La doncella
En la noche, en el castillo, en el cuarto del rey y la reina.
La reina se encuentra llorando frente a su espejo mirando una foto de su hija hasta que entra el rey al cuarto, la mujer se limpia las lágrimas rápido y guarda la foto.
Reina: ¿Cómo te fue con la búsqueda? ¿La encontraron?-Pregunta ansiosa.
Rey: Lo siento mucho-La mujer entra en llanto otra vez-No te preocupes, ya la encontraremos, de seguro se escapo con otro chico, se fue a una fiesta en otro reino con sus amigas o esta de paseo por el reino y se perdió.
Reina: No, si fuera así ya la habríamos encontrado-Se limpia las lagrimas con un pañuelo y voltea a mirar a su esposo-Llame a todo el mundo y nadie sabía dónde estaba.
Rey: Tranquila, ya la encontraremos-Le da un abrazo calmándola un poco.
En la entrada del cuarto estaba Zinnia quien les deja una bandeja con café ya servido y se retira, esta se dirige a su cuarto y con su teléfono llama a la princesa algo acelerada.
Zinnia: Contesta, contesta-La manda al buzón de voz-¿Por qué no contestas? Atiende, tus padres te necesitan-Vuelve a llamar.
En el campamento, en el cuarto del sargento Ortiga.
Azucena: ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?-Busca en una caja el teléfono de la princesa hasta que lo encuentra-¡Ya lo tengo!
En el pasillo se escuchan los pasos de las grandes botas del sargento, la enfermera asustada mira donde puede esconderse y se coloca debajo de la cama, el sargento entra y cierra la puerta con seguro, bosteza y se quita la camisa y las grandes botas dejándose solo el pantalón, la camisa que tenia debajo y las medias.
Ortiga: Que día, estos soldados son inútiles-Se tira en la cama y se acomoda para dormir.
Azucena: ¿Es en serio?-De pronto suena el teléfono de la princesa despertando a Ortiga, este deprisa se levanta de la cama y saca a la fuerza a la mujer.
Ortiga: ¿Qué haces aquí? ¿Y de donde tomaste eso?-Le pregunta refiriéndose al teléfono.
Azucena: Vera... yo... vine para... ya sabe, am... cosas de mujeres, adiós-Trata de irse pero el sargento se lo impide tomándola del brazo.
Ortiga: Alto ahí-La enfermera saca de su bata una jeringa y se la inyecta al sargento.
Azucena: Lo siento-Dice con una sonrisa.
El sargento cae al suelo inconsciente y la enfermera aprovecha para escapar, pero se devuelve y cierra la puerta con seguro.
Azucena: Eso estuvo cerca, espero no me despidan-Contesta el teléfono-¿Hola?
Zinnia: ¿Quién habla?-Le pregunta algo asustada.
Azucena: La enfermera del campamento ¿Quién es usted?
Zinnia: ¿Dónde está al que le pertenece el teléfono?
Azucena: La princesa está durmiendo con los demás soldados.
Zinnia: ¿Usted sabe que esta disfrazada? ¿Cómo? ¿Le conto?
Azucena: Eso no es lo importante ¿Quién es usted?
Zinnia: Una amiga suya, por favor, dígale que debe regresar, sus padres la están buscando y están muy preocupados, su madre no ha parado de llorar.
Azucena: Muy bien, le diré, mañana en la mañana la llevare a un tren para que regrese a casa.
Zinnia: Muchas gracias-Dice aliviada y la enfermera cuelga.
En el castillo del reino de Dondiego.
Camelia: ¡Te he dicho que odio la mostaza!-Le lanza el pan a Crisantemo-¿Para qué viniste ahora?-Comienza a comer una manzana mientras está sentada en el trono con las piernas cruzadas.
Crisantemo: Mi señora, intervenimos las llamadas del reino de Aster y localizamos una que le podría gustar-Le entrega una grabadora pero la reina lo mira con "¿En serio me darás esa cosa estúpida?" así que el sirviente lo reproduce.
Ambos logran escuchar la conversación entre Zinnia y Azucena, la reina se queda sorprendida al escuchar que la princesa está entre los soldados que la atacaran, ella coloca una gran sonrisa macabra en su rostro y comienza a reír.
Crisantemo: Am... ¿Qué planea, Reina?
Camelia: ¿No es obvio?-Toma un sorbo de su jugo-Crisantemo, dile a nuestros soldados que se lleven un par de tanques extrañas o lo que sea, quiero que me traigan a la princesita ¿Ok?
Crisantemo: Si, señora-Le hace una reverencia y se retira.
Al día siguiente, en el campamento.
Los soldados son despertados por el sargento Ortiga, todos se visten deprisa y en fila se montan en la parte de atrás de varios camiones, Acacia aun disfrazada de Edelweiss se dirige a la enfermería y busca a Azucena pero no la encuentra en ninguna parte así que decide irse con los demás soldados. Lo que no sabía era que Azucena se encontraba encerrada y esposada en una cárcel que estaba debajo del campamento.
Ortiga: Cuando volvamos te llevaremos a un juicio y no volverás aquí.
Azucena: Si, lo que sea, pero dele ese teléfono a Edelweiss, lo necesita.
Ortiga: ¿Por qué? ¿El está involucrado en esto?
Azucena: Ah, escúcheme pedazo de idiota, dele el teléfono a Edelweiss y ya, es algo muy simple ¡Tan solo hágalo!
El soldado toma el teléfono y sin decir nada se retira del cuarto dejando sola a la enfermera con 2 potes de agua y 3 paquetes de comida.
Más tarde, los soldados salen de un bosque y llegan a un campo abierto cubierto por grama, todos avanzan de manera organizada y silenciosa hasta que de la nada salen otros soldados del otro bando que comienzan a atacar a balazos a la princesa y compañía, estos se protegieron corriendo hacia el bosque y los enemigos van hacia ellos para acorralarlos, los soldados dentro del bosque comenzaron a disparar para que no se acercaran. La princesa algo asustada por lo que veía se comienza a alejar corriendo, Tomillo se da cuenta de esto y la sigue. Tomillo detiene a Edelweiss ya cuando se alejan mucho de su equipo, al detenerlo (O detenerla) ve que está llorando horrible, sus lagrimas salen como una cascada y Tomillo queda sorprendido al verlo (O verla).
Tomillo: Edel ¿Qué te pasa?
Edelweiss (Acacia): Yo no estoy lista para esto-Dice llorosa-No puedo, no estoy lista, esta no soy yo-Lanza el arma al suelo-Quiero regresar a casa, no debí haber venido-Se agacha y coloca sus manos en su cabeza-¿En que estaba pensando? Soy la persona más retrasada del mundo.
Tomillo: Edel, em...-De pronto son atacados por otros soldados, el joven toma a Edel (Acacia) del brazo y se lo lleva corriendo hasta detrás de un árbol para protegerse.
Ambos respiran de manera agitada, los soldados mientras disparan se van acercando al árbol poco a poco hasta que son disparados por Mirto y Geranio, ambos logran matarlos y salvar a sus amigos.
Mirto: ¿Qué se supone que hacen aquí? Deberían estar en la formación con los demás-Dice molesto.
Tomillo: Lo siento, es que...-Voltea a mirar a Edelweiss.
Mirto: Tú, lo sabía, siempre eres tú el causante de los problemas ¿Por qué no?-Se da la vuelta molesto y luego vuelve a voltear mirando a Edel señalándole-¿No serás a caso un espía? Eso explicaría muchas cosas de ti-Mira bien la cara de Edel-¿Estabas llorando?
Geranio: Olvidemos esto y vayamos con el grupo, aquí somos un blanco.
Mirto: Bien, pero no te quito los ojos de encima-Dice haciéndole la seña.
Geranio: Edelweiss, si quieres me quedo contigo para que te desahogues y no corras peligro-Le dice seriamente.
Edelweiss (Acacia): Muchas gracias-Se quita las lagrimas.
De pronto escuchan un gran disparo y gritos de sus compañeros, luego soldados enemigos se dirigen hacia los 4 y ellos tratan de huir sigilosamente mientras que los enemigos se acercan más y más. Ellos encuentran una cueva, entran y se esconden detrás de unas rocas, los enemigos al voltear y revisar con una linterna el lugar se retiran y siguen buscando a los soldados, estos suspiran aliviados y salen de sus escondites.
Tomillo: Eso estuvo cerca-Se estira y se sienta recostándose en una roca.
Mirto: No es momento de tomarse un descanso, debemos volver.
Geranio: Miren esto-Les muestra una pantalla que muestra varias cámaras que dejo en el camino que muestran a los soldados muertos o siendo atacados por los enemigos los cuales estaban muy bien armados y llevaban tanques, varios tipos de bombas e incluso pistolas con dardos envenenados-Sera mejor quedarnos hasta que las cosas se calmen.
Tomillo: ¿L-Los dejaremos ahí abandonados?
Geranio: No se viene a la guerra si no estás preparado para morir-Guarda el aparato y se sienta recostándose en una roca-¿Trajeron algo de comer?
Edelweiss (Acacia): Yo traje unos sándwiches de nutella-Los saca y se los entrega a los demás.
Geranio: Tremendo millonario-Dice contento dándole una mordida al pan-¿De dónde vienes?
Edelweiss (Acacia): De... ya sabes... mi casa, el pueblo.
Geranio: Pero ¿De qué parte? El barrio de Pinocho, Rootsmool, Fararu ¿De dónde?-La princesa se pone nerviosa y no sabe que contestar-Ok, yo empiezo, yo vengo del barrio de Pinocho, vivo con mi esposa y mis 2 hijos, el más grande se llama Raúl y es un tremendo galanaso, dejo sin vírgenes al barrio, y la más pequeña es Marie, es todo un ángel... claro, hasta que le pones sus programas esos de chicas que se enamoran del más guapo que se topen, y lo peor es que esta copiando esa actitud, se enamoro hasta del vecino ¿Qué se le puede hacer a esa niña?-Eso le saca una risa a Acacia y una sonrisa a Tomillo-Mirto, tu turno.
Mirto: ¿Yo? Bueno...-Habla algo inseguro-Yo vengo del barrio Kitoga, al sur del reino, am... soy divorciado, tengo 3 hijos, la más pequeña Arley, muy inteligente para su edad y muy bonita, será una gran persona cuando crezca-Pone una sonrisa orgullosa-Julián que me causa dolores de cabeza todo el rato porque dibuja en las paredes de toda la casa, y Dorkys, ella... no para de tomar mi teléfono para tomarse fotos y mandar mensajes, ya me ha roto 2 teléfonos, solo Dios sabe lo que el futuro le hará a esa chica con tales gustos.
Edelweiss (Acacia): Pero que lindo-Dice llorando nuevamente-Son tan buenos padres.
Mirto: Primer hombre que veo que llora tanto.
Edelweiss (Acacia): Es solo que... extraño mucho a mis padres, quiero ir a casa-Abraza sus piernas.
Mirto: Llorón-Le insulta.
Geranio: Esta bien llorar-Le entrega un pañuelo a Edel (Acacia) y este se limpia las lagrimas-Es la manera de aceptar el dolor y seguir adelante.
Mirto: Otra frase filosófica para la lista-Se acuesta en el piso-Buenas noches.
Tomillo: Pero aun es de día.
Mirto: No me importa.
De pronto soldados enemigos aparecen frente a la cueva y les apuntan con sus armas, la princesa y los soldados levantan las manos rindiéndose.
Geranio: Malvada sea.
En el castillo de Dondiego, en el calabozo.
Los 3 soldados se encuentran con las manos esposadas hacia arriba, todos están en una misma jaula sucia con telarañas y algunas ratas caminando por ahí.
Mirto: ¿De quién fue la gran idea de permanecer en la cueva?-Dice con rabia.
De repente, se escucha el eco de los pasos de la reina Camelia y su sirviente Crisantemos, pero este ultimo casi ni se le escucha, la mujer se coloca frente a la jaula y mira detenidamente a cada uno de los soldados.
Mirto: ¿Esa es la reina? Es más bonita de lo que pensé.
Camelia: Gracias-Le dice seria-Crisantemo ¿Quién de estos idiotas de sangre pobre es?
Crisantemo: Ese de ahí-Le señala a Edelweiss (Acacia) haciendo que la reina sonriera.
Geranio: ¿Qué te pasa con Edel? Explícanos.
Camelia: ¿Qué no lo saben?-Pregunta extrañada-Pues, veras... este tal "Edelweiss...-Entra en la jaula y se coloca frente a Edel-Es en realidad...-Le quita la gorra y le baja la camisa militar-¡La princesa del reino de Aster, Acacia Jaune!
Lo soldados la observaron estupefactos, no estaban muy seguros de que decir ni de cómo reaccionar, estaban con las bocas abiertas sin saber que decir a excepción de Mirto que dijo:...
Mirto: No puedo creer la paliza que me llevare después de esto.
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