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Capitulo 4: Deseo

Lo último que hicieron fue pelear, el orgullo fue mayor que el amor, la tristeza.

Bulma se quedó observando el cielo, jamás pensó alejarse de su hijo tan pronto, pero sabía que en algún momento tendría que marcharse. Si eso era crecer prefería que su pequeño siempre fuese aquel bebe que cargaba en sus brazos, que era dependiente de ella, aquel que no comprendía la maldad. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que nunca se percató que era tarde, su esposo se había preocupado, no lo admitiría, pero él amaba a su esposa e hijos. Se tenía que preocupar por lo que les sucediese, por esa razón salió en su búsqueda, la alcanzó a ver en un lugar alejado del gran jardín, se acercó—. ¿Dónde está Trunks? —, ella no contesto, una lágrima fue suficiente para que ella tomará otra posición, dejó de mirar el cielo y abrazo a su esposo. Algunas lágrimas cayeron. Trato de tranquilizarse y explicarle.

No sabía que decirle, no era como Milk que podía engañar fácilmente a su esposo. Vegeta era diferente al otro sayajin. Goku mostró muy poco sus sentimientos, quizás era confusión, pero Vegeta se los guardaría. Pensó las cosas por un momento, le diría lo que Milk le dijo a Goku, quizás algo parecido.

—Me ha pedido que lo envíe a un lugar donde pueda estar tranquilo por algunos días, quizás meses. Después de lo ocurrido hace rato, creyó que necesitaba aclarar sus pensamientos -. Era imposible un sentimiento de culpa en Vegeta. Lo pensó y estaba decidido, lo buscaría y lo traería de regreso.

—¿Dónde está? —. Bulma no dirá nada hasta su regreso.

—Me ha pedido que no te diga donde se encuentra el lugar —, Vegeta pensó en el sayajin que vivía en las montañas-, le pediré a Kakaroto que busque su Ki y me lleve hasta él.

Por su parte la mujer se alejó para cambiar a una actitud más sería.

—El no podrá ayudarte, también el hijo de Goku está en ese lugar —, daba por hecho Vegeta que Goku estaría ocupado en la ausencia del hijo.

—¿Por qué se fueron?.

—Para obtener conocimientos que serán útiles para su desarrollo —, era temporal. No sabría cuando llegaría, pero cuando sea ese momento él tendría que recibir a su hijo con los brazos abiertos. No era literal, así como lo recibiría, pero estaría feliz, aunque no lo demostrará.

Pasaron dos meses y pronto sería el cumpleaños de Vegeta. En el planeta del dios destructor las cosas iban de maravilla, los niños aprendían rápido. Ahora se encontraban entrenando como lo hacían sus padres tiempo atrás, un tiempo no muy lejano.

—Es todo por hoy —el ángel detuvo el combate— es hora de cenar, el Señor Bills pronto despertará estará hambriento y supongo que ustedes igual. Entren al castillo, tomen un baño, y cuando estén listos bajan a cenar.

Los dos niños hicieron lo que se les fue ordenado. Cuando estaban abajo un gran festín los esperaba, mientras cenaban en compañía del ángel el Dios destructor entró a la habitación, no dudo en centrarse alado de su asistente y probar aquella comida.
Terminaron de comer, todos estaban más que satisfechos, cada uno se dirigía a su habitación. Los dos pequeños entraron a la habitación que compartían, el mayor de ellos comentó algo que era de su importancia—. En unos días será el cumpleaños de mi papá, quiero darle el mejor regalo que pueda existir —el más chico volteó a ver a su compañero y respondió.

—Tiene que ser algo realmente especial, ¿Qué piensas darle?.

—Aún no Se, pero el siempre habla de los sayajin —piensa por algunos minutos, todo estaba en completo silencio, compañero estaba durmiendo, cuando de repente el mayor grita asustando al más pequeño— !Ya sé que le daré¡ —el otro chico se levanta con una mano frotándose uno de sus ojos.

Goten antes de decir algo bostezo— ¿Que le darás?

—Juntaré las esferas del dragón y pediré un deseo, no sé porque jamás lo ha pedido, pero yo lo pediré.

Goten estaba confundido por lo que decía su amigo— ¿De qué hablas Trunks?

Trunks estaba decidido en lo que estaba tramando- pediré como deseo que el planeta de los sayajin y sus habitantes otra vez existan, ¿Me ayudaría a juntar las esferas del dragon?

Goten aceptó sólo con una condición, la cual era que lo dejará dormir.

Paso la semana, la fecha esperada había llegado, los niños tenían todo listo, para poder llevar a cabo su plan le habían pedido ayuda al ángel, el cual con gusto les ayudó a buscar las esferas.

Llegaron al planeta Tierra, el ángel sólo apoyo en la búsqueda de las esferas del dragon, no cuestionó la razón por la cual las requerían, sólo ayudó a su búsqueda. El ángel y el Dios destructor llegaron antes a la fiesta para que nadie sospeche que los niños estuvieron todo ese tiempo bajo su custodia.

Mientras en otro lugar los dos niños se encontraban invocando aquel dragón que siempre les era de ayuda en algún momento difícil o para recibir a los guerreros z, en especial al mejor amigo de Goku quien a cada momento perdía la vida, ya era todo un experto en el arte de morir.

En la fiesta Bulma y Milk esperaban con ansias a sus hijos, mientras los dos sayajin esperaban impacientes volver a ver a sus hijos, su ausencia era muy notoria, Goku no tenía con quien hablar mientras Milk lo regañaba, no había con quien compartir aquellos momentos tan importantes que ocurrieron en esos meses, tenía a su hijo Gohan, pero a este lo veía de vez en cuando. Vegeta quería volver a estar alado de su primogénito, entrenarlo, ver como crecía, sentirse orgulloso de ser su padre. El dios y el ángel se encontraban comiendo como en cualquier ocasión que visitaban la Tierra, hasta que un sonido familiar los interrumpió.

—Yo reconocería ese sonido en cualquier lugar, ¿Pero de donde proviene? —el Ángel observó al dios hasta recordar que aquel sonido provenía de su báculo, sólo río un momento y comentó—, que despistado he sido —el Dios lo mira con una expresión que formulaba la pregunta, ¿Enserio?, el asistente reviso la razón por la cual el báculo hacia ese sonido, cuando lo observa y se da cuenta que un planeta que había sido destruido años atrás otra vez estaba presente en el universo— !Vaya, al parecer para eso querían las esferas del dragón¡, mi señor Bills tengo algo muy importante que decir —el dios se encontraba comiendo la última porción de su plato.

Bills estaba impaciente— !Quiero más¡ —el mesero se acercó lo más rápido que pudo, le dejo un platillo distinto en la mesa y el Dios lo observo por un momento— ¿Qué es esto?.

El mesero estaba nervioso y contestó aquella pregunta.

—La señora Bulma me ha pedido que no lo dejé sin comida en ningún momento, por esa razón le he traído este postre en lo que traemos lo que ha pedido —el Dios se encontraba más tranquilo, agradeció por la comida, cuando estaba a punto de probar aquel postre escucho la voz de su asistente Whis— señor Bills.

El Dios volteó a mirarlo algo enojado.

—¿Qué quieres? —, el asistente le mostró el báculo— ¿Qué quieres que vea?, es un planeta.

El ángel insistió para que el dios observará más detenidamente pero no comprendía lo interesante en aquel planeta— ¿Sólo un planeta del universo es lo que me mostraras? —. El ángel trato de hacer que el dios se diera cuenta de la aparición de aquel planeta .

¿Qué tenía de especial aquel planeta?, la respuesta a esto era que ese planeta había sido destruido años atrás, el ángel no bajo se báculo y le dijo al dios él porque era relevante ver—. Mi señor, tengo que decirle que este astro es nada menos que el planeta donde habitaban los sayajin —el Dios estaba tomando un poco de agua mientras su asistente hablaba, al escuchar que se trataba del planeta Vegeta no dudo en escupir el agua, fue una mala suerte para el mesero que pasaba por aquel lugar.

El dios se molestó, se levantó - Whis vamos ahora mismo al planeta Vegeta quiero destruirlo yo mismo está vez— se preparaban para partir, pero antes un mesero se acercó con el pedido del Señor Bills, este miró la comida, se veía deliciosa no dudaba en probarla en ese momento— !El planeta Vegeta puede esperar¡ —Ángel y Dios tomaron de nuevo sus asientos y degustaron con placer la comida que se les llevaba.

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