Unos ojos bonitos
- ¡Me has asustado! - Exclamó el dragón desde la cama. Aunque habló en voz baja para no llamar la atención de nadie. - ¿Qué haces aquí? - La figura, arrodillada a los pies de su cama, permaneció quieta por un momento.
- Lamento entrar así. - Pronunció al fin. - Llevo varios minutos pensando en si debería despertarte o irme. - Reconoció.
- ¿Por qué dudabas tanto? - Quiso saber desperezándose y sentándose en la cama
- No sentía que tuviera derecho a hacerlo, ni a estar aquí. - Reconoció el intruso. - Y menos ahora que estás prometido.
- Ya... - No sabía que decir a eso.
- Tenía miedo de encontrarte aquí con él. He oído que la costumbre en este reino es que compartáis alcoba desde el inicio de vuestro compromiso.
- Sabes muy bien que no estoy enamorado de JungKook y que él está enamorado de otro. - Le recordó. - Hemos decidido esperar a que TaeHyung abandone el reino. Lo contrario no sería muy comprensivo por mi parte.
- Siempre pensando en los demás. - Señaló el dragón blanco.
- Voy a gobernar este reino, YoonGi. Pensar en los demás es mi trabajo. - Aseguró con firmeza. ¿De qué estaban hablando? ¿Por qué no hablaban de por qué YoonGi estaba en su habitación? HoSeok no sabía como comportarse y optó por hablar de forma fría, como un rey, porque no quería que sus sentimientos por él se desbordaran de nuevo y causar así un daño mayor o quedar en ridículo. Era mejor hablar de banalidades que centrarse en el tema principal, si quería mantenerse firme y no caer.
- ¿Y qué hay de pensar en ti mismo?
- Pensé en mí mismo hace unos pocos días. Y eso te hizo daño. - Rememoró la situación. HoSeok le había besado en el bosque y eso había ocasionado que YoonGi sufriera como consecuencia de los traumas que acarreaba por culpa de su padre.
- Eso no fue culpa tuya. - Aseguró YoonGi. - Yo fui un estúpido.
- ¿Estúpido? ¿Por qué? Fue tu padre el culpable de tu dolor. Tenías miedo. Pude verlo.
- En ese momento, estaba aturdido. Como desorientado. - Explicó. - No podía quitarme de la cabeza aquellos años de sufrimiento. No era capaz de razonar bien y huí. Pero después, cuando conseguí calmarme, debí buscarte.
- Yo también quería hacerlo. - Afirmó el dragón de jade. - Pero tenía tanto miedo de volver a provocarte ese dolor. - YoonGi se acercó a él y cogió sus manos dulcemente.
- Lo sé. Por eso fui un estúpido. No lo hice porque me sentía avergonzado y porque creía que, si me iba a ir de todas formas, era mejor dejarlo así. Pensé que buscarte de nuevo sólo causaría problemas. Quería creer que había sido momentáneo. Que mis sentimientos por ti y los tuyos por mí no eran tales, que no eran más que un divertimento o una tentación para desafiar a vuestro padre por ser yo un cazadragones. Pero... - Su voz rápida y atropellada cambió. Un nudo se formaba en su garganta duramente. - Cuando supe lo del compromiso esta mañana... me sentí tan destrozado, HoSeok. Me di cuenta de que mis sentimientos eran reales y de que te había perdido para siempre. Perdóname. - Rogó cuando las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. - Sé que ya no tengo derecho a estar aquí y confesar esto. Aun si soy consciente de que tu compromiso con el general es sólo por necesidad y devoción al reino, es demasiado tarde.
- Nada habría cambiado si me lo hubieras dicho antes, YoonGi. Lo sabes. - Claro que lo sabía. Ni el rey regente ni el pueblo le habría dejado jamás comprometerse con él. Pero YoonGi no se refería a eso.
- Pero, el hecho de que te lo diga ahora, es injusto para ti. Estoy aquí porque soy un egoísta. - Reconoció sin que HoSeok comprendiera nada. - Porque, desde el momento en que supe que serías de otro, incluso si voy a desaparecer de tu vida y marcharme por la mañana, no podía irme sin saber cuáles son tus verdaderos sentimientos por mí. Quería... quiero... - Rectificó. - ... saber a quién pertenece tu corazón. - Dijo finalmente. - Ahora, dime que lo amas a él y déjame partir con el corazón roto pero sabiendo que tú eres feliz. Haz eso, HoSeok. Te lo suplico. - Si el imponente cazador blanco no podía contener las lágrimas mucho menos el delicado dragón de jade.
- No puedo hacer eso. - Aseguró el príncipe mirándole a los ojos. - Yo también soy muy egoísta, me temo. Si miento y digo que no te amo te irás de mi habitación ahora y no sé si volveré a verte. Pero si digo la verdad y te digo que te quiero, te quedarás conmigo esta noche.
- Eres cruel, mi príncipe. - Formuló YoonGi con tristeza. Había tenido la pequeña esperanza de que HoSeok fuese feliz mientras él se iba y la había destrozado por completo.
- Lo soy. - Dijo acariciando su pálida mejilla, sin dejar de buscar en sus lagrimas. - Acabo de romper mi corazón y el tuyo por pasar contigo unas pocas últimas horas. - Confirmó. - Yo prefiero pasar juntos el tiempo que me queda contigo a pasarme toda una larga vida pensando en que te amo y no me atreví a tocarte cuando tuve la oportunidad. Pero tú aún puedes irte, si prefieres no salir más dañado y quedarte con un recuerdo más puro e inocente de nuestro amor. Yo estoy dispuesto a dejar que hagas añicos mi corazón cuando por la mañana ya no estés, si ahora puedo disfrutar de tu amor y saber que, una vez, te tuve junto a mí.
- Lo que estás insinuando... - YoonGi apartó la mirada y cerró los ojos con fuerza. Eso era difícil para él. Si un beso había desembocado un reacción tan mala en él, ¿qué pasaría si iban más allá? - ...no sé si seré capaz.
- No tienes nada que demostrar. Sólo quédate conmigo. - Pidió. Si YoonGi no podía llegar hasta el final era menor de sus problemas. HoSeok sólo quería tenerle cerca y sentirse amado. - De todas formas, he oído que la primera vez entre una pareja siempre es un desastre, pero que, al mismo tiempo, se transforma en un hermoso recuerdo. - El dragón blanco ya sentía que su corazón iba a salirse de su pecho. Muy despacio, como si tuvieran todo el tiempo del mundo, volvió a abrir los ojos y mirar a HoSeok, quien limpió sus lágrimas aun si sus mejillas también estaban mojadas. Era tan dulce y tan hermoso que a YoonGi le costó comprender cómo no había entendido sus propios sentimientos antes. No sabía cómo expresarlo.
- Tienes unos ojos bonitos. - Las palabras escaparon de sus labios sin poder detenerlas e hicieron a HoSeok sonreír. El príncipe tiró de las manos del cazador para que se pudiera a su altura. Las sábanas se deslizaron a un lado y YoonGi se sentó en el borde de la cama. Hipnotizado, no podía dejar de mirarle. Se besaron. Lento. De nuevo, como si el tiempo estuviera detenido para ellos. Esta vez, YoonGi empezó a estar ansioso queriendo profundizar el beso, pero HoSeok se sentía torpe otra vez. Era tan inexperto que era muy dulce y tierno. YoonGi sonrió. Ya no sabía que hacer para que HoSeok abriera la boca y le dejara entrar, pero estaba seguro de que sabía que lo entendía y sólo estaba nervioso. Acarició sus labios con los dedos. - No seas tímido.
- Es que yo nunca... - Titubeó.
