiendo divisar la figura de Hyunjin a medida que iba bajando los escalones.
— Al fin — suspiró el último mencionado rodando los ojos — Tardaste una eternidad.
— Tch... Exagerado — murmuró bajito, pero se dio cuenta que el mayor lo había escuchado, pues puso una mueca que demostraba indignación.
Acaricio con cariño el pelaje blanco de Copito, quien se encontraba sentado a su lado. Al principio siempre tenía miedo de acercarse al gran lobo, pero después de varios días y de notar de que el animal era una cosa totalmente inofensiva y muy mimosa perdió aquel miedo, creando así un vínculo muy bonito con él.
— Marchémonos — habló Hyunjin viendo la escena.
Jeongin se incorporó tras dejar un cálido beso en la parte superior de la cabeza de Copito, asintiendo tratando de darse seguridad a si mismo. Se avecinaban nuevas aventuras, algunas de las cuales tenía mucho miedo, es decir; tenían que conseguir una garra de oso pardo, y eso solo lo obtendrían quitándosela a un oso.
Que miedo, me va a comer un oso. Pensó el bajo, pero rápidamente alejo esos pensamientos, tenía que ser positivo.
— ¿Y simplemente no me puedes dejar libre y ahorrarnos esto? No diré nada, lo juro — ofreció con esperanza el menor, esperando que el contrario acepte y ahorrarse toda esa locura que planeaban hacer.
— No — respondió con un tono duro acompañado de un semblante sombrío, dando a entender que no era algo discutible — Vamos.
— Vamos — dijo como si así demostrase que todo estaba en orden.
Definitivamente voy a morir.
Holaa, que tal??
Perdón por tardar en actualizar 🙏🏻🙏🏻
Por cierto, ¡Feliz Navidad! 🎁🎄
Espero que os guste.
Adiooooss 💗💗💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro