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Amigos de improvisto

- Vamos, la espada debe estar en la armería. - Dijo YoonGi. - No queda lejos.

Corrieron por los laberínticos recovecos del cañón donde estaba situado el reino de cazadragones del norte. Por supuesto, la armería estaba custodiada. YoonGi se adelantó.

- Espera aquí.

- ¿Es un sitio pequeño? - Preguntó TaeHyung evitando que continuara.

- Sí, seguramente no haya más de dos guardias, más los dos que hay en la puerta. - Respondió. - ¿Por qué?

- Es mi espada. No permitiré que te maten por ella. Yo iré. - No lo hizo sólo porque fuera su espada, sino porque sospechaba que YoonGi podía estar herido de alguna forma.

- ¿Y cómo diablos lucharás sin tener la espada antes? Ellos no son simples soldados como tú. Son cazadragones. - Claramente, las palabras de YoonGi no detuvieron a TaeHyung, quien avanzó hasta ponerse frente a frente con los guardias. "Adiós al elemento sorpresa", pensó YoonGi.

- Hola. He oído que hay una bonita espada nueva ahí dentro. - Por supuesto, la noticia de que habían conseguido la espada del temido general del reino de las montañas nubladas había corrido como la pólvora.

- ¿Quién eres tú?

- El dueño de la espada la quiere de vuelta y me ha enviado a buscarla. - Pronunció sin más. Los guardias tardaron un instante en darse cuenta de lo que eso quería decir. Eso casi mata de risa a TaeHyung.

- No vas a tenerla. De hecho, no vas a salir con vida de aquí, dragón. - Arremetieron contra él al mismo tiempo. TaeHyung no se inmutó demasiado. Con sorprendente agilidad, saltó y pateó al primero en la cara dejándole inconsciente. YoonGi vio, desde su posición escondida, como un resorte hacia salir un cuchillo oculto en la bota que el jinete llevaba. No tardó ni un instante en clavar ese cuchillo en el pecho del otro guardia. El cazador blanco quedó impresionado. Él, habría cogido las llaves que uno de los guardias tenía en el cinturón y habría abierto la puerta de la armería, pero, por lo visto, no era el modus operandi de TaeHyung. El humano simplemente llamó a la puerta y se aprovechó de la ignorancia y la prepotencia de los soldados que había dentro.

- Vuestros compañeros quizá necesiten un poco de ayuda aquí fuera. - Comentó. - Yo les veo bastante perjudicados. - Anunció después. YoonGi no pudo evitar sonreír. Sin duda era un tipo curioso. Quizá sólo alguien como él podía ser jinete del gran dragón de fuego. Y quizá era el indicado para esa misión.

Los guardias no tardaron en abrir la puerta y salir a enfrentarse con TaeHyung. Eran tres, pero no hubo mucha diferencia con el caso anterior, y antes de que pudieran darse cuenta, ellos estaban en el suelo y TaeHyung entraba en la armería y salía caminado calmadamente de ella con la espada atada a la cintura.

- Lo reconozco. - Dijo YoonGi saliendo de su escondite. - Tienes estilo.

- Dijiste que sólo habría dos guardias dentro. - Se quejó él, sin embargo, a pesar de que no había tenido ningún problema deshaciéndose de ellos.

- Dije seguramente. - Respondió YoonGi. - Y ahora vayamos a por el maldito libro.

- Oye. - Volvió a hablar TaeHyung mientras YoonGi tpensaba cual era el mejor camino para llegar a la sala del Grimorio sin ser visto. - ¿Por qué me hicieron un montón de insinuaciones raras sobre ti y sobre mí cuando me interrogaron? ¿Qué les dijiste sobre mí? ¿Qué eras mi amante o algo así?

- Yo no les dije nada. Ellos llegan a esas conclusiones ellos solos. Más a menudo de lo que me gustaría, de hecho. - Comentó.

- Pues lo siento, pero no eres mi tipo. - Aseguró TaeHyung.

- Ya... la mujeres parecen ser el tipo de todo el mundo. - "Menos el mío", pronunció sólo para sí. Él habría preferido ser hetero, así no habría sido juzgado y apaleado como un animal innumerables veces.

- No. No te equivoques. A mi me gustan los hombres, pero no me gustas tú. - Explicó. YoonGi frenó en seco y le miró. TaeHyung se sintió cohibido por eso. - Quiero decir, me estás pareciendo un tipo legal dentro de lo que te conozco y eres bastante lindo. - Era la primera vez en su vida que alguien usaba el adjetivo "lindo" para describirle. - Pero no me atraes nada. - YoonGi aún estaba en shock por la declaración de TaeHyung. No por el hecho de que fuera hay en sí, sino por la tranquilidad y la naturalidad con la que lo había dicho. Sin ningún prejuicio. - Además, tengo pareja. - Eso pareció sorprender aún más a YoonGi. Pero pronto entendió y recobró la compostura.

- Por supuesto, pronunció. En tu reino los dragones sólo se aparean con otros varones porque no hay dragones hembras así que a vosotros no os parece mal. Nada es tabú allí. - Comentó casi con envidia y siguiendo su camino.

- Bueno, mis padres hubieran preferido nietos, sin duda. - Rió persiguiéndole. - Pero eso de que nada es tabú en mi reino... Te equivocas. Quizá no tengan problemas con los géneros, pero en lo que respecta a la especie... - A TaeHyung no pareció importarle desvelar su mayor secreto a YoonGi.

- ¿Me estás diciendo que mantienes una relación con un dragón? - Dijo YoonGi estando muy seguro de que el jinete se había expresado mal.

- No, es una cabra. - Irinozó. - Pues claro que es un dragón. ¿Conoces alguna otra especie con raciocinio?

- Eso sí que es... distinto. - Opinó YoonGi. Aunque tampoco le pareció tan malo o descabellado.

- Ya... Su padre diría algo más que "distinto". - Comentó el jinete. - Intenta ser digno de él y no sé por qué, porque es un capullo. Los míos... Bueno, la verdad es que da igual si el resto del mundo opina lo que sea. Es el menor de nuestros problemas. El vivirá mucho más que yo, así que será mejor que nos dejemos de experimentos de interespecie antes de que sea demasiado tarde. - Por supuesto, TaeHyung intentaba hacer como que ese tema no le estaba fastidiando la existencia. YoonGi se paró para esconderse en una pequeño saliente, pues ya estaban frente al lugar donde se guardaba el Grimorio Sagrado, y TaeHyung se pegó contra él para esconderse también. YoonGi le miró.

- Si que tenemos problemas tu y yo, amigo. - Sonrió. TaeHyung también lo hizo.

- Menudo par somos.

- Vamos a acabar con esto y a salir de aquí a ver si solucionamos al menos uno de nuestros problema.

- Te sigo. - Dijo esta vez. YoonGi fue a salir del escondite, pero prefirió recordarle algo a TaeHyung.

- Esos tipos no serán como los de la armería. - Podían ver dos guardias en la puerta. - Habrá por lo menos otros cinco dentro y serán los mejores cazadragones del reino. - TaeHyung empuñó con fuerza el mango de la espada.

- No te preocupes por mí, blanquito. Soy más de lo que aparento. - Eso esperaba YoonGi, porque no sería igual de fácil enfrentarse a esos tipos.

- Bien. - YoonGi se concentró y empezó a hacer frío. Pronto, TaeHyung pudo ver como se formaba en su mano una robusta espada formada enteramente de hielo. Era increíble, pero el jinete opinaba que podía ser frágil.

- Eso mola. - Reconoció.

YoonGi sonrió un poco, le gustaba la inocencia de TaeHyung. En ese sentido era como un niño, no juzgaba a nadie. El cazadragones salió primero y, antes de que pudieran verle e identificarle, enarboló su espada por encima de su cabeza e intentó golpear a uno de los guardias. Este lo bloqueó con su propia espada, ni siquiera con el ataque sorpresa había podido acabar con él de un golpe. TaeHyung salió entonces, impidiendo que el seguro de los guardias su uniera al ataque contra YoonGi. Ambos lucharon espada contra espada. TaeHyung estaba seguro de que la de YoonGi se rompería, pero no fue así. De hecho, la que se partió fue la de su contrincante y la espada de hielo se clavó en el vientre de su enemigo. El contrincante de TaeHyung atacaba con fuerza y rabia, con demasiada rabia. La rabia es buena para pelear si sabes controlarla y manejarla correctamente, pero para ello hay tener algo más. Algo que TaeHyung tenía. Motivación y entrenamiento. Cuando tienes un motivo férreo, la rabia se focaliza. Cuando tienes entrenamiento, la fuerza desbocada de tu oponente se combierte en la tuya propia. Fue así, con su propia fuerza como TaeHyung desestabilizó al cazadragones y le hizo caer al suelo con todo el peso de su cuerpo sobre las cervicales. Si seguía vivo, probablemente el golpe le dolería eternamente. Cuando eso ocurrió, un tercer soldado había salido del lugar que custodiaban los guardias ya derrotados y estaba enfrentándose a YoonGi. TaeHyung llegó por detrás y le clavó la espada en la espalda.

- Entremos ahora. - YoonGi entró primero y vio como cuatro soldados se ponían frente a él. TaeHyung entró tras él y pudo ver, en el centro de la sala, un libro grande y viejo sobre un atril en un pedestal.

- ¿Qué se supone que estás haciendo? - Dijo el soldado que parecía el jefe, a pesar de parece joven, claro que con ellos era imposible saber la edad que tenían. - ¿Intentas robar el libro, príncipe?

- Apartaté YiJeong, no quiero hacerte daño. - Pronunció YoonGi.

- Esto es decepcionante, príncipe. ¿Es por él? ¿Has vuelto a cometer blasfemia? - Le preguntó.

- Basta ya, general. - Incluso su propio amigo y mentor le odiaba por como era.

- Oh... YoonGi... Creí que habías superado tu enfermedad. - Comentó con pena. A YoonGi le entristeció profundamente su forma de hablar, pero ya no tenía forma de remediar nada.

- Voy a llevarme ese libro.

- ¿Y cómo tienes pensado hacerlo si yo te he enseñado todo lo que sabes a la hora de combatir? - Quiso saber.

*COMENTA Y VOTA!!!!!!
Por aquí dejo el capítulo del jueves!!!! Ya sabéis que habrá otro más tarde si me mandais muchos comentarios chulos XD

Además, hoy hay PREGUNTA!!!!!: ¿Cuál fue la primera canción de BTS que escuchastes? No va a coincidir con la mía, seguramente, así que mencionaré el próximo jueves a todas las personas que hayan respondido en esta semana!!!!

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