El reino de las montañas nubladas
FOTO: REY KEN, EL DRAGÓN CELESTIAL.
Desde que murió el rey Ken, el gran dragón celestial, cuya magia controlaba los vientos y las corrientes de aire, su esposo, Jin, el dragón de oro, era el regente. Jin era un príncipe menor de un reino lejano y durante una fiesta de la cosecha, en la que los dragones de varios reinos se juntan para conocerse y emparejarse, conoció a Ken, quien quedó obnubilado por su belleza. La magia de Jin era que podía convertir todo lo que tocaba en oro. En un lugar en el que el dinero no significa nada, no era una habilidad realmente útil, pero era absolutamente hermosa. El futuro rey, como Ken era conocido en ese momento en su reino, lo escogió como su pareja sin dudarlo. Jin y su familia lo tomaron como un honor y aceptó a casarse con él. Siempre lo apreció, pues siempre le trató bien. Jin no podía negar que Ken le resultaba atractivo y atrayente. Jamás se arrepentiría de su decisión, pues Ken le concibió dos maravillosos huevos, con los que él engendró a sus dos amados hijos: HoSeok y JiMin. Sin embargo, Jin nunca pudo asegurar que amaba tanto a su esposo, como Ken lo amaba a él. Pero, aunque hacía bastante más de un siglo que Ken había sido asesinado por cazadragones, Jin le echaba de menos, y tenía que reconocer que, sin él, pasaba frío por las noches.
Actualmente, el reino de las montañas nubladas contaba con unas 50 familias. 10 de humanos jinetes y unas 40 de dragones. De entre todas las familias de dragones, tres de ellas, pertenecían a la nobleza y sólo una, la familia que el rey Ken había engendrado con Jin, era la familia real y, por tanto, la única poseedora de magia.
Ahora que los hijos del difunto rey Ken y su esposo, el rey Jin, eran considerados como totalmente adultos, el reino parecía querer un cambio. Y, aunque Jin tenía experiencia suficiente como para reinar, tal y como había demostrado durante todo ese tiempo, estaba más que dispuesto a entregar el trono al verdadero heredero, su hijo mayor, HoSeok, pues consideraba que le pertenecía. Jin aún era muy capaz de encargarse, teniendo en cuenta todo lo que viven los dragones, pues tenía alrededor de 450 años, pero, sinceramente, él, como muchos otros, pensaba que un dragón no debía reinar solo y que su tiempo de reinar había pasado tras la muerte de su pareja. El problema era que HoSeok también estaba solo. A sus 240 años, HoSeok no tenía pareja.
- No puede ser. - Señaló G.D. que era el líder de una de las familias nobles y, por tanto, miembro del consejo real. - Ningún rey de las montañas nubladas ha subido al trono sin pareja antes. - HoSeok bajó la cabeza, avergonzado. - Es una tradición. Y las tradiciones hay que cumplirlas. - Jin estaba de acuerdo con él en ese aspecto.
- Vive usted en el pasado, señor. - Alzó la voz el segundo hijo del rey. Le dio una patada a su hermano mayor por debajo de la mesa para que levantara la cabeza. - Mi hermano puede reinar sin necesidad de estar emparejado. - HoSeok le miró sin saber que decir. Él era el heredero, él sería el rey, pero HoSeok nunca parecía haber sido el adecuado. Más de una vez había preferido nacer después que JiMin, él era más valiente y más fuerte. Tenía más cualidades de rey que él. Le envidiaba. Por su forma de ser, por su poder y por la persona que estaba a su lado. JiMin no apartaba la mano del vientre de su embarazado compañero, TaeMin. Sobreprotector, celoso y preocupado por su delicado estado, el gran dragón de zafiro, de 210 años, casi nunca dejaba solo a su pareja. TaeMin era un dragón de clase media. Jin y el resto de la nobleza hubieran preferido que se emparejara con un dragón de mejor alcurnia. Pero JiMin, terco como era y enamorado como estaba, no permitió ni por un momento, que le separaran de TaeMin. Igualmente, JiMin no tenía las mismas responsabilidades que HoSeok, él no sería rey, así que terminaron aceptando al muchacho.
- G.D. tiene razón, las tradiciones no son actuaciones caprichosas, JiMin. - Explicó su padre. - Un rey a de estar emparejado a la hora de subir al trono porque un consorte actúa como consejero, amigo y confidente del rey. Tomar las decisiones entre los dos es lo más sabio. ¿Qué habría sido del reino si tu bisabuelo, el gran dragón psíquico hubiera reinado solo? - Le planteó a JiMin. - Hubiera destrozado todo de no ser por su pareja, el dragón sereno.
- Pero para eso está en consejo ahora. - Dijo JiMin refiriéndose a todos los presentes. - Para tomar las decisiones en conjunto.
- El rey tendrá siempre la última palabra, príncipe JiMin. - Le recordó otro de los nobles. - Sólo un consorte puede apaciguar la ira de un rey descontrolado.
