<<Somos presos de nuestros miedos, atrapados por nuestras dudas e inseguridades y nuestra cadena perpetua es creer que no podemos, pero nuestra libertad es la esperanza en nosotros mismos y en la vida>>

Todos tenemos miedos, dudas e inseguridades que siempre pueden llegar a salir a flote en los momentos menos indicados.

Siempre habrá un momento en el que nuestro temple se puede tambalear, donde muchos vamos a caer pero lo que cuenta es levantarse, enderezarse y seguir, todo lo puedes si tienes una pequeña esperanza.

Esa pequeña esperanza que tengo al levantarme para poder seguir este día de la mejor manera, sin tambalear en cada paso que dé, sin entrar en crisis ni menos salir corriendo.

—¿Estas lista esta vez?— pregunta mi prima y mi sonrisa fue su respuesta, salimos con total confianza de la casa para emprender nuestro camino.

Confianza que trataba de tener segura por ser la primera vez que nos vamos a la universidad a pie, mi seguridad estaba en un vaivén por recorrer otra vez las calles y que mis pensamientos viajen otra vez al pasado, uno que duele y me cuesta sanar.

Pero observo las calles con detenimiento y son hermosas, no hay una parte que no tenga zonas verdes y resalte tan bien la naturaleza, aspiro el aroma a aire fresco que me regala esta mañana que aumenta mi esperanza y mi sonrisa.

Al llegar a la universidad, mi sonrisa desaparece para volver a mi temple serio y desconfiado; todavía no me acostumbraba a la multitud juvenil que llenaba el campus y sofocaba mi espacio personal, me trataba de animar para intentar acostumbrarme a estos días tan movidos.

Elisa se despide y yo entro a la primera hora de clases, Orientación me estaba dando a entender si realmente era la carrera que quería estudiar; no lo dudaba, quería ayudar y dar más de lo que he llegado a dar.

Principalmente esperaba superar mi potencial, sobre todo el personal y claro debía hacer muchas cosas primero.

—Hola Scarlett, ¡Buen día!— La sonrisa de Tess como se me hacía costumbre iluminaba todo el aula incluso mi enseriado rostro.

—Hola Tess— No se me hacía difícil regalarle una sonrisa a Tess, eso me sorprendía un poco pero dudo que alguien pueda evitar darle una sonrisa a la deslumbrante Tess, en fin solo quedamos en un saludo porque llego el profesor y quería darle mi absoluta atención a la clase.

Siempre hay un momento en tu vida que solo un pequeño selecto grupo de personas pueden sacarte sonrisas, esas personas que logran sanarte por fuera definitivamente son las mejores y las que logran que sanes un poco interiormente merecen el cielo, digo solo un poco porque del resto debes sanarte completamente tu mismo.

Y la clase de hoy trataba de cuan importante era para uno el desarrollo de nuestro conocimiento al transcurso de la carrera, porque cada semestre debía uno aprender más y más y tomar en cuenta cada palabra, cada clase y cada nota que dejas sobre lo que estudias, era una manera de acoplar tu ser a lo que amas hacer.

Terminando la clase no me sorprendió que muchos saliéramos satisfechos con lo que aprendimos, era un profesor que sabía motivar y dar los puntos claves.

Eso si tenía que apurar mi paso para salir de un tumulto de personas y llegar hasta mi prima.

—¡Oye! Espera...— sentí una jalada de mi brazo y ya iba a entrar en pánico pero me calme al ver a una agitada Tess —¡Dios! Si que caminas rápido chica, quería saber si te gustaría pasar el día conmigo, ya sabes comer juntas e ir a clases juntas— Hay tanta seguridad en sus palabras que no se como decirle que normalmente me la paso con mi prima.

—¡Será un gusto para ella pasar el día con una nueva amiga!— Exclama con emoción Elisa al llegar de sorpresa a mi lado —Por cierto, un gusto, soy Elisa su prima— se presenta sin siquiera dejarme hablar y me sorprende la manera en la que se desenvuelve tan rápido con una persona que va conociendo.

Es digno de admirar, ya que con su amigable carisma logro que Tess le regalará una sincera y cordial sonrisa.

Quería lograr eso en las personas mucho antes de entrar en mi triste temor hacía ellas, ya había logrado tener una nueva amiga sin tener que decir mucho, ya lo demás dependía de mi.

Celeste se hubiera burlado de mi falta de palabras en una conversación para lograr que yo pudiera hablar, ese era su don.

Tenía esa sencilla habilidad de lograr entablar una larga y profundad conversación conmigo, con todos la verdad, pero me sentía única y aquí donde me ves, callada y perdida en mi mente pasaba hasta la madrugada expresándole todo.

Y es donde te das cuenta que existen personas realmente capaces de hacerte sentir especial, tomarse el tiempo para hacer que notes tu esencia; esa que te hace ser fuerte, que hace que te motives a ti mismo a seguir.

Porque cada persona que llega a tu vida, llega con una enseñanza que logrará hacerte ganar y fallar en cada paso, esa que se va y solo dura un tiempo es la que más te da para aprender.

Son palabras que aprendí de ella, palabras que te hacen libre, palabras que ahora son las

que me motivan y me dan esperanza.

Me perdí tanto en mi mente y en mis recuerdos que no supe cuando se fue mi prima y volví a la realidad donde tenía a Tess jalando mi brazo para guiarme a todas las partes del campus que quería que conociera.

Y solo así, cuando caí en la realidad, temí porque mis miedos y monstruos salieran a la luz y arruinaran todo el comienzo que tuve con esta nueva amistad.

Sería un largo día.

***

¡Hola! ¡Hola! Mis amores lamento la ausencia con esta historia, tenía un bloqueo horrible y para mi es tan especial escribirla que no quería arruinarlo, pero aquí les traigo un capítulo que dice mucho mas de lo que he logrado expresar y espero sientan cada palabra y allá valido la pena la espera.

Espero su opinión.

Besos.

Att: Liss.