Un plan loco
JungKook entró a hurtadillas a la tienda del príncipe. Sabía que NamJoon no había llegado a entrar, lo había visto todo desde su tienda, espiando como un cotilla cuando les había oído llegar. También había visto el fugaz beso. Necesitaba escuchar la versión de su amigo ahora que estaba solo. Quizá aquello había salido bien y HoSeok había encontrado a su media naranja. Le encontró sentado en una silla, mirando a la pared, completamente perdido. Sólo había dos opciones, o había salido todo muy bien y estaba enamorado o todo lo contrario y estaba más confundido que nunca.
- HoSeok... ¿Cómo ha ido? - Tanteó.
- Bien... - Respondió. No parecía muy convencido. - NamJoon es un buen tipo. De hecho es perfecto. - Aseguró. - Es inteligente, guapo, gracioso, educado. Tiene todo lo que se puede pedir de una pareja y de un rey. - Anunció.
- Entonces... es una buena noticia. - HoSeok miró a su amigo desanimado. - O no lo es... - Dijo confundido.
- No me gusta. No me atrae en absoluto. - Confesó finalmente. Dejó caer el rostro derrotado. - Supongo que debo resignarme. El amor verdadero no es para los reyes. - Forzó una sonrisa. - Podría ser mucho peor, ¿no? - Buscó su consuelo, pues no le quedaban más opciones.
- Lo siento mucho, HoSeok.
- Si al menos se pareciera un poco más a ti podría anhelar a que mi vida fuera más emocionante, pero él parece tan parado para mí. - JungKook tragó con fuerza. Eso no significaba que HoSeok sintiera algo por él ni mucho menos, pero quizá...
- HoSeok... - Empezó sin saber como iba a acabar aquello. - Crees que yo... - El príncipe le miró curioso. No sabía a que se refería. Reformuló sus palabras. - Quiero decir, mi padre me dijo que...
- JungKook ¿qué intentas decir?
- ¿Y si fingimos emparejarnos tú y yo? - Propuso finalmente. - Mi padre está desesperado por que te conquiste y que me convierta en rey. - Confesó. HoSeok no se mostró muy sorprendido. Todo el mundo sabía que G.D. codiciaba el poder. - Yo no anhelo la monarquía, HoSeok, pero quizá pueda ofrecerte más tiempo para encontrar a alguien adecuado para ti y para el reino. Incluso si no lo encontraras en su momento si decidieras que puedo mantenerme a tú lado como regente será un honor para mí. - Aseguró el general. - Sabes que siempre haré lo mejor para el reino y tendrás toda libertad para hacer de tu vida lo que quieras. No reclamaré nada. No tendría derecho a hacerlo. - Aseguró bajando la cabeza.
- ¿Qué tonterías dices? ¿Cómo íbamos tú y yo a estar juntos? Aunque fuera fingido. ¿Qué sería de TaeHyung? ¿Por qué ibas tú ha hacer algo así? - Preguntó ante la absurda propuesta.
- Haría lo que fuera sólo por el reino y por la familia real. - HoSeok ya sabía eso pero no podía hacerlo.
- Ese sacrificio no te pertenece. Soy yo el que tiene que llegar ese peso. - Le recordó. - No podría darte algo tan valioso como la libertad que estás regalando tan fácilmente.
- En realidad, la regalaría si usted me lo pidiera. Pero me gustaría rogaros algo a cambio. - Se atrevió a decir.
- Deja de hablar tan educadamente, me haces sentir mal. - Le cogió por los hombros y le hizo mirarle. - ¿Qué puedo hacer por ti?
- En la remota posibilidad de que TaeHyung vuelva con el Grimorio Sagrado. - Empezó diciendo JungKook.
- Volverá, confía en él. Es muy fuerte para ser un humano. - Sonrió
- En quien no confió es en ese cazadragones. - Planteó. HoSeok tragó con fuerza. En cierto modo había sido su culpa porque él le había dicho a su padre que le diera una oportunidad a YoonGi. - En caso de que consigamos el libro, TaeHyung tendría la oportunidad de convertirse en cazadragones. - Reveló finalmente sus intenciones. - Si se lo permitiesen... Si pudieras otorgarle con la longevidad a TaeHyung... - JungKook alzó la mirada para mirar a HoSeok y le vio abrir mucho los ojos, sin saber que significaba eso. - Haré lo que sea.
- ¡Esa es una idea genial! - Exclamó entusiasmdo. - Así podríais estar juntos.
- Lo que sea, mi príncipe. - La expresión de HoSeok se relajó y acarició la mejilla del menor.
- ¿Qué hay que no hayas hecho ya por nosotros, JungKook? - Le aseguró. - Nos lo has dado todo y estás dispuesto a seguir haciéndolo. Eres familia para mí, por supuesto que haré lo que sea para que TaeHyung sea un cazadragones y podáis tener una vida juntos. Y estoy seguro de que TaeHyung volverá con el libro. - De repente la posibilidad era más clara que nunca. Si HoSeok tenía un don era el de dar esperanza a las personas. No pudo evitar que se le saltara una lágrima. ¿De verdad era posible tener una vida larga y completa con TaeHyung?
- Gracias, alteza. - HoSeok sonrió.
- Deja de llamarme así. - Rió. - Eres un hermano para mí. - JungKook de repente negó.
- Me temo que no puedo ser un hermano ahora, HoSeok. - Afirmó. - No puedes emparejarte con ese dragón negro. No serás feliz, y yo no permitiré que hipoteques tu vida de esa forma.
- Es mi deber. - Respiró con la suavidad y la elegancia de un rey. - Estaré bien, no te preocupes por mí.
- Finjamos estar juntos. - Propuso sin dudar. - Sé que a TaeHyung no le importará que finjamos... - De repente dudó. - ...siempre que usted no quiera que yo...
- ¡JungKook! - Se puso colorado. - ¿Cómo iba yo a querer eso? - Desvió la mirada avergonzado. JungKook rió ante su reacción.
- HoSeok, ¿eres virgen? - El príncipe se atragantó con su propia saliva. - ¿De verdad? Creí que al menos habrías disfrutado de algún revolcón con alguien.
- ¡Calla! No sigas. - Le gritó y de pronto se calló. Tenía miedo de que alguien alrededor de su tienda se diera cuenta de que no estaba solo a esas horas de la noche. ¿O quizá si debería dejarse llevar? En ese momento de silencio se oyó un gemido que cortó el aire en una tienda cercana. HoSeok se estremeció. Él hacia mucho que era un adulto, pero no sólo se sintió avergonzado aquella vez, pensó que quería sentir lo que esos dos dragones estaban sintiendo en ese momento. Encontrar a alguien que le hiciera sentir amado de verdad. No como un amor familiar, no como un amor de hermanos, sino como un amor de amante. De deseo, de pasión. Esa clase de amor que no había sentido hasta ahora. - Esto... ¿Deberíamos finjirlo y engañarlos a todos? ¿Al rey SuHo, al príncipe NamJoon, a mi padre y al tuyo?
- HoSeok, hay un hombre hecho a tu medida en este mundo. Lo sé. - Le cogió de las manos. - Y, aunque no soy yo, daré todo de mí para que lo encuentres. Hasta entonces, el trono es tuyo. Por derecho de nacimiento siempre ha sido vuestro, alteza. Si está en mi mano ayudarte a conseguirlo lo haré.
- Eso sería pedir demasiado. - Aseguró HoSeok. JungKook negó rápidamente.
- Sus deseos serán ordenes para mí. Sólo dime que necesitas que haga. - HoSeok suspiró. - Por el momento ve a tu tienda. Se supone que no tenemos que dejar que nos pillen, ¿no?
- Intentaré no ser demasiado discreto al escabullirme de sus aposentos, alteza. - Se rió un poco. Se acercó a su oído tentadora mente para continuar burlándose de él. - Con un poco de suerte alguien pensará que ese gemido de antes os pertenecía. - HoSeok quedó helado y JungKook caminó hacia la salida.
- ¡Eres un pervertido! - Le gritó cuando ya se había ido.
~ ~ ~
La fiesta de la cosecha duraba dos noches y cuando acabó la primera HoSeok se despertó sobresaltado por un sueño húmedo. Eso le pasaba por haberse ido a dormir después de la conversación que había mantenido con JungKook. Por supuesto, HoSeok ya había tenido sueños eróticos antes, pero las personas con las que tenía relaciones en ellos nunca tenían cara ni nombre. Aquel le hizo despertarse agobiado porque era la primera vez que soñaba con alguien concreto. Ese maldito cazador blanco se había metido en su subconsciente. Observó su pierna, su herida estaba casi curada, pero le quedaría una cicatriz para no olvidarlo jamás. Seguramente por eso no podía olvidarse de él, pero aún así no podía odiarle del todo porque se preguntaba qué hubiera hecho él en la situación de YoonGi. Acarició un poco su entrepierna, aún estaba duro por el sueño.
- Cálmate, HoSeok. Sólo es un sueño. - Se dijo con la respiración entrecortada. No podía permitirse emitir ningún sonido. Tomó un poco de ritmo y apretó los dientes. Diablos, ¿por qué la imagen de YoonGi seguía apareciendo en su mente? No negaría que le resultaba atractivo pero... - Sólo ha sido un sueño. - Se repitió. - Tampoco hago daño a nadie. - Se consoló mientras sintió que estaba a punto de venirse. No pudo evitar soltar un fuerte jadeo al hacerlo. Se quedó recostado en la cama un poco más de tiempo calmándose del todo. Estaba de nuevo medio dormido cuando la voz de JungKook le reclamó.
- Alteza. ¿Permite que pueda pasar el servicio para prepararle el agua para bañarse? - En una esquina de la tienda había una bañera lujosa. Digna de un príncipe.
- Hazles pasar. - Dijo aún adormecido. JungKook se adentró seguido de bastantes personas que empezaron a llenar la bañera con agua caliente.
- Ha dormido bien, Alteza. - Mantuvo la cortesía mientras los sirvientes estuvieran allí. HoSeok asintió. - ¿Necesita algo más?
- Si me trageras algo de comer. - Pidió.
- En realidad, el rey SuHo os ha invitado a desayunar con él y su hijo. - Comentó. JungKook y HoSeok se miraron con cara de circunstancia. Sabía que NamJoon no le dejaría solo en todo el día, era hora de empezar su plan.
HoSeok se bañó y vistió. Insistió en que su general les acompañara a desayunar también. Por supuesto nadie le negó el capricho. NamJoon fue correcto el tiempo que el rey estuvo presente. Tras el desayuno, el rey decidió retirarse y la concertada pareja fue a dar un paseo matutino. HoSeok temía que eso era lo único que NamJoon le propondría hacer para flirtear, dar paseos. JungKook caminaba unos pasos por detrás de ellos, pero dándoles cierta intimidad y actuaba como carabina y como guardaespaldas. NamJoon no le besó como el día anterior, supuso que ese tipo de cosas estaban sólo reservadas para la intimidad de la noche. De hecho, HoSeok estaba cada vez más seguro de que NamJoon tenía un pequeño lado oscuro, relacionado con su ferviente apetito sexual. Estaba más que convencido de que intentaría algo con él esa noche, por dos razones. La primera, por algunos comentarios que hacía un poco subidos de tono cuando nadie podía escucharles y, la segunda, porque era lo que se suponía que se esperaba de ellos aquella noche de fiesta de la cosecha.
- General. - Le habló NamJoon girándose hacia él. Hasta ese momento, lo máximo que había hecho con HoSeok era cogerle de la mano muy delicadamente mientras caminaban. - Esta fiesta de la cosecha es también para ti, quizá deberías buscar una pareja en vez de perder el tiempo cuidando de nosotros, lo cual te agradezco. - La planteó. - Este es terreno neutral, nada ocurrirá aquí. Y yo podría proteger al príncipe si algo ocurriera. - Aseguró. Era el momento de una buena actuación de JungKook.
Si se suponía que estaban juntos, al menos debía aparentar estar un poco molesto. Miró a HoSeok como si esperara que pusiera una escusa para que se quedara.
- Se...será mejor que nos dejes, general. - Con gesto serio y apretando los dientes, JungKook se inclinó y se marchó.
- Os veo luego, alteza. - Arrastró las palabras y miró a HoSeok a los ojos, como si le estuviera advirtiendo de algo. Se marchó chasqueando la lengua para sí mismo. Esperando que el oído del dragón negro lo hubiera captado. Cuando ya estuvo más separado de ellos, sólo pudo sonreír. ¿Y si aquello terminaba saliendo bien para todos los suyos?
*COMENTA Y VOTA!!!!!!!!!!!!!
#FELIZ JUEVES!!! Espero que os gusten mucho los capítulos de hoy. Recordad que los jueves subo DOS seguidos.
Un besazo!!!!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro