El dragón ciego, pero lleno de ira, expulsa fuego en todas las direcciones sin acertarle a nada... el ser alado tratando de huir, todo le era inútil pues sus alas dañadas no le permitían retomar el vuelo.

El dragón, al escuchar el ruido, se aproxima cuidadosamente al ser alado para acabar con el, inhala una gran bocanada de aire y antes de que la pudiera exhalar... el mago empuñando la espada enfrente y con un movimiento rápido se la atraviesa en el cuello del feroz dragón, acabando así con su vida.

El mago agitado por la conmoción, se acerca al ser alado con las manos y traje manchado en la pestilente sangre del temible dragón. El hombre con alas seso su lucha por querer huir del fornido mago y solamente mira el filo de la hoja de su propia espada esperando su muerte, porque ya muchos seres al igual que aquel "mago" buscaba la recompensa. Ya que sabiendo su destino, que hasta allí acabaría su vida.

Cuando tiene al mago a sus pies voltea la cara para recibir el impacto pero no pasa nada, cuando voltea de nuevo puede ver que el mago esta sentado a su lado con un gesto de cansancio, con la espada en el suelo.

- me has salvado la vida, ¿no sé porque motivo ni razón? sabiendo tú que he venido por la tuya, pero como la ley cósmica lo rige... Te dejare vivir, a cambio te debo la mía.-

Con una sonrisa en el rostro lo mira y el también le responde igual,  reposo su cabeza en la tierra y también sonríe y piensa: - ¡Al fin tengo un amigo!

Y es así, como la comunión del mago y el guardián se hizo posible sin ningún interés alguno.