- ¿Nunca? - Preguntó. HoSeok negó avergonzado, pero a YoonGi no le podía importar menos. - Besas muy bien. No te pongas nervioso. - Le abrazó y le acercó más a él. - Abre la boca. - HoSeok asintió un poco inquieto y YoonGi le calmó con sus caricias. Sus labios se unieron de nuevo y el príncipe, torpemente, abrió poco a poco su boca. YoonGi lamió sus labios, luego sus dientes y, finalmente, acarició su lengua con la suya. Sólo un poco al principio. Luego más y más. HoSeok gimió abrumado, pero no se detuvo. El aliento de YoonGi era frío debido a su magia, pero era cálido al mismo tiempo.
- Me gusta. - Confesó de pronto.
- Me alegro. - Rió YoonGi. Agarró su camiseta y se la sacó rápidamente. Luego cogió la de HoSeok, pero la retiró mucho más lentamente, pendiente de que no se sintiera incómodo por la intromisión. Se estaba sorprendiendo de sí mismo, de que su mente no viajara por la parte oscura de sus memorias y estuviera disfrutando de tener esa clase de intimidad con el dragón de jade. Rezaba porque su mente siguiera firme como hasta ahora. Cuando le quitó por completo la camiseta, observó su piel de canela. Contrastaba tantísimo con la suya, que era tan blanca como la nieve. Le invitó a recostarse quedando él encima. Acarició su cuello, su clavícula y bajó poco a poco por su perfecto torso. Sintió como el corazón de HoSeok latía con fuerza. Besó su pecho, justo encima de su corazón. - Se que estás nervioso, pero va a darte un ataque, HoSeok. Respira despacio. - Le aconsejó. Besó su esternón, sus costillas y su vientre mientras HoSeok intentaba calmarse, pero cuanto más abajo iba más difícil le era, porque una pregunta rondaba en su cabeza.
- ¿Duele mucho? - YoonGi levantó la cabeza mirándole confundido.
- ¿Doler? - Le preguntó extrañado. - ¿El qué?
- Cu...cuando me...cuando tú me... - Estaba demasiado avergonzado para decirlo.
- ¿Ya has decidido por tu cuenta que voy a ser el activo? - Preguntó sonriendo enternecido por su timidez.
- ¿No... no quieres?
- Sí, claro. Si eso está bien para ti. Sólo que no sabía que lo habías dado por hecho de esa forma.
- Creo que... ahora mismo... no sabría cómo ser el activo. - Afirmó. - Y creo que... siento que... es la mejor forma para nosotros. - YoonGi sonrió y acarició su rostro con delicadeza.
- Si así lo deseas, así será. - Aseguró. - No te preocupes. Haré que no duela demasiado. - HoSeok asintió más seguro, pero no menos avergonzado.
*COMENTA Y VOTA!!!!
Sé que os he dejado a medias, pero tranquilas que no acabará ahí la noche. Xdxd
Espero que os haya gustado mucho!!!
El pasado día 23 fue el día del libro, al menos en España. Este día, las parejas se regalan un libro y una rosa pero ¿por qué? Pues, curiosamente, esta historia tiene que ver con dragones.
Es la leyenda de San Jorge y el dragón. Una princesa fue entregada al dragón como sacrificio. San Jorge mató al dragón para salvar a la princesa. La sangre del dragón hizo que creciera un rosal. San Jorge cogió una rosa y se la entregó a la princesa.
Os dejo aquí la historia entera si alguien quiere echarle el ojo:
https://www.google.com/amp/s/www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/leyenda-san-jorge-sant-jordi-y-dragon_12574/amp
Como el día de San Jorge coincide con el día que murieron Shakespeare y Cervantes, se celebra el día del libro. Y por eso, aquí las parejas se regalan una rosa y un libro.
Y después de toda esta historia que os he contado llega la pregunta que quiero haceros.
PREGUNTA: ¿Cuál es vuestro libro favorito?
Yo os digo uno que me encantó en su momento. No sé como de conocido será fuera de España pero os lo recomiendo muchísimo si os gusta la fantasía. Espero que podáis encontrarlo. Se llama Memorias de Idún. Es maravilloso!!!!
Un besazo!!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro