El tiempo paso y el mago y la chica se hicieron mas unidos,  pasaban mucho tiempo juntos, aunque el dejo de practicar sus artes oscuras cuando ella estaba en presencia... el buscaba realizarlo en los momentos en que ella se descuidaba para aprovecharlo en sus práctica de artes oscuras místicas, también llegaba y visitaba el otro lado de las puertas de los mundos para conseguir ingredientes y preparar sus pociones, cosas que sólo se podía hallar allí. Pero eso sólo ocurria en ciertos días.

Un día la chica extrañada de las largas partidas del mago, decide revisar aquel ático para merodear entre sus cosas y así ver que tanto ocultaba allí; De pies a cabeza revisó la cabaña y aunque no era muy grande hizo hasta lo imposible para revisar cada rincón. En el momento de decidir rendirse ya frustrada de no conseguir nada avienta un trozo de tela a un rincón,  este al caer tropieza una planta cuya base de la vasija se allá quebrada, y como si no tuviese fin el desastre este tumba una cortina  esta al templarse, se escucha claramente el caer de otro objeto, pero este no se hace visible ante sus claros verdes ojos. Algo pesado con muchos peretes... asustada de no haber averiado algo y a su vez extrañada, busca que fue lo que produjo ese ruido; sin ver, introduce su manos para inspeccionar y al tocar siente algo sólido. Lo palpa unos minutos y deduce que es un baúl, que no tiene cerradura pero se encuentra sellado.

¡Que instinto tan fuerte, que curiosidad tan incontrolable...! la chica se muerde los labios  mientras piensa como buscar la forma de abrirlo...

《Si no es con llave... ¿Con qué te abres baúl?》