El sol comenzaba a descender tiñendo el cielo de tonos cálidos. En su hogar, Taehyung y Min-ji estaban en medio de un juego que había comenzado alegremente, pero que había tomado un giro inesperado. Un pequeño malentendido había llevado a Taehyung a reprender a su hija por algo que consideraba peligroso. Min-ji, herida y frustrada, se alejó y se sentó en un rincón, cruzando los brazos y frunciendo el ceño.

-¡Papá me regañó!,-pensó, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar. En su pequeño corazón, la tristeza se mezclaba con la ira, y su mente comenzó a divagar. "No es justo... solo quería jugar..." Se quedó en silencio, intentando procesar sus emociones. La habitación, que antes había sido un lugar de risas, ahora se sentía pesada y cargada.

Mientras tanto, en la selva, Jungkook se encontraba absorto en su trabajo, tallando figuras de jirafas en un tronco de madera. Cada corte de su hacha era un intento de capturar la gracia de esos animales, pero a medida que lo hacía, una extraña sensación comenzó a surgir en su interior. Era como si algo lo llamara, un eco de una emoción que no podía identificar.

De repente, un pensamiento cruzó su mente: "Papi me regañó". Una voz resonó en su cabeza, clara y fuerte. Jungkook se detuvo en seco, el hacha suspendida en el aire. Su corazón se aceleró.

-¿Qué fue eso?,- pensó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

Mientras tanto, Min-ji continuaba en su rincón, sus pensamientos girando en torno a la figura de su papá. "papi taehyung... malo", repetía en su mente, y en ese instante, algo cambió. Jungkook se paralizó al escuchar ese nombre resonar en su mente, como si hubiera sido pronunciado en voz alta.

-Taehyung...- murmuró, la realidad regresando a él con una fuerza abrumadora.

De repente, Min-ji sintió una presencia en su mente.

- ¿Quién eres?,-preguntó mentalmente, sintiendo que la conexión era más profunda de lo que nunca había imaginado. La respuesta llegó en un susurro, como un eco del pasado.

-Soy, Jungkook.-El asombro llenó a Jungkook. -¿Quien eres?,- pensó, buscando la conexión. Esa voz era suave, pero llena de curiosidad y un toque de desafío.

-Soy min- ji ?",- La incredulidad se mezclaba con la alegría en su corazón. Había una parte de él que sentia una conexión, pero ahora era palpable, tangible.

-Siempre he sentido que alguien me llama,-respondió Jungkook, sintiendo que su corazón latía muy rápido

Min-ji, aún enojada, sintió un destello de esperanza.

-¿Tu eres amigo de papá?,- preguntó, su voz mental llena de curiosidad.

-¿Quien es tu papá, -pensó Jungkook, sintiendo cómo su corazón le decía que algo había ahí .

- Mi papá se llama Taehyung.- respondió mentalmente

- ¿Taehyung? ¿Está vivo? -pensó en estado de shock

Una ola de recuerdos y preguntas invade su mente, mientras la incredulidad lo consume. ¿Cómo es posible?

-¿Cómo eso de "vivo"?- preguntó min-ji con confusión.

Jungkook se da cuenta de que ha pensado en voz alta y rápidamente decide cambiar de tema.

-Entonces, ¿tienes otro papá?,-Preguntó Jungkook con curiosidad

-No, solo somos nosotros dos. Mi papi Tae y yo.

-Pero, ¿porqué no tiene amigos?,-Pregunto Jungkook confuso

-Porque mi papá dice que tiene que protegerme.

-¿Protegerte de qué?

-De que tengo cuatro brazos.,- Responde con seriedad min -ji

Jungkook siente que su mundo se tambalea.

-Cuatro brazos....,-Susurró para el mismo Se queda en silencio, incapaz de procesar lo que acaba de escuchar. La imagen de Taehyung, con una hija y esas extrañas características, lo abruma. Sin poder soportarlo más, comienza a caminar en círculos por la selva.

-¿Cómo es que está vivo Taehyung? ¿Y tiene una hija? ¿Cuatro brazos? ,- hablaba en voz alta mientras caminaba en círculos

La furia y la confusión crecen dentro de él, mezcladas con preocupación por Min Ji, no quiere pensar que le están haciendo lo mismo que le hicieron a él.

Por otro lado

Taehyung sintió un nudo en el estómago mientras se acercaba al rincón donde había dejado a Min-ji. La pequeña estaba allí, con una expresión de enfado en su rostro y los brazos cruzados. Sabía que había cometido un error al reprenderla, y en su corazón, deseaba poder deshacer ese momento. Con un suspiro profundo, se agachó a su altura y le habló con suavidad.

-Min-ji, cariño, ¿puedo sentarme contigo?,-preguntó, intentando captar su atención. La pequeña lo miró de reojo, un destello de desdén en sus ojos.-Sé que estás enojada, y lamento haberte regañado. Solo quiero que estés a salvo.

Min-ji, aún con el ceño fruncido, sintió que su corazón comenzaba a ablandarse. A pesar de su enfado, el amor por su padre era más fuerte que cualquier rabia pasajera.

-Está bien, papi, -respondió, su voz un poco menos severa.-Solo quería jugar.

-Entonces, ¿qué te parece si seguimos jugando? ¿Te gustaría hacer un castillo de almohadas?,- propuso Taehyung, viendo cómo los ojos de su hija se iluminaban de nuevo. La idea de construir algo juntos hizo que el enfado se desvaneciera, y en un instante, Min-ji olvidó por completo lo que había sucedido en su mente con Jungkook.

-¡Sí! ¡Vamos a hacerlo!,- exclamó, levantándose de su rincón y corriendo hacia la sala. Taehyung la siguió, sintiendo que la tensión entre ellos se disipaba con cada paso. Mientras comenzaban a apilar almohadas y mantas, la risa de Min-ji llenaba la habitación, creando un ambiente cálido y acogedor.

Jungkook se encontraba en el corazón de la selva, rodeado de la densa vegetación que parecía tragarlo por completo. La humedad del aire y el canto lejano de las aves lo envolvían en un manto de soledad mientras su cuchillo de tallar deslizaba la madera. Cada figura que creaba parecía cobrar vida en sus manos, pero su mente estaba lejos de esas esculturas.

Aún resonaban en su cabeza las palabras de la niña con la que había hablado. Una conexión inexplicable lo ataba a ella, un lazo que lo hacía sentir cálido en medio de la frialdad de su realidad. Pero, ¿por qué? ¿Porqué un simple encuentro mental podía hacer que su corazón latiera de esa manera? La confusión lo atormentaba, y se detuvo un momento, dejando caer el cuchillo.

-¿Qué pasa conmigo?, -murmuró, frustrado. La imagen de Taehyung invadió su mente, y una punzada de dolor lo atravesó. Había visto cómo el dejaba de respirar, cómo la vida se escapaba de su cuerpo. Pero nunca había verificado el cuerpo, nunca se había asegurado de que realmente estaba muerto. Una sonrisa irónica se dibujó en sus labios.

-Tal vez solo fingiste, ¿verdad?,-Se rió para sí mismo, un sonido hueco que se perdió entre los árboles. ,-Si estás vivo, ¿por qué no me has venido a matar? ¿Por qué no has vuelto por venganza?

Su corazón se encogió ante la posibilidad de que Taehyung estuviera atrapado en un juego del que él no era consciente.

-Esa niña...,-continuó, hablando en voz alta, como si el eco de sus pensamientos pudiera ofrecerle respuestas. -Me va a servir para saber más sobre ti. Si ella es un experimento, igual que yo, no dudaré en ayudarla.

La idea de que Taehyung pudiera estar siguiendo los pasos de su padre lo llenó de determinación, pero también de rabia.

-Taehyung, si estás haciendo lo mismo que él, voy a hundir todo el amor que siento por ti. No puedo permitir que repitas los mismos errores, que te conviertas en un monstruo.

Jungkook apretó los puños, sintiendo la leña que había tallado en su interior. La conexión con la niña lo mantenía anclado, y esa chispa de esperanza lo impulsaba a seguir adelante. Se levantó, decidido. Si había una forma de salvar a esa niña, la encontraría, y no dejaría que el pasado lo atrapara.

La selva, a su alrededor, parecía cobrar vida mientras él se adentraba más en su misterio, llevando consigo la carga de su amor y su dolor. Era el momento de enfrentar sus miedos y descubrir la verdad, no solo sobre Taehyung, sino sobre sí mismo.

Hola mis lectores
Les traigo un nuevo capítulo
Espero les guste 💞🥰