Capitulo 8
Salto en el tiempo
Ocho meses habían pasado desde que Jungkook y Min-Ji establecieron una conexión mental. A lo largo de ese tiempo, Jungkook había estado guiando a la pequeña, enseñándole travesuras y bromeando sobre las reacciones de Taehyung. Min-Ji disfrutaba de cada momento, y su risa resonaba en la casa como música.
Un día, mientras Taehyung leía un libro en la sala, su pequeña dormía plácidamente en el sofá. La tranquilidad fue interrumpida por la llegada de un militar que había sido enviado para discutir la seguridad de la ciudad. Con una sonrisa cordial, Taehyung lo invitó a pasar.
-Gracias por recibirnos, gobernador. Hay algunas cosas que necesitamos discutir sobre la nueva carretera que se abrirá pronto -comenzó el militar, ajustando su uniforme.
Mientras hablaban de las diversas preocupaciones y planes, Taehyung notó cómo el militar comenzó a coquetear con él, lanzando miradas insinuantes que lo incomodaban. A pesar de la tensión en el aire, Taehyung intentó mantener la conversación profesional.
-Agradezco su interés, pero debemos enfocarnos en los aspectos de seguridad -respondió, intentando desviar la conversación.
El militar, sintiéndose rechazado, se acercó más a Taehyung, intentando cerrar la distancia.
-Vamos, no seas tímido. Estoy seguro de que podríamos... discutir esto de una manera más privada -dijo, acercándose lo suficiente para forzar un beso.
Taehyung se apartó bruscamente, sintiendo el pánico crecer en su pecho. No solo estaba en juego su integridad, sino el bienestar de su hija.
-¡Lárgate! -gritó, su voz resonando en la habitación.
El militar no tomó bien la negativa; la ira se apoderó de él, y comenzó a forcejear con Taehyung. En medio de la lucha, Taehyung sintió un golpe de miedo al pensar en lo que sucedería si Min-Ji despertaba y se encontraba con esa situación.
Mientras luchaba, se dio cuenta de que era más débil y que necesitaba salir de esto. Pero, justo cuando pensaba que todo estaba perdido, notó algo extraño en el rincón de la habitación. Se giró y vio a Min-Ji, con sus ojos rojos brillando intensamente, sus garras comenzando a asomarse de sus manos, y los tentáculos ondeando detrás de ella. La transformación de su hija era aterradora.
-¡Aléjate de papi! -gritó la niña, su voz fría y decidida.
El militar, al girarse y ver a la pequeña en ese estado, experimentó un escalofrío recorrer su espalda. El miedo se apoderó de él mientras Min-Ji se abalanzaba sobre él, con una ferocidad que sorprendió a Taehyung. Sin pensar, Taehyung tomó un cuchillo de la mesa y, en un impulso desesperado, lo hundió en el cuerpo del militar.
El hombre cayó al suelo, sin vida, sus ojos llenos de incredulidad. Taehyung, con el corazón en un puño, se quedó parado, atónito por lo que acababa de hacer. Pero, lo que lo dejó aún más en estado de shock fue la imagen de su hija, ahora desatada, devorando la carne cruda del militar con una voracidad inquietante.
-Min-Ji... -murmuró, la voz temblorosa, incapaz de procesar la realidad.
La pequeña lo miró con una mezcla de satisfacción y ferocidad. No era solo la niña que había conocido; era algo más, algo que lo aterraba. Sabía que ella comía carne cruda y algunos vegetales, pero verla transformada por completo en una bestia era algo que nunca había imaginado.
-¿Qué eres, mi pequeña? -preguntó, sintiendo que el miedo y la confusión lo invadían.
Min-Ji se detuvo un momento, sus ojos rojos mirándolo, y en ese instante, Taehyung se dio cuenta de que debía entender y aceptar lo que era su hija. Tenía que protegerla, no solo de los peligros del mundo exterior, sino también de sí misma.
-Vamos a jugar, Min-Ji. -dijo con voz firme, intentando retomar el control de la situación-. Vamos a hablar.
Pero mientras ella continuaba comiendo, Taehyung supo que la vida que conocía había cambiado para siempre. Tenía que encontrar la manera de manejar lo que su hija había llegado a ser, y en el fondo, sabía que Jungkook tendría respuestas.
Las horas pasaron y Min-Ji se había devorado al militar, dejándola cubierta de sangre y con una expresión de satisfacción en su rostro. Taehyung, paralizado por la mezcla de horror y preocupación, la observaba jugar en el suelo de la sala. Nunca antes había visto a su hija en ese estado, y el miedo lo mantenía a distancia. La imagen de su pequeña, transformada en algo que apenas podía reconocer, lo atormentaba.
Mientras Min-Ji reía y corría, Taehyung se armó de valor y comenzó a limpiar el desastre que había dejado la confrontación. Cada trapo que utilizaba se empapaba de sangre, y el olor metálico llenaba la habitación, intensificando su angustia. No podía quitarse de la cabeza lo que había hecho, la vida que había tomado para proteger a su hija. Pero en ese momento, lo único que podía hacer era intentar restablecer un semblante de normalidad.
Cuando finalmente terminó de limpiar, Min-Ji se acercó, su mirada intensa y sus ojos aún rojos.
-Papi, tengo hambre -dijo con una voz que sonaba casi inhumana.
El corazón de Taehyung se aceleró. Sin pensar, sacó un pedazo de carne que había guardado para la cena, con la esperanza de que pudiera satisfacer su apetito. Pero al instante, los ojos de Min-Ji se iluminaron aún más, intensificándose en un rojo brillante. La niña lanzó un grito de emoción y se abalanzó hacia él, persiguiéndolo por toda la casa.
-¡Papi, carne! -gritó, su voz resonando con un eco casi amenazante.
-¡Aléjate, bestia! ¡Aléjate! -exclamó Taehyung, el pánico llenando su pecho mientras corría por la casa, intentando mantener distancia.
Su mente estaba en un torbellino. Sabía que no podía tratar a su hija como si fuera un monstruo, pero la transformación y la voracidad que mostraba lo aterraban. En su desesperación, lanzó el pedazo de carne al suelo, esperando que eso la detuviera.
-¡No! -gritó, y a continuación se encerró en una de las habitaciones, cerrando la puerta tras de sí.
Una vez dentro, se dejó caer al suelo, las lágrimas brotando de sus ojos. Lloraba por el miedo que sentía, por la desesperación de no saber cómo ayudar a Min-Ji. Su mente estaba llena de preguntas sin respuestas. ¿Qué era su hija ahora? ¿Qué había hecho? ¿Cómo podría protegerla de sí misma y del mundo que los rodeaba?
Mientras sollozaba, se preguntó si Jungkook podría ayudarles a entender lo que estaba sucediendo.Era la única luz en medio de esta oscuridad. Tenía que encontrar la manera de comunicarse con él, de hacerle entender la urgencia de su situación.
Pero, a medida que los sollozos se hacían más suaves, escuchó un ligero golpe en la puerta. Era Min-Ji, su voz pequeña y temerosa.
-Papi... ¿estás bien?
Taehyung tomó un respiro profundo, intentando calmarse. La dulzura de su voz lo atravesó, recordándole que, aunque su hija había cambiado, seguía siendo su pequeña.
-Sí, Min-Ji. Estoy aquí. -respondió, tratando de sonar firme.
-¿Por qué te fuiste? -preguntó ella, y Taehyung sintió una punzada de dolor en su pecho.
-Porque... porque tenía miedo, pequeña. -admitió, su voz temblando-. Pero siempre estaré aquí para ti.
Después de un momento de silencio, la puerta se abrió lentamente. Min-Ji apareció, su aspecto aún transformado, pero con un brillo de inocencia que le recordaba a la min-ji de antes. Se acercó, sus ojos todavía rojos, pero llenos de preocupación.
-No soy una bestia, papi. Soy yo. -dijo, y Taehyung sintió el peso de sus
palabras.
-Lo sé, Min-Ji. -respondió, acariciando su cabeza-. Pero tenemos que aprender a manejar esto juntos.
Mientras Taehyung la miraba, comprendió que su amor por ella no había cambiado. Era un desafío desconocido, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera. Tenía que encontrar una manera de ayudarla, de entender su transformación y, sobre todo, de protegerla de los peligros que acechaban tanto dentro como fuera de su hogar.
Es una niña tan linda y traviesa 🫣🥰🤣
Cómo le pueden decir bestia...
Les dejo un nuevo capítulo
Espero les guste 💕🥰
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