Desperto de golpe, estaba empapada en sudor y tenía mucha sed así que sirvió agua de la jarra que había sobre la mesa de noche, pese a que sólo había sido un sueño se sintió muy real, por suerte no pudo pensar mucho en eso ya que en ese momento se abrió la puerta y entro shining armor, el cual traía una bandeja en las manos con lo que parecía ser sopa de pollo sintió una mezcla de alivio y alegría al ver a su hermano junto a él también entro spike quien trato de subirse a la cama sin mucho éxito shining le dejó con cuidado la bandeja en las piernas y le tomó la temperatura -mamá y papá se van a alegrar cuando vean que por fin te bajo la fiebre- dijo mientras revisaba el termómetro, le lanzó una pequeña sonrisa para animarla, mientras Twilight comenzó a comer, por un momento sintió un ligero dolor en la cabeza, el cual desapareció casi al instante así que no le tomó mucha importancia, así que siguió comiendo. Tenía mucha hambre, había pasado un día entero dormida y los demás apenas había comido a causa de la fiebre. Tras un par de días en los cuales mejoró notablemente y después de asegurarse que estaba bien pudo volver a la escuela en la cual durante unos días todo parecía volver a la normalidad hasta que empezó a tener pesadillas las cueles eran cada vez peores, vez más gráficas (en una ocasión soño como todos se quemaban y después se levantaban en carne viva, en otra ocasión vio cadáveres desollados que intentaban atraparla y de nuevo vio la escuela en llamas) apenas dormía, estaba pálida y ojerosa, a esto había que añadirle el crecimiento desmesurado de su cuerpo. Habiq crecido casi 30 centímetros, y tenia varios dolores de cabeza, los exámenes médicos no mostraban nada, un día estando en la escuela, comenzó a sentirse mal de nuevo -Twilight estas bien?- pregunto una voz que no reconoció ya que la cabeza le martilleaba -Twilight?, Twiligth?- aquella voz sonaba muy asustada. No supo más ya que quedó inconsciente. Despertando varias horas después, estaba en su cama tapada con una manta ligera, vestida únicamente con ropa interior, alguien (tal vez su madre o su padre) le había puesto un trapo húmedo en la frente. Aún dolía la cabeza y se sentía muy mareada, desorientada y como si la fiebre apenas le hubiera bajado -que me está pasando?- pregunto para si misma bastante desesperada. Le pareció oír una risa demente como respuesta