Tiara O'Connor
24 de julio del 2003
Cuando llegamos al auto me mete dentro sin un poco de cuidado, lo miro mal. Me da una sonrisa de inocencia y sigue hasta la puerta de mi costado.
El viaje pasa en silencio, con...
— ¿Como coño te llamas?— pregunto de manera brusca, no me jodan el sabe hasta mi tipo de sangre y yo no sé su maldito nombre.
— Esa boca— dice mirándome, vuelve su vista al teléfono luego de unos segundos—. Respondiendo tu pregunta mi nombre es Jaxon.
Lindo nombre.
— Lo se, gracias.
— ¿He?
Me mira obvio y suspira— Lo dijiste en voz alta.
La vergüenza llega a mi cara y la siento ponerse roja, suelta varias risitas descontroladas cuando ve lo que provoco en mí.
— ¿Quieres dejar de reír?— niega y una sonrisa maliciosa aparece en su rostro.
Llegamos a mi trabajo voy a bajarme pero las puertas tienen seguro, miro a Jaxon en busca de una respuesta pero no lo veo a mi lado.
Bajo la ventanilla del auto y lo veo entrar al restaurante.
— ¡No no, joder!— golpeo el cristal para llamar la atención pero nadie se detiene a ver cómo pueden ayudar—. ¡Maldita sea! ¡Abran estas cosas malditos inútiles!— les grito al chofer y al gorila que lleva al lado.
No se dignan ni a mirarme.
Me callo cuando entra Jaxon luciendo de lo más relajado.
— ¿Qué mierda hiciste? ¡Déjame bajar!— Lo golpeo pero con una de sus enormes manos me agarra las mías inmovilizándonoslas.
— Llévanos a casa— pide a su chofer que pone en marcha el auto enseguida como si hubiera estado esperando la orden.
Al no poder golpearlo me subo a horcajadas sobre él, con la brusquedad del movimiento logro liberar una de mis mano, lo iba a golpear bien fuerte, estoy segura pero nunca lo sabremos porque toma mi mano antes de que impacte con su cara, en el movimiento Jaxon se acerca a mi rostro y mi vista van a sus labios y la de él hacen lo mismo.
Toma mi boca con desesperación y con un deseo inmenso, sus labios juegan con el inferior de los míos. Su mano va a mi cintura y la otra a mi nuca evitando que me despegue, no aguanto y trato de seguir su ritmo devorando su labio. Suelto un gemido cuando aprieta mi culo, mientras Jaxon aprovecha para invadir mi cavidad bucal. Algo duro llega a mi entrepierna justo en el centro.
— Joder— hablo cuando nos separamos por aire.
— Se que quieres más que un simple beso, pero delante de estos no lo obtendrás— dice cuando se acerca a mi oído para susurrar.
Me sonrojo por su palabras y me aparto de encima de él.
Gruñe en desaprobación pero no dice nada.
Y es así como me encuentro en una mansión enormemente grande y elegante, ahora estoy en su habitación, es blanca, con diseños en negro y gris— como toda la casa—. Su cama es enorme y totalmente cómoda, tiene 2 puertas más que deben ser el closet y el baño.
— Hola, bonito— acaricio un dóberman que fácil podría comerme viva. Hace un sonido de placer y se restriega más en mi mano.
Me levanto de la cama y me dirijo al closet que me está matando la curiosidad, Maldito sea el niño, nada más viste de traje. Hay camisas por todos lados, corbatas y zapatos elegantes.
— ¿Quieres una?— doy un salto, no lo escuche entrar.
— Y-yo, mmm. No sólo estaba viendo.
Asiente y se dirige hacia mí— ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas para quedarte aquí?
Nada papi, me quedaría gustosa.
— Nada, no puedes darme nada de lo que necesito.
— Puedo darte el mundo si así lo deseas, nada te faltará ni a ti ni a tu familia, serás la reina de esta casa, haré que se inclinen ante ti como la maldita diosa que eres. Solo si te quedas conmigo—se encoge de hombros y rodea mi cintura con sus manos, eso me pone ansiosa de sobremanera.
— No quiero nada de eso, quiero más mucho más— no entiende la referencia—. Joder quiero amor, que me cuiden, quiero follar sabiendo que soy la única— restriego mi nariz con la suya de manera seductora—. No puedes dármelo ¿verdad?
— Quieres las cosas más estúpidas que me han pedido, pero puedo garantizarte que si el sexo es bueno no habrá ninguna otra.
No respondí, no tenía caso, sabía que no me dejaría ir.
— Hagamos un trato— mi voz salió más segura de lo que pensé. Ya que su cercanía me afectaba. Hizo un sonido para que siguiera. Trago saliva con dificultad—. Follamos y dejas de molestarme.
Las comisuras de sus labios se levantaron dejándome ver una sonrisa maliciosa. Se acercó a mi boca con la intención de besarme no me aparte y lo tomó como una aceptación. Nos besamos con deseo, aunque no quiero estar aquí, es imposible no excitarme por él y el aura masculina que emana.
Posa sus manos en mis muslos y me alza, enrollo mis piernas en su cadera sin romper el beso. En mi posición puedo sentir su pene erecto en mi intimidad.
Camina hasta lo que creo debe ser la cama, mi espalda choca con la superficie cómoda de esta.
Jaxon se arrodilla entre mis pies dejando besos en la cara interna de mis muslos mientras quita mi short junto a las braguitas de un tirón, chillo por la fricción.
Me retuerzo mordiéndome el labio cuando da una lamida desde mi ano recorriendo toda mi entrada hasta acabar en mi necesitado clítoris.
Sus ojos se conectan con los míos por unos segundos y estira su mano liberando mi labio, cuando lo hace atrapo su dedo entre mis dientes, le doy vueltas con mi lengua chupándolo. Mientras el lame con más rapidez en mi coño. Grito cuando adentra dos de sus dedos en mi interior, no los mete completo pero si lo suficiente para darme mucho más placer, succiona mi clítroris y es imposible detener mis gemidos.
Siento el nudo que se creó en mi vientre deshacerse, estrujo con mis manos la sabana mientras que el orgasmo me arrolla.
Jaxon da una última lamida tomando todos mis fluidos y prolongando el orgasmo.
Mi frente suda y las piernas me tiemblan, estoy segura que si tratara de pararme caería al piso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro