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Frío y calor

Deslizó sus manos hasta el broche de su faldón. Lo desabrochó con cuidado y se lo quitó. El hecho de que la habitación estuviera casi a oscuras era bueno para HoSeok quien se moría de vergüenza debido a su desnudez. YoonGi le miraba a los ojos para ayudarle también. Si se fijaba en su piel desde el principio, podría sentirse inseguro. Acarició su cadera ignorando su entrepierna. HoSeok se sentía bien así. Se sentía amado. Al acariciarle, llevó su mano hasta su muslo izquierdo. Repasó su cicatriz con la yema de los dedos, la que él mismo le había hecho con una lanza de hielo en un tiempo atrás, que no había sucedido hacía tanto, pero parecía una eternidad. Rápidamente, HoSeok la cubrió con sus manos.

- No la mires. - Pidió. - Es fea.

- Yo la hice. Es mi culpa. - Pronunció con tristeza. - ¿Cómo pude hacerle eso a tu hermosa piel?

- Éramos enemigos, ¿recuerdas? - Le dijo HoSeok. - ¿Quién iba a imaginar que íbamos a terminar así? - Sonrió. - Cuando aquel día te colaste en mi habitación y...- Se detuvo al ver que YoonGi bajaba el cuerpo y besaba su cicatriz, pero no había dejado de mirarle.

- ¿Y...? - YoonGi siguió repartiendo besos por la marca.

- Y me pusiste aquellas esposas que no me dajaban usar mi magia. - Siguió narrando mientras observaba las acciones de YoonGi. - Y aquel cuchillo en la garganta.

- Pobre dragoncito hermoso. - Siguió besando su muslo y subiendo cada vez más al tiempo que acariciaba sus piernas. - A merced del cruel cazador. - HoSeok tembló un poco por la excitación. - Debes tener algo de masoquista si has terminado enamorado de alguien como yo. - Opinó.

- Quizá vi lo que intentabas ocultar. - Dijo contendiendo la respiración cuando sintió el gélido aliento del dragón blanco en su entrepierna.

- Viste lo que nadie más veía. - Le dio la razón. - No sé qué habría sido de mí si no me hubiese topado contigo. Y voy a agradecertelo - Dio un beso en su miembro.

- No lo hagas por agradecimiento. - Le pidió HoSeok totalmente tímido.

- ¿Por qué debería hacerlo sino? - Preguntó meloso desesperando al dragón de jade. Aquello era demasiado para HoSeok quien quería morir de verguenza.

- Porque... ¿quieres? - Propuso haciendo reír suavemente a YoonGi.

- Eres adorable. - Aseguró. Subió llenándole de besos hasta que alcanzó su oído. - No voy a hacerlo sólo porque quiero, sino porque te quiero. - Sentenció. Le besó en los labios y le abrazó. Un pecho desnudo contra otro intimamente unidos. El frío que desprendía el cuerpo de YoonGi hacía que el de HoSeok se sintiera ardiente contra el suyo. El dragón blanco empezó suavemente a mecer su cadera para estimular la entrepierna de HoSeok. Sus muslos y miembros se rozaban mientras YoonGi colmaba de besos al nervioso príncipe. A ratos, le sentía temblar entre sus brazos. Acariciaba su mejilla y le sonreía con dulzura para calmarle. Estaba tan avergonzado. Cerraba los ojos y apartaba la mirada de vez en cuando. Las manos de YoonGi repasaron los músculos de sus piernas hasta llegar a sus corvas y tiró de ellas para abrir sus piernas u acomodarse entre ellas. El corazón de HoSeok latía con fuerza y se desbocó cuando la mano de YoonGi se deslizó hacía sus glúteos. Los amasó, besándole y frotándose contra él. HoSeok sentía que el hielo de YoonGi le quemaba la piel. Con dulces besos, se dirigió a él.

- Supongo que no tendrás ningún aceite corporal, ¿no? - Le preguntó. - Siendo tu primera vez, lo haría más fácil.

- Mi...mis sirvientes siempre ponen aceites corporales en mi baño, aunque yo nunca los uso. - Afirmó.

- Dame un segundo. - Con un fuerte beso lleno de ansia, YoonGi saltó de la cama y corrió al baño. HoSeok se vio desnudo, con sus sábanas hechas un desastre y su cuerpo ardiendo y respondiendo ante cada uno de los gestos de YoonGi. Al verse, rápidamente se cubrió con las sábanas. YoonGi apareció con un frasco de cristal en la mano, le vio tapado hasta el cuello y no pudo evitar reír dulcemente.

- ¿Será que tienes frío? - Se burló acercándose y dejando el frasco en la mesilla.

- No exactamente... - Reconoció colorado.

- ¿Qué tanto tienes que cubrir? Eres hermoso. - Se acercó a su oído. - Y ya te lo he visto todo, precioso. - Susurró travieso. Le destapó sin brusquedad y cogió el frasco. Mientras vertía gran cantidad del aceite en sus dedos, HoSeok no quitaba la vista de sus movimientos. Parecía que lo hacía con gran lentitud, sólo para molestarle. Le colocó un poco más recostado, poniéndose sobre él de nuevo. Bajó sus dedos por su piel. Su abdomen, su cadera y sus piernas hasta sus glúteos.

- YoonGi... - Parecía un poco miedoso.

- Toma aire. - Le dijo con cariño. HoSeok lo hizo y el dragón de hielo intrudujo al tiempo uno de sus largos dedos detro de él. - No ha sido tan difícil, ¿verdad? - Le sonrió. Lo sacó y lo metió de nuevo. Despacio, unas pocas veces. - ¿Qué sientes?

- E...es raro... Como... cosquillas... Se... se siente bien. - Tuvo que reconocer finalmente.

- Aún no has sentido nada, príncipe. - Se ayudó de un fuerte beso para que HoSeok no se sintiera cohibido cuando introdujo un segundo dedo.

- ¡Ah! - Exclamó más por sorpresa que por dolor. YoonGi se aseguró de que su reacción fuera buena y continuó. Se movía dentro y fuera de él aumentando poco a poco la intensidad. HoSeok se sentía tan duro y ansioso que ya quería unirse a YoonGi. También le sentía firme a él y sus pensamientos no podían dejar de pensar en qué sentiría al tenerle dentro.

- YoonGi... - Gimoteó de nuevo. - Apresúrate.

- No estés ansioso. - Le aconsejó.

- Pero pronto te irás. - Le recordó. - Cuando el Sol...

- Shh... - Le hizo callar. - Me iré cuando tenga que hacerlo. Hasta entonces, tú lo eres todo. Lo único que me importa eres tú. - HoSeok asintió despacio, más calmado, menos ansioso. - Deja que yo me preocupe de eso. - Se besaron de nuevo. Los dedos ya eran cómodos en su interior y YoonGi presionaba un poco más sus músculos para dilatarle más. YoonGi tomó la mano de HoSeok con su mano libre y la llevó a sus genitales. Tembloroso, tocó su miembro sólo un poco primero. Luego se atrevió a acariciarle con más confianza. - ¿No te da vergüenza ver lo que has causado? - Habló con picardía riéndose en su oído. Eso dejó helado a HoSeok por un momento, sus mejillas se colorearon aún más y volvió a tocarle sin poder mirarle a los ojos. YoonGi decidió ser un poco más pasional entonces. Sacó los dedos de su interior y tiró con ligera brusquedad de sus piernas para colocarle de forma adecuada. Cuando HoSeok se vio tan expuesto no sabía como sentirse, estaba nervioso. YoonGi cogió su miembro y acarició con la punta la entrada del dragón de Jade. - Respira despacio. - Le dijo con cariño. - Voy a hacértelo muy suave. Te va a gustar. No estés nervioso.

- ¿Y si no sé hacerlo bien? - YoonGi sonrió ante su comentario inocente.

- No es como si se pudiera decir que soy un experto. - Comentó divertido. - Sólo déjate llevar y hazme saber cuando te gusta.

- ¿Y co...cómo hago eso? - YoonGi no podía dejar de verle adorable.

- Lo harás sin pensarlo. Sólo no te contengas. - Entró en él muy despacio. - Respira lento. - Le llenó de pequeños besos mientras se mecía muy suavemente.

- Oh... Dioses... - Jadeó. YoonGi le apretó entre sus brazos instándole a abrazarse a él y rodearle con las piernas. No quedaba un centímetro de espacio entre sus cuerpos. HoSeok no sentía dolor, sólo un poco de presión. YoonGi le trató dulcemente hasta que el propio HoSeok parecía querer más. Marcó el ritmos con sus gemidos suaves y elegantes contra el oído de YoonGi. Nada escandaloso, HoSeok era un príncipe al fin y al cabo. A YoonGi, aquellos sonidos no podían encenderle más. Era sólo para él. HoSeok era sólo suyo. Los ojos del dragón de jade brillaron verdes cuando empezó a sentir crecer su orgasmo desde su vientre hasta su entrepierna. YoonGi no podía dejar de observarle. Era algo divino. Los ojos de YoonGi tampoco se quedaban atrás. HoSeok podía ver brillar el hielo azul en ellos. Unidos por el deseo y el amor, YoonGi mantuvo a HoSeok entre sus brazos mientras sufría espasmos de placer.

YoonGi no durmió esa noche. Observó a su hermoso príncipe de jade mientras dormía placidamente. Su respiración era constante y tranquila. Suspiró largamente y miró más allá de la ventana. El Sol empezaba a despuntar. Debía irse. "¿Y si se quedaba?", pensó. Medio segundo le duró la duda. No podía quedarse. Después de haber descubierto qué era necesitaba tiempo para saber quién era. Ya no era un cazador, ¿no? Pero, ¿era un dragón? Necesitaba irse. Igualmente, HoSeok y él no podían estar juntos. No lo permitirían. Él se casaría con JungKook, y eso sería terriblemente doloroso para los dos si él permanecía allí. Salió de la cama sin hacer un solo ruido. Le dio una última mirada, un último beso en la frente y machó.

- Por un instante creí que te arrentirías. - Pronunció TaeHyung al verle.

- Por un instante yo también lo creí. - Confeso.

- ¿Tienes dudas? - Le preguntó el humano. YoonGi negó con serenidad y sinceridad.

- Es lo que debemos hacer. Alejarnos. Olvidar. Perdonar. Sanar.

- Casi todo eso suena bien. Menos lo de olvidar. - Aseguró. - Pasé buenos momentos aquí. Muy buenos. Los mejores. No quiero olvidar, pero quiero seguir adelante. - Informó TaeHyung.

- Para seguir hacia adelante, sólo tienes que mirar al frente y poner un pie delante de otro cada vez. - Formuló YoonGi señalando al camino que empezaba en la salida este de la ciudad, dónde habían quedado. Tal y como lo decía, parecía algo fácil de hacer, pero no lo era.

- Un paso cada vez. Sí, empecemos por ahí. - Concluyó TaeHyung empezando a caminar. No miró atrás. YoonGi le siguió.

HoSeok se despertó de golpe. Había tenido una pesadilla en la que estaba completamente solo. No pudo evitar que sus lágrimas brotaran cuando, al despertar, se dio cuenta de que el sueño era verdad. Estaba solo. YoonGi ya no estaba y el Sol brillaba alto en el cielo. No se había despedido tal y como sospechaba. No se arrepentía de haber pasado la noche con él, pero ahora dolía muchísimo perder a alguien a quien amaba de esa forma tan injusta. Se levantó de la cama rápidamente. Se colocó el faldón y una camiseta y salió corriendo. Fue al balcón principal del palacio y oteó el horizonte. Demasiado tarde. Siguió corriendo a su próximo destino, pero no tuvo que llegar. Había pensado inmediatamente en ir a buscar a JungKook, no sabía si para consolarle o para buscar consuelo pero, por lo visto, JungKook había pensado igual. Se lo encontró al cruzar el comedor real, sentado en la enorme mesa, solo. Se miraron unos segundos, a unos pocos metros de distancia el uno del otro.

- Se han ido. - Pronunció HoSeok. JungKook tenía ojeras. Aunque se mantenía firme, HoSeok le conocía demasiado bien como para saber que no había dormido nada esa noche.

- Sí, se han ido, alteza. - Dijo levantándose mientras HoSeok se acercaba a él.

- Lo siento. - Pronunció HoSeok. JungKook debía sentirse incluso peor que él, porque la relación del dragón de fuego con el humano había sido duradera y real. Lo suyo con YoonGi no parecía haber sido más que un sueño fugaz. Casi dudaba de que hubiera sido real.

- Todos hemos tomado decisiones difíciles, pero necesarias. - Afirmó el general. - Unas por el bien del reino. Otras por el bien de nuestra propia salud mental. Pero todos las hemos tomado siendo adultos. - Sabía que cada palabra estaba siendo una puñalada en el pecho de ambos, pero JungKook las soportaba estoicamente. Aun si su corazón estaba roto, permanecería de pie. Sin embargo, HoSeok no era igual de fuerte. Caminó los pasos que les separaban y se echó a llorar con la cabeza apoyada en el pecho de JungKook. Sus hombros temblaban y sus lágrimas mojaban la camiseta del general. Le abrazó con fuerza y dejó que llorara. - No se preocupe, alteza. Yo estoy con usted. - Pronunció como si él no estuviera sufriendo también. - Yo cuidaré de usted.

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¿Y ahora qué? Qué agridulce, ¿no? Mis preciosos chicos.

Otra cosa, para quien no se haya enterado, BTS ha vuelto a ganar el premio Top Social Artistas y, además, el premio al mejor Dúo/Grupo en Billboard. ¿No son geniales? Sí, ya sabemos que sí. :D

También quería aprovechar para agradeceros todo el apoyo y el amor que recibo de vosotros. Muchas gracias por leer y dejarme vuestros hermosos comentarios. Y a los lectores fantasmas también jejejeje. Un besazo!!!!! Os quiero!!!!

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