BASILISCUS
《Si no es con llave... ¿Con qué entonces...? ¿Es acaso con magia que te abres?》
La chica deja caer el baúl una vez más al pensar su última pregunta. Luego dejó la caja en el sitio que estaba anteriormente, ya que el terror le invadió al pensar que Amenistus fuera un demonio como aquellos que acabaron con su antiguo hogar.
Los días pasaron pero su inquietud no moría allí, más bien incrementaba a cada minuto que pasaba. Pasmada sin poder dormir una noche siente que su amante se levanta de su cama y se pierde en el pasillo, la joven y bella mujer es intrigada por la curiosidad le sigue los pasos de cuclillas y lo ve allí, frente al baúl escuchandolo mensionar
una sola palabra que logró abrir el dichoso baúl que le llenaba la curiosidad, así no mas... sin tocarlo sólo sé dio su apertura.
La chica con sus ojos en jugados de lágrimas dice en voz susurrante para sí misma mientras su cuerpo se sumerge en un temblor de miedo y anciedad.
《BASILISCUS... Amenistus...tú...tú ... eres un mago, un maldito hechicero... otro miserable monstruo.
Ya se con que abrir ese baúl y veré que contiene... Ya no puedes esconder me nada.》
Amenistus escucho un sonido, este cerró su baúl y corrió a ver a la chica pero esta estaba sumergida en un profundo sueño. Este la encogió entre sus brazos y con amor aprecio su tés mientras jugaba con su cabello y lo olía hasta quedar rendido sobre su regazo.
A lo que ella abrió los ojos de par en par aturdida en verlo sobre ella, poco a poco se deslizó zafadose de su amarre y con pasos silenciosos llegó hasta el baúl, miró de lado a lado percatadose de que nadie la viese.
Respiró un hondo suspiro se contuvo, se paró firme miró la caja con irá y con sus rodillas y tobillos firmes sobre el piso de madera con un agarre de sus dedos descalzos sin aflojar, dejo brotar de su boca la misma palabra que escuchó de Amenistus.
《¡BASILISCUS!》
A mensionar la palabra se oye el craquear del cajón y allí ella entiende que la cerradura se dió ante ella. Y luego se escucha el crujir de las visagras dándole el paso de la vista en su misterioso contenido.
Ella desesperada corre buscando un escondite pero luego se asa de reojo para asegurarse de que nada malo sádica satinado allí que la ataca se. Al no ver nada malo, extiende su paso fijo al baúl y al llegar su mirada posarse en su interior, encuentra una gran cantidad de papiros y hojas con manuscritos y a un lado un libro, grueso y bastante llamativo por su negra cubierta ornamental de místicos objetos que la adornaban; ella lo abre luego comenzó a leerlo pasando horas allí, olvidándose por completo que el tiempo había pasado volando; es como si el libro la absorbiera en lo profundo de cada página. Pero sólo al escuchar a los insectos entonar su canto fue que volvió a entrar en si, asustada de que Amenistus volviera y la encontrara allí junto al baúl, re hojea rápido y decide lanzar un conjuro para levitar objetos, hizo varios intentos pero no ocurrió nada, volvió a intentar pero volvió a fracasar. Frustrada y decidida grita con cólera el conjuro y es allí donde el baúl se eleva alto y vuelve a caer en el mismo lugar.
Ella presionada se deja caer de rodillas, deja caer el libro y viéndolo horrorizada se alegra porque pudo ejecutar su primer hechizo.
《¡Ah...Amenistus! ... ¿No se despertó? 》Se cubre la boca con ambas manos.
Llena de orgullo y satisfacción por su logró, empieza en ella a emprender un sentimiento nuevo uno no muy bueno... ¡La codicia! el saber que pudo con un simple conjuro d
e levitar un insignificante baúl, ella piensa que puede hacer mucho más.
En silencio Amenistus despierta y no ve a la joven en sus manos, este un poco preocupado se levanta para buscarla, camina hasta el salón y la ve a ella parada mirando a través del ventanal.
《amor... ¿sucede algo?》
《tranquilo querido, sólo tuve una pesadilla...》miraba al piso bastante pálida y fría. Amenistus la encoge entre sus brazos y besa su mejilla. 《tranquila, vuelve a la cama... necesitas descansar.》
《temo...》Amenistus le calla con un beso y se la lleva cargada a la cama, luego la cubre con mantas y el sale de la habitación.
《tú descansa princesa, yo iré labrar la tierras para sembrar》.
Cuando llegó Amenistus, ella no le contó absolutamente nada de lo ocurrido, pero esta ya sabe lo que pasa, lo que él en realidad es, y lo que pasará después...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro