Reino del Eclipse, diecisiete años antes.

Hace mucho, mucho tiempo atrás, era un día lleno de alegría y música para el Reino del Eclipse, conocido así porque durante un eclipse es cuando único la Luna y el Sol convergen y se reúnen, como dos amantes que han esperado durante mucho tiempo su reencuentro. Pero la dicha de ellos no era por el eclipse que surcaba el cielo, sino por el nacimiento de su princesa, una hermosa niña de cabellos plateados como la Luna. El rey y la reina estaban felices, durante años habían anhelado tener una hija y ahora por fin su sueño se hacía realidad. Por eso, la protegerían con su vida si era necesario para que nadie la lastimara jamás y siempre fuera feliz.

Cerca del palacio, una joven pareja también celebraba un nacimiento, el de su tan esperado hijo. Después de aguardar por nueve largos meses, al fin había nacido un precioso bebé: un reluciente niño de cabellos dorados como el Sol. La madre y el padre observaban dichosos a su retoño jurando que siempre tratarían de hacerlo feliz y no dejarían que alguien lo lastimara.
Sin embargo, la joven pareja y los reyes no sabían lo que acechaba cerca, muy cerca de ellos. Y mientras un peligroso brujo en la oscuridad de su prisión, donde lo habían encerrado para que no causara daño alguno, se preparaba para cumplir su tan esperada venganza, los dos bebés lloraban en brazos de sus madres sin conocer cuál sería su destino.

— Dos preciosos niños han nacido, uno representa la Luna, el otro el Sol. Durante siglos se ha conocido el amor imposible entre estos y el destino al cual están unidos. Ahora yo, Randar, uniré la vida de estos dos bebés al Sol y a la Luna, los condenaré a existir como ellos. La niña solo abrirá sus ojos al anochecer, cuando los últimos rayos de luz se estén desvaneciendo y el niño solamente despertará cuando el día comience a surgir y se abra paso por el horizonte. Que se haga mi voluntad y que mi venganza llegue a aquellos que me hicieron sufrir— pronunció el brujo su conjuro y entonces la puerta en donde lo tenían encerrado se abrió de golpe.

— ¿Qué has hecho? ¡No te perdonaré jamás! Creía que encerrarte aquí acabaría con tu maldad, no quería destruirte porque te quiero. ¡Pero eso se acabó, este es tu fin! — gritó una mujer, oculta por la oscuridad de la noche, antes de lanzar un conjuro de fuego y acabar con la vida del brujo mientras las lágrimas caían por su rostro. En su corazón había presentido que algo iba mal, había intentado detenerlo, pero llegó demasiado tarde.

 
— ¿Pudiste detenerlo? — le pregunta un hombre poniéndose a su lado, ambos mirando la desolada y tenebrosa habitación. 

A pesar de la noche ocultar sus rostros, eran capaces de distinguir los ojos del otro. Ella niega con la cabeza y ambos se miran. Ellos fueron los causantes de este desastre, sino le hubiesen permitido al brujo permanecer con vida, nada de esto habría pasado. Ahora deberán vivir con ese secreto para siempre y esperar que nadie se entere de que ellos ayudaron al brujo a permanecer en el Reino del Eclipse.

— Pobres bebés, son tan jóvenes e inocentes. Ahora les tocará vivir un horrible destino porque no fui lo suficientemente fuerte para acabar con su vida antes. Debí cumplir con mi deber y matarlo, habría podido evitar esto— dice llorando mientras el hombre la abraza con fuerza intentando consolarla.

— No es tu culpa, no podías saber lo que pasaría, por más fuerte que seas... tú magia tiene limitaciones. ¿Cuál fue su hechizo?

— No sé, pero algo me dice que muy, pero muy pronto lo descubriremos.

🌜❤️🌞❤️🌜❤️🌞❤️🌜❤️🌞❤️🌜❤️🌞

Aquí tenemos el Prólogo. ¿Qué les ha parecido?

Muy pronto subiré el primer capítulo. Espero vuestros comentarios