- Ni que HoSeok sea un descontrol. - Se burló JungKook, hijo de G.D., sin querer, haciendo reír a JiMin a carcajadas y logrando que el resto del consejo le mirara de malos modos por burlarse del príncipe heredero. JungKook y JiMin eran mejores amigos. El joven dragón, de 175 años, como heredero de una de las familias de la nobleza, prácticamente se había criado junto a los dos príncipes. Además, ocupaba un lugar en el consejo, pese a su juventud, ya que era considerado el mejor guerrero del reino. Incluso más poderoso que el mismo príncipe JiMin, con el que se entrenaba casi a diario. Debido a esa confianza, se le había escapado aquel comentario tan poco respetuoso que había hecho a JiMin llorar de la risa.
- Por suerte. - Volvió a hablar el regente alzando su voz por encima de la escandalosa algarabía de su hijo menor. - Pronto otra de nuestras tradiciones tendrá lugar. - Les recordó a todos, especialmente a HoSeok. - La fiesta de la cosecha está próxima. Dragones de todos los reinos se reunirán para conocerse y emparejarse. Esta será la mejor oportunidad para encontrar una pareja adecuada para ti, HoSeok. - Proclamó Jin.
- Se celebra una fiesta de la cosecha cada lustro, el príncipe ya ha vivido bastantes y no ha conseguido pareja. - Señaló G.D. - ¿Por qué iba a ser distinta esta vez? - HoSeok quería desaparecer con cada comentario sobre él. Se hundía más y más en su butaca a pesar de las patadas que su hermano seguía dándole por debajo de la mesa para se sentara correctamente y mantuviera la cabeza alta como el principe que era. Pero estaba claro que él no era así, él sólo quería dejar de ser vilipendiado una y otra vez. Y odiaba las fiestas de la cosecha. Era un príncipe heredero, en cada fiesta, numerosos nobles se acercaban a él intentado seducirle de una u otra forma. A veces de las más ridículas. Con los nervios, las estudiadas escenas que se montaban, las mentiras que le contaban y la presión que su padre y el consejo ponían sobre él cada año, HoSeok siempre terminaba sintiéndose enfermo, aturdido y agobiado. Ninguno de esos nobles había jamás llamado su atención.
- Porque en esta ocasión... - Comenzó Jin. Dio un largo suspiro y continuó. - ...he decidido forzar un poco las cosas.
- ¿Qué quiere decir, padre? - Habló HoSeok por primera vez.
- Me he estado comunicando con el rey SuHo, del reino de las montañas Edén. A predispuesto a su hijo menor, el dragón negro, como candidato.
- ¿¡A NamJoon!? - Gritó JiMin levantándose de la mesa dando un golpe con sus palmas sobre el tablero. - Pero si es un viejo comparado con Hobi. Tiene por lo menos 400 años.
- Tiene sólo 370, y a mí me parece una gran opción. - Respondió Jin. HoSeok se quedó paralizado, con los ojos muy abiertos. Estaba loco o allí se le estaba organizado un enlace concertado. JungKook tenía el sentimiento más contrario al del HoSeok. No conocía a ese tal NamJoon pero, por lo que había oído de él, no le pegaba nada como pareja de HoSeok. Sólo de imaginárselo, estaba a punto de echarse a reír, así que se mordió el labio para impedirlo.
- No le has visto en tu vida. ¿Y si es un tío super feo? - Exclamó el príncipe. - Yo no quiero tener sobrinos feos. - JungKook tuvo que morderse con más fuerza para no reír por ese comentario de su amigo.
- Es de la nobleza, es fuerte y tiene buena reputación. - Aseguró Jin. - ¿Qué más se puede pedir? - Los miembros del consejo empezaron a cuchichear y a discutir entre ellos si era una buena opción o no. HoSeok los miró a todos y se levantó de pronto.
- ¿Acaso yo no tengo opinión aquí? - HoSeok quizá no era tan fuerte como su hermano. Pudiera ser que no se viera a sí mismo como un gran rey aún. Pero el dragón de Jade tampoco era idiota. No dejaría que su destino se decidiera de esa manera, al menos, lucharía un poco. - Puede que para usted esas cualidades sean suficientes para crear un matrimonio real, pero es de mi pareja de quien está hablando, padre. No puedo unirme a cualquiera sin conocerlo sólo por el hecho de que será un gran rey. - JiMin estaba absolutamente de acuerdo con su hermano. La edad, que era el problema que él había mencionado, podía ser un obstáculo, pero realmente no importaba. Lo único importante es si iba a ser el adecuado para HoSeok. Si había alguna posibilidad de que se amaran, porque, de no ser así, la vida de su hermano mayor podía convertirse en un infierno. Sostuvo con fuerza la mano del hombre sentado a su diestra. Él no se imaginaba la vida con otra persona que no fuera TaeMin.
*VOTA Y COMENTA!!!
Puesto que es el primer capítulo necesito muchas opiniones y comentarios. De verdad espero que os guste mucho.
En cada capítulo pondré una foto de cada uno de los dragones. Hasta que se me gasten y pondré fotos random. jajajaja
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