Capitulo 22
Min-ji, con sus ojos llenos de curiosidad, se adentró en este mágico entorno, sintiendo cómo la energía vibrante de la selva la envolvía.
Con cada paso, un sentimiento de libertad crecía dentro de ella. Cogiendo impulso, comenzó a saltar, riendo con cada movimiento. En un instante de pura alegría, sus poderes se manifestaron, y Min-ji sintió cómo sus cuatro brazos emergían de su cuerpo, fuertes y ágiles. Sus colmillos asomaron en una mueca de felicidad mientras daba vueltas en un remolino de colores y risas. La selva era su hogar y ella era su reina.
Desde la distancia, Jungkook y Taehyung observaron la escena con sonrisas en sus rostros.
- Mira lo feliz que está, -comentó Jungkook, sintiendo una oleada de felicidad al ver a su hija disfrutar de la naturaleza. Taehyung asintió, apreciando el brillo en los ojos de Min-ji, y se sintió inspirado. Había algo mágico en esos momentos simples, llenos de alegría genuina.
-¡Papi Jungkook!,- llamó Min-ji, su voz llena de emoción. -¡Ven a jugar conmigo!,-Jungkook sonrió ante la invitación y no dudó en unirse a ella. Corrió hacia Min-ji, quien lo recibió con los brazos extendidos, lista para un nuevo juego.
Mientras tanto, Taehyung, que observaba la dinámica entre padre e hija, no podía evitar sonreír. La imagen era perfecta: Min-ji riendo y Jungkook intentando seguirle el ritmo. Sin embargo, decidió buscar algo más que hacer. Mirando a su alrededor, encontró un balde de madera y caminó hacia el río cercano para llenarlo de agua fresca. A su paso, notó que su andar se había vuelto extraño, algo incómodo.
Min-ji, siempre perceptiva e inocente, lo vio y preguntó curiosa:
-Papi Taehyung, ¿por qué caminas extraño?- La pregunta, tan directa como inocente, hizo que Jungkook estallara en carcajadas, riendo a carcajadas que había estado guardando durante todo el camino. El eco de su risa resonó en la selva.
Sin saber cómo responder, Taehyung, tratando de no hacerla sentir mal, decidió improvisar.
-Solo tengo calambres, -dijo, intentando sonar serio.
Min-ji, sin entender del todo, continuó jugando, completamente ajena a la conversación entre los hombres. Jungkook, entre risas, no pudo resistir hacer un comentario divertido.
-¡Qué buenos calambres tuviste, Taehyung!, -exclamó mientras se reía aún más, disfrutando del momento.
Taehyung lo miró con un semblante serio pero no pudo evitar sonreír ante la situación. Agarrando un palo que encontró en el suelo, decidió que era hora de tener un poco de diversión.
-Esos son los calambres de un guerrero,- dijo en tono dramático, antes de salir detrás de Jungkook, que intentaba alejarse rápidamente, todavía riendo.
El aire estaba impregnado de risas y amor mientras Min-ji, viendo a sus padres jugar, no podía contener su alegría. El juego entre ellos continuó, lleno de bromas y comentarios cómicos.
Jungkook observaba a Taehyung mientras este caminaba, riéndose a carcajadas de sus movimientos algo torpes.
-¡Vaya, Tae! ¿Estás tratando de bailar o solo te olvidaste cómo caminar?, -bromeaba, mientras imitaba su estilo de caminar con exageración.
Taehyung, un poco sonrojado, respondía:
-¡Cállate, Jungkook! Estoy practicando un nuevo estilo. -Pero a Jungkook no le importaban las excusas, y continuaba lanzando comentarios jocosos, -¿Nuevo estilo? Más bien parece que estás en una pasarela de modelos, pero olvidaste cómo ser un modelo.
La risa de Jungkook resonaba en el aire, y en un momento clave, se acercó sigilosamente a Taehyung. Acorralándolo contra la pared de la casa, le susurró al oído:
-Aquí tenemos el río cerca, ¿no quieres recordar aquellos días de locura?.
Esa referencia a sus travesuras pasadas sorprendió a Taehyung, quien rápidamente se dio la vuelta y lo empujó con un toque juguetón.
-¡Por favor, ya basta! No tengo tiempo para tus nostalgias ridículas. -Se fue caminando hacia Min-Ji, tratando de ignorar la risa contagiosa de Jungkook que lo seguía.
-¡Vamos, Taehyung! ¡Esa no es manera de caminar! ¡Min-Ji no va a correr de ti!,- gritó Jungkook, mientras contenía la risa, disfrutando cada instante de la burla hacia tae.
Desde la distancia, Jungkook observó cómo las risas se disipaban en el aire mientras decidía que era hora de una pequeña aventura. Con una sonrisa traviesa, llamó a Min-Ji y la invitó a acompañarlo a cazar. Pero antes de que se fueran, encendió un fuego brillante que iluminaba el entorno y le dijo a Taehyung:
-No te muevas de ahí, quédate disfrutando del espectáculo.
Min-Ji, emocionada, se subió a la espalda de Jungkook, quien empezó a caminar hacia un lugar más profundo en la selva. Con un aire de confianza, Jungkook la puso suavemente en el suelo, mirándola con una mezcla de orgullo y alegría.
-Prepárate, pequeña guerrera, -le dijo, adoptando una postura seria que hizo que Min-Ji riera.
Cuando avistaron a un ciervo masticando hierba despreocupadamente, Jungkook le susurró a Min-Ji:
-Vamos a ir por él. -Ella asintió con determinación, ambos se acercaron con cautela, el corazón latiendo con fuerza ante la adrenalina de la caza. En un instante, se abalanzaron sobre el ciervo, que lanzó un grito de sorpresa. Aquel momento fue un torbellino de instinto y acción: Min-Ji hundió sus colmillos en el cuello del ciervo, mientras Jungkook, con precisión, le quebró el cuello con un movimiento ágil.
Ambos sonrieron, felices por su festín, el éxito de su cacería llenándolos de orgullo. Regresaron a donde estaba Taehyung, listos para compartir su hazaña.
Jungkook comenzó a quitar la piel al ciervo, su habilidad sorprendió a Taehyung, quien lo miraba asombrado.
-¿Cómo sabes hacer de todo eso?,- le preguntó, impresionado por la maestría de Jungkook
Mientras tanto, Min-Ji, con su inocencia destellando, se acercó a su padre:
-¿Estás listo, papi?,- Taehyung le respondió con una sonrisa: -Aún no, cariño, lo hemos puesto recién al fuego.
Min-Ji frunció el ceño y, con una carita tierna, respondió:
-Yo quiero carne, papi, ñami ñami es muy rica,- acariciando su pancita con entusiasmo. Jungkook soltó una risa suave, disfrutando de la escena; era un momento simple pero lleno de amor y alegría en su pequeña familia.
Mientras el olor de la carne asándose comenzaba a llenar el aire, Jungkook y Taehyung se prepararon para un festín. Jungkook, con manos hábiles, continuó preparando el ciervo, mientras que Taehyung buscaba algunas ramas para hacer una parrilla improvisada. Min-Ji, llena de emoción, observaba cada movimiento con admiración.
-¡Papi, eso huele delicioso!, –exclamó Min-Ji, mientras se sentaba en una roca cercana. Su pequeño rostro estaba iluminado con una sonrisa que reflejaba su entusiasmo. Jungkook sonrió, disfrutando de la manera en que su hija apreciaba cada aspecto de la cacería.
-Te prometo que será aún más delicioso cuando lo probemos, -le dijo, sin dejar de trabajar.
Una vez que la carne estuvo lista, Jungkook la sacó del fuego y la cortó en trozos.
-Aquí tienes, Min-Ji, prueba un poco, -dijo, entregándole un pedazo jugoso.
Ella recibió la carne con ambas manos, llevando el trozo a su boca y masticando con alegría.
- ¡Mmm! ¡Es tan rica!, -exclamó, haciendo que Jungkook y Taehyung rieran.
Taehyung, viendo la conexión entre Jungkook y Min-Ji, no pudo evitar comentarle:
-Eres un gran padre, Jungkook. Estoy seguro de que ella aprenderá mucho de ti. -Jungkook se sonrojó ligeramente, pero su sonrisa se amplió.
-Gracias, Taehyung. Solo quiero que Min-Ji tenga las mejores experiencias y aprenda a sobrevivir aquí, como lo hice yo.
Después de compartir la cena y contar historias de sus propias travesuras en la selva, Min-Ji comenzó a cansarse. Con un bostezo, se recostó sobre el regazo de Jungkook, mientras este acariciaba suavemente su cabello. La noche avanzaba y las estrellas comenzaban a brillar sobre ellos.
Taehyung, notando el sueño de Min-Ji, dijo:
-Tal vez sea hora de que la llevemos a la cama. No queremos que se quede dormida aquí.
Jungkook asintió, levantando a su hija suavemente.
-Vamos a la cama, pequeña, -le susurró, mientras ella se acurrucaba en su pecho.
Mientras caminaban adentró de la casa, el sonido de la selva los rodeaba. Jungkook sintió una profunda satisfacción en su corazón, sabiendo que había compartido un momento especial con su hija. Aquella noche,Jungkook se prometió a sí mismo seguir creando recuerdos inolvidables con Min-Ji, siempre rodeados de amor y aventura.
Al entrar a la casa, el ambiente cálido y acogedor los envolvió. Taehyung colocó suavemente a Min-Ji en la cama, cubriéndola con una manta hecha de hojas secas y pieles que había tejido Jungkook con cuidado. Ella se movió un poco, pero pronto los suaves susurros de la selva la arrullaron en un profundo sueño.
Taehyung, asegurándose de que Min-Ji estuviera cómoda, se sentó en el borde de la cama y miró a Jungkook.
-Tienes algunas cosas realmente útiles aquí. ¿Cómo lograste conseguirlas,- le preguntó, la curiosidad brillando en sus ojos.
Jungkook suspiró y, con una expresión de resignación, respondió:
-Bueno... robé varias cosas del antiguo laboratorio que había cerca del río y algunas cosas de casas vacías que encontraba en los alrededores. No era fácil, pero debía adaptarme.
Taehyung lo miró con comprensión y asintió lentamente.
-Entiendo. Hiciste lo que tenías que hacer. No hay vergüenza en eso. -Jungkook sonrió débilmente, agradecido por la comprensión de Tae. Después de un momento, Taehyung decidió acostarse al lado de Min-Ji, uniendo su energía protectora con la de ella.
Jungkook se dio cuenta de que el fuego en el exterior comenzaba a debilitarse.
-Voy a salir un momento para apagar el fuego,- comentó, viendo a su hija y a taehyung antes de abandonar la habitación.
Al salir, la brisa fresca de la noche acarició su piel. Jungkook se detuvo un momento, mirando hacia el cielo.
-Todo finalmente está en su lugar,- se dijo así mismo, sintiendo un bienestar profundo. Había luchado mucho para construir un hogar, y aquí estaba, rodeado de su familia.
Mientras apagaba el fuego, se quedó allí un rato más, saboreando una pieza de carne asada. La miel ahumada se mezclaba con la frescura del aire nocturno, y Jungkook miraba a su alrededor, maravillándose con el mundo natural que lo rodeaba. Los sonidos de la selva llenaban el silencio, y, por un momento, se sintió completamente en paz.
Después de asegurarse de que el fuego estaba completamente apagado, Jungkook se sentó en una roca cercana, disfrutando de la tranquilidad que le ofrecía la naturaleza. Una idea cruzó por su mente esa noche, en ese lugar, todo parecía posible.
Les traigo un nuevo capítulo
Espero les guste
Entramos en la recta final 🥰🫣
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