El hombre sólo pensaba en aquellos momentos que no pudo estar con su hijo,  ahora podría pasar por lo menos un día con aquel niño y saber que era tener a cargo un pequeño ser. Cometió muchos errores en su vida, pero no se arrepentida de haber enviado lejos a su hijo para así protegerlo. Ahora quería ver a su familia nuevamente unida, pero sólo faltaba el mayor de sus hijos, esperaba encontrarlo pronto o por lo menos saber algo de el. No espero que el niño aceptará así por que si acompañarlo, pero suponía que el también deseaba aquello. No conocía por completo aquel planeta, pero si por lo menos aquella zona.

Bulma sabía que no tenían a donde ir, por lo cual les permitió vivir en su casa, sólo hasta que solucionarán aquel problema que tendrían por ser traidores, o quizás aceptaran la realidad, no volverían a su hogar, tendrían que empezar de cero. Pero por lo menos tenía un trabajo, ayudar a Bulma en aquellas cosas que su fuerza fuese de ayuda, Vegeta no se metía en aquellos asuntos,verificada que nadie tocara a su esposa,pero aún así mantenía su distancia con el propósito de superar a Goku o Kakaroto, otra forma de llamarlo. Este sólo entrenaba con el kaio del Norte, kaio-sama. Cuando se encontraba en la Tierra era obligado a trabajar, pero bueno su trabajo era mejor que ser agricultor, podía entrenar y no ocultar por completo su fuerza, pero era sofocante. A Gine le causaba gracia como su hijo huía de las cámaras , al parecer ella no tenía problema con su nuevo estilo de vida, era la única que no estaba inconforme. Los demás sayajin se ganaban la vida en el campo, claro, Milk al ver que gozaban de lujos sin esforzarse se le ocurrió una idea, ya que Goku no trabajaría más o por un tiempo en aquel campo de cultivo convenció a Bulma de enviar a los sayajin ahí, así ellos podían dejar de depender de la científica, al inicio fue un caos, pero al paso de los meses las cosas cambiaron, al parecer disfrutaban en ocasiones aquello, pero veían con tristeza aquellos recuerdos en los que eran guerreros. Su capitán era enviado a los campos cuando Bulma no lo necesitaba.

El niño camino  junto a su abuelo, ¿Así lo podía llamar?, eso se preguntaba, aún que le era extraño ya que aquel hombre parecía su padre, era algo confuso, pero tendría que acostumbrarse, ¿Sería la única vez que ambos saldrían de paseo juntos?, el hombre se detuvo, el niño imitó aquella acción sin decir ninguna palabra.

- Esperaba que hablaras más- dijo el hombre al parecer los niños de este planeta no dejan de hablar- Al final de aquello sonrió, el niño lo noto a lo cual sólo se limitó a mirar ¿Que podría decir?- ¿Que te parece si caminamos juntos?

- ya lo hacemos, pero usted se a detenido y yo después- el sayajin lo miro algo serio, pero esa seriedad se volvió en risas, el hombre sólo dijo- !Tienes razón, no conozco aún este lugar, quizás tu pudieras llevarnos a un lugar donde podamos pasar el tiempo¡- el niño se impresionó con aquellas palabras, a lo cual sólo asintió, tomó de la mano al sayajin y con prisa lo dirigió a una heladería, el sayajin algo confundido miró el lugar, pero después sonrió y puso se mano en la cabeza del niño- !Es un buen lugar, ya he venido con Gine, la señora Bulma nos a traído aqui¡- el sayajin se acerco a la entrada del local, pero el niño no se movió de su lugar, el sayajin se detuvo y miro al niño- ¿Que sucede?

- olvidé que necesitamos dinero para poder consumir cualquier producto y no es bueno irse sin pagar- dijo el niño algo desanimado.

- pero aún no entramos

- es mejor evitarlo - dijo el niño.

- No te preocupes, yo en este tiempo e aprendido como funciona esto, por lo cual e ganado dinero con mi trabajo, no tienes por que preocuparte- el niño sólo sonrió y se acercó a su abuelo, en el fondo se sentía orgulloso de el, pero no sabía si era bueno decirlo.

Ambos entraron, se sentaron en una de las mesas, podían caminar y comer el helado, pero prefirieron quedarse en el lugar,pidieron un helado el cual no tardó mucho en llegar, al inicio sólo guardaron silencio y comían de su helado, pero poco a poco empezaron a conversar de cualquier cosa. No importaba quien empezó, sólo que aquel momento era agradable para ambos.

.....

En el planeta Vegeta el rey había terminado sus pendientes, pasaron algunos días y no encontro a su nieto, por lo cual envió a un guardia a buscar a Trunks, después de esto al ver que con uno no fue suficiente envió a un grupo, pero no lo encontraron.

.....

El rey Vegeta era un hombre ocupado, pero algo había cambiado en ese tiempo, cuando Trunks llegaba era bien recibido por los guardias y mucho más por su abuelo quién esperaba con ansias hablar con el.

Cuando al fin llegó a un acuerdo con sus súbditos envió un guardia a buscar a su nieto quien se suponía que aún se encontraba en el Palacio. El guardia lo busco por doquier, pero no encontraba rastro alguno del niño.

EL rey espero algunas horas, el guardia aún no volvía, envió a otros, pero estos también tardaron, cuando el primero volvió junto a sus compañeros algo nervioso al igual que los otros se acercaron al rey, quien estaba impaciente- ¿Y bien?- pregunto el rey.

- mi señor, no lo hemos encontrado en ningún lugar- dijo el primer guardia que fue enviado.

- Tal vez se fue, quizás mañana regrese igual que todos los días que se a marchado- dijo el guardia, esto tranquilizó al rey que tenía esperanzas en que el niño volvería como siempre. Los días pasaban, aún ningún rastro, trato de evitar pensar en cosas negativas, pero su mente se lo impide.

En aquel momento se encontraba con un grupo de guardias que lo buscaban.

- ¿Están seguros que no está por ningún lugar?- pregunto el rey, los guardias negaron- ¿Buscaron en el pueblo?, escuché que no venía sólo, al parecer venía acompañado de dos sayajin nacidos en la Tierra y el acompañante del Señor Bills, no es un problema encontrarlo- los guardias aún nerviosos dijeron no- !Es un niño¡, ¿Que difícil es encontrarlo?

- Lo que nos dijeron fue que... se fueron- el rey al escuchar aquello presto más atención al guardia- Al parecer fue a petición de...

- ¿De Trunks?- dijo el rey- No lo creo, el  no sería  capaz de irse sin avisar.

- Eso fue lo que los testigos nos dijeron- dijo otro de los guardias, el rey sólo lo mira con firmeza y seriedad- !Señor¡- el rey se mantuvo en silencio, los guardias se miraban entre ellos, esperaban que no sucediera nada malo.

- !necesito que junten a los mejores guerreros¡- dijo el rey. Al perecer planeaba una locura.
-!Si deñor¡- dijeron todos los guardias sin preguntar nada, sólo salieron a reunir a los guerreros.

Cuando los guerreros fueron reunidos el rey se presentó ante ellos, ninguno sabía que planeaba, pero aún así obedecían.

- Hoy los he reunido a todos ustedes ya que e decidido enviarlos a una misión de suma importancia- dijo el rey, los sayajin sólo escuchaban atentos- !Irán al planeta Tierra por Trunks¡.

- Señor- dijo uno de los sayajin presentes- ya hace algunos días regresamos de ese planeta y tardamos mucho tiempo en ir y regresar, aún y con las mejoras de nuestras naves.

- Esta vez no tardarán mucho- los sayajin quedaron desconcertados- probaremos algunas naves de la patrulla Galáctica y llegaremos en poco tiempo al lugar más lejano del universo- los sayajin entendieron de inmediato a que se refería el rey, no sería difícil someter a los patrulleros galácticos, además su base no se encontraba muy lejos del planeta Vegeta, aún que podían ponerle una trampa a los patrulleros que viajaban por la vía Láctea para proteger la. Aún que tuvieran armas no serían nada con los sayajin que ahora parecían nada a comparación de otros seres que habitaban el universo, pero aún así eran peligrosos, en cualquier momento y o con ayuda del entrenamiento sería cuestión de tiempo para que su poder se incrementará.

Los sayajin salieron atacando a todos los patrulleros que se cruzarán en su camino, no les daban tiempo de advertirles a sus compañeros, todo resultaba a la perfección.

Llegaron a la base central de la patrulla Galáctica, ahí la mayor parte de los patrulleros y cualquier cosa que estos utilizaban para cumplir su deber, se encontraban ahí. Los sayajin sabían que en esos momentos el silencio era lo esencial para que su plan funcionará, fueron organizados, se dividieron en grupos en los cuales no importaba su clase, era mejor variar, guardaron silencio y poco a poco se adentraron al lugar,algo extraño de los sayajin. Otros sólo se quedaron a los alrededores para enboscar a todos los patrulleros que llegarán.