Forzado
Un mes después de la partida de YoonGi y TaeHyung...
HoSeok estaba nervioso, pero decidido. Tenía que ser ese día. No había vuelta atrás. Por eso, cuando terminó de hacer sus quehaceres de príncipe volvió a la habitación y se dio una ducha. JungKook aún tardaría un rato en llegar. A esas horas siempre solía estar entrenando. Luego se peinó. Se miró en el espejo y volvió a peinarse de otro modo. Y luego se cambió el peinado por tercera vez. Finalmente encontró una camisa bonita y un faldón que le quedaba bien. se echó colonia, cosa que nunca hacía y metió el aceite en la mesilla de noche. Todo listo. Ahora sólo tenía que esperar. Estaba nervioso. Tanto que iba a empezar a sudar de un momento a otro y se iba a tener que duchar de nuevo. Daba vueltas por la habitación sin saber qué hacer.
- JungKook ya no debe tardar mucho en llegar. - Justo cuando esta diciendo eso, el general entró por la puerta.
- Hola. - Anunció su llegada con un saludo. Parecía acalorado.
- ¡Hola! - Le recibió HoSeok alegrmente. - Pareces cansado. ¿Has entrenado mucho hoy?
- Lo normal. Sólo que ya empieza a hacer calor. - Dijo. JungKook era un dragón de fuego. El calor era su ambiente, pero eso no impedía que el deporte y el Sol le hicieran sudar. - Voy a darme una ducha.
- ¡Claro! - HoSeok se maldijo. Ni siquiera se había fijado en él. Tantos esfuerzos para nada. JungKook dejó su nueva espada en la repisa donde tenía su soporte y se encaminó al baño.
- Por cierto, te ves muy bien hoy. - Pronunció el general. - ¿Tenías algún evento importante o algo?
- Esto... no. Sólo me apetecía verme bien. - Expresó mostrándole una espléndida sonrisa. Eso era una victoria. Su plan marchaba.
- Oh... - Dudó un momento el dragón de fuego. - Te queda bien ese peinado. - Dijo sin más y se metió al baño.
"Mierda", pensó HoSeok. "Vale", intentó calmarse a sí mismo. Eso era algo que tenía previsto. JungKook no iba a caer sólo por un poco de colonia y un peinado nuevo. El plan seguía en marcha. Oyó el agua de la ducha abrirse. JungKook no solía tardar mucho en ducharse así que no tenía mucho tiempo para decidir si iba a hacer eso que estaba pensando. Se armó de valor y abrió la puerta del baño con mucho sigilo.
- ¿Se te olvidó algo dentro? - Preguntó JungKook. HoSeok no sabía porque se había tomado la molestia de ser sigiloso. Con su oído tan desarrollado, JungKook podía oírle entrar incluso debajo de la ducha.
- Eh... sí... - Mintió. "Vamos, HoSeok", se dio ánimos a sí mismo. "Puedes hacerlo". Suavemente descorrió la cortina un poco. JungKook se percató de ello, pero a penas se inmutó. Poco le importaba que HoSeok le viera el culo, no es como si tuviera demasiado que ocultar. Además, se habían criado juntos. Cuando eran niños se iban con JiMin a bañarse desnudos en una de las cascadas cuando era la época de deshielo. Para colmo, JungKook no tenía demasiado pudor en general. Como soldado, a veces hacía expediciones de varios días y le había tocado ducharse con sus compañeros. No era nada raro para él, pero sí era bastante vergonzoso para HoSeok, que veía su espalda de anchos hombros y fuertes músculos, sus glúteos y sus largas piernas.
- ¿Pasa algo, HoSeok? - Preguntó extrañado, pero con naturalidad. Al príncipe le temblaron las manos cuando empezó a desabrochar los botones de su camisa ante la confusa mirada de JungKook. - Espera un momento a qué termine de aclararme. - Le pidió. Pero HoSeok sólo siguió soltando botones hasta que se deshizo de su camisa. - ¿Qué haces, HoSeok? - Estaba claro que ya no estaba buscando algo en el baño, sino a alguien.
- ¿No lo ves?
- Sí, lo veo. - Dijo con seriedad. - Lo que no entiendo es por qué.
- Bueno, en cinco meses seré tu esposo. - HoSeok llevó las manos a su faldón para desabrocharlo también. JungKook cogió su muñeca y le detuvo. No le importó darse la vuelta y que HoSeok le viera enteramente desnudo. De hecho, fue HoSeok quien decidió mirarle a la cara, que era mejor que dejar que su mirada se desviase al miembro del general.
- No tienes por qué hacer esto. No te fuerces así. - Le pidió JungKook con amabilidad. HoSeok dejó de desvestirse. JungKook cerró el grifo y cogió una tolla para anudársela en la cintura y otra para secarse el pelo. - Tenemos toda la vida para acostumbrarnos a estar juntos como pareja. Incluso si no lo deseas no te tocaré jamás. No quieras correr. - JungKook hablaba comprensivo. Incluso le dio un beso en la sien antes de salir del baño para vestirse. HoSeok le siguió. - ¿A qué viene esa actitud tan repentina? - Quiso saber JungKook mientras se secaba bien.
- Llevo toda la semana con los preparativos de la boda. - Anunció. - Pero no siento que seamos una pareja.
- Tenemos cinco meses hasta la boda, HoSeok. E, incluso después de esta, no tiene porque suceder nada entre nosotros. Pero si quieres que así sea, podemos ir poco a poco. - Opinó. - ¿No crees que colarte mientras me ducho es algo precipitado y atrevido? - HoSeok bajó la cabeza.
- Si queremos tener un hijo... - Pronunció pensando que JungKook se alarmaría, pero no lo hizo.
- Poco a poco. - Opinó. Claro, él estaba siendo comprensivo con el virgen dragón de jade, HoSeok no podía agradecérselo más. El problema era que HoSeok ya no era virgen. - No te precipites. - HoSeok ya no sabía que hacer con su plan.
- Lo quiero ahora. - Se atrevió a decir. Eso sí sorprendió a JungKook.
- ¿Ahora? - Preguntó. - ¿Querer el qué, HoSeok? Si ni siquiera eres capaz de decirlo en voz alta. - Se bruló un poco.
- No quiero esperar. Estoy preparado. - Aseguró HoSeok.
- Creo que sólo estás nervioso. - Opinó JungKook. - Si deseas que tengamos un hijo...
- No es que lo desee simplemente. Debemos tener un heredero. - Le recordó el príncipe.
- Lo sé. Pero tenemos mucho tiempo. Tú mandato empezará en cinco meses. Creo que deberías asentarte como rey y nosotros como pareja. Tú y yo sólo llevamos un mes juntos y lo único que hacemos es dormir en la misma cama inocentemente. ¿No crees que sería mejor hacerlo de forma más natural entre nosotro? Con algo de paciencia y poniendo de nuestra parte sé que podemos hacer lo que el rey regente hizo. Tener una vida feliz juntos. Dejar que sea el tiempo el que nos haga amarnos.
- No quiero esperar una eternidad para eso, JungKook. - Expresó ansioso. - Eso no funcionará con nosotros. Mis padres se convirtieron en pareja nada más conocerse, mi padre estaba muy enamorado de su esposo aunque Jin no lo estuviera de Ken. Es distinto. Nosotros nos conocemos desde que éramos unos críos. Somos amigos. No funcionará. Lo que necesitamos tú y yo para ser una pareja de verdad es tener sexo. - Afirmó con rotundidad.
- ¡Vaya! Parece que lo has pensado bastante. - Pronunció JungKook sorprendido por la firmeza de HoSeok. - Quizá tengas razón y entre nosotros no crezca nada de eso naturalmente porque ya nos conocemos mucho. Quizá tengamos que forzar las cosas un poco. - Aceptó. - Pero, aun así, creo que estaría bien si esperamos un poco y mientras tanto intentamos tener un mayor comportamiento como pareja y no como dos amigos obligado a compartir alcoba como hasta ahora. - Propuso amablemente. Dio unos pasos hacia HoSeok. Aún tenía la toalla atada a la cintura porque por la conversación había detenido todas sus otras actividades. - Preparamos un ambiente más relajado e íntimo. Nos acercamos despacio. Quizá la noche de bodas. Ya sabes, suele ser un momento adecuado. Con un ambiente predispuesto. - Razonó. Lo que JungKook decía tenía sentido, pero HoSeok no quería... no podía esperar tanto.
- No. - Sentenció. JungKook no entendía por qué se estaba comportando así. Debía haber estado pensando mucho en ello y ahora estaba asustado de retrasarlo más. - He dicho que ahora, JungKook. - El dragón de jade aparentaba estar firme, pero su cuerpo temblaba y eso no pasó desapercibido para el general. - Soy tu príncipe, ¿verdad?
- Así es.
- Y pronto seré tú rey, ¿verdad? - JungKook sabía por que HoSeok estaba hablándole de esa forma y no le gustó. No quería ser razonable. Intentaba obligarle.
- Eso es correcto, alteza. - Respondió como debía. JungKook podía ser su pareja ahora. Podía convertirse en su esposo y en rey también a ojos de todos. Pero, inlcuso casados, el rey era HoSeok, nadie jamás lo olvidaría ni lo discutiría. JungKook sería su compañero, su consorte. Un rey, pero HoSeok siempre estaría por encima de él. JungKook no lo quería de otra forma.
- Entonces te lo ordeno. - Pronunció. Era su rey, siempre lo había sido y eso no iba a cambiar. Pero lo que le pedía ahora era distinto. Era personal. Aun conociendo sus sentimientos todavía presentes por TaeHyung le instaba a hacer algo que no quería. - Acuéstate conmigo. Ahora. - No sabía bien por qué lo hacía. Seguramente porque pensaba que así quizá podría olvidar a YoonGi. También se estaba obligando a sí mismo. Pero JungKook también sabía jugar a juegos peligrosos. De hecho, él tenía mucha más experiencia que HoSeok, la cual él creía que era inexistente.
- Si así lo ordenáis. - Habló con seriedad. Dejó caer su toalla y cogió la mano de HoSeok caminando con él hacia la cama. Se tumbó y esperó a que el príncipe se pusiera sobre él. Lo hizo lenta y torpemente. JungKook incluso sintió sus manos temblar cuando se le sentó a horcajadas. - Esto estorba. - De casi un tirón sacó el faldón de HoSeok dejándole totalmente desnudo sobre él. Se quedaron mirando un momento, HoSeok ni siquiera parecía saber que hacer. Se inclinó y acercó sus labios a los de JungKook, y entonces este tomó el control. Le besó con fuerza cogiéndole de la nuca para que no huyera. Introdujo su lengua en su boca precipitadamente, sin darle tiempo a pensar ni a respirar. La otra mano la uso para colocarle mejor en una posición donde sus miembros se tocaban y JungKook usó su cadera para frotarse contra él. HoSeok tembló un poco asustado. Eso era la que le había pedido, ¿no? Pero tan deprisa, tan fuerte.
- Ve más despacio. - Le pidió en un susurro.
- ¿No era esto lo que querías? ¿ Qué te lo hiciera hasta hacerte un hijo? - JungKook rápidamente cambió de posiciones y le dejó bajo él con un único pensamiento en la cabeza. "¿Hasta dónde me dejarás llegar, HoSeok?" - Pues eso es lo que voy a hacer. - Atacó su cuello sin piedad y le sintió quieto e inseguro bajo su enorme e intimidante cuerpo. Le cogió de las piernas bruscamente para pegarle más a él. Estaba claro que HoSeok no se estaba sintiendo bien con aquello, pero no le detuvo. El general cogió la mano de su prometido y la llevó a su entrepierna. - Ponme bien duro o te haré daño al entrar. - HoSeok tembló un poco. Aquello había sonado casi como una amenaza. Sin embargo, lo hizo.
- Hay...hay aceite en la mesilla. - Pronunció. JungKook se sorprendió por lo cuidadósamente planeado que estaba aquello pero no dejó que HoSeok lo viera. En cambio, decidió asustarle aún más.
- No necesitamos aceite. - Aseguró friamente mientras le devoraba. - Entraré sin más. - Anunció. - Sólo dolerá un poco. - Dijo haciendo que sonara a mentira. Sin preparación ni aceite para lubricar aquello podría doler mucho, más aún para un virgen (o casi) para HoSeok.
Respirando agitado, el príncipe no aguantó más. Quería que JungKook le tratase con amabilidad como había hecho siempre, pero está claro que él no estaba preparado para la clase de sexo que JungKook quería. Se asustó al sentir que el poderoso dragón escarlata se colocaba para penetrarle. HoSeok ni siquiera le había conseguidi poner erecto aún y él, por supuesto, tampoco lo estaba. No estaba ni lejanamente preparado. No pudo evitar que se le saltaran las lágrimas.
- Para. - Pidió finalmente sollozando. - Por favor. Detente. - JungKook se separó de él de golpe victorioso. HoSeok no estaba ni de lejos preparado mentalmente para entregarse a él. Ni siquiera JungKook lo estaba, pero él podía finjir cuando se trataba de sexo porque tenía experiencia. HoSeok se encogió llorando.
- ¿Ya te ha quedado claro, HoSeok? No estás listo para esto.
- Eso ha sido cruel. - HoSeok sabía perfectamente que lo había hecho a propósito. Y ahora no podía parar desconsolado.
- ¿Y lo que tú has intentado forzándome a que me acuéste contigo no ha sido cruel? - Le reprochó. - Incluso me lo has ordenado. - HoSeok siguió llorando.
- Lo siento. - JungKook suspiró, se puso una bata y arropó a HoSeok con las sábanas.
- ¿Por qué lo has hecho? - Le preguntó más calmado. - No creo que las razones que me has dicho sean ciertas. - Aseguró. - ¿Es por YoonGi? ¿Porque quieres olvidarte de él? - HoSeok negó mientras JungKook frotaba su espalda consolándole. - Dímelo, por favor. - HoSeok se incorporó un poco. Sorbió su nariz y le miró aun si seguía llorando.
- Lo siento, JungKook. Lo siento mucho.
- ¿Por qué?
- Yo... estoy embarazado. - El llanto fue a más y los ojos de JungKook se abrieron mucho.
- ¿Cómo es posible? ¿Quién? - JungKook se imaginó lo peor. - ¿Te han hecho daño, HoSeok? - Le preguntó aterrado.
- No. No es nada de eso. - Aseguró el príncipe. - Fue totalmente consentido.
- No te he visto acercarte a nadie de ninguna forma remotamente íntima en este mes, HoSeok. - Aseguró.
- La noche que ellos se fueron. - Confesó finalmente. No necesitaba que dijera más.
- Oh... HoSeok... - Le atrajo hacia su pecho, abrazándole.
- Lo siento. Perdóname. - Siguió llorando.
- Perdonarte, ¿por qué? No has hecho nada malo.
- Ya estaba comprometido contigo esa noche. - Le recordó el príncipe.
- Eso no me importa. Me alegro de que hayas podido estar con la persona que amas. Aunque fuera sólo una noche. - Dijo acariciando su mejilla suavemente. - Ahora entiendo por qué estabas tan ansioso porque me acostara contigo. ¿Planeabas hacerme creer que el hijo era mío?
- Lo siento. Tú odias a YoonGi. ¿Cómo íbamos a continuar con la boda si yo estaba embarazado de él? - Planteó. - Tenía miedo de tu reacción. Perdóname. - Repetía una y otra vez.
- Eso no me importa, HoSeok. Ya te lo dije una vez. Yo soy leal a ti y, si me lo pides, criaré a ese bebé como si fuera mi propio hijo. - Prometió.
- Lo siento tanto, JungKook.
- No lo lamentes. Pero no lo habías pensado tan bien como creía. - Se burló con cariño. - ¿Qué ibas a decirme si el niño nace con el pelo y la piel tan blancos como los de YoonGi? - HoSeok abrió mucho los ojos. No lo había pensado.
- Todo el reino se dará cuenta. - Entró en pánico. - ¿Qué voy a hacer? Oh, dios. ¿Y si le teñimos el pelo nada más nacer? - Propuso desesperado.
- Calma. Calma. Nada de eso importa, HoSeok. El hijo es tuyo. Es tu primogenito y, por lo tanto, el heredero al trono del reino de las montañas nubladas. - Le recordó. - Nadie discutirá eso.
- Pero si la gente sabe que no es tuyo. ¿Qué clase de padre y de rey seré poniéndole los cuernos a mi esposo?
- Independientemente de lo que diga la gente, ese hijo es mío si yo digo que lo es. - Sentención. - Nadie se atreverá a contradecirme en eso.
- JungKook... - El dragón de fuego le abrazó fuertemente.
- Tranquilo. Todo saldrá bien. - Le aseguró. - Yo cuidaré de vosotros. No dejaré que os pase nada malo.
*COMENTA Y VOTA!!!!
¿Os ha gustado? Sé que era un poco predecible porque muchas lo poniais por lo comentarios pero espero que os guste igual.
Un besazo!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro