No puede durar
TaeHyung siempre era apasionado, pero esa noche estaba sediento de él. El fuego del humano parecía aún más intenso que el del propio JungKook. Se besaron hasta que el aire les faltó. Al dragón no le costaba esfuerzo alguno tenerle ecaramado a sus caderas. TaeHyung adoraba enredar sus dedos entre el pelo del dragón, secado al aire. Exploraba su boca con deseo con su lengua de forma ansiosa.
- Llévame a la cama. - Pidió entre beso y beso. JungKook cargó a su jinete una vez más hasta su amplia cama en la que habían pasado junto tantas noches. JungKook se subió sobre él, sin poder dejar de besarle. Aquel imponente dragón de fuego necesitaba de aquel humano, bebía de él. El humano no se quedaba atrás, a pesar de su corta edad, TaeHyung sabía lo que era el amor. Había veces que a JungKook le daba vértigo pensar que TaeHyung sólo tuviera 23 años, porque eso le recordaba que él tenía 175 y aún se le consideraba casi un muchacho. Sólo había transcurrido una pequeña parte de su vida y TaeHyung, como humano, se marchitaría mucho más rápido que él. Ambos eran conscientes, pero a TaeHyung, eso no parecía detenerle lo más mínimo. Claro, él no tendría que pasar una eternidad solo, echándole de menos. ¿Cómo era posible que en los dos años que llevaban juntos JungKook tuviera la sensación de que lo amaría por siempre? Quizá era lo que debía sentirse con el primer amor, pero a JungKook le aterraba la idea de perderle, a pesar de que todavía quedaran muchos años para eso. TaeHyung, por su parte, parecía que tampoco quería perder el tiempo. - Déjame estar encima. - Dijo mientras intentaba hacerle rodar. JungKook acompañó el movimiento y le dejó encima suya. Le vio quitarse la camiseta rápidamente y luego tiró del faldón de JungKook hacia arriba. Sonrió. - Me encanta que los dragones no uséis ropa interior. Lo hace mucho más rápido. - Mencionó.
- A mí me fastidia que tu siempre llevas mucha ropa. - Aseguró JungKook divertido mientras ambos hacían malabarismos y contorsiones para que TaeHyung quedara completamente desnudo.
- Disculpadme, señor, si los humanos no tenemos una piel como la suya y sentimos frío. - Dijo terminando de tirar su ropa interior al suelo. JungKook también retiró el faldón, no quería que se manchase.
- Ven aquí. - JungKook tiró de él para acercarle. - No permitiré que sientas frío. - Lo mantuvo entre sus fuertes brazos mientras se besaban descontroladamente. TaeHyung empezó a moverse sobre él, frotando su entrepierna descubierta contra la longitud del dragón. - ¡Oh! Por los vientos... - Jadeó el dragón. - No pares, Tae. - Mientras disfrutaba de aquella gloriosa estimulación que su amante le ofrecía como preliminar, no fue demasiado consciente de que TaeHyung había metido algunos dedos en su propia boca y los había lubricado con su saliva. Normalmente usaban un aceite para eso y se tomaban su tiempo disfrutando de devorarse el uno al otro muy poco a poco. Esta vez, TaeHyung parecía tener prisa, porque ya había metido dos de esos dedos en su recto y se dilataba con fuerza y algo de desesperación. Con la otra mano, sostenía su miembro y el de JungKook, frotándolos juntos haciendo que el dragón se derritiera en su propio fuego. TaeHyung tuvo la necesidad de dejar de besarle para poder respirar. Se estaba ahogando en el fuego de su amante y en su propia desesperación. JungKook fue consciente de su agobio cuando sintió que se separaba un poco y se erguía sobre él para alinear su entrada con su longitud. El pene de un dragón era generalmente algo más grande que el de un humano. JungKook tenía un tamaño considerable. TaeHyung podía abarcarle sin problemas y ambos disfrutaban sobremanera después de una dedicada y placentera dilatación. Por eso, JungKook se extrañó cuando vio que TaeHyung estaba acelerando mucho la situación. A pesar de ello, esperó un poco contemplando sus movimientos. Le vio respirar profundo y forzarse a sí mismo para que entrara.
- ¡Ah! - Dio un quejido y hubo un gesto de dolor en su rostro. Entonces le detuvo.
- ¡Detente! - Dijo sosteniéndole por las caderas para que no siguiera haciéndose daño. - ¿Por qué haces eso? Te haces daño.
- No quiero desperdiciar el tiempo. - Aseguró.
- ¿De qué hablas? - De pronto, TaeHyung parecía triste. JungKook acarició sus piernas con cariño. El humano apartó la vista, pero el dragón le hizo mirarle a los ojos. - TaeHyung, no me rehuyas la mirada, mi amor. Dime qué ocurre.
- Puede que esta sea la última vez que estemos junto así. - JungKook se extrañó ante esa declaración. - La fiesta de la cosecha. Ya tienes edad para ir. Encontrarás a un dragón al que emparejartre. - Dio un suspiro lastimero. - Y me dejarás.
- Eso no es cierto, TaeHyung. - Aseguró.
- Tú lo dices constantemente. Lo has dicho hoy mismo. - Le recordó. - Lo nuestro no puede ser, no está bien. No puede durar. Tú eres un dragón, yo un humano. No lo aceptarán jamás.
- No me importa. Nada de eso importa. - Admitió finalmente. - Ya tengo una pareja y eres tú. Sé que no mereces que te oculte de este modo. No lo haré más. Me enfrentaré a mi padre y a quien sea. Lo prometo. - Habló apresuradamente.
- No es eso, JungKook. No debes enfrentarte a tu padre por mí. Ese no es el problema. - Le observó con cariño, incluso con una sonrisa triste en sus labios. - Sé que es un tema que siempre evito, pero los dos sabíamos muy bien que no funcionaría por mucho tiempo.
- Eso no es...
- No digas que no es cierto. - Le interrumpió. - Tú vivirás mucho tiempo más que yo. Yo moriré y tu me olvidarás. - A pesar de ser TaeHyung el que hablaba, fueron los ojos de JungKook los que se llenaron de lágrimas. Negó.
- No sigas. - No quería escucharle más. - Yo no te olvidaría.
- No pasa nada. Está bien. - Aseguró con delicadeza. - Yo no quiero que sufras, ni quiero que tengas que soportar verme envejecer y morir. Sé que me amas. Y yo te amo más que a mi vida. - Limpió sus lágrimas. - No dejaré que te pases la vida llorando mi muerte.
- ¿Qué intentas decirme? - Suplicó que fuera más claro y directo.
- Quizá es el momento, JungKook. Antes de que no pueda dejarte ir sin quitarme la vida.
- No digas eso ni en broma. - Rogó.
- Debes ir a la fiesta de la cosecha y encontrar un buen compañero. - Le aconsejó lleno de dolor. ¿Cómo se le dice a la persona que amas que debe buscar a alguien más con quien pasar su vida? - Quería tener un último buen recuerdo contigo.
- Cállate. - Pronunció. - No quiero oírlo. - Giró el rostro con gesto agresivo.
- JungKook, escúchame. - Pero el dragón no obedeció a la primera. - Mírame, por favor. - Cedió. - Sé que no quieres oírlo porque sabes que es cierto. Te amo. Lo puedo decir mil veces, pero al final, sabes tan bien como yo que nos veremos obligados a tomar caminos distintos. - Sabía que tenía razón, lo sabía desde el principio y, sin embargo, nunca había querido aceptarlo. Porque le amaba.
- No quiero ir allí. No quiero que me obliguen a emprejarme con nadie. No quiero perderte.
- ¿Por qué iba nadie a obligarte? - Dijo TaeHyung confuso.
- Mi padre me ha pedido que me acople con HoSeok. - Confesó.
- ¿Qué? - Expresó anonadado.
- No voy a hacerlo. - Aseguró. - HoSeok y yo jamás nos emparejaríamos. Sólo son las locuras de mi padre, se le ha puesto en la cabeza que yo sea rey.
- Serías un gran rey, pero no a costa de vender tu vida de esa forma. - Planteó.
- Yo no tengo madera de rey. Soy un soldado. Sirvo a la familia real y estoy bien con ello. - Afirmó con seguridad el dragón.
- Estamos bien con ello. No olvides que somos un equipo. - Le recordó.
- Joder, Tae. Esto no es posible. No puedes dejarme. No puedo aceptarlo. - Comentó. - ¿Cómo podríamos seguir siendo un equipo de jinete y dragón y pasar las noches separados? Sería insoportable.
- Sabíamos llegaría el momento, mi dragón. - Decía deslizando los dedos por su pecho desnudo. - Vas a hacer muy feliz a un afortunado dragón. Se te echarán encima en cuanto te vean llegar.
- Supongo que les llamará la atención un noble con el don de la magia. Se acercarán por interés nada más. - Imaginó con ninguna emoción.
- Se acercarán porque quien eres y se enamorarán por como eres. - Afirmó. Se inclinó para darle un suave beso en la comisura de los labios. Hizo el amago de levantarse de la cama. JungKook se lo impidió tomándole del brazo.
- No quiero buscar otra pareja, nunca amaré a otro. Te quiero a ti. Te lo suplico, no me abandones. Dame un poco de tiempo y encontraré la forma de estar juntos. - Prometió. - Sólo confía en mí.
- Confío en ti. - Aseguró. - Pero no hay nada que podamos hacer. No se puede cambiar lo que somos y tú y yo somos de especies distintas. Esa es demasiada diferencia.
- Sé que te has rendido, pero déjame luchar por lo nuestro.
- Siempre creí que tú te rendirías primero. - Comentó TaeHyung.
- Tiempo. Sólo te pido un poco de tiempo. Y luego seras libre para hacer lo que quiera y con quien quieras. - Suplicó el gran dragón, rendido ante aquel frágil humano. TaeHyung sabía muy bien que no serviría de nada, no había forma de cambiar quienes eran por mucho tiempo que le diese. Un tiempo que JungKook tenía pero que él no podía malgastar de la misma forma. Pero, también sabía que no se lo perdonaría jamás si no aceptaba esa última oferta por parte del hombre al que se suponía que no debía amar y al que tanto amaba. Terminó asintiendo.
- Está bien. - Cayó rendido, apoyándose sobre su amplio pecho. - Pero si voy a esperar por ti, prométeme que no te acoplarás con nadie en la fiesta de la cosecha. - JungKook le abrazó.
- Por supuesto. - TaeHyung se echó a llorar, porque sabía que no había ninguna esperanza para ellos. - Encontraré la forma, Tae. - Se lo prometió más a sí mismo que a él. Necesitaba encontrar la forma estar con él como fuera, porque JungKook tenía muy clara una cosa. Independientemente de si sus vidas habían tomado caminos distintos, el día que TaeHyung muriera, él moriría también. No podía vivir en un mundo en el que él no existiera.
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¡¡¡Era JungKook!!! Espero que no hayan salido decepcionadas, no se preocupen, que tengo muchos más planes.
Como se han quedado a medias (sexualmente hablando) o voy a subir el siguiente capítulo también hoy, para que lo disfrutéis!!!
PD: El dibujo que he encontrado ME ENCANTA!!
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