Reseña #2: Estigmas más allá de la piel
Autora: Brie Dorí (User de Wattpad: Brie_97).
Capítulos reseñados: Diez.
A través de las páginas de «Estigmas más allá de la piel», Brie logra sumergirnos en una conmovedora historia que se desenvuelve en los pintorescos paisajes de la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, durante los nostálgicos días de otoño. En el centro de esta narrativa, nos presenta a dos almas heridas, Halina y Elliot, quienes encuentran un refugio en el resurgir de sus propias vidas.
Halina, marcada por un pasado trágico que la llevó irremediablemente hasta las oscuras y desoladas planicies de la depresión, decide emprender un viaje de autodescubrimiento. Como profesora, busca sanar las heridas del pasado a través de la luz de la enseñanza. Siendo el personaje principal, Halina funciona muy bien, y es capaz de generar empatía en el lector con suma facilidad.
Por su parte, Elliot, un psicólogo que trabaja en la misma escuela que Halina y el otro protagonista de la historia, oculta sus propias cicatrices detrás de una fachada de amabilidad para con los niños, pero se muestra arisco y distante con la mayoría de los adultos a su alrededor. Al principio, su misterioso comportamiento se convierte en un enigma cautivador, pero conforme avanza la trama este sentimiento se va perdiendo, y el personaje termina transformándose en un estereotipo extraño (pero de eso hablaremos más adelante).
A medida que el otoño pinta el paisaje canadiense con colores cálidos y melancólicos, Halina y Elliot se embarcan en un viaje emocional que los lleva desde el dolor hasta la esperanza. Es evidente que la autora quiere tejer una historia de amor delicada y poderosa, donde cada página sea una revelación que acerca a los protagonistas y al lector al corazón de la sanación. Sin embargo, hay momentos en la trama que provocan cambios bruscos en el ritmo, provocando que el desarrollo de la historia llegue a sentirse algo forzado.
Como ya dijimos, esta historia tiene algunas cosas que, si bien no logran arruinarla, causan que se sienta incompleta y a veces contradictoria. Así que, ¡a lo que nos truje, chencha! B)
Lo que más nos gustó:
La narrativa: Brie hace gala de un estilo literario muy bien articulado, aunque tiene ligeros tropezones (en contados párrafos donde no se termina de entender qué es lo que está pasando), logra atrapar tu atención y generar en el lector una curiosidad por otras obras, que esporádicamente mete en la narración en forma de referencias (la alusión a Ana de las Tejas Verdes le provocó muchos grititos a María). Además, es necesario mencionar que estas obras tienen un significado especial para la protagonista y dicha importancia es palpable gracias al estilo de Brie.
La ambientación: Podemos jurar que, mientras leíamos, un frío glaciar se nos metió por donde no nos llega el sol. En todo momento se puede sentir el frío del lugar donde se desenvuelve la historia. La forma en la que están descritos los paisajes y el clima que los caracteriza, es capaz de generar esa sensación nostálgica, fría, a veces fresca o cálida que acompaña a la perfección los cambios emocionales que experimentan los personajes.
El desarrollo emocional de Halina: Aunque casi todos los personajes tienen un buen desarrollo y sobre todo, coherente con su realidad (excepto tú, Estui, pero espera, que todavía no te toca), Halina es quien más resalta por el sobresaliente manejo que Brie le da a toda su historia y contexto. Desde que se nos presenta parte de su trágico pasado, hasta el momento en el que comienza a enamorarse de Elliot, refleja muy bien lo que una persona con trastornos mentales tiene que vivir en su día a día, a pesar de ya llevar varios años bajo tratamiento. A este punto también cabe agregar el vínculo que comienza a desarrollar con Elena, la dueña de la casa donde vive, pues se siente real y genuino, además de fluir con una calidez que estamos seguros, a cualquiera le recordaría a la conexión que tiene con su mamá o abuelitas.
Lo que no nos gustó:
Pensamos en también dividir esta sección en puntos, pero la verdad, casi todo lo «malo» de esta historia, parte de un mismo punto, de un mismo personaje: Estui (Elliot). Quien, desde que aparece, se nos presenta como un psicólogo bastante bueno en el ejercicio de su profesión, pero conforme avanza la historia, queda claro que de psicólogo no tiene nada.
Los «disclaimers» al inicio de la obra, nos dicen que tiene tintes de psicología (de hecho una de las categorías en las que se encuentra etiquetada es «psicológico») y al ser Elliot el personaje encargado de darle un toque de profesionalidad a este tema, su extraño desarrollo termina opacando el papel que debería tener. No solo se transforma en un personaje odioso que, justificándose también en su pasado trágico, se da la libertad de lastimar a conciencia a las personas que intentan conversar con él; sino que también queda como un manipulador al revelarse que, incluso antes de conocerla, ya sabía todo el pasado turbio de Halina y aún con ello, se encargó de tratarla como la mierda y luego, ponerse en el papel de salvador y ya habiéndola tomado como «paciente», se termina enamorando de ella. ¿Dónde quedó tu ética profesional, Elliot?
Quizá si el personaje no se hubiera descrito con tan buenas credenciales desde un inicio, funcionaría mejor, pero ni siquiera los métodos que usa para «ayudar» a Halina, son propios de un profesional. Hay una escena en donde la lleva al lugar favorito de él para que ella se calme. ¿Por qué? Narcisismo, tal vez, pues un psicólogo debe encargarse de conocer a sus pacientes y adaptar sus métodos a la singularidad de la persona, no al revés. Debería saber qué es lo que la calma a ella, no llevarla a un sitio donde él se siente seguro. El colmo es que, en esa misma escena, como se da cuenta que no puede calmarla, decide mostrarle una carta del padre de ella.
Eres un genio de la psicología, Elliot, ¿cómo se te ocurre mostrarle a una persona, que está al borde de un ataque de ansiedad, una carta escrita por la persona que mató a su madre? ¡ES QUE NOS CAGAMOS EN TODO! ¡ERES UN MANIPULADOR DE MANUAL!
Lo sentimos, no es común que perdamos la compostura, pero esto también evidencia el buen trabajo que hizo Brie al momento de construir a Halina: logró que empatizáramos mucho con ella. Sin embargo, acá también se desprenden algunos comentarios negativos hacia este personaje: Cuando comienza a interactuar más con Elliot y cada vez se hace más evidente que van a quedar enamorados, el desarrollo de ese vínculo tiene dos momentos en donde se siente demasiado forzado y nos corta de tajo escenas que, de otra forma, hubieran sido mucho más significativas.
La primera es cuando se nos revela que Elena (la dueña de la casa donde viven Halina y Elliot), padece de una enfermedad importante. Este suceso, aunque al final logra su objetivo (buscar fortalecer el vínculo entre los tres personajes), se ve un tanto opacado porque, de la nada, Halina centra sus pensamientos en Elliot, ignorando la terrible noticia que le acaban de dar. Algo similar ocurre en la segunda, cuando ambos protagonistas van a casa de Lottie.
Pero en fin, después de haber despotricado contra Estui, concluimos esta reseña dejando una pequeña reflexión:
Tratar problemas mentales en un historia y ambientar esta en un contexto tan cercano a la realidad, es una tarea titánica. Bajo esta declaración podemos decir que «Estigmas más allá de la piel» no solo es una historia de romance, sino una exploración de la resiliencia humana. A través de una evocadora narrativa y su detallada y sublime ambientación, Brie nos invita a reflexionar sobre la fuerza transformadora del amor y la capacidad que todos tenemos de superar las heridas más profundas, los estigmas en nuestro corazón.
Sin embargo, también debemos admitir, que explorar, mediante nuestro arte, el trabajo de profesionales de la salud mental, no debe tomarse como un juego y para ello, no basta con poseer una narrativa atrapante, también hay que investigar más allá. Pues al ser temas tan delicados, no debemos ignorar la posibilidad de que alguien tome como referencia nuestro trabajo y caiga en la normalización de conductas que poco o nada tienen que ver con el trabajo de un psicólogo o con un círculo de apoyo que pueda contribuir a la sanación de esos estigmas que muchas veces son tan difíciles de cicatrizar.
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