Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Vuelta al hogar

Había derretido la lanza de hielo para poder quitarla de su pierna sin causarle más dolor. Había atravesado su muslo izquierdo de lado a lado. Así que ahora no podía caminar y podía desangrarse. Hizo un torniquete en su pierna bajo la atenta mirada de odio del dragón. Luego puso la mano sobre la herida y la congeló, dolorosamente, para detener por completo el sangrado, hasta que llegaran a su campamento y pudieran curarle. Luego le cargó a su hombro como si no fuera más que un saco de patatas. YoonGi estaba furioso por lo que había hecho. Se lo habría esperado de cualquier otra persona, pero se dio cuenta de que, con ese dragón de ojos bonitos, había bajado demasiado la guardia, así que, más bien, estaba furioso con sigo mismo. HoSeok, por su parte, se sentía demasiado débil y confundido por la perdida de sangre y el dolor. Así que se dejaba cargar sin dar muchos problemas. A veces se desmayaba, a veces recuperaba el sentido de lo que ocurría e intentaba revolverse sin éxito. Todo daba para vueltas a su alrededor la mayor parte del tiempo. Y entonces, oyó un sonido que conocía bien.

- JiMin. - Susurró.

- ¿Qué? - Antes de que YoonGi pudiera escucharlo, HoSeok, en su delirio, había reconocido el batir de alas de su hermano menor. El cielo se enegreció y un bufido cortó el viento. - Esto no es bueno. - Siseó YoonGi. ¿Cómo les habían encontrado? Entonces lo entendió, ¿Cómo podía haber sido tan estúpido? Estaba tan ofuscado, tantas cosas rondaban en su cabeza, que no se había dado cuenta de que el rugido que HoSeok había dado, al ser atravesado por su lanza, debería haberse oído en la otra punta del mundo. - Eres un idiota. YoonGi. - Se regañó a sí mismo. ¿Cómo había cometido él un fallo tan absurdo?

Una llamarada surgió por encima de su cabeza. Tuvo que soltar su carga para esquivarla. Cuando tenía intención de recogerla y usar a HoSeok como escudo para poder huir y sobrevivir, un rayo cayó entre ellos, lo que le impidió avanzar. La enormidad de un dragón descendió sobre ellos y rodeó al príncipe con sus poderosas alas para protegerlo. Justo después dio un coletazo que pudo haber hecho que YoonGi volara lejos de no ser porque logró esquivarlo a duras penas. Tras eso, de nuevo otra llamarada, esta vez de trayectoria horizontal, iba directamente hacia él. Su magia de hielo le protegió, pero no sabía cuanto tiempo podría mantenerla. Finalmente se vio a sí mismo de rodillas, agotado, soportando el intenso calor con su magia. Él no era tan poderoso como un gran dragón de fuego completamente transformado. Incluso si todavía podía aguantar más tiempo, ¿cuánto tardaría el príncipe JiMin en lanzarle un rayo ahora que no podía esquivarlo? Por suerte para él, de momento, JiMin parecía ocupado cuidando de su hermano.

- Basta, JungKook. - Le ordenó. - Ya no puede más. - Bramó la gutural voz del dragón de zafiro. 

- Déjame incinerarlo. - Pidió el dragón de escamas escarlatas.

- No. Quítale la llave de las esposas. - Ordenó. JungKook volvió a su forma humana más rápido de lo que YoonGi se lo había visto hacer a ningún otro dragón, y caminó hasta él.

- El famoso cazador blanco. - Habló viéndole desde arriba, mientras YoonGi luchaba por respirar agotado por haber usado demasiado poder y acalorado por la presencia del fuego del dragón, que había dejado árboles en llamas. YoonGi no soportaba nada bien el calor. - No pareces tan poderoso ahora.

- JungKook, deja de jugar con la comida y trae las putas llaves. - Le apremió JiMin. JungKook se agachó, registró un poco a YoonGi y le lanzó las llaves a su amigo cuando las encontró. JiMin aún era un dragón cuando JungKook había encontrado las llaves, pero ya era un humano cuando las cogió al vuelo sin esfuerzo. YoonGi quedó asombrado. Nunca había visto una velocidad de cambio similar. Era como si el dragón hubiera desaparecido de repente y el príncipe hubiera aparecido en su lugar. - Tranquilo HoSeok, ya estás a salvo. - Mantenía ahora a su hermano entre sus brazos. Le quitó las esposas y observó la herida de su pierna. - Joder. Atraviesa de un lado al otro del muslo. - Le comentó a JungKook.

- Eso va a tardar en curarse. - Opinó JungKook. Por suerte, los dragones tenían una curación bastante acelerada. - ¿Puedo calcinarle ya? - Preguntó. JiMin miró a YoonGi y meditó.

- Aún no. - Pronunció. Le lanzó las esposas que le había quitado a HoSeok. - Ponle esto y busquemos algo para atarle bien. Nos lo llevamos al reino. Quiero interrogar a ese malnacido.

- Como quieras. - Dijo poniéndole los grilletes a YoonGi. - Andando, despojo.

~  ~  ~

Volaron hasta casa. JiMin habría querido cargar a HoSeok en su lomo, pero parecía que había perdido demasiada sangre para sujetarse correctamente, así que tuvo que llevarlo entre sus patas con mucho cuidado. De la misma forma, pero con menos cuidado, JungKook llevaba a YoonGi. Se disculpó irónicamente cuando le clavó una de sus garras en el hombro y la herida sangró durante todo el camino, aunque se aseguró de que no fuera nada verdaderamente grave. Cuando llegaron, medio reino estaba en las calles para recibirles a pesar de que ya era de noche. HoSeok estaba desmayado y fue trasladado a la enfermería. Debía descansar además de curar sus heridas. En cuanto estuviera en forma, tendría que encargarse de hacer brotar las semillas de los campos. Su hermano sabía que eso le costaría algo de tiempo y cansancio. También sabía que HoSeok no se rendiría hasta conseguirlo.

- Llevadlo a una celda. - Ordenó JungKook cuando dejó al cazadragones en el suelo. - Haced un torniquete en la herida de su hombro y mantenedlo encadenado y bien vigilado las 24 hora del día. No quiero fallos.

- General. - Habló TaeHyung, que se había quedado en el reino a pesar de sus insistentes réplicas. Observó a JungKook de arriba a abajo para comprobar que estaba bien. Hecho eso, retomó su actividad como soldado. - Encontramos a los dos cazadragones que habían logrado infiltrarse. Al que alcancé con la flecha ha muerto por la herida. El otro se ha tirado por el acantilado cuando le hemos rodeado al grito de: "No quiero morir calcinado". - Anunció sorprendiendo a JungKook.

- Vaya, no parecía muy entregado a la causa, para ser un cazadragones. - Opinó JiMin, que estaba escuchando.

- Esa es la cuestión. - TaeHyung miró a YoonGi, al que le estaban prácticamente arrastrando para sacarlo de allí. - No eran cazadragones. Eran humanos, tan normales como yo. - Aseguró. Todos miraron a YoonGi entonces, pero este desvío la mirada.

- Sólo eran una distracción para poder llevarse al príncipe HoSeok. - Comprendió JungKook. - Él fue el único cazadragones que vino realmente.

- Mercenarios bien pagados. - Opinó JiMin. - Como sea. Nos ocuparemos de eso después. Refuerza la vigilancia en las fronteras. No quiero más sorpresas. - Dijo frotándose el puente de la nariz.

- Sí, señor. - Inclinó la cabeza respetuosamente ante su príncipe.

- ¡JiMin! - Gritó TaeMin medio corriendo para llegar hasta él.

- No corras, TaeMin. - Dijo acercándose a grandes zancadas. - Estoy perfectamente. HoSeok también se pondrá bien. No te alteres. - Le pidió rodeándole entre sus brazos en un amoroso abrazo.

YoonGi les observó desde la lejanía comprendiendo quien era finalmente el príncipe TaeMin y, en cierto modo, alegrándose de que no fuera la pareja del dragón de ojos verdes.

- Igualmente, sigue sin ser de la realeza. - Murmuró para sí al saber que sus sospechas eran ciertas. - Morirá dando a luz. - Chasqueó la lengua molesto. No por el hecho de que hubiera un dragon menos en el mundo, sino por la forma en la que ocurriría. Aquello le dolía y molestaba terriblemente. Mientras ocurría esto, el rey observaba desde el balcón y dos soldados conducían al prisionero a trompicones hasta una celda oscura y húmeda. Con su magia de hielo, ni el frío ni la humedad le importaban demasiado. Pero la herida de su hombro y sus muñecas empezaban a arder.

~  ~  ~

- Mi pequeño. Qué te han hecho. - Se lamentó Jin.

-Se pondrá bien, majestad. - Aseguró el sanador más sabio del reino.

- Le quedará una fea cicatriz. - Observó JiMin. - Maldito. - Siseó. - Voy a hacer que lo pague caro.

- Nada bueno surge de la venganza, JiMin. - Le aconsejó su padre.

- ¿Qué pretendes que haga? ¿Qué lo libere? - Dijo incrédulo.

- Claro que no. Pero ensañarse con él por tu dolor personal sería un error.

- Yo no veo el error. Él ha hecho daño a muchos de los nuestros. No sólo aquí. Ha ido matando dragones de todos los reinos. Merece que le devolvamos el golpe. Averiguar a que reino de cazadragones pertenece y masacrarlos.

- No hace falta averiguar cosas que ya sabemos, JiMin. - Aseguró el rey. Su hijo le dirigió una mirada confusa. - Está claro que el cazador blanco es hijo del rey cazadragones del norte.

- ¿Te refieres al cazador de las sombras? ¿El cazadragones que asesinó a padre? - Jin asintió apesadumbrado.

- Nunca olvidaré el rostro de ese hombre. Y ese cazador blanco es igual a él.

- Con más motivo, debe pagar.

- Con más motivo... - Le corrigió su padre. - ...hemos de ser precavidos, conocer al enemigo  y sus planes.

- Ya sabemos lo que planean. - Opinó JiMin. - Sólo quieren matarnos a todos por que nos odian sin razón alguna.

- Los hombres que actúan sin razones, actúan sin motivaciones. Un soldado no motivado es un soldado que puede, fácilmente, cambiar de bando. - Argumentó el dragón de oro.

- Eso no es cierto, padre. Un soldado puede ser leal simplemente obedeciendo órdenes. No necesita una verdadera razón para ello, sólo la superioridad de su rey. - Expresó el príncipe.

- ¿Eso piensas de tus súbditos, JiMin? - Comentó el rey, casi parecía decepcionado. - ¿Crees que JungKook obedece tus órdenes sólo porque eres su rey?

- No estoy hablando de JungKook. - Aseguró. - Él es mi amigo.

- Justo por eso te obedece con lealtad. La confianza y el respeto mutuo es la base de cualquier relación sana y estable. Ya sea entre compañeros o entre un rey y sus súbditos. - Le explicó. - Así es como nuestro general mantiene unidas a sus tropas. Quizá debieras aprender más de él en ese sentido.

- Sí, padre. - Reverenció. - Lamento mi impertinencia.

- Duele... - HoSeok dio un quejido lastimero al despertar. JiMin le sostuvo la mano al instante. - ¿Dónde...?

- Estás a salvo ahora, hermano. Estás en casa. - Le calmó.

- El cazador. - Pronunció HoSeok a duras penas.

- Está encerrado. No te hará más daño. - Le aseguró JiMin intentando darle seguridad.

- Órdenes...

- No te esfuerces, hijo mío. - Habló Jin acariciando su mejilla.

- Sigue órdenes del rey de las sombras. - Consiguió articular el desorientado dragón. - Él... Debo saber por qué...Él... No quería hacerlo... Él... - JiMin se acercó a él para poder escucharle mejor. - Él dice que tengo unos ojos bonitos. - JiMin y Jin se miraron confundidos.

- Ya pasó, HoSeok. - Habló su padre. - Descansa ahora.




*COMENTA Y VOTA!!!!! #FELIZJUEVES   Ya casi es fin de semana y dentro de nada es NAVIDAD!!!!!!!!!!   Yo no pararé para Navidades, así que os iré dejando mis regalitos por aquí!!!! 

Espero que os haya gustado mucho!!!! Dejadme muchos comentarios bonitos y nos leemos el próximo Jueves!